(del FaceBook del Archivo Municipal de Jerez)
EL
EDIFICIO DEL GALLO AZUL (JEREZ, 1929)
En el Archivo Municipal de Jerez conservamos el expediente (Lº 989, expe. 21396) relativo a la construcción del conocido edificio que popularmente es conocido como el Gallo Azul.
Hoy ofrecemos aquí los documentos principales de tal expediente y una
reseña (J.P. Simo) del llamativo e histórico inmueble que preside la
confluencia de las calles Larga, Lancería y Santa María, en pleno centro de la
ciudad:
“El proceso y concurso fueron rápidos: Comienza con la expropiación
municipal del antiguo edificio del número 2 de la calle Larga, a la sazón Duque
de Abrantes, con idea de realizar en ese horrible chaflán un ensanche que
permitiera recuperar espacio público, como ha estudiado el doctor en Arte
Fernando Aroca Vicenti. Un pleno municipal de 28 de marzo de 1927 acordó que el
terreno sobrante sería adjudicado a aquella persona o entidad que construyese
el edificio más relevante. El precio del solar se estableció en 6.000 pesetas,
debiéndose adjudicar "...al que se obligue a construir en él un edificio
de importancia por su aspecto arquitectónico y constructivo en el improrrogable
plazo de un año".
Clase y elegancia. El jurado emitió su fallo: El proyecto premiado había sido presentado con el lema 'Diego Moreno Meléndez', una especie de guiño a ese arquitecto jerezano del XVII, que levantó la torre fachada de la parroquia de San Miguel como obra más conocida. El nombre del concursante premiado era la Casa Domecq y Compañía, que confió la obra al arquitecto sevillano Aníbal González Álvarez Ossorio (1876-1929), uno de los principales referentes del regionalismo de aquella época que venía con la aureola de sus interesantes trabajos en la Exposición Iberoamericana de Sevilla y la construcción de la plaza de España. González ya era también conocido en la ciudad por las reformas que hizo en las dependencias de la Casa Domecq y, aunque no se da por seguro, por la impresionante fachada del edificio de la Estación de Ferrocarril, de 1927, en los que combinó el ladrillo visto con abundante decoración de azulejos de los famosos talleres trianeros de Mensaque y Rodríguez.
Regalo de los Domecq. El edificio, de sólo unos 380 metros, es de alzado
semicircular, en ladrillo visto, cuyo cuerpo bajo, ocupado por una cafetería, presenta
una galería abierta con columnas jónicas de mármol blanco, que actúa como
velador. La fachada, austera, no contiene ningún tipo de adorno ni azulejo, a
excepción del remate semicircular del conjunto, que contiene un azulejo con la
firma 'Pedro Domecq'. Para Aroca, la obra presenta un regionalismo con notas
clasicistas, como las columnas del primer cuerpo y las pilastras corintias que
enmarcan los balcones del segundo y tercer piso, estos últimos bajo arcos de
medio punto. Pese a que la obra debía ejecutarse en un año, en septiembre de
1928 la compañía del 'Fundador' solicitó seis meses de prórroga alegando
falta de materiales y las inclemencias del tiempo. El edificio se inauguró
finalmente en 1929. Era el regalo de la familia Domecq al pueblo de Jerez.
Aníbal González había hecho un retranqueo de la antigua finca, recuperando
unos 262 metros para uso público. Esto hizo que, cinco años después de la
conclusión del edificio, el Ayuntamiento convocara otro concurso para instalar
un poste indicador de direcciones en el espacio delantero. En 1934, Domecq
presentó un proyecto que reunía las condiciones del concurso, donde al elemento
principal -el indicador de direcciones- se añadía un reloj de dos caras, con
tres luces en su parte superior”. (Fuente: https://www.diariodejerez.es/jerez/Recuerdos-anecdotas-cerca-Gallo-Azul_0_665333556.html)