NOVIEMBRE
(Día 1) El día de Todos los Santos
del año de 1755, tembló la tierra en todo lo más de España y Portugal con
grandes estragos; pero en Jerez sólo se quebrantó la Iglesia de San Mateo, la
bóveda de San Marcos, parte de la Torre de San Miguel y en la Torre de la
Merced se abrieron unas rajas en la media naranja de San Francisco y en las
bóvedas del Convento de Monjas de San Cristóbal; en las demás del pueblo no fue cosa de importancia lo que sucedió, aunque temblaron los edificios de modo que
se tocaron las campanas de la Colegial, las de San Francisco, las de la Merced
y la del Calvario.
(Día 2) Con esta fecha, año 1700,
recibió la ciudad carta participando la noticia de
haber muerto el día anterior el rey Carlos II.
(Día 2) Domingo 2 de noviembre de
1823, a las cinco de la mañana, fueron presos en
el
cortijo de Casarejos cerca de Trebujena, una partida de 16 constitucionales comandados por el exaltado liberal llamado Terán, los
que fueron aprehendidos, con la felicidad de no haberse disparado un solo tiro.
Martes 17 a las 4 de la tarde fueron puestos en capilla
para que se verificaran sus muertes en el dia siguiente, miércoles 18 de
noviembre a las 12 y media de la mañana,
como
se verificó, siendo todos fusilados en la Alcobilla.
(Día 3) El rey D. Felipe III, para
asegurar a Larache y demás lugares fuertes que se habían conquistado en la
costa de África, mandó en esta época y año de 1614 que Jerez contribuyera con
una compañía de soldados, de que fue capitán Don Bartolomé de Ávila Sigüenza,
al que acompañaron otras varias personas notables de esta ciudad. De estos hace
la crónica grandes elogios, porque se vieron obligados del hambre y cercados al
mismo tiempo por numerosos enemigos y supieron no obstante defenderse con valor
heroico, sin abandonar las obras de fortificación en que al mismo tiempo se
ocupaban. Se cuentan de ellos cosas estupendas: hubo quien se comió los hígados
de un moro asados, por no morir de hambre, otros echaban suertes y
se cortaban pedazos de carne de las nalgas que luego comían participando del festín la misma víctima las calenturas se las
curaban hiriéndose las venas y dejando salir la sangre. Dios sabe lo que
hicieron: horribles cosas debieron verse entre aquellos desgraciados, pues la
primera vez que llegó socorro, ya eran tan pocos y tan débiles que fue preciso
retirarlos.
(Día 3) Con esta fecha, recibió
carta la ciudad, en la que le noticiaban varias cláusulas del testamento de
Carlos II, en orden a la sucesión de la Corona.
(Día 3) Con fecha 3 de noviembre de
1840 se pronunció la gente del campo contra Don Gerónimo Angulo y Don Vicente
García Escalera, alcaldes, y les hicieron soltar la vara.
(Día 3) En este día, año 1882 hubo
algunos alborotos en Jerez, producidos por la gente de campo, que impulsados por el
hambre robaban el pan en los hornos y establecimientos donde lo tenían á la
venta. Las medidas adoptadas por el sr. gobernador civil, que se personó en
Jerez, lograron apaciguar el conflicto.
(Día 4) El Rey D. Alonso X llamado
el Sabio, en noviembre de 1281, concedió á
Jerez los mostrencos, mesteños y abintestatos para la redención de cautivos de
ella; como consta de ejecutoria a favor del convento de la Merced de Jerez, en
la Chancillería de Granada, de 15 de febrero de 1548, en que se exhibió
original.
(Día 4) En este día, año 1489, fue
la primera data de tierra para sembrar que dió Jerez á su villa de Puerto Real.
(Día 4) En este día y año de 1496
aprestó Jerez 200 lanzas y 200 peones para ir contra
Ronda, porque los de aquella ciudad querían ensanchar sus términos a costa de
los de Jerez y habían tomado armas pan ello.
(Día 5) Este día año 1496 recibió carta Jerez fecha en Burgos 28 de octubre en respuesta y agradecimiento de la
que mandó esta ciudad notificándole lo que había obrado en el socorro de Cádiz
cuando la Francia aquel año vino para ganar aquella plaza con multitud de
Nobles.
(Día 5) Antón García de Ortega,
hizo escritura de donación a favor del convento de Santo Domingo, de cuatro
aranzadas de viña y olivar, por ante Sebastián Gaitán en 5 de noviembre de 1507,
para que a su muerte y la de su mujer, la disfruten con condición que les habían
de dar la segunda sepultura que está cerca de la pila del agua, hacia la
capilla de Nuestra Señora de Consolación y una misa rezada los días de San
Antonio Abad.
(Día 6) Habiendo Don Alonso X,
poblado esta ciudad con 800 caballeros: por privilegio dado en Villa Real a 7
de noviembre de 1267, añadió los 40 caballeros del feudo a quienes mandó heredar como los demás caballeros hijosdalgos.
(Día 6) En el mismo día y año de
1477 compró el marqués de Cádiz a Don Alonso Enríquez, almirante de Castilla,
la Torre de Gigonza y de la Pera; que eran ante de Payo Rivera, su cuñado,
caballero jerezano. Fecha en Jerez de la Frontera.
(Día 7) Tenía el duque de Lerma
inteligencias con los descontentos de Marruecos para destronar al rey de Fez,
poniendo en su lugar a Muley legítimo soberano, que por ser hijo de negra, no
querían sus hermanos que entrase a reinar Muley, vino a España pedir socorro y
Don Felipe III se lo ofreció por consejo de su privado, pidiéndole en cambio Puerto
de Alarache. En el año de 1610 acabaron de perfeccionarse estos conciertos y en
noviembre salieron del Puerto de Santa María nueve galeras con 3000 soldados entre
los cuales iban las compañías de Jerez. Como
la traición les enseñaba el camino no tardaron
en llegar, desembarcar y entrar en la ciudad, a puertas abiertas, sin disparar un
arcabuz, por que Muley había puesto de su parte a los que la guardaban, y lo
pobres habitantes se vieron de repente dominados sin que le fuera posible hacer
armas en su propia defensa. Sin embargo, hubo pelea, y esto solo sirvió para autorizar después el saqueo por nuestros soldados, costando
mucho trabajo al general marqués San Germán la pacificación del pueblo. Conseguido
esto, se levantó el estandarte de la fe en la mezquita principal y en el
castillo, y se despacharon correos a España con
la
fausta noticia.
(Día 7) En este día, año 1663, se
recibe la pragmática prohibiendo la fabricación y uso de pistolas y arcabuces
cortos.
(Día 8) Con esta fecha, año de
1765, la ciudad compra una casa en la Puerta del Arroyo para cuartel del cuadro
del regimiento provincial.
(Día 8) En tal día, del año de
1783, el conde de O'Reilli, capitán general, gobernador de Cádiz, proyecta
llevarse el agua de Tempul.
(Día 8) En este día, del año 1807,
se publicó en esta ciudad el arresto del Príncipe de Asturias, lo cual fue para
los jerezanos la señal precursora de la revolución de 1808, cuyos primeros actos,
fueron el motín de Aranjuez y la abdicación de Carlos IV.
(Día 8) Don Diego Fernández Herrera
Dávila con fecha 8 de noviembre de 1821 hace entrega a la ciudad de un estandarte
para la milicia nacional, de caballería, hecho por sus hijos.
(Día 8) En este día, año 1779, dio
principio en esta ciudad, a los sermones de misión, el venerable padre fr.
Diego de Cádiz; se predicaban en la plaza del Arenal, en uno de los balcones de
la alhóndiga, con grande edificación y provecho espiritual de sus oyentes.
(Día 8) En este día, año 1515, dio el
rey Don Fernando que gobernaba el Reino la confirmación del Castillo y término
de Tempul por juro de heredad a esta ciudad: sin la cláusula del sin embargo
del perjuicio de la Real Hacienda.
(Día 9) En este día, año de 1490,
no se permitió labrar una casa a los arrimos de la muralla (aunque se había
dado sitio) porque estuviesen los muros
desembarazados por cualquier acción; no obstante de estar muy bien pobladas las
collaciones de San Miguel y Santiago.
(Día 9) Alvar Núñez Cabeza de Vaca
veinticuatro de Jerez ante Gonzalo Román en 9 de noviembre de 1469 fundó vínculo
en su hijo Fernán Ruiz Cabeza de Vaca, declarando que su primo el almirante mayor
de Castilla Don Fadrique le había hecho merced de la dehesa y Torre de Gigonza por
vía de mayorazgo y que Don Pedro Vaca, obispo de León su tío, le había hecho
donación de la mitad de casas y tierras en Espartina, en la Torre de Pedro Vázquez,
que así mismo dejó vinculadas a el dicho su hijo.
(Día 10) En esta fecha, era de
1389, confirma el rey Don Pedro, estando en Sevilla, a la ciudad de Jerez,
todos sus privilegios.
(Día 10) Por real provisión fecha 5
de octubre de 1767, mandó Consejo se procediese a
subrogar la enseñanza de primeras letras, latinidad y retórica, que se hallaban
antes a cargo de los Jesuitas, en nuestros y preceptores seglares, por oposición.
Cumplido esto en todas sus partes y hecho propuesta al Consejo, este, con fecha
16 de octubre de 1769, nombró catedráticos a Don Diego de Castro y Reboredo y a
don Bartolomé Rodríguez, quienes en 10 de noviembre siguiente tomaron posesión
de sus cargos, entregándoseles los locales, preparados en la misma antigua
Casa-Colegio, para las cátedras, púyulos (sic) y habitación de los maestros y
sus familias.
(Día 11) Habiendo sido nombrado el cardenal
Borja para reemplazar en Nápoles al duque de Osuna, este
se resistió mucho cumplir la orden del rey.
Nuestro jerezano Don Pedro Sarmiento, que a la sazón se hallaba mandando los
tercios de Nápoles, fue en esta ocasión el que mejor sirvió a S.M., porque
se puso de acuerdo con el cardenal Borja y le infundió el valor necesario para
venir a tomar posesión de su gobierno. Dicen
que este
asunto se puso en ejecución con el mayor sigilo para que no se enterase el de
Osuna cuya resolución tenían.
El cardenal entró en Nápoles de
noche y Sarmiento sacó los tercios a aquella hora y los puso
sobre las armas, mudando las guardias sospechosas sin disparar tiro ni tocar
caja, de modo que cuando el duque despertó a la mañana siguiente al curso de la
salva de artillería que anunciaba la llegada del nuevo gobernador, vio que la
resistencia era imposible, y tuvo que embarcarse y venirse a España. Esto pasaba
en noviembre de 1620.
(Día 11) En 11
de noviembre de 1861 pasa por esta ciudad de tránsito para
Madrid el Embajador de Marruecos Muley el Abas.
(Día 11) En este
año 1848 (sic), ganó el marqués de Casa Pavón la ejecutoria en contradictorio juicio
para la celebración de cabildo de sábado y otros
privilegios, confirmados por nuestro piadosísimo rey Don Fernando VI, que dios
guarde.
(Día 12) En este día,
año de 1623, el visitador del arzobispado dictó providencia
para que
los a tahoneros pudiesen trabajar en los días festivos después de
concluida la misa mayor en la Colegial.
(Día 12) En este día, año de 1339 murió
y fue sepultado en la iglesia de San Dionisio
Diego
Fernández Herrera, caballero jerezano y gloria de su
patria, el cual, como ya queda dicho en el día 28 de octubre, mató de una
lanzada en su real y al salir de su tienda a el infante Abomelic el tuerto, a
quien llamaron Picazo y que se institu1aba rey de Algeciras.
(Día 13) Es tan antigua la fundación
del convento de Santo Domingo, que en 13 de noviembre de 1267, concedió el rey Don
Alonso el Sabio el siguiente privilegio:
"Sepan cuantos esta carta
vieren y oyeren, que nos don Alfonso por la gracia de Dios e a servicio de Dios
y de la Virgen Sta. María su madre, e por gran favor que habemos de facer honra
al bienaventurado Sto. Domingo que fizo la orden de los frailes predicadores
que fue nuestro, natural de Castilla, damos y otorgamos a los dichos frailes de
su orden para facer el monasterio en Jerez, el campo y la huerta que es entre
la puerta de Sevilla e la Puerta de Sanlúcar este logar ha por linderos por las
dos partes, las carreras que van de las Puertas sobredichas a Sevilla y de la
otra parte la carrera que va a par del muro de la villa, e de la otra parte el olivar,
e debe haber el logar libre e inquieto (sic), e mandamos e defendemos que
ninguno sea osado de ir contra esta carta”. Estaba este privilegio original en
el archivo del convento.
El Dr. D. Diego Bazán de Valenzuela
y Don Zoilo Melgarejo, canónigos, por sus testamentos, que se protocolaron
ante Juan de Torres Ramos en 13 de noviembre de 1676, fundaron en esta collación
un hospital de convalecientes para los enfermos que saliesen de San Juan de
Dios, cnyo titular fuese Ntra. Sra. de la Concepción y San Francisco Javier,
nombrando por patronos al canónigo más antiguo y a los poseedores del vínculo
de Don Lorenzo Fernández de Villavicencio y de Don Álvaro Cabeza de Vaca, y no
obstante ser cláusula que no existiendo dicho hospital, pasen los bienes para misas al
convento de Sto. Domingo sin tenerse presente dicha cláusula, ni haber
consentimiento de los patronos en la visita de 1728 por el sr. arzobispo Don
Luis de Salado, se agregó al hospital de la ciudad, con el cargo de tener camas
de convalecientes.
(Día 13) En este día 1875, concluidas
las obras de reparación del templo de San Agustín, devido todo al celo y
actividad de su capellán Don Antonio Puente, se abrió al culto público, efectuándose
la traslación a dicha iglesia de las imágenes de nuestra señora del Socorro,
San Agnstín y Sta. Rita de Casia desde la de San Francisco donde estaban depositadas:
al día siguiente gran fiesta y sermón, que dijo Don Rafal de Góngora.
(Día 14) Consta de escritura ante
Luis de Llanos de 14 de noviembre de 1543, que Francisco de Zurita como patrono
del hospital de San Cristóbal había sacado bula para que en dicho hospital se
fundase un monasterio, el que en efecto se fundó y Eufrasia de Jesús a la que
nombró el papa por priora ínterin viviera y demás monjas del orden de San Agustín
y Francisco de Zurita dijeron, que mediante a dicha bula de Su Santidad para en
dicho hospital hacer el expresado monasterio se decía que hubiera de permanecer
el hospital, y darse casas por las monjas para dicho hospital, y que uno y otro
se sirvieran de la iglesia, teniendo sólo los frailes de San Agustín jurisdicción
sobre dicho monasterio, y no sobre el hospital ni hermandad en cuya escritura se
expresa estarse labrando inmediato a dicho convento el Colegio, y con efecto,
la priora del monasterio del hospital de San Cristóbal y monjas del orden de
San Agustín, habiendo labrado la casa y servicio para dicho hospital a satisfacción
del Francisco de Zurita y de la hermandad de San Cristóbal hicieron entrega del
todo contiguo y con puerta a la misma iglesia, a dicha hermandad y Francisco de
Zurita ante dicho Luis de Llanos en 23 de septiembre de 1545, habiendo aprobado
la fundación de este convento el provincial de San Agustín en 7 de mayo
de 1544.
(Día 14) Consta que en 14 de noviembre
de 1650 había una hermandad llamada de los
Desamparados, que recogía los pobres que en tiempo de peste no tenían quién los
asistiesen.
(Día 14) En este día y año de 1411
dio el rey Don Juan II la isla y puente de Zuazo con castillo, y demás
pertenencia al Doctor Juan Sánchez de Zuazo consejero del
rey y su corregidor mayor del Reino de Galicia, fecha real cédula en dicho día
mes y año que se halla en la casa de los herederos los caballeros Zurita de
Jerez: y consta en ella haber sido ante dicha isla y puente, de Pedro de Vera caballero
jerezano también, el que por haber muerto sin sucesión
se había
unido al patrimonio real hasta que se lo dio al referido Juan Sánchez Zuazo.
(Día 14) En este día, año 1779,
acordó el ayuntamiento no permitir jamás en esta ciudad las funciones
teatrales.
(Día 15) En lunes 15 días del mes
de noviembre de 1627, en esta ciudad de Jerez de la Frontera, en presencia de
mí Luis Utrera de Arenas, escribano del cabildo,
se ayuntaron a cabildo en las casas de él, al sr. licenciado Don Juan Romo de
Castilla, alcalde mayor teniente del Sr. Don Luis del Castillo Portocarrero,
corregidor y capitán a guerra de esta ciudad, por S. M. y de los caballeros
veinticuatros don Cristóbal de la Cueva, alférez mayor y
primero voto perpetuo con espada y daga, Don Juan Núñez de Villavicencio, Don
Pedro López de Vivero, Don Martín Bazán de Valenzuela, Don Juan Alonso de
Vargas y Perea, Don Fernando de Villavicencio Zacarías, del hábito de Calatrava.
Don Manuel Gaitán de Torres, Francisco Pacheco Navarra, Don Felipe de Zarzana
Spínola, Don Cristóbal López de Morla, Don Manuel
de Mendoza, Don Marcos Gil de León, Don Martín de Torres Gaitán, Don Diego Suárez
de Toledo, Bartolomé Román, Licenciado Luis Velasco Rivadeneira, Don Alonso de
Herrera y Córdoba, Juan del Castillo Ibáñez, Don Jusete (sic) de Morla Melgarejo
veinticuatros e de los jurados Fernando Jiménez Garrido e Tomás García Chacón e
Juan de Torres Cano. Entró el Sr. Don Juan de Villavicencio Spínola, veinticuatro entró el Sr. Don Francisco Caballero veinticuatro,
entró el Sr. Don Álvaro Dávila Cabeza de Vaca veinticuatro, entró el Sr. Don
Juan Francisco de Mirabal, veinticuatro.
(Día 15) La ciudad dijo, que porque
el Archivo de esta ciudad está sin llaves e sin poseer los pape1es en el estado
de claridad y buena cuenta que conviene, acuerda, que el señor Don Juan Alonso
de Vargas, con el Diputado del Archivo, vean las papeles del y hagan libro e inventario
y abecedario dellos por sus cajones como a sus mercedes pareciere, con asistencia
de mí el presente escribano, a quien paguen mi ocupación y trabajo y hagan
llaves, e compren lo necesario y es en el gasto de todo ello, e de mi ocupación
a su certificación en propios la libranza, que hagan recoger todos los papeles
que están fuera del dicho archivo, e trasladar e imprimir el libro del
repartimiento, como consta, del Libro de Fechos del cabildo a que me refiero y
lo firme en Jerez en primero del mes de diciembre de 1627 años. Luis Utrera de
Arenas, escribano de Cabildo.
E presentada la dicha petición, el cabildo,
visto que su merced el dicho sr. alcalde mayor mandó que los caballeros diputados
del archivo asistan para abrirlo, que su merced está presto de hacer la
diligencia que se pide y ansí lo proveyó e mandó e firmó.- Licenciado Ramo de
Castilla.- Luis Utrera de Arenas escribano de cabildo.
En su virtud con fecha 3 de diciembre
de 1627 se reunieron dichos sres y acordaron lo que en el expresado día aparece.
(Día 15) En esta fecha, año de 1684
consta que se nombraba calle de las Vacas la que después se llamó de las Verzas
y hoy de la Pescadería.
(Día 15) Y 1781. Procesión general
de Ntra. Señora de la Merced, con asistencia de los cabildos, por falta de
agua.
(Día 16) El Dr. Don Alonso
Caballero de los Olivos, vicario visitador general de este arzobispado y canónigo magistral de la Colegial, ante Francisco
Arias Gallegos en 16 de noviembre de 1652 fundó 6 capellanías de coro con salario
de 25 ducados cada una, que era el mismo que a los tres pagaba la fábrica, de
que dejó por patrono y administrador al cabildo eclesiástico, y que fuesen
amovibles (sic) a su voluntad.
(Día 16) En este día y año 1727 fue
la general procesión pura la colocación de la nueva iglesia de Ntra. Sra. del
Carmen y hubo octava de las religiones y los cabildos.
(Día 17) En este día, y año 1593,
acordó la ciudad dar poder de convenio con el señor provisor de Sevilla para la
entrega del hospital de San Sebastián al hermano Juan Pecador.
(Día 17) Con esta fecha, año de
1570, acordó la ciudad que se suplicase al rey don Felipe II, que de los
moriscos que se sacaban del reino de Granada, se enviasen algunos a Jerez, que
se hallaba falta de vecindario a causa del hambre y la peste.
(Día 18) En este día, año de 1494
hubo facultad del sr. arzobispo de Sevilla la traslación
de la iglesia y casa de las Recogidas.
(Día 19) Por muerte del Rey Don
Fernando VII acaecida a las 3 de la tarde del 29 de septiembre de 1833, se
proclamó en esta ciudad en los días 19, 20 y 21 de noviembre de dicho año, a su
hija doña Isabel II, en cuyo nombre entró a gobernar, su madre doña María
Cristina de Borbón. Hubo funciones muy suntuosas, hermoseándolas las clases
acomodadas del pueblo, con los rasgos sublimes de la más útil de todas las
virtudes sociales, cual es la beneficencia.
(Día 19) En este día y año de 1494
(sic), se hizo la escritura para entregar los 300 ducado del hospital de la
misericordia a el hermano Juan Pecador ante Felipe Zarzana.
(Día 20) Por este tiempo del año
1406, tenía Jerez su escuadra propia de navíos y galeras con su surgidero,
donde hoy es la villa de Puerto Real, e infestando los corsarios de la ciudad
de Tetuán estos mares, se incorporaron las galeras del Rey con las de Jerez y
tomaron la Plaza de Tetuán, que era de las más fuertes del África, y la
demolieron, como lo estuvo hasta que la volvieron a levantar los moros de
España expulsos del Reino de Granada.
(Día 20) El cabildo eclesiástico de
esta ciudad, participa al ayuntamiento la adquisición de la Biblioteca y Museo
de la Colegial, año 1797.
(Día 21) La reina doña Isabel la
Católica, después de padecer una enfermedad 4 meses entregó su alma a Dios a la
edad de 53 años, el día 20 de noviembre de 1504, luego que espiró hizo don
Fernando levantar pendones en Medina de Campo por su hija Doña Juana, sin
atender a los consejos de algunos que querían persuadirle a que se ciñera la
Corona, pero el generoso aragonés no solía tomar dos determinaciones y así no
hubo que replicar contentándose don Fernando con el título de Gobernador del
Reino durante la ausencia de Don Felipe, esposo de Doña Juana. La noticia de
este desgraciado suceso llegó a Jerez el día 7 de diciembre con orden del Rey.
Viendo para que se levantasen pendones por doña Juana y que las exequias por la
reina difunta se hiciesen muy llanamente, cumpliendo así la última voluntad de doña
Isabel.
(Día 21) En 2 de
noviembre de 1712 el capuchino Fr. Isidro Sevilla pide 4 varas de sitio en la
rinconada de la Torre del Reloj, Plaza de Plateros; para ampliar la capilla de
la Pastora en la iglesia de San Dionisio.
(Día 22) Hambre y peste padecían
nuestros jerezanos por estos días en el año de 1570,
pero no por eso dejaron de festejar juegos
de
cañas el casamiento del Rey don Felipe II, con la hija del emperador
Maximiliano. Espínola dice que en esta ocasión la ciudad dio librea de sus
colores azul y blanco a todos los caballeros que entraron en la plaza; pero las
fiestas no fueron muy animadas, porque al mismo
tiempo llegó a Jerez el licenciado Velázquez de comisión del Comendador mayor
de Castilla, con propósito de sacar de la ciudad 10.000 fanegas de
trigo, y las sacó y quedó la población tan afligida que no bastaban dineros
para comer si no iban acompañados de alguna violencia.
(Día 22) En este año servía en Flandes
el jerezano Domingo de Carrizosa, se valió Don Rodrigo de Toledo para recuperar
el Castillo de Lovastain pequeño fuerte en la punta de una isla que
hace el Mosa: cumpliendo nuestro jerezano lo que de él se esperaba y asegurando la
posesión del castillo con 50 hombres que le siguieron.
(Día 22) La ciudad en este día, año
de 1662, hace cesión a los beneficiados de San Dionisio de la calleja llamada
Angostillo de San Dionisio, que su tránsito es de la Plaza de Escribanos a la
calle de la Misericordia.
(Día 23) Para reparar el antiguo
templo de la Colegial se vendió toda la plata que
tenía
y consta que en 15 de octubre de 1606 dio la ciudad 500 ducados y prestó Don
Pedro de Villavicencio 200 reales y en 23 de noviembre de 1622, se hicieron para
sostener la capilla mayor, cuatro pilares, para lo que dió la ciudad 200
ducados: pero con los temblores de tierra del año 1680, se desplomó la nave dal
sagrario por lo que en 8 de junio de dicho año ofreció la ciudad 12000 ducados,
que extendió hasta 24000 en 4 de marzo de 1685.
(Día 23) En este día, año de 1823
fueron fusilados en el sitio de la Alcubilla a las cuatro y media de la tarde 3
reos los cuales dos días antes fueron presos en el Puerto, mediante la declaración
dada por un capitán famoso de ladrones que aquella misma tarde fue aprehendido
en Jerez, el cual por libertarse la vida dijo el paradero de los reos
fusilados; eran naturales de Barrameda y todos tres se llamaban Manueles, Acuña,
Campos y Hurtado.
(Día 24) Con fecha 24 de noviembre
de 1859 el ayuntamiento autoriza al Banco para usar el escudo de Jerez.
(Día 24) El Rey don Felipe III
nombró en noviembre de 1511, a su sobrino el Príncipe Filiberto de Austria, Capitán General
de la mar, y así lo avisó a nuestra ciudad, avisándole que venía el príncipe a
servir su cargo en Andalucía. El conde de Castrillo, mayordomo [del] príncipe,
escribió también a la ciudad, para que le tuviese preparado su hospedaje, pues
era la intención de su señor venir a Jerez y enterarse con despacio de los
recursos con que contaba para la noviembre (sic) que su Alteza había llegado a
Sevilla y al momento despachó nuestra ciudad dos veinticuatros que fueron a
esperar al príncipe en Utrera. Entró en Jerez don Manuel Filiberto de Austria
por el llano de San Sebastián, Puerta de Santiago, atravesando
calle de Francos hasta llegar a la Puerta del Real y plaza del Arenal, donde
estaba formada la milicia. Aposéntase en la Casa del Corregidor, de cuyos
balcones vio la escaramuza con que le obsequiaron las compañías, cuyos
ejercicios le agradaron en estremo, aplaudiendo con frecuencia a voces y
haciendo cortesías. Retiróse luego a descansar, y por la noche dijo al corregidor
que ya sabía lo que valían los jerezanos a caballo y que se daría por muy
obsequiado si jugasen cañas en su presencia. Cundióse (sic) la voz y antes de
que el corregidor llamase a los diputados de fiestas, ya estaban en cabildo los
caballeros armados y dispuestos para entrar en lid al día siguiente. Todo esto
se hizo de noche, de modo que al amanecer cuando sonaron los clarines, la plaza
del Arenal se ofrecía a la vista del príncipe como un anfiteatro cubierto de
banderines, de ricas telas en los balcones, tapicería y hermosas damas bien
prendidas que con impaciencia aguardaban la señal. Fuera de la plaza estaban
los ginetes montando nobles caballos que relinchaban de pura impaciencia, que
es animal muy agradecido a las galas con que le adorna su dueño. A la entrada
tenía la ciudad prevenido un soberbio alazán de Don Juan de Mirabal, con silla
de brida terciopelo carmesí tan cuajada de oro que se adivinaba, más que se
veía, su color; pero el príncipe no quiso montar porque no traía bota calzada
aunque admitió el caballo como regalo y lo mandó llevar a su caballeriza. La ciudad
pagó a don Juan de Mirabal 500 ducados por el alazán y 100 por los aderezos,
que fue muy poco dinero, porque no había en Andalucía otro caballo igual.
(Día 25) En esta fecha y año 1549,
hubo recelos de levantamiento de moriscos en nuestras fronteras de Andalucía,
como consta por una carta que el príncipe don Felipe, gobernador de España a la
sazón, por ausencia del césar Don Carlos V, su padre, escribió a Jerez,
avisándola que estuviese apercibida y a punto de guerra, para cuando ordenase
el conde de Tendilla, capitán general del reino de Granada, a cuyo cargo
quedaba reprimir a los moriscos con toda severidad. Otra carta en términos casi
idénticos recibió el cabildo de nuestra ciudad en el año 1551, del mismo príncipe
don Felipe, y atendiendo a las dificultades que por este tiempo suscitaban al césar
sus enemigos y especialmente Enrique, rey de
Francia, que había heredado con el trono el odio al emperador, se supone que
estas turbulencias tan anunciadas de parte de los moriscos, eran como
alfilerazos de la política, a fin de inquietar y aburrir al gran monarca llamando
su atención por muchos puntos a la vez. El césar que andaba retirado, dio
pronto cuenta de sí saliendo de su retiro con un numeroso ejército y
a vuelta de cien victorias asentó una paz muy a su gusto, coronándola con el
casamiento del príncipe Don Felipe con María Tudor, reina de Inglaterra. Espínola
dice que don Felipe se embarcó en la Coruña para ir a reunirse a su esposa y
que le acompañaron varios jerezanos, aunque no dice los nombres de estos.
(Día 25) El día 25 de noviembre
1885 a las 8'45 de la mañana falleció el augusto monarca Don Alfonso XII, cuya
tristísima noticia fue comunicada telegráficamente a las diez de la noche del
mismo día. Como única manifestación ostensible que el pueblo de Jerez pudo
hacer en el momento con suceso tan sentido universalmente, se
izaron a media hasta banderas con crespones negros y la campana del reloj de
las casas Consistorio anunció con su tétrico sonido un doble continuado para cuyo
efecto se colocó el badajo que se
encerraba desde su construcción en 1862.
El día siguiente al fallecimiento
de la real persona, la tropa acantonada en esta ciudad recorrió las calles de
la misma al mando de un comandante
declarando en estado excepcional a la población en unión de todo el
distrito de Andalucía fijándose al efecto el oportuno
bando del Capitán General Sr. Polavieja en la plaza que lleva por nombre el del
malogrado monarca.
(Día 26) En este día, año de 1611,
se publicó edicto prescribiendo el orden de la procesión para asistir a las exequias
de la reina Doña Margarita.
(Día 26) El ayuntamiento de esta
ciudad asistió el día 26 de noviembre de 1831 a la nueva bendición de la iglesia
del convento de Mercenarios Descalzos y colocación de Ntra. Señora de Belén en
el famoso retablo que al efecto se construyó. En el día este convento se ha
convertido en cárcel después de una costosísima obra que para ello se hizo.
(Día 27) En este día año 1660, se
ganó sentencia de vista contra los compradores de tierras valdías del término
de Jerez en confirmación de la sentencia dada por el juez de comisión en
10 de abril de 1659.
(Día 27) En 27 de noviembre de 1730
se concede sitio en el Ejido espalda de la Capilla de las
Angustias para los trabajaderos a Diego López, herrador y Pedro de Mesa
Carpintero.
(Día 27) El excelentísimo
ayuntamiento aprueba en esta fecha y año 1876,
el
reglamento para una casa de socorro que se había dispuesto establecer, a
imitación de las que ya asistían en Sevilla y otras poblaciones de importancia.
El objeto de dichas casas es auxiliar por
primera vez a los que en la calle o en sus casas son acometidos
de alguna lesión o herida.
(Día 28) En este día, año 1495, real
cédula para que los vecinos de Jerez que vivieran en Puerto Real contribuyesen
en esta ciudad como si viviesen en ella.
(Día 28) Por la gran seca que se experimentaba
en esta ciudad se llevó en procesión general desde el Convento de Sto. Domingo a
la Colegial, la imagen de Ntra. Señora de Consolación, donde por ocho días se
le hicieron solemnes fiestas y llovió mucho, por lo que
en 28 de noviembre de 1607 en acción de gracias se le votó una fiesta.
(Día 28) En este día, año 1757, la
ciudad acuerda se construyan casillas en la calle de las berzas para que las
ocupen los verduleros.
(Día 29) Concédese en esta fecha
año de 1837, la calleja de San Ildefonso a D. Pedro Domecq.
(Día 29) 1783. Ahorcaron a Domingo
Marbido, por haber dado muerte al montañés de los palos en el Arroyo.
(Día 29) En este tiempo año de
1621, reinando en España el rey don Fernando IV, una armada holandesa amenazaba
los puertos de Andalucía, que no contaban otra defensa por mar que la que podían
hacer doce navíos, al mando de don Fadrique, única fuerza naval dispuesta para
resistir al enemigo, y sin embargo maniobró con tanto acierto y buena fortuna que
derrotó a los anemigos en el Estrecho de Gibraltar, echándoles a pique varios navíos
dispensando a los demás muy maltratados. En esta facción se hallaron varios jerezanos
y entre ellos don Pedro Martínez Santiago, que murió herido en uno de los abordajes
de un tiro de pistola en una pierna, pero tuvo la buena fortuna de vendar la herida
con un gallardete del buque enemigo, que ya estaba abordado y ardía por todas
partes, por lo cual se echó a nado y le recibieron en uno de los nuestros.
Cuando volvió a Jerez trajo el gallardete y le colgó en la iglesia de
San Juan sobre el sepulcro de sus mayores del apellido de Hinojosa.
(Día 30) El suceso de nuestra
Armada que salió de Mesina a principios de octubre de 1571, fue felicísimo
en la célebre batalla de Lepanto, como cuentan todas las historias: en la Capitana
de Malta murieron los dos hermanos Villavicencio Don Juan y Don Bartolomé, con
don Alonso de Galdames y Payo Patiño, hermanos, hijos de don Francisco Román de
Trujillo, caballeros de la orden de San Juan, todos ciudadanos de Jerez, estos
últimos que iban en la Capitana de su religión, donde se hallaron muerto más de
300 turcos: que tantas y aun más vidas costaron las que perdieron los defensores
de la galera, que fueron todas menos la del Capitán Moncada y cuatro soldados
que se hallaron vivos debajo de la cubierta. La carta siguiente que escribió
Don Juan de Austria a un hermano de los dos Villavicencio en Jerez, dice todo
lo que interesa saber sobre este asunto.
"Magnífico Señor. Los muchos y
buenos servicios que los capitanes don Juan y don Bartolomé Villavicencio vuestros
hermanos hicieron al rey nuestro Señor eu Flandes y en esta última jornada me
tienen tan cuidadoso de su satisfacción, que desearé pagarles aventajándolos
como merecían tan excelentes caballeros y valerosos soldados.
Dios cuya voluntad fue llevárselos
en la batalla pasada, donde pelearon en defensa
de su capitán
hasta que la muerte trajo por la mano a la victoria no ha permitido que fuesen
satisfechos con premios temporales, pagándoles
el con
(sic) el eterno el valor y el celo que en esta ocasión gloriosa demostraron.
Pero porque no quede sin lugar el agradecimiento del rey mi señor me ha parecido
bien suplicarle remunere en vos los servicios de
vuestros hermanos, por que deseo os venga por ellos acrecentamiento, y porque
los merecéis; y así escribo al secretario Antonio Pérez rogándole lo suplique y
pida a S.M. de mi parte con todo empeño, como lo hará. Acudiréis a él: solicitaréis
que esto es lo que me ha parecido hacer y lo que os cumple. Dios nuestro señor guarde
vuestra magnífica persona. De Mesina a 3 de noviembre de 1571. D. Juan de
Austria.
(Esta carta estaba en poder del marqués
de Alcántara).
DICIEMBRE
(Día
1) La ciudad
en hacimiento de gracias de los beneficios recibidos del Santo Cristo
de la Viga, cuya efigie está en la Sta. Iglesia Colegial, ofreció dar cada año
8 ducados para lo que en primero de diciembre de 1670, cedió seis
ducados sobre un corral detrás de Santiago.
(Día
1) En
este día del año de 1785, se bautizó una leva de niños vagamundos y los
llevaron a los conventos donde fueron bárbaramente azotados.
(Día
1) En
igual día y año 1770 arcabucearon a un soldado balón al fin de la calle Lealas
en la encrucijada de los dos caminos.
(Día
2) Con
fecha 2 de diciembre de 1791 se suprime la capilla del Santo Cristo
de los Desagravios que existía en la calle de Vicario y cede su suelo al
Hospital de Incurables.
(Día
2) En
este día, año de 1675, se excomulga a todos los que habían sustraído documentos
del Archivo Municipal.
(Día
2) Inquietaba
el rey de Granada nuestras fronteras por las alianzas que había hecho con el
rey de Navarra, con cuyo motivo el de Castilla podía gente y caballos sin cesar
a la Andalucía; en 1446, siendo alcalde de nuestra ciudad Juan de Mejía,
recibió una carta real que trajo Juan de Agora concebida en estos términos:
-El rey: Juan de Mejía, yo mando a
Alonso de Agora que hable con vos algunas cosas que el dirá de mi parte, y vos
mande que le dedes fée y creencia y que ello sea puesto en obra. De Tordesilla
a 2 de diciembre de 1446. Muy leales y entendidos debían ser los mensajeros,
cuando para asuntos del servicio público se les dejaba árbitros de explicar la
voluntad real. No extraño esto, tratándose de un embajador formal pero Juan de
Agora era un pobre soldado menos rudo que otros, para no tan culto como las
circunstancins lo exigían y por aquí se explica la poca diferencia con que
solían escucharse los mandatos reales: En Cabildo dijo Agora que el rey quería
se doblase la vigilancia en el castillo de Tempul y que se le librasen los
maravedíes de la quitación de dicho castillo, pues estaba falto de dineros y
necesitaba ayudas para tener a raya al Navarro que ya había invadido sus
reinos: pero después recibió Mejía otra carta más explícita en que decía don
Juan II.- Sabed que cuanto la mi caballeriza está muy menguada de buenos
caballos, yo vos mando que si servicio de pláceme deseades facer, fagades catar
y buscar en nuestra ciudad un caballo de la
Geriza que sea muy bueno, y me lo enviedes con el portador de la
presente, que es la mi voluntad de servirme del dicho caballo de esa ciudad e
non de alguna otra.- Nótese la fama que tenían los caballos jerezanos y lo
conocida que era la buena casta en este tiempo, puesto que Don Juan II no
quería servirse de otros caballos que no fuesen de la Geriza, que es
nombre derivado de Jerez; corrupción de ferez, y hoy diríamos
la Jerezana.
(Día
2) En
este día, año 1882, fueron presos por la noche unos 60 individuos que decían que
eran socialistas.
(Día
2) En
este día, ano 1823 entró su majestad y familia real en Jerez a las 8 de la
noche acompañados de más de los capitulares que salieron a caballo en cuerpo de
ciudad se hospedaron en el Alcázar con muchos vivas al rey absoluto y viva a la
Religión y el día 3 fueron a la Colegial con toda la grandeza y el
ayuntamiento. Acabada la función volvieron a el Alcázar, y sobre tarde,
mientras estuvo en Jerez el rey se presentaba por una de las ventanas del
jardín del Alcázar, acompañado de su esposa y hermanos para que todo el
concurso lo vieran contento y risueño, gustándole que le cantasen las canciones
satíricas contra Riego y todos los liberales.
El día 4 hubo besamanos en
celebridad de ser día de San Francisco de Asís en cuyo nombre día y de San
Francisco de Asís nació la princesa mujer del infante Don Carlos hermano del
rey: el día 5 fue a ver a nuestra señora
del Rosario a
Santo Domingo, salió aquella tarde en procesión. Y quiso el rey que la llevaran
al Alcázar.
Dia 6 lunes salió el rey y demás
familia a las 6 de la mañana para la villa de
Lebrija con el mismo acompañamiento y
ceremonias que cuando vino fueron acompañados hasta el Cortijo del Pino.
(Día
3) En
la ciudad de Jerez de la Frontera en 3 días del mes de diciembre de 1627 años,
estando en las casas del Cabildo esta ciudad el sr. licenciado Don Juan Ramón
de Castilla, alcalde mayor de ella y don Juan Alonso de Vargas Pérez y
Don Álvaro López de Padilla, veinticuatros diputados del archivo, en presencia
de mí Luis Utrera de Arenas, escribano del dicho Cabildo y guerra, y en
cumplimiento del auto de atrás (véase el 15 de noviembre) se abrió el archivo
de esta ciudad, que está en el dicho Cabildo con las llaves dél, y se sacó un
libro viejo, encuadernado, de letra antigua y en papel de algodón, húmedo, que parece ser
del repartimiento de las casas de esta ciudad, que se hizo, cuando se ganó de
los moros en tiempo del sr. rey Don Alfonso en la era de mil y trescientos y
cuatro años y al fin dél parece está firmado de Francisco Fortín Franco,
[escribano] de Cabildo de esta ciudad, que lo numeró y firmó en presencia del
licenciado Santarén, alcalde mayor que fué de esta ciudad y un privilegio escrito
en pergamino sellado con unas armas reales en cera,
que parece ser del sr. rey don Sancho en que confirma el repartimiento fecho de
las casas y heredades a los conquistadores
que ganaron esta ciudad, su data en Guete a 27 de agosto era de mil
trescientos y 28 años y otro privilegio rodado escrito en pergamino con un
sello de plomo de las armas reales de Castilla y León pendiente del que parece
ser dado por el sr. rey Don Alonso del repartimiento de las tierras que
heredades, y otras cosas a los 40 caballeros del feudo, su data en 29 días del
mes de octubre era de 1306 años: los cuales dichos papeles y privilegios sus
mercedes los dichos sres. diputados me lo entregaron a mí el presente
escribano, para que los haga trasladar e imprimir y se vuelvan al archivo y
ansí lo mandó y firmó juntamente con los dichos caballeros diputados.
Licenciado Don Juan Ramos de Castilla.- Don Álvaro López de Padilla.- Don Juan
Alonso de Vargas.- Ante mí Luis Utrera de Arenas, escribano del Cabildo.
Provisiones del repartimiento a los
40 Caballeros del feudo. Sepan cuantos este privilegio vieren y oyeren como
nos Don Alfonso por la gracia de Dios rey de Castilla, de Toledo, de León, de
Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, del Algarve, en uno con la
Reina Doña Iolante mi mujer y con nuestros hijos el infante Don Fernando
primero heredero y don Sancho y don Pedro y don Juan y don Jaime por gran favor
que habemos que la ciudad de Jerez, que Dios nos quiso dar para su servicio,
sea mejor poblada y más honrada, tuvimos por bien de heredar en ella 40
caballeros hijosdalgo y mandamos dar a cada uno de ellos casas y 6 aranzadas de
viña y 2 aranzadas de huertas y 15 aranzadas de olivar y 6 aranzadas de
tierra para majuelos y 6 yugadas de heredad año y vez para pan y por facerles más de bien y nuestro porque todavía puedan estar mejor
guisados para hacernos servicio tenemos por bien que cada uno dellos tenga de
nos de más de esto cada año 200 maravedíes y de todo esto sobre dicho les damos
por feudo en tal manera que sean siempre nuestros vasallos y de nuestros
herederos ellos y todos aquellos que estos heredamientos heredaren por razón
dellos y que non hayan otro señor y que tengan cada uno dellos, para siempre la
mayor casa poblada con la mujer e los hijos y con la otra compaña que hovieren:
a todos estos 40 caballeros han de estar todavía guisados los cuerpos y los
caballos armados, y mandamos que cuando muriere
alguno destos caballeros si hubiere hijos, que uno
dellos, que el más quisiere a quien dejare señaladamente este heredamiento que
nos le damos que ese lo herede por él, y sino hoviere fijo, que lo
haya uno de sus parientes que él quisiere, que sea hidalgo y tal home que pueda mantener
el heredamiento y facernos servicio por él, así como era tenudo de lo hacer
aquel de quien lo heredó: y si por venir
acaeciere
que alguno dellos no dejare a su muerte hijo ni otro pariente que heredase su
heredamiento que finque a nos o a nuestros herederos, para
facer dello lo que tuviéremos por bien a
cualquier dellos que muriese y dejase hijos, o otro pariente que lo heredase
por el si acaeciese que no fuese de edad mandamos que sea tenudo
de dar otro home en su lugar que esté guisado para facernos este servicio fasta
que él sea de tiempo que lo pueda cumplir por sí. E aun por facerles más de
bien y de nuestro mandamos que si acaeciere que alguno de ellos cativase en nuestro servicio
o le viniese otro grande embargo semejante por que le sea
mucho menester de vender al heredamiento,
que
lo faga saber a nos, o al que reinare en nuestro lugar, y con nuestro
otorgamiento que lo pueda vender a otro fidalgo que sea tenudo de facer aquel
mismo servicio que él era tenudo de facer e quel mismo servicio que él era
tenudo de complir. E mandamos y defendemos que ninguno non sea osado de ir contra
este privilegio para quebrantallo ni para menguarlo en ninguna cosa e cualquier
que lo feciese habrá nuestra ira y pecharnos ha en coto 10.000 maravedises, y a
los que el tuento (sic) recibieren todo el daño doblado. E porque esto sea
firme y estable, mandamos sellar este previlegio con nuestro sello de plomo.
Fecho el previlegio en Jerez por nuestro mandado lunes 29 dias andados del mes
de octubre en era de mil y trescientos y seis años. E nos el sobre dicho rey
Don Alfonso, reinante en uno con la reina Doña Iolante mi mujer, y con nuestros
hijos el infante Don Fernando primer heredero y con Don Sancho y Don Pedro y
don Juan y Don Jaime, en Castilla, en Toledo, en León, en Galicia, en Sevilla,
en Córdoba, en Murcia, en Jaén ,en Baeza, en [Badajoz] , en el Algarve,
otorgamos este previlegio y confirmámoslo.-Don Sancho arzobispo de Toledo y
chanciller del rey, confirma don Remón arzobispo de Sevilla, confirma Don Juan,
arzobispo de Burgos, confirma Don Alfonso obispo de Palencia, confirma don
Fernando obispo de Segovia, la Iglesia de Sigüenza vaga (sic), confirma don
Agustín, obispo de Osuna, confirma don Pedro obispo de Cuenca, confirma don
Francisco Domingo obispo de Calahorra, confirma don Fernando obispo de Córdova,
confirma don Pedro electo de Palencia, confirma don Pascual obispo de Jaén,
confirma don Frey Pedro obispo de Cartagena, confirma don Frei Juan obispo de
Cádiz, confirma don Juan González, Maestre de la Orden de Calatrava, confirma
don Alfonso de Molina, don Felipe, confirma, confirma don Luis, confirma don
Nuño González, confirma Don Juan Alfonso, confirma don Fernán Rois do Castro ,
confirma don Juan García, confirma D. Díaz Sánchez, confirma don Gil García,
confirma don Pedro Camiel, confirma don Gómez Ruiz, confirma don Pedro Badajoz,
confirma don Enrique Pérez, confirma don Íñigo Duque de Borgoña vasallo del
rey, confirma don Enrique Duque de Loregne, vasallo del Rey, confirma don
Alfonso hijo del rey Juan Dacret, emperador de Constantinopla y de la
emperatriz doña Berenguela, conde, vasallo del rey, confirma don
Luis hijo del emperador e de la emperatriz sobre dichos, conde de Belmonte,
vasallo del rey, confirma don Juan hijo del emperador y de la emperatriz sobre
dichos, conde de Monfort, vasallo del rey; confirma don Agastón, vizconde
de Becerte, vasallo del Rey, la Iglesia de Santísimo vaga, confirma don Martín,
obispo de León, confirma don Pedro, obispo de Oviedo, confirma don Suero,
obispo de Zamora, la Iglesia de Salamanca
vaga;
confirma don Erman, obispo de Astorga, confirma don Domingo, obispo de Ciudad
Rodrigo, confirma don Miguel, obispo de Lugo, confirma don Nuño, obispo de
Mondoñedo, confirma don Fernando, obispo de Coria, confirma don Fr. Bartolomé,
obispo de Silve, confirma don Fr. Lorenzo, obispo de Badajoz, confirma don
Pelayo Pérez, Maestre de la Orden de Santiago, confirma don García Fernández,
Maestre de la orden de Alcántara, confirma don Juan Yáñez, Maestre de la Orden
del Temple, confirma don Gubier Suárez, Adelantado Mayor de León, confirma don
Esteban Fernández, Adelantado Mayor
de Galicia, confirma Maestre Juan Alfonso Notario del rey en León y Arcediano
de Santº, confirma Alfonso Fernández hijo del rey, confirma Rodrigo Alfonso,
confirma don Martín Alfonso, confirma don Rodrigo Ibáñez Pertiguera
de Santº, confirma don Juan Pérez, confirma don Gil Martínez, confirma don
Martín Gil, confirma don Juan Fernández, confirma don Ramón Díaz, confirma don
Álvar Díaz, confirma don Alfonso García, adelantado mayor de tierra de Murcia y
Andalucía.- Juan Pérez de ciudad lo fizo por mandado de Millán Pérez de Aillón
en el año diez e seteno que el rey Don Alfonso reinó.
Sepan cuantos esta carta vieren
como nos don Alfonso por la gracia de Dios, rey de Castilla, de Toledo, de
Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Baeza, de Badajoz, del
Algarvc, reinando en uno con Doña Iolante mi mujer e con los infantes nuestros
hijos don Fernando, don Pedro, Don Sancho, Don Jaime, porque la nuestra
voluntad es que no escaescan (sic) nuestros fechos, antes vayan de suso en
crecimientos más por que bien tenemos sabido que vos la
encomendamos Alvar Yáñez, alcaide de la nuestra ciudad
de Jerez de la Frontera que Dios nos quiso dar para su servicio, la tenedes en
la guisa y cuidado que vos la encomendamos
por nuestro mandadero Pedro Melgar sois cada día maltratado y angustiado con
las muchas salidas y correrías que los moros vos facen, prende
para más la asegurar y más guardada y acorrida sea y desocupada de
los moros nuestros enemigos, tenemos por bien y ordenamos de enviar esta nuestra carta para que por ella entendáis los caballeros
fijosdalgo de los nuestros reinos vos enviamos para que con vos y ellos esté en
cuidado esa ciudad bien guardada, estos los que de
yuso se nombraren, a los cuales encargamos
e
facemos fianza dellos que vos ayudarán e será a su cargo guardar
las 4 puertas della, en esta guisa, haciendo
4
partes, 10 en cada una para guardar cada una puerta, en que la puerta que dicen
de las cruces que es la salida que dicen de la carrera de Sevilla, asista
Fernán Yáñez Palomino por alcaide y capitán dellas y de 1as cuadrillas que allí
están y de los otros más caballeros hijosdalgo del número de
los 40 que aquí se hace mención. Puerta de Sevilla.-
Alcaide Fernán Yáñez Palomino, García Fernández Quevedo, Juan Pañol, Peribáñez, Fernán Yáñez, Enrique de
Figueroa, Blas Martínez de Vigaellos, Don Beltrán Benito,
Martín Estevanes, Fernán Martínez.- Puerta del Real.
E por
la misma orden e repartimiento tendrán cuidado de encargar a Nuño de Cañas la
Puerta que dicen del Marmo1ejo que es a la haz del Real y esté por alcaide e
capitán de ella y de las cuadrillas que tiene de guarda
Nuño
de Cañas y en su compañía otros 9 caballeros
de
los 40 que son los siguientes: alcaide Nuño de Cañas,
Álvar Fernández, Vicente Amaya, Garci Díaz, Domingo Fernández, Bonifacio Martín
Ramírez, Martín Ruiz de Trigueros, Juan Márquez, Pedro Fernández de Villalao,
Pedro Páez de Santarén.- Puerta de Rota. -En la
puerta que dicen del Aceituno que es a la salida de los Cabezos de la carrera
de Sanlúcar, está por capitán y alcaide dellas con las cuadrillas que allí
están, e le acompañan otros 9 caballeros a Diego Pabón de los 40: alcaide Diego
Pabón, Simón Gutiérrez Cortesía, Alfonso García, Gonzalo Yáñez, Ruiz Pérez de
la Copa, Morán Suárez, Esteban Lorenzo, Gonzalo Mateos, Alfonso Muñoz, Juan Alfonso.- Puerta de Santiago.-E ansí mismo a la
puerta que llaman de siete puertas que es en la frente de la Ermita de Santiago
estará con las cuadrillas que allí están Don Gutierre Ruiz de Orbaneja por
alcaide y capitán della y estará con él otros 9 caballeros de los 40 que son
los siguientes: alcaide D. Gutierre Ruiz de Orbaneja, Arias Díaz de Fuente
Encalada, Blasco Muñoz de Gandén (¿), Garci Pérez
Carmona,
Íñigo Gil de las Aras, Rodrigo Alfonso, Gil Muñoz de Lara.- A todos los cuales
y a los demás caballeros del número de 40 facemos fianza encargamos la guarda y
tenencia de 1as dichas 4 puertas por la fianza y lealtad que de ellos tenemos
para que no las dejen, defiendan y estén siempre preguisados (¿) los cuerpos y
caballos con el demás menester, e no fallescan
de lo
facer, porque les prometemos la muestra merced y de los heredar e mejorar en la
dicha ciudad e les dar nuestro privilegio él no se
puedan
mudar ni trocar las instancias que ansí
les damos sin la nuestra voluntad e por el dicho aprieto que
vos ponga nuestro alcaide, no desamparéis nuestro
castillo y homenaje, ni por otro acaecimiento que a los unos y a los otros
haremos nuestra amiganza, e faciéndolo al contrario caeredes en
la ira de Dios y en pena de perder la nuestra amistad. Dada en Villa Real 6
días del mes de noviembre era de mil y trescientos y cinco años. Gil Martínez
de Sigüenza por mandado del rey Don Alfonso la escribí, por
Millán Pérez de Aillón su Secretario.- Don Alfonso.- Millán Pérez de Aillón.
Aprobación de nuestro rey Don
Sancho del repartimiento de casas y heredades hecho a los vecinos de Jerez:
Sepan cuantos esta carta vieren como yo Don Sancho por la gracia de Dios Rey de
Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de
Jaén, de Algeciras. Por hacer bien y merced al concejo de Jerez otorgo, que les
fizo Diego Alfonso nuestro alcalde por mandado del rey nuestro padre en Jerez,
tanto de casas como de los otros heredamientos que los hayan libres y horros
por juro de heredad para siempre jamás ansí como ge lo entregó,
y que sean para ellos y para sus hijos y para sus nietos y para cuantos dellos
viniesen que lo suyo hubieran de heredar e que esto sea firme y no tenga ende
dubda mandéles dar esta mi carta abierta y sellada con mío sello colgado. Dada.
en Guete 17 días de agosto, era del mil y 300 y 28 años. Don Martín obispo de
Astorga y Notario Mayor de los reinos de Castilla y de León y del Andalucía, la
mandó facer por mandado del Rey yo Gonzalo Fernández
de la
Cámara la fice escribir. Episcopus Astorga. Cayo Gonzalo Fernández.
(Día
3) En
este día, año 1692 se suplica al Provincial
de la orden tercera de
San Francisco, para que restituya a este convento de la Vera-Cruz al Padre Fr.
Miguel de Porras, hombre hábil para curar los endemoniados.
(Día
4) En
esta fecha, año de 1675, se da cuenta a la ciudad de estar concluida la ermita
de la Alcubilla.
(Día
4) En
el día 4 de diciembre de 1824 tomó posesión del corregimiento de esta ciudad
Don Manuel Monti y Díaz, el cual lo desempeñó hasta
el 29 de enero de 1833, en que cesó por real orden de dicha fecha: su mando en
esta ciudad duró ocho años, un mes y cinco días.
(Día
4) El
4 de diciembre de 1489 fue la toma de Baza por el rey don Fernando el Católico:
Aben Hacen encargado de negociar las mejores condiciones posibles, obtuvo la libertad
de la guarnición y no sé si también de las haciendas, porque en esto no es muy
explícita la Historia. Pero lo que conviene notar es que el pendón de Jerez con
su alférez mayor Pedro Suárez de Toledo y más de 300 jerezanos, quedaron guardando
la fortaleza, lo cual fue un homenaje rendido a nuestras armas, que fueron
siempre las primeras en la lid mientras hubo moros en España.
(Día
4) En
este día y año 1882 (en esta noche de este día) en el ventorrillo del camino de
Trebujena en el pago de el hambre y como a un cuarto de legua de Jerez, fueron
asesinados el dueño del ventorrillo que se llamaba Juan Núñez Chacón de 35 años
y su infeliz mujer María Labrador, y el otro es Manuel Román Ortiz de 23 años:
este fue muerto por el ventero según dicen: de resulta
de todo esto se le quitó la vida a Galán en garrote vil.
El 11 de abril y estando preso un
año, dos meses y 24 días estuvo en capilla 24 horas y minutos: cuando salió de
la cárcel llevaba puestos los
grillos y en la mano un crucifijo. Salió en una silla hasta la puerta y fue
andando hasta dos varas que estaba el carro: de allí al Mercado no tardó nada
subiendo Galán los escalones del patíbulo a saltos hasta llegar al
banquillo. Murió a las 8 y 25 y esta ha sido la ejecución más pronta que se ha
hecho en Jerez Dios lo haya perdonado.
(Día
4) En
este día, año 1824, sábado 4, se recibió de corregidor a
Don Manuel Monti coronel de Guardias Españolas.
(Día
5) Siendo
Guardián del convento de San Francisco de esta ciudad Fray José Jiménez, el 23
de mayo de 1771, como a las ocho de la mañana, flaquearon los entivos del arco
toral de la iglesia, y rendida su gran mole, cayó trayéndose consigo una gran
parte de la bóveda y otra no pequeña de la techumbre y paredes de las capillas
de San Pedro y el Santo Cristo. Este funesto acontecimiento fue menos
sensible con el feliz resultado de no haber dañado a persona alguna.
El guardián supo aprovecharse de
las generosas disposiciones del pueblo y emprendió su obra con ánimo declarado
de que excediese en mucho a la arruinada. La Iglesia provisional durante la
obra fue un ángulo del claustro, la capilla de las llagas y la de los
señores Villavicencio, en que colocados algunos retablos y cerrados los
arcos, celebraban los divinos oficios, aun no sin incomodidad. Apenas se abrió
la suscripción para las limosnas, se presentaron los jerezanos con la mayor
generosidad. Con tales auxilios el prelado determinó poner y puso la primera piedra
con las solemnidades de rúbrica el 6 de diciembre, encerrando en una caja de
plomo monedas de plata y oro y un pergamino escrito con el año, nombre del
prelado. Dirigió los trabajos el arquitecto don Juan Díaz y aunque al principio
no se pensó en demoler lo restante del templo, pareció
preciso
hacerlo y levantar toda la iglesia de nuevo, cuyos planos dio el expresado
arquitecto.
(Día
5) En
5 de diciembre de 1612, se hizo por el ayuntamiento la recepción del príncipe
Filiberto Manuel de Saboya.
(Día
5) En
5 de diciembre de 1692 la orden de carmelitas descalzos pide permiso para
fundar convento en el boquete del Valle.
(Día
6) En
este día 6 de diciembre de 1789, prendió el corregidor una casa de mala fama de
la cual mandó sacar los colchones y quemarlo junto al Alcázar: las mujeres eran
dos mozas y una era vieja y las afeitaron la cabeza y las cejas, y a la
vieja la azotaron llevándola en procesión hasta la cárcel.
(Día
7) Estando en
la Colegial en los maitines, víspera de la Concepción
del
año 1694, se desplomaron varios cantos, y al día siguiente se declaró no
poderse usar del templo y se condenó su uso, formando altar en la sacristía. Lo
que visto por la ciudad, nombró sus diputados para que con diputados y con los
del cabildo hiciesen formar planta y comprar los sitios necesarios para su
ejecución. Hízose la del solo templo que se apreció en 400.000 pesos.
(Día
7) En
9 de mayo de 1696, dicha la misa del Espíritu Santo, expuesto el sacramento,
con asistencia de ambos cabildos, con genera1 repique y alegría, se puso la
primera piedra y comenzaron a abrir los cimientos: quedando menos de la mitad
de ellos, y como de tres varas de alto hasta el año 1705 en que con
lo fatal de las guerras dentro del reino paró dicha obra; habíanse gastado
19.350 pesos y dos reales: los 9.166 pesos 10
reales, dados por la ciudad, y los 10.183 pesos siete reales limosnas del Sr.
Palafor arzobispo de Sevilla: Cabildo y particulares; estando parada la obra
hasta 14 de octubre de 1715: a sus solas expensas la continuó el sr. cardenal
arzobispo de Sevilla Don Manuel Arias en vida y en muerte; dejando a dicho
templo por su heredero, hasta dos de junio de 1722 que extinguidos los fondos
de su herencia, paró la obra de dicho templo, que siendo de 71 varas de largo y
54 de ancho, de cinco naves inclusas las dos de sus capillas quedó como de doce
varas de alto, y bovedadas sus capillas en que se gastaron en vida y muerte del caudal de dicho señor 92.389 pesos,
7 reales 20 maravedíes.
(Día
7) En
7 de diciembre de 1804 se concede sitio en la calle de la Merced a don Juan
Díaz de la Guerra.
(Día
7) Edicto
con fecha 7 de diciembre de 1643 por el cual mandó
el
arzobispo de Sevilla se guardase en Jerez como festivo el día de San Dionisio.
(Día
7) En
este día, año de 1825, a las dos y media de la tarde, cayó
un rayo en la casa de don Pedro Ruiz de la Rabia, derribando una torre que
tenía la casa en la azotea hundiéndose el techo y cayendo sobre unas botas,
rompiendo unas 50, que contenía unas soleras de vino viejo. Las pérdidas
ascendieron a más de cuatro mil duros.
(Día
8) Lunes
8 de diciembre de 1823 sucedió aquel acto religioso y devoto que viniendo el
Excmo. Ayuntamiento de la iglesia de la Concepción del convento de San
Francisco, según tradición antigua, y viniendo todo los señores en forma vieron
a su Majestad sacramentada que venía de la parroquia de San Miguel para
administrar a una enferma y volviendo atrás de la puerta del Real fue
acompañando en toda forma y ceremonia a Dios nuestro señor hasta la casa de la
enferma y después hasta la referida parroquia, por lo cual se grangeó muchos
vivas a Dios, viva la religión, viva una ciudad católicamente de
Dios y de su rey, a pesar de tantos enemigos liberales herejes y francmasones.
(Día
8) En
este día y año de 1617 hizo la ciudad de Jerez el voto de defender la concepción
en gracia de la reina de los cielos María Santísima en la real casa grande de
San Francisco en cuya memoria se puso el lienzo triunfal que se venera en la
mesa de la escalera principal de dicho convento, y que el primer voto que se
hizo en España.
(Día
9) En
este día 9 diciembre de 1496 hubo real provisión para que el pleito sobre
término con Ronda se le adjudicasen dos partes a Jerez y una a Ronda.
(Día
9) En
este día 1508, se dio principio al dilatado pleito sobre término entre el duque
de Arcos y Jerez.
(Día
10) En
este día, año 1504, envió Jerez a Cádiz las instrucciones que le pidieron para
la jura de la reina doña Juana, y honras de la reina doña Isabel su madre.
(Día
11) En
este día y año 1494 fue la general función para conducir al Señor Sacramentado
de la Iglesia de San Juan de Letrán al convento de San Juan de Dios, hospital
de San Sebastián y a nuestra Señora de Candelaria, que lo había fabricado el
venerable siervo de Dios Fray Juan Pecador, con la reunión de las rentas de
todos los hospitales de Jerez.
(Día
11) En
este año 1600, fue el primer juego de cañas, siendo los partidos de
Villavicencio y Dávila, después de la ejecutoria del Doctor Pérez Manuel, juez
que entendió en esta comisión por real orden.
(Día
12) En
este día, año 1528, era juez de residencia y corregidor el licenciado Juan de
Herreras.
(Día
13) En
este día, año de 1661, respondió la ciudad de Jerez a la carta del señor rey
Don Felipe IV dando la enhorabuena del nacimiento del señor D. Carlos II; y
votó las fiestas reales que se hicieron con este motivo.
(Día
14) Este
año 1652 hubo real provisión para la asistencia de la ciudad a la fiesta á
Nuestra Señora de Consolación.
(Día
14) Este
día, 1632, tuvo lugar la aprobación del rey y consejo de Castilla para el
número de capitulares que debe concurrir para librar, aprobar y ver reales
despachos y dar posesiones.
(Día
15) Este
día y año de 1409, Alonso Fernández Valdespino y Abad García Venades, alcaldes
mayores de Jerez, publicaron por bando fuesen todos por las vísperas a la
iglesia mayor para tratar después el modo de los repartimientos.
(Día
15) En
1525 se confirmaron los nuevos que hizo el cabildo de los señores canónigos de
esta Real Colegial.
(Día
16) En
este día año 1678, fue nombrado corregidor don José Sanvíctores de la Portilla,
del orden de Santo Cristo, Gentil hombre de Boca de su Majestad de su Consejo
de Hacienda y alcalde mayor perpetuo de Burgos.
(Día
17) En
este día, año de 1590, se dio la primera carta de pago del
asiento hecho con su majestad real para anular las tierras baldías que se
habían vendido del término de Jerez.
(Día
17) En
este día, año 1505, ofició esta ciudad a Dionisio Adorno, caballero jerezano
que había ido con otros muchos de esta tierra á la conquista de Orán,
noticiando todo lo obrado hasta entonces.
(Día
18) Este
día, año 1566, era corregidor y juez de residencia el doctor don Pedro Ramírez
de Figueroa.
(Día
19) En
este día, año 1708, confirmó el rey D. Felipe V (que Dios haya) los privilegios
de la real Colegial, parte de diezmos y todos los demás correspondientes y
tercias reales.
(Día
20) En
el día 20 de diciembre de 1426, fue la memorable acción del Rancho, que dio la
gente de Jerez con su caudillo don Francisco López de Grajales, su alférez
mayor, contra los moros de la Serranía, capitaneados por Abdalá Granateji,
gallardo moro y valiente soldado, alcaide de Ronda, el que quedó prisionero y
un sobrino suyo llamado Andala con todos los más del ejército que traían, los
que eran tantos que entraban los cautivos por el Arenalejo de Santiago y aun no
habían salido de los olivares de la torrecilla del Tinte: el capitán de los
moros venía en una mula delante de ellos . Los primeros y más arrojados en esta
memorable jornada fueron Don Pedro Aquilocho y García de Vique.
(Día
20) En
este día, año 1652, la ciudad da licencia al convento de los Descalzos para
plantar una alameda en el Egido.
(Día
21) En
la aldea de Patria, a ocho leguas de Jerez y una de Vejer, había cien
caballeros moros muy valientes, que en caballos blancos con alquizeles de
grana, corrían el término de Jerez y hacían muchos robos; por lo que
determinaron en esta ciudad, salir otros cien caballeros con caballos y
alquiceles del mismo color, y sabiendo haber salido los de Patria a sus
correrías, llevando algunos ganados por delante llegaron a la villa, cuyos
moros creyendo ser sus caballeros, les abrieron las puertas, entraron los
jerezanos y les tomaron la villa, mataron a cuantos hallaron y cerraron sus
puertas, a las que llegando al amanecer los 100 moros, las abrieron y mataron
sin quedar uno, pusieron la cuesta del Justar, y cargados de despojos se
volvieron a Jerez.
(Día
21) Empezó
el jubileo circular, en esta ciudad el día 21 de diciembre de 1782, el cual fue
concedido por la bula de1 papa Pío VI, dada en Roma en 30 de Julio de 1782, el
que continúa en el día.
(Día
21) El
domingo 21 de diciembre del año de 1800 se cantó el Te-Deum laudamos, para
dar gracias á Dios misericordioso por haberse dignado suspender el horrendo
castigo.
(Día
21) En
este día, año de 1792, día de Santo Tomás, tuvo principio el Jubileo circular
comenzando en la Colegial y siguiendo a Belén, habiendo tres noches de repique
general y luminarias, señalándose varias casas y
particularmente la casa de Campo Real.
(Día
22) Al
agregarse al Hospital de la Caridad de esta ciudad el de convalescientes de
Ntra. Sra. de la Concepción y San Francisco Javier, tomaron posesión de dos
casas en la calle de las Cruces, de las que las unas, por mandas que a las
recogidas de esta ciudad dejaron los fundadores, las cedió el hospital de la
Caridad ante Bartolomé Palmero en 22 de diciembre de 1748 a las recogidas del
Beaterio de Jesús Nazareno, quedando libres las otras a dicho hospital de la
Caridad.
(Día
22) En
22 de diciembre de 1773 se da cuenta de haberse concluido la cúpula de la
iglesia Colegial.
(Día
22) En
sesión celebrada en 22 de diciembre de 1679 se da cuenta del incendio ocurrido
en la iglesia del Colegio de la Compañía de Jesús en el día anterior.
(Día
23) En
23 de diciembre de 1649 la ciudad concede a Dionisia Benítez parte de una
calleja entre las calles de Marimanta y Mariñíguez, por ocho rea1es de censo.
(Día
23) En
23 de diciembre de 1733 se concede sitio a los curas de San Miguel para
construir el nuevo Sagrario.
(Día
23) El
rey Don Felipe II, por cédula de diciembre de 1572 usando de la bula de
Clemente VII, concedida a su padre el emperador Carlos V, año 1529, desmembró
de la encomienda del Almendralejo, del orden de
Santiago, los cortijos del donadío de Casarejos, que tenia 1150 fanegas de
tierra de sembradura, y la haza de Vicos que tenía 330, y 18292 maravedis de
censo, que a dicha encomienda se pagaban sobre
casas, viñas y tierras, en el término de esta ciudad, en que hasta hoy
permanece el nombre de tierra de la orden.
(Día
23) Cabildo
del miércoles veinte y tres de diciembre de mil seiscientos treinta y siete.
Los beneficiados y curas de la
Iglesia de San Dionisio de esta ciudad de Jerez de la Frontera decimos: Que el
domingo pasado que se contaron veinte dei este mes de diciembre trajeron un
toro para el regocijo de esta dicha ciudad y a la hora de vísperas entró suelto
en la dicha iglesia de San Dionisio y hizo pedazos la pila del bautismo y
derramó el agua y óleo que estaba en ella, de suerte que no se puede servir de
ella y la fábrica de la dicha iglesia es pobre y no tiene para hacer otra.
Suplicamos a Vueseñoría mande por limosna y aguinaldo de la Pascua dar otra
pila o la cantidad necesaria para ella para bautizar las criaturas de la dicha
collación, que de ello se servirá vuestro Señor, Francisco Cornejo, Hernando
Ponce.
Acuerdo: Leída la dicha petición la
Ciudad dijo que remitía y remitió a los señores de Martín de Torres Gaitán y
Don Juan López de Padilla veinticuatros y fieles ejecutores este mes para que
por cuenta de esta ciudad y de sus propios hagan traer una pila para el agua
del bautismo de dicha iglesia la cual compren en la ciudad de Sevilla o donde
la hallaren y la pongan en la dicha capilla de dicha iglesia o ascienden y
concierten con los dichos beneficiados y curas la cantidad que puede valer y la
costa que le tendrá de traer que todo lo que para ello fuera menester esta
ciudad lo libra en sus propios y en hacimientos de carnicería y a su
certificación se den las libranzas que convengan para que se lo den y paguen a
los dichos beneficiados y curas o las personas con quien lo concertaren que
para todo ello y lo anexo y dependiente se le da poder cumplido e comisión en
forma.
(Día
23) Consta
también en el archivo capitular que otra vez entró un toro en la iglesia de
Santiago, a la hora de vísperas corrió toda la iglesia y no quería salir por
más que lo obligaban, siendo preciso garrochearlo dentro del templo para que
saliera.
(Día
24) En
este día año 1495 real carta de los reyes católicos, fechada en la villa de San
Mateo, para que los Corregidores de Jerez no tuviesen de salario por la ciudad
más que 200 maravedís al día, porque si el marqués de Cádiz y Juan de Robles,
ya difunto, tuvieron 500 maravedís al día, había sido por lo mucho que
trabajaron en la guerra. Así lo pidió esta ciudad de Jerez
y así se concedió.
(Día
24) En
este mismo día, mes y año otra carta de los sres. reyes para que en la barra
que había puesto Charles de Valera en el río Guadalete con licencia de Jerez
para pasar todas las moliendas que fuesen al molino (que también consiguió licencia de labrarlo en dicho sitio) y en
vista de la súplica que hizo de pasar gente se viesen las escrituras de
obligación que habían hecho los del Puerto a Jerez y se guardasen en todo. Este
Charles era alcaide del Puerto y Caballero de Jerez.
(Día
25) En
este día era corregidor de Jerez Juan Rodríguez de Sevilla. Fue el séptimo Juez
y Justicia Mayor de esta ciudad.
(Día
26) En
este día, año de 1496, el corregidor mandó por la
ciudad en fuerza de sus privilegios, a Fernando de Chinchilla, hijo de García
López de Chinchilla que había muerto en esta ciudad el día 14 de noviembre de
este mismo año.
(Día
27) En
tal día 27 diciembre (1480) se estableció en España por cédula de los sres.
reyes católicos el tribunal de la inquisición, nombrándose por Jerez a Fray
Pedro de Quina, de la orden de Predicadores, hijo del convento de esta ciudad,
que después fue confesor de la reina doña Isabel de Portugal, hija de estos
señores Reyes: en este convento de Sto. Domingo y en lo que fue casa de
novicios, estaba la cárcel de la Inquisición con sus armas y prisiones.
(Día
29) En
este día año 1465, escribió el duque de Sanlúcar de Barrameda pidiendo a Jerez
24 caballeros con quien tratar sobre la aclamación de don Alfonso, hermano del rey
don Enrique IV, individuándolos por sus nombres, pero la ciudad solo mandó a
Gutiérrez de Padilla y a Juan Bernalte Dávila para contradecirlo.
(Día
29) En
este día 29, año 1426, fue la memorable batalla llamada del Rancho, en que los
jerezanos, con su caudillo don Francisco López de Grajales se cubrieron de
gloria, Abdalá Granatixi, gallardo moro y valiente soldado, alcaide de Ronda,
ganoso de gloria, entró por estas tierras a talar los campos de Jerez, en donde
fueron derrotados.
(Día
30) En
este día y año 1332 de Cristo, dio el rey don Alonso onceno el privilegio del
amojonamiento de Tempul, y confirmando todos los de sus antecesores padre y
abuelos y bisabuelos todos sus usos y franquicia, hasta la libertad de los
medios de su población.
(Día
31) En
este día y año de 1494 dieron los reyes católicos e1 privilegio de exención de
pedidos y contribuciones a la casa de los Astorgas y exención para alojamientos
aun a los de la casa Real.
EL PENDÓN DE JEREZ
Próxima la festividad del patrón de
Jerez, San Dionisio Areopagita, y siendo este día en el que sale a relucir el
histórico pendón de Jerez, publicamos el siguiente relato histórico, que nos
remite D. Andrés Hidalgo, relato tomado de "Las guerras en la
provincia" y que empieza después de la hazaña del ilustre hijo de Jerez
Diego Herrera. Dice así:
Llegó a noticia de Abul Hassan la
muerte desdichada de su hijo. Hondo
terror se apodera de su ánimo, cual si en los ojos del hijo hubiera visto
cerrar los suyos, cual si él propio esperara el golpe de la muerte. Mas pronto
cobra fuerzas en su dolor, y al dolor sucede la ira, y la ira hiere su corazón
con una sed insaciable de venganza. Aquel emir que se hacía servir de rodillas,
y que imaginaba que si quería extender su poder por el mundo, en el mundo apenas
cabría, sacude el ocio de su gente, y aviva los ánimos de sus pueblos dormidos
para la guerra. Siempre había sido venturoso: solo en la muerte de su hijo
desdichado, pero imaginaba que solo lo había sido para tornar a ser más dichoso
en su venganza.
Abul Hassan dilata unas veces su
pecho con la ira: otras lo encoje con la misma impaciencia que lo consume. Prepara
numerosas fuerzas para lanzarlas contra España
y
emprender su conquista, creyendo que la fortuna
sería
con él adonde quiera que dirigiese sus pasos. Multitud de bajeles pueblan los
puertos del estrecho para trasladar a sus guerreros.
Si más pudiera abarcar en su saña y su ira, mas abarcara y más hiciera. El
mismo rey, apoyándose sobre la guarnición del alfange, junto a los muros de
Ceuta veía embarcar poco a poco su ejército, que había fortalecido, con nuevas
armas.
En tanto el rey don Alfonso,
sabedor de los preparativos de su cruel enemigo, ordenó a su almirante Tenorio
que saliese de Sevilla para defender el paso del estrecho. Comienzan los
soldados a embarcarse en la flota: reverberan en las aguas del Betis los
colores de sus vestidos, las bellísimas plumas que adornan sus yelmos, las
armas heridas por los rayos del sol. Salen los barquillos
engalanados con ricos tapetes y cojines de carmesí donde van el almirante y los caballeros de gran cuenta. Acompáñanlos los parientes.
Abrazan las madres y las esposas a sus hijos y maridos: los padres ancianos
bendicen a los hijos que están para partir: dan prisa los
capitanes, los marineros gritan aquí y allá, unos entran en los barcos, saltan
otros, y al vogar de los esclavos los pequeños bateles hienden las aguas en
dirección de las grandes galeras surtas en medio del río. El almirante se ve ya
encima de la capitana: suenan trompetas y clarines dando la señal de la
partida: corónanse de gallardetes y banderas las naves todas. Se oye el silbo
del cómitre, desamárranse los bajeles pequeños, lévanse las áncoras de los de
la flota, vuélvense las proas, levantan los forzados los remos y baten con
ellos en un solo golpe las sosegadas ondas como para significar que están a
punto: el río se llena de espuma, vogan los esclavos, danse las velas al viento
que sopla levemente y parten de Sevilla, dejando en las riberas con lágrimas en los ojos a los que los habían
acompañado. Piérdense de vista los que se van y los que se quedan pero no pierden
el deseo y la esperanza de volver a estrecharse entre los
brazos.
Llegó la flota a tiempo en que aún
no había Abul Hassan enviado los últimos bajeles con
todos los soldados para la empresa temeraria cuya ejecución había
resuelto. El mismo Alfonso XI, receloso de un siniestro
accidente y conociendo que no era grande el número
de naves que tenía a sus órdenes Tenorio; se embarcó en Sevilla y pasando al
Puerto de Santª María, mandó armar ocho galeras que allí estaban y las envió al
almirante con el fin de fortalecer más y más su flota.
Mas todas estas precauciones fueron
inútiles. No bien tornó el rey a Sevilla, supo que Abul Hassan había pasado el
estrecho con toda felicidad sin ser combatido, pues le prestaron todo favor las
sombras de una oscurísima noche.
Atribuyóse a descuido o temor del
almirante el cual no pudiendo tolerar por más tiempo tal herida
en lo más vivo de su pundonor, precipitado por las calumnias que
contra él se, extendían de este modo en el palacio de su rey, determinó
acometer la armada del emir, no obstante que para cada galerada
de las suyas había cuatro enemigas. Combatió desesperada
cuanto
infelizmente, hasta que toda la flota cayó deshecha en las aguas del mar o en
poder de los moros. D. Alonso Tenorio murió como un héroe. Presa su galera que
había defendido hasta el último extremo, ya sin gente, sin sangre, sin voz y
aun sin aliento, en el castillo de popa
se abrazó con el estandarte, de que los moros se hicieron señores, después de
haberle cortado los brazos con que lo oprimía contra su pecho como la postrer
defensa que ya podía hacer de aquella hasta entonces victoriosa insignia. La
muerte secó sus heridas, y su cadáver fue llevado como muestra del triunfo al
soberbio Abul Hassan que ya pronosticaba el más dichoso fin a sus empresas. En
este primer encuentro su ventura había vencido a su ambición: la prosperidad de
sus armas había pasado adelante de sus deseos. Los dolores de los cristianos
cautivos eran la risa de su pueblo: sus heridas, sus sollozos y sus muertos regocijos
generales. Cinco galeras solamente se salvaron del combate al amparo de los
muros de Tarifa.
Alfonso XI, apenas entendió la
adversidad de sus armas marítimas, creyó oportuno guarnecer con la más y más
perita gente de guerra la fortaleza de Tarifa como la primera
que había de experimentar los
rigores del enemigo. Su alcaide Alonso Fernández Coronel partio a disponer todo
lo necesario a la defensa, en la cual poco estuvo, pues Juan Alonso de
Benavides le sustituyó en el cargo.
En tanto Abul Assan no para, no
sosiega hasta morir o vengarse. Todo caminaba al paso de sus deseos. Sale de
Algeciras con gran hueste y se dirige a Tarifa. Sus intentos son mortales,
encarnizados sus pensamientos, funestos sus designios. Al frente de su ejército
se le ve revolver los ojos ya a una parte ya a otra con prestísima mirada,
consumido por la impacienca: muérdese los labios con la tardanza en llegar ante
la fortaleza, oprime con sus fuerzas al caballo metiéndole casi hasta las
entrañas el acicate, como si todo su campo se hubiese de mover con la ligereza
misma. Ya piensa que combate a la fortaleza, que desmantela el muro, que rompe
las puertas, que soldados entran furiosos como leones desatados por las calles
y casas, llevando por doquier los estragos del hierro y del fuego, matando,
quemando, saqueando y asolándolo todo sin reparo ni misericordia. Ya se figura
ver a los niños en Tarifa quitando los ojos del resplandor de los alfanges y
acogiéndose con temor mortal a los brazos de sus madres, inútilmente, pues
todos serán sacrificados en venganza del hijo que ha perdido. Ya contempla a
las madres que no pueden respirar ni dar un paso, porque el espanto les ata los
pies, y mueren heridas de temor antes que el cuchillo hiera a los pedazos de
sus entrañas. Ya se juzga, en fin, vencedor mandando herir a los caballeros más
principales que defienden a Tarifa, encarcelar a este, arrastrar a aquel, y dar
con el otro en las mazmorras más oscuras.
Llega al fin delante de sus muros,
donde por el momento se detienen sus esperanzas. Pone cerco a Tarifa ardiendo en
inquietud: se apodera de todos los pasos que a la villa conducen, privándola
así de recibir bastimentos corta los caños de agua, ciega las fuentes, piensa
rendirla por hambre y sed sin riesgo suyo; más este
intento pronto desaparece de su imaginación, pues su impaciencia no le permite
dilatar por más tiempo al apoderarse de Tarifa. Combátela por una parte y otra.
Con máquinas militares comienza á aportillarla y atormentar sus muros y sus
torres. En vano confía en que los de dentro se acobarden, en que abran sus
puertas, en que suelten la trompeta de paz, en que vengan a ofrecerle las
llaves de Tarifa. El valeroso orgullo de los cristianos no se templa con los
rigores del asedio, ni rinde las armas, entregando sin más combates la
fortaleza. Rechazan los asaltos constante y aguerridamente, y aguardan con toda
fe el socorro de su príncipe.
Don Alonso XI tomó a sueldo galeras
genovesas, pidió otras al rey de Portugal, y otras al de Aragón; más en tanto
que todas acudían a socorrer al monarca castellano, este envió doce al
estrecho, mandadas por Frey Alonso Ortiz Calderón, con objeto de que molestasen
a los enemigos, interceptándole los víveres, y al propio tiempo que estuvieran
inmediatas a las aguas de Tarifa para prestar auxilios a los cercados.
Desgraciadamente de poco alivio fue
la presencia de estas naves para los defensores de Tarifa. Unos nublados
espesos, lóbregos, oscuros, se levantan: el cielo se cierra, el sol queda
oculto, esfuérzase el viento con sordo mugido, inquiétase el mar, huyen a
guarecerse en la profundidad los peces; las aves marinas con sus gritos
desgarradores se regocijan al presentir la horrenda tempestad, embravécense las
aguas, las ondas cada vez se levantan más y más y más espumosas: braman
azotando los bajeles del rey de Castilla con espantosa furia, no bastan las
áncoras y las cadenas a las naves: las arrastra el ímpetu de las ondas a pesar
de su resistencia: quebrántanse los cables, gritan los pilotos con contrarias
voces según la necesidad instantánea: piérdense las velas, llevándose también
el viento la esperanza: crece la confusión en los marineros, y crecen lo
relámpagos, los truenos, los silbos de aire, el hervir de las aguas, el choque
de las olas, la oscuridad, el miedo, el quebranto y las sombras de la muerte
que aterrorizan a los más esforzados: dan unas con otras aquellas naves con
ímpetu horrible: las otras se despedazan miserablemente contra las peñas.
Tablas, palos y hombres todos son juguetes de las olas. La voz de la tempestad
y el bramido de las aguas sepultan los lamentos de
los tristes náufragos, en tanto que Abul Hassan, cabalgando en un alazán,
contempla desde la orilla el estrago de las naves de su enemigo, con sonrisa
feroz, creyendo que en su socorro acudían hasta los vientos y las aguas para el
exterminio de sus contrarios. Allí cobraba más alientos para restaurar el poder
de la media luna en España, empresa que había comenzado su
deseo de venganza, que proseguía su fe ciega en la fortaleza que le prestaba
aliento y que esperaba terminar felizmente su osadía. Alfonso XI juntó su
ejército en Sevilla. El rey de Portugal llegó con otro a socorrerlo por ser de
entrambos reinos el peligro. Muchos prelados acudieron igualmente por la Cruzada
que el papa había concedido a los que se hallasen en estas guerras. El
arzobispo de Toledo D. Gil de Albornoz era el legado á latere en esta
jornada.
Salió al fin de Sevilla el
ejército, compuesto de veinte y cinco mil infantes y catorce mil caballos, campamento
donde juntó a los tostados rostros de los guerreros se veían mitras, sayales y
cabezas cubiertas de cenizas en señal de penitencia.
Envió el rey una embajada a su
enemigo anunciándole que iba a pelear con él, y pidiéndole que lo esperase. El
moro le devolvió el mensaje diciéndole que había pasado el estrecho y que había
cercado el primer lugar de cristianos que había en las inmediaciones: que si
otro hubiera que a otro hubiera puesto antes el asedio: que fuese a descercar
su vida de Tarifa: que allí lo esperaba; y que si no venía, luego que la villa
fuese tomada, pasaría adelante y se apoderaría de otras y otras.
Despidió D. Alfonso a los
mensajeros del rey moro respondiéndole que agradecía mucho que lo esperase,
pero que no lo creía hasta que lo viese.
No bien supo Abul Hassan que don
Alfonso XI se aproximaba, levantó el cerco de Tarifa, poniendo fuego las
máquinas bélicas con que combatía sus muros, y mudó sus reales. El de Abul
Hassan se colocó en un cerro apartado de la villa: el del rey de Granada que
había venido a auxiliarle en la empresa, más lejano todavía.
Llegó don Alfonso a vista de su
enemigo y se preparó para 1a batalla: ordenó que el prior de San Juan que
estaba en las aguas de Tarifa con la flota de Aragón y algunas naves
castellanas, echase al siguiente día algunos soldados en tierra, para que
unidos con los de la villa saliesen a acometer por otra parte el
campo enemigo.
Sospechó Abul Hassan que del lado
de Tarifa estaba el mayor daño que su gente podía recibir y así mandó a su hijo
Aben Omar que con escogidas tropas ocupasen la pasada del río Salado que corre
al poniente de Tarifa y dividía ambos ejércitos. Don Alfonso XI la noche misma
de su llegada mandó que varios caballeros con gente escogida pasaran el río y
entrasen en Tarifa, para fortalecer a los que en ella
estaban y todos unidos asaltar por otra parte el real del emir de Fez. Con
pequeño combate vencieron estos la resistencia que Aben Omar opuso, y lograron el
intento penetrando en la villa. Concertaron los dos reyes cristianos
la manera de comenzar la batalla al siguiente día: el de Portugal se obligó a
acometer el campo del de Granada y el de Castilla el de Abul Hassan.
Al amanecer oyeron misa, que dijo
el arzobispo de Toledo, y comulgaron ambos príncipes. Luego D. Alfonso armó
caballeros a muchos concediéndoles la orden
de la
Banda. Pusiéronse en orden uno y otro ejército: Abul Hassan se vio acometido
por dos partes: el río Salado bien presto se vadeó por algunos guerreros
quedando seguro el paso para las tropas cristianas.
Abul Hassan pide con gran fuerza
sus armas, sube en un alazán, embraza el escudo, y con el manto al hombro ya
está al frente de un cuerpo de caballos briosos y velocísimos que son un pensamiento
en la carrera.
El alazán en que cabalga lleva un
rico jaez, un freno argentado, la silla con cubiertas bordadas, las
estriveras de oro, antes de
acometer se muestra airado, está como violento; no tiene paciencia,
acostumbrado a la guerra, para esperar el son de
las trompetas que tanto desea oír, que tanto le agrada, que tanto le enciende y
anima, mostrando más y más su osadía, rodeada de las armas.
La gallardía y el ardor de su
caballo parece como que acrecentaban los bríos a Abul Hassan: la sangre ardía
en sus venas, el vigor en sus sentidos, la fuerza en su cuerpo, la destreza y
la agilidad en sus miembros. A todas partes vuelve la vista: nada le impide que
vea todo. Echa mano al alfanje, levanta el brazo con un extraño denuedo que
hace estremecer a cuantos lo miran, y dice: "Esos son 1os descendientes de
los conquistados, esos y no otros los nietos de aquellos tan pusilánimes, tan
cobardes y que tan presto huyeron asombrados al empuje irresistible de las
huestes de Tariq y Musa. Sus espadas están enmohecidas, sus partesanas sin
filos, quebrados por la flaqueza los brazos con que han de esgrimirlas contra
nosotros. Corred con las armas, cercar todos los términos de su campamento con
redes de muerte: el estruendo de nuestros bélicos instrumentos y vuestros
alaridos los ensordezcan y turben. Pregonad a sangre y fuego su muerte, no la
batalla , pues mal puede haberla cuando somos veinte para cada uno de ellos. No
hay que usar mañas, ardides y engaños para vencerlos, ni apellidar falsamente
la victoria. No creáis que son bronces
en la fortaleza, sino miserable polvo que será esparcido, no bien acometáis
cual bravos y deshechos vientos que ni árboles, ni piedras, ni aún los mismos
montes pueden resistirlos".
Dijo y al punto ya los ejércitos se
muestran frente a frente: pónense todos a punto de combatir, suenan los bélicos
instrumentos, descójense los estandartes, tiéndense al aire las banderas,
alborótanse los caballos, triscan, relinchan y bufan, apenas puede contenerlos
el freno: mézclanse los dos ejércitos, el uno contra el
otro. Ya embisten unos, ya se retiran, ya se vuelven a acercar, ya tornan a
apartarse. Muere a los ojos de este el amigo más amigo en la más florida edad:
a la vista del otro muere el compañero en lo más lozano de su juventud ardiente.
Vuelan heridos de incansables golpes las plumas de los yelmos, los clavos de
los brazaletes, la malla de las armas. El empuje
de los caballos hace a los más poderosos y valientes vacilar y caer. Las
plantas se marchitan, las flores se desmayan y amortecen, holladas por hombres
y caballos. Unos y otros combatientes dánse sendos encuentros, vuelan las
lanzas en pedazos, crujen las mallas, saltan centellas de los escudos y de las
armaduras.
En tanto Alfonso XI en la
vanguardia de su ejército a todos habla, de todos los heridos cerca de sí se
apiada, a todos responde, a todos presta consuelos, a ninguno desdeña.
Más su enemigo era fuerte hasta
casi ser inexpugnable; la multitud y grandeza de su ejército asombraban. El
pensamiento de la muerte empieza a apoderarse de una gran parte de los
cristianos, y es tan poderoso que arrebata todo el vigor del corazón y no da
lugar a que se advierta el peligro de todos y la ignominia para nuestras armas.
Una parte cede: no puede resistir al enemigo: rómpase y desordénase el campo:
uno arroja el escudo, desarma otro la diestra, y empieza a ponerse en huida.
Una saeta enemiga se daba en el mismo arzón de la silla del rey Alfonso el cual
casi desesperado iba a entrarse por las picas enemigas, resuelto
a morir como héroe antes que ver el desastre de su ejército y de su reino todo;
más el arzobispo de Toledo con audacia leal le coge las riendas del caballo, lo
detiene y le obliga a no aventurarse de aquel modo, cuando debía tener puesta
en Dios toda la esperanza de la victoria, pues Dios estaba en aquella batalla.
Sosiégase el rostro del rey, se
anima en medio de la confusión y anima a los suyos, perdona a este, reprende al
otro y repara el orden del combate. Cada cual se anima igualmente a sí
propio, creyendo que si el que tiene junto muere, no es por el vigor enemigo,
sino por que pudo menos. Entran en las filas contrarias, hieren a porfía,
destrozan y matan: llénase de cadáveres el campo, ruedan las cabezas por el
suelo, las banderas que iban a ser enarboladas en los más altos homenajes de
nuestras fortalezas, sirven de tapetes en el suelo a los pies de los caballos:
de piernas, manos y huesos se forman montones. La polvareda y gritería espantan
y aterrorizan a las aves que volando pasan: corren ríos de sangre. Cuando más ciego
en su cólera, cuando más empeñado estaba Abul Hassan en su pretensión, cuando
de los ojos parecía que le saltaban centellas, una saeta que hiere su caballo
lo derriba, no tanto del caballo cuanto de su loco pensamiento: conoce al
propio tiempo la flaqueza en el resistir de los suyos, y no quiere ser despojo
de un soberbio contrario. Monta en otro caballo y huye en dirección de
Algeciras: el monarca granadino retirase también del lugar del combate: sólo
quedan sustentándolo los caudillos inferiores.
El hijo de Abul Assan por otra
parte huyendo de los vencedores corre con toda lijereza por las inmediatas
arboledas; y por escaparse de los que le siguen, con su fuerza y brío y con el
brío y la fuerza de su caballo quebranta los arbolillos tiernos que delante se
le ponen para estorbarle el paso, y saltando por las peñas de las sierras
inmediatas casi cree hollar sus empinadas cumbres; más le falta el aliento, le
falta las fuerzas todas y solas las voces y la alta gritería de los
perseguidores, el silbo de las saetas y el resplandor de las alabardas puestas
en el paso por donde ha de ir, lo amilanan y amedrentan de manera que viene a
dar de ojos ciego en las manos de sus mismos enemigos, y cuando quiere volverse
atrás no hace otra cosa que contener el furor del caballo, obligándole a
estampar las carbas en la tierra.
La huida es general por todo el
campo moro. Allí cae un sobrino de Abul Hassan que al romper el día se vistió
arrogantemente las armas creyéndose vencedor, armas que jamás dejó, pues con
ellas fue cadáver y sepultado entre sus mismos esclavos. Allí otro caudillo
apenas quiere escapar cuando ya está sobre él el enemigo que le destroza el
pecho de una lanzada. Piensa el hijo que va a guarnecer en los brazos de su
padre y hállase en los del contrario cuando más lejos estaba del combate. Los
amigos son de sus amigos propios atropellados en la
huida y entre los pies ahogados, muertos y perdidos.
Los vencedores
no se
detienen en el alcance ni se paran a refrescar las fuerzas: Todo es andar y
andar, tras los enemigos: todo correr y más correr hasta las orillas del
Guadalmesí: término del combate.
Los cadáveres horrendamente
mutilados causaban piedad hasta a sus enemigos.
Otros guerreros penetraban en las
tiendas del campamento de Abul Hassan. Refieren los historiadores que era
inestimable el tesoro que en ellas había: barras de oro por labrar, grandes
cantidades de doblas, cadenas, anillos, perlas y piedras preciosas, espadas
guarnecidas de plata y alfójar con cintas anchas, tejidas de
oro y seda, arneses, sillas, frenos, cabezadas
y
bozales, brocados: telas y vestidos, colchas de oro y seda: todo aparato digno
del fausto y la soberbia de un rey que pregonaba su intento de conquistar a
España y poner en ella su corte.
La
sultana
Fátima con sus dos pequeños hijos estaba en la tienda de Abul Hassan: allí
también las concubinas de Aben Omar con sus
pequeñuelos. El furor de los soldados hablaban los corazones y encontrándose los
ojos del uno con los del otro, se anunciaban mutuamente la victoria.
Salva a los fugitivos la rica presa
que a los perseguidores ofrecen ambos campamentos: sálvanlos también la noche y
el cansancio. Tiembla Abul Hassan al considerar que los contrarios pueden
aprovecharse del terror de los suyos y entrar sin resistencia en Algeciras y
Gibraltar: teme también que un hijo, a quien dejó encomendado el gobierno
durante su ausencia, levante la bandera de la sedición despojándolo de la
corona; pues un desdichado tiene razón para recelar todo de todos.
Aquella misma noche pasó desde
Gibraltar en una galera el estrecho y huyó a esconder momentáneamente su
ignominia en los arenales africanos. El rey granadino por su parte se dirigió a
sus estados encaminándose a Marbella.
Don Alfonso XI, en tanto componía
las diferencias que se habían levantado entre las gentes de Jerez y Lorca que
juntas habían combatido, según el concierto que habían hecho de auxiliarse en
la pelea. Habían acometido unas y otras el fuerte escuadrón que custodiaba el
pendón de Abul Hassan que era de tela de oro morada con tornasoles, muy
preciosa y rica. Derribada la
insignia, un caballero de Jerez y otro de Lorca acudieron a levantarla,
queriendo cada uno de ellos llevarla a su ciudad para trofeo de la victoria.
Poco duró esta discordia, pues en el acto se avinieron a remitir la querella a
la decisión del rey y prosiguieron matando y derribando moros, según refieren
las historias, sin dar lugar a
que esta ambición gloriosa los hiciese de vencedores vencidos. Aunque hay quien
dice que los de Jerez derribaron el pendón y que los de Lorca acudieron a
tomarlo, el rey sentenció que el asta se llevase por trofeo a la segunda de
estas ciudades y que el pendón se diese a la primera.
Ofreció el monarca de Castilla al
de Portugal todos los tesoros cogidos para que tomase cuanto quisiese como
compañero en los trabajos y en la victoria; pero este generoso príncipe que
sabía que Don Alfonso se había visto obligado a vender todas sus joyas para
pagar y mantener su ejército, y que se hallaba en tal conflicto que si hubiera
tardado en dar la batalla dos o más días estaba expuesto a que se hubiera
deshecho por la falta de recursos, solo aceptó algunas armas y otros despojos
de poco valor, más como memoria de la pelea que como partición de las riquezas
del enemigo. La falta de víveres puso a entrambos monarcas en el caso de
abandonar la empresa de reducir a Algeciras; y así después de disponer Don
Alfonso VI la restauración de los muros de Tarifa y de armar a caballeros da la
orden de la Banda a muchos que se habían señalado en el combate uno y otro
ejército tomaron al siguiente día el camino de Jerez y de allí pasaron a
Sevilla. Don Alfonso XI envió al papa con don Juan Martínez de Leyva el pendón
que llevó en la batalla, y el caballo que montó en aquel día, encobertado con
las armas reales, cien caballos ensillados y enfrenados y con ricas espadas y
dagas pendientes en los arzones y cien moros de los más principales que los
conducían del diestro.
La tienda del rey don Alfonso XI
estuvo en el sitio llamado la peña del cuervo: y el campo moro entre los
ríos Salado y el Guadalmesí.
El número de los moros que
perecieron en la refriega fue grandísimo: unos dicen que doscientos mil
hombres: otros que cuatrocientos mil. Muchos debieron asistir a la batalla;
pues según los historiadores árabes seis meses tardaron en ser trasladados a
España en sesenta galeras, y los que tornaron a África, lo hicieron en quince
días sirviéndose de doce galeras solamente. ”Es fama, dice uno de aquellos, que
esta ha sido la mayor derrota que han padecido los armas musulmanas."
Los historiadores españoles dicen
que la batalla aconteció el día 28 de Octubre de 1340; pero en esto hay
notoriamente engaño. El arcipreste de León Diego Gómez Salido, autor
contemporáneo, en el libro que escribió de los sucesos de la ciudad de Jerez
afirma que el combate fue el día 30 de
octubre. La iglesia de Cádiz por una constante tradición conmemora el hecho el
día 31 del mismo mes. Quizá se celebre en él el aniversario de la festividad
religiosa en acción de gracias que se hizo al día siguiente de la batalla.
Regocíjase España, y con España la
cristiandad entera, con las nuevas de esta gran victoria. Don Alfonso XI es
aclamado el salvador del pueblo recibiendo a su paso por todas partes las
bendiciones de la gratitud, el aplauso de la admiración de sus hazañas.
FIN.