miércoles, 5 de octubre de 2022

El edificio del Gallo Azul (Jerez, 1929)

 (del FaceBook del Archivo Municipal de Jerez)

EL EDIFICIO DEL GALLO AZUL (JEREZ, 1929)


      En el Archivo Municipal de Jerez conservamos el expediente (Lº 989, expe. 21396) relativo a la construcción del conocido edificio que popularmente es conocido como el Gallo Azul.

      Hoy ofrecemos aquí los documentos principales de tal expediente y una reseña (J.P. Simo) del llamativo e histórico inmueble que preside la confluencia de las calles Larga, Lancería y Santa María, en pleno centro de la ciudad:

     “El proceso y concurso fueron rápidos: Comienza con la expropiación municipal del antiguo edificio del número 2 de la calle Larga, a la sazón Duque de Abrantes, con idea de realizar en ese horrible chaflán un ensanche que permitiera recuperar espacio público, como ha estudiado el doctor en Arte Fernando Aroca Vicenti. Un pleno municipal de 28 de marzo de 1927 acordó que el terreno sobrante sería adjudicado a aquella persona o entidad que construyese el edificio más relevante. El precio del solar se estableció en 6.000 pesetas, debiéndose adjudicar "...al que se obligue a construir en él un edificio de importancia por su aspecto arquitectónico y constructivo en el improrrogable plazo de un año".


      Clase y elegancia.
El jurado emitió su fallo: El proyecto premiado había sido presentado con el lema 'Diego Moreno Meléndez', una especie de guiño a ese arquitecto jerezano del XVII, que levantó la torre fachada de la parroquia de San Miguel como obra más conocida. El nombre del concursante premiado era la Casa Domecq y Compañía, que confió la obra al arquitecto sevillano Aníbal González Álvarez Ossorio (1876-1929), uno de los principales referentes del regionalismo de aquella época que venía con la aureola de sus interesantes trabajos en la Exposición Iberoamericana de Sevilla y la construcción de la plaza de España. González ya era también conocido en la ciudad por las reformas que hizo en las dependencias de la Casa Domecq y, aunque no se da por seguro, por la impresionante fachada del edificio de la Estación de Ferrocarril, de 1927, en los que combinó el ladrillo visto con abundante decoración de azulejos de los famosos talleres trianeros de Mensaque y Rodríguez. 

      El diseño de Aníbal González resultó un edificio de estilo clásico y portentoso, con clase y elegancia para el lugar donde se ubicaría. González sigue la arquitectura tradicional en ladrillo que  estaba llevando a cabo en Sevilla, donde su trabajo fue prolífero.

      Regalo de los Domecq. El edificio, de sólo unos 380 metros, es de alzado semicircular, en ladrillo visto, cuyo cuerpo bajo, ocupado por una cafetería, presenta una galería abierta con columnas jónicas de mármol blanco, que actúa como velador. La fachada, austera, no contiene ningún tipo de adorno ni azulejo, a excepción del remate semicircular del conjunto, que contiene un azulejo con la firma 'Pedro Domecq'. Para Aroca, la obra presenta un regionalismo con notas clasicistas, como las columnas del primer cuerpo y las pilastras corintias que enmarcan los balcones del segundo y tercer piso, estos últimos bajo arcos de medio punto. Pese a que la obra debía ejecutarse en un año, en septiembre de 1928 la compañía del  'Fundador' solicitó seis meses de prórroga alegando falta de materiales y las inclemencias del tiempo. El edificio se inauguró finalmente en 1929. Era el regalo de la familia Domecq al pueblo de Jerez.



      Aníbal González había hecho un retranqueo de la antigua finca, recuperando unos 262 metros para uso público. Esto hizo que, cinco años después de la conclusión del edificio, el Ayuntamiento convocara otro concurso para instalar un poste indicador de direcciones en el espacio delantero. En 1934, Domecq presentó un proyecto que reunía las condiciones del concurso, donde al elemento principal -el indicador de direcciones- se añadía un reloj de dos caras, con tres luces en su parte superior”. (Fuente: https://www.diariodejerez.es/jerez/Recuerdos-anecdotas-cerca-Gallo-Azul_0_665333556.html)