NOVIEMBRE
(Día 1) El día de Todos los Santos del año de 1755, tembló la tierra en todo lo más de España y Portugal con grandes estragos; pero en Jerez sólo se quebrantó la Iglesia de San Mateo, la bóveda de San Marcos, parte de la Torre de San Miguel y en la Torre de la Merced se abrieron unas rajas en la media naranja de San Francisco y en las bóvedas del Convento de Monjas de San Cristóbal; en las demás del pueblo no fue cosa de importancia lo que sucedió, aunque temblaron los edificios de modo que se tocaron las campanas de la Colegial, las de San Francisco, las de la Merced y la del Calvario.
(Día 2) Con esta fecha, año 1700, recibió la ciudad carta participando la noticia de haber muerto el día anterior el rey Carlos II.
(Día 2) Domingo 2 de noviembre de 1823, a las cinco de la mañana, fueron presos en el cortijo de Casarejos cerca de Trebujena, una partida de 16 constitucionales comandados por el exaltado liberal llamado Terán, los que fueron aprehendidos, con la felicidad de no haberse disparado un solo tiro. Martes 17 a las 4 de la tarde fueron puestos en capilla para que se verificaran sus muertes en el dia siguiente, miércoles 18 de noviembre a las 12 y media de la mañana, como se verificó, siendo todos fusilados en la Alcobilla.
(Día 3) El rey D. Felipe III, para asegurar a Larache y demás lugares fuertes que se habían conquistado en la costa de África, mandó en esta época y año de 1614 que Jerez contribuyera con una compañía de soldados, de que fue capitán Don Bartolomé de Ávila Sigüenza, al que acompañaron otras varias personas notables de esta ciudad. De estos hace la crónica grandes elogios, porque se vieron obligados del hambre y cercados al mismo tiempo por numerosos enemigos y supieron no obstante defenderse con valor heroico, sin abandonar las obras de fortificación en que al mismo tiempo se ocupaban. Se cuentan de ellos cosas estupendas: hubo quien se comió los hígados de un moro asados, por no morir de hambre, otros echaban suertes y se cortaban pedazos de carne de las nalgas que luego comían participando del festín la misma víctima las calenturas se las curaban hiriéndose las venas y dejando salir la sangre. Dios sabe lo que hicieron: horribles cosas debieron verse entre aquellos desgraciados, pues la primera vez que llegó socorro, ya eran tan pocos y tan débiles que fue preciso retirarlos.
(Día 3) Con esta fecha, recibió carta la ciudad, en la que le noticiaban varias cláusulas del testamento de Carlos II, en orden a la sucesión de la Corona.
(Día 3) Con fecha 3 de noviembre de 1840 se pronunció la gente del campo contra Don Gerónimo Angulo y Don Vicente García Escalera, alcaldes, y les hicieron soltar la vara.
(Día 3) En este día, año 1882 hubo algunos alborotos en Jerez, producidos por la gente de campo, que impulsados por el hambre robaban el pan en los hornos y establecimientos donde lo tenían á la venta. Las medidas adoptadas por el sr. gobernador civil, que se personó en Jerez, lograron apaciguar el conflicto.
(Día 4) El Rey D. Alonso X llamado el Sabio, en noviembre de 1281, concedió á Jerez los mostrencos, mesteños y abintestatos para la redención de cautivos de ella; como consta de ejecutoria a favor del convento de la Merced de Jerez, en la Chancillería de Granada, de 15 de febrero de 1548, en que se exhibió original.
(Día 4) En este día, año 1489, fue la primera data de tierra para sembrar que dió Jerez á su villa de Puerto Real.
(Día 4) En este día y año de 1496 aprestó Jerez 200 lanzas y 200 peones para ir contra Ronda, porque los de aquella ciudad querían ensanchar sus términos a costa de los de Jerez y habían tomado armas pan ello.
(Día 5) Este día año 1496 recibió carta Jerez fecha en Burgos 28 de octubre en respuesta y agradecimiento de la que mandó esta ciudad notificándole lo que había obrado en el socorro de Cádiz cuando la Francia aquel año vino para ganar aquella plaza con multitud de Nobles.
(Día 5) Antón García de Ortega, hizo escritura de donación a favor del convento de Santo Domingo, de cuatro aranzadas de viña y olivar, por ante Sebastián Gaitán en 5 de noviembre de 1507, para que a su muerte y la de su mujer, la disfruten con condición que les habían de dar la segunda sepultura que está cerca de la pila del agua, hacia la capilla de Nuestra Señora de Consolación y una misa rezada los días de San Antonio Abad.
(Día 6) Habiendo Don Alonso X, poblado esta ciudad con 800 caballeros: por privilegio dado en Villa Real a 7 de noviembre de 1267, añadió los 40 caballeros del feudo a quienes mandó heredar como los demás caballeros hijosdalgos.
(Día 6) En el mismo día y año de 1477 compró el marqués de Cádiz a Don Alonso Enríquez, almirante de Castilla, la Torre de Gigonza y de la Pera; que eran ante de Payo Rivera, su cuñado, caballero jerezano. Fecha en Jerez de la Frontera.
(Día 7) Tenía el duque de Lerma inteligencias con los descontentos de Marruecos para destronar al rey de Fez, poniendo en su lugar a Muley legítimo soberano, que por ser hijo de negra, no querían sus hermanos que entrase a reinar Muley, vino a España pedir socorro y Don Felipe III se lo ofreció por consejo de su privado, pidiéndole en cambio Puerto de Alarache. En el año de 1610 acabaron de perfeccionarse estos conciertos y en noviembre salieron del Puerto de Santa María nueve galeras con 3000 soldados entre los cuales iban las compañías de Jerez. Como la traición les enseñaba el camino no tardaron en llegar, desembarcar y entrar en la ciudad, a puertas abiertas, sin disparar un arcabuz, por que Muley había puesto de su parte a los que la guardaban, y lo pobres habitantes se vieron de repente dominados sin que le fuera posible hacer armas en su propia defensa. Sin embargo, hubo pelea, y esto solo sirvió para autorizar después el saqueo por nuestros soldados, costando mucho trabajo al general marqués San Germán la pacificación del pueblo. Conseguido esto, se levantó el estandarte de la fe en la mezquita principal y en el castillo, y se despacharon correos a España con la fausta noticia.
(Día 7) En este día, año 1663, se recibe la pragmática prohibiendo la fabricación y uso de pistolas y arcabuces cortos.
(Día 8) Con esta fecha, año de 1765, la ciudad compra una casa en la Puerta del Arroyo para cuartel del cuadro del regimiento provincial.
(Día 8) En tal día, del año de 1783, el conde de O'Reilli, capitán general, gobernador de Cádiz, proyecta llevarse el agua de Tempul.
(Día 8) En este día, del año 1807, se publicó en esta ciudad el arresto del Príncipe de Asturias, lo cual fue para los jerezanos la señal precursora de la revolución de 1808, cuyos primeros actos, fueron el motín de Aranjuez y la abdicación de Carlos IV.
(Día 8) Don Diego Fernández Herrera Dávila con fecha 8 de noviembre de 1821 hace entrega a la ciudad de un estandarte para la milicia nacional, de caballería, hecho por sus hijos.
(Día 8) En este día, año 1779, dio principio en esta ciudad, a los sermones de misión, el venerable padre fr. Diego de Cádiz; se predicaban en la plaza del Arenal, en uno de los balcones de la alhóndiga, con grande edificación y provecho espiritual de sus oyentes.
(Día 8) En este día, año 1515, dio el rey Don Fernando que gobernaba el Reino la confirmación del Castillo y término de Tempul por juro de heredad a esta ciudad: sin la cláusula del sin embargo del perjuicio de la Real Hacienda.
(Día 9) En este día, año de 1490, no se permitió labrar una casa a los arrimos de la muralla (aunque se había dado sitio) porque estuviesen los muros desembarazados por cualquier acción; no obstante de estar muy bien pobladas las collaciones de San Miguel y Santiago.
(Día 9) Alvar Núñez Cabeza de Vaca veinticuatro de Jerez ante Gonzalo Román en 9 de noviembre de 1469 fundó vínculo en su hijo Fernán Ruiz Cabeza de Vaca, declarando que su primo el almirante mayor de Castilla Don Fadrique le había hecho merced de la dehesa y Torre de Gigonza por vía de mayorazgo y que Don Pedro Vaca, obispo de León su tío, le había hecho donación de la mitad de casas y tierras en Espartina, en la Torre de Pedro Vázquez, que así mismo dejó vinculadas a el dicho su hijo.
(Día 10) En esta fecha, era de 1389, confirma el rey Don Pedro, estando en Sevilla, a la ciudad de Jerez, todos sus privilegios.
(Día 10) Por real provisión fecha 5 de octubre de 1767, mandó Consejo se procediese a subrogar la enseñanza de primeras letras, latinidad y retórica, que se hallaban antes a cargo de los Jesuitas, en nuestros y preceptores seglares, por oposición. Cumplido esto en todas sus partes y hecho propuesta al Consejo, este, con fecha 16 de octubre de 1769, nombró catedráticos a Don Diego de Castro y Reboredo y a don Bartolomé Rodríguez, quienes en 10 de noviembre siguiente tomaron posesión de sus cargos, entregándoseles los locales, preparados en la misma antigua Casa-Colegio, para las cátedras, púyulos (sic) y habitación de los maestros y sus familias.
(Día 11) Habiendo sido nombrado el cardenal Borja para reemplazar en Nápoles al duque de Osuna, este se resistió mucho cumplir la orden del rey. Nuestro jerezano Don Pedro Sarmiento, que a la sazón se hallaba mandando los tercios de Nápoles, fue en esta ocasión el que mejor sirvió a S.M., porque se puso de acuerdo con el cardenal Borja y le infundió el valor necesario para venir a tomar posesión de su gobierno. Dicen que este asunto se puso en ejecución con el mayor sigilo para que no se enterase el de Osuna cuya resolución tenían.
El cardenal entró en Nápoles de noche y Sarmiento sacó los tercios a aquella hora y los puso sobre las armas, mudando las guardias sospechosas sin disparar tiro ni tocar caja, de modo que cuando el duque despertó a la mañana siguiente al curso de la salva de artillería que anunciaba la llegada del nuevo gobernador, vio que la resistencia era imposible, y tuvo que embarcarse y venirse a España. Esto pasaba en noviembre de 1620.
(Día 11) En 11 de noviembre de 1861 pasa por esta ciudad de tránsito para Madrid el Embajador de Marruecos Muley el Abas.
(Día 11) En este año 1848 (sic), ganó el marqués de Casa Pavón la ejecutoria en contradictorio juicio para la celebración de cabildo de sábado y otros privilegios, confirmados por nuestro piadosísimo rey Don Fernando VI, que dios guarde.
(Día 12) En este día, año de 1623, el visitador del arzobispado dictó providencia para que los a tahoneros pudiesen trabajar en los días festivos después de concluida la misa mayor en la Colegial.
(Día 12) En este día, año de 1339 murió y fue sepultado en la iglesia de San Dionisio Diego Fernández Herrera, caballero jerezano y gloria de su patria, el cual, como ya queda dicho en el día 28 de octubre, mató de una lanzada en su real y al salir de su tienda a el infante Abomelic el tuerto, a quien llamaron Picazo y que se institu1aba rey de Algeciras.
(Día 13) Es tan antigua la fundación del convento de Santo Domingo, que en 13 de noviembre de 1267, concedió el rey Don Alonso el Sabio el siguiente privilegio:
"Sepan cuantos esta carta vieren y oyeren, que nos don Alfonso por la gracia de Dios e a servicio de Dios y de la Virgen Sta. María su madre, e por gran favor que habemos de facer honra al bienaventurado Sto. Domingo que fizo la orden de los frailes predicadores que fue nuestro, natural de Castilla, damos y otorgamos a los dichos frailes de su orden para facer el monasterio en Jerez, el campo y la huerta que es entre la puerta de Sevilla e la Puerta de Sanlúcar este logar ha por linderos por las dos partes, las carreras que van de las Puertas sobredichas a Sevilla y de la otra parte la carrera que va a par del muro de la villa, e de la otra parte el olivar, e debe haber el logar libre e inquieto (sic), e mandamos e defendemos que ninguno sea osado de ir contra esta carta”. Estaba este privilegio original en el archivo del convento.
El Dr. D. Diego Bazán de Valenzuela y Don Zoilo Melgarejo, canónigos, por sus testamentos, que se protocolaron ante Juan de Torres Ramos en 13 de noviembre de 1676, fundaron en esta collación un hospital de convalecientes para los enfermos que saliesen de San Juan de Dios, cnyo titular fuese Ntra. Sra. de la Concepción y San Francisco Javier, nombrando por patronos al canónigo más antiguo y a los poseedores del vínculo de Don Lorenzo Fernández de Villavicencio y de Don Álvaro Cabeza de Vaca, y no obstante ser cláusula que no existiendo dicho hospital, pasen los bienes para misas al convento de Sto. Domingo sin tenerse presente dicha cláusula, ni haber consentimiento de los patronos en la visita de 1728 por el sr. arzobispo Don Luis de Salado, se agregó al hospital de la ciudad, con el cargo de tener camas de convalecientes.
(Día 13) En este día 1875, concluidas las obras de reparación del templo de San Agustín, devido todo al celo y actividad de su capellán Don Antonio Puente, se abrió al culto público, efectuándose la traslación a dicha iglesia de las imágenes de nuestra señora del Socorro, San Agnstín y Sta. Rita de Casia desde la de San Francisco donde estaban depositadas: al día siguiente gran fiesta y sermón, que dijo Don Rafal de Góngora.
(Día 14) Consta de escritura ante Luis de Llanos de 14 de noviembre de 1543, que Francisco de Zurita como patrono del hospital de San Cristóbal había sacado bula para que en dicho hospital se fundase un monasterio, el que en efecto se fundó y Eufrasia de Jesús a la que nombró el papa por priora ínterin viviera y demás monjas del orden de San Agustín y Francisco de Zurita dijeron, que mediante a dicha bula de Su Santidad para en dicho hospital hacer el expresado monasterio se decía que hubiera de permanecer el hospital, y darse casas por las monjas para dicho hospital, y que uno y otro se sirvieran de la iglesia, teniendo sólo los frailes de San Agustín jurisdicción sobre dicho monasterio, y no sobre el hospital ni hermandad en cuya escritura se expresa estarse labrando inmediato a dicho convento el Colegio, y con efecto, la priora del monasterio del hospital de San Cristóbal y monjas del orden de San Agustín, habiendo labrado la casa y servicio para dicho hospital a satisfacción del Francisco de Zurita y de la hermandad de San Cristóbal hicieron entrega del todo contiguo y con puerta a la misma iglesia, a dicha hermandad y Francisco de Zurita ante dicho Luis de Llanos en 23 de septiembre de 1545, habiendo aprobado la fundación de este convento el provincial de San Agustín en 7 de mayo de 1544.
(Día 14) Consta que en 14 de noviembre de 1650 había una hermandad llamada de los Desamparados, que recogía los pobres que en tiempo de peste no tenían quién los asistiesen.
(Día 14) En este día y año de 1411 dio el rey Don Juan II la isla y puente de Zuazo con castillo, y demás pertenencia al Doctor Juan Sánchez de Zuazo consejero del rey y su corregidor mayor del Reino de Galicia, fecha real cédula en dicho día mes y año que se halla en la casa de los herederos los caballeros Zurita de Jerez: y consta en ella haber sido ante dicha isla y puente, de Pedro de Vera caballero jerezano también, el que por haber muerto sin sucesión se había unido al patrimonio real hasta que se lo dio al referido Juan Sánchez Zuazo.
(Día 14) En este día, año 1779, acordó el ayuntamiento no permitir jamás en esta ciudad las funciones teatrales.
(Día 15) En lunes 15 días del mes de noviembre de 1627, en esta ciudad de Jerez de la Frontera, en presencia de mí Luis Utrera de Arenas, escribano del cabildo, se ayuntaron a cabildo en las casas de él, al sr. licenciado Don Juan Romo de Castilla, alcalde mayor teniente del Sr. Don Luis del Castillo Portocarrero, corregidor y capitán a guerra de esta ciudad, por S. M. y de los caballeros veinticuatros don Cristóbal de la Cueva, alférez mayor y primero voto perpetuo con espada y daga, Don Juan Núñez de Villavicencio, Don Pedro López de Vivero, Don Martín Bazán de Valenzuela, Don Juan Alonso de Vargas y Perea, Don Fernando de Villavicencio Zacarías, del hábito de Calatrava. Don Manuel Gaitán de Torres, Francisco Pacheco Navarra, Don Felipe de Zarzana Spínola, Don Cristóbal López de Morla, Don Manuel de Mendoza, Don Marcos Gil de León, Don Martín de Torres Gaitán, Don Diego Suárez de Toledo, Bartolomé Román, Licenciado Luis Velasco Rivadeneira, Don Alonso de Herrera y Córdoba, Juan del Castillo Ibáñez, Don Jusete (sic) de Morla Melgarejo veinticuatros e de los jurados Fernando Jiménez Garrido e Tomás García Chacón e Juan de Torres Cano. Entró el Sr. Don Juan de Villavicencio Spínola, veinticuatro entró el Sr. Don Francisco Caballero veinticuatro, entró el Sr. Don Álvaro Dávila Cabeza de Vaca veinticuatro, entró el Sr. Don Juan Francisco de Mirabal, veinticuatro.
(Día 15) La ciudad dijo, que porque el Archivo de esta ciudad está sin llaves e sin poseer los pape1es en el estado de claridad y buena cuenta que conviene, acuerda, que el señor Don Juan Alonso de Vargas, con el Diputado del Archivo, vean las papeles del y hagan libro e inventario y abecedario dellos por sus cajones como a sus mercedes pareciere, con asistencia de mí el presente escribano, a quien paguen mi ocupación y trabajo y hagan llaves, e compren lo necesario y es en el gasto de todo ello, e de mi ocupación a su certificación en propios la libranza, que hagan recoger todos los papeles que están fuera del dicho archivo, e trasladar e imprimir el libro del repartimiento, como consta, del Libro de Fechos del cabildo a que me refiero y lo firme en Jerez en primero del mes de diciembre de 1627 años. Luis Utrera de Arenas, escribano de Cabildo.
E presentada la dicha petición, el cabildo, visto que su merced el dicho sr. alcalde mayor mandó que los caballeros diputados del archivo asistan para abrirlo, que su merced está presto de hacer la diligencia que se pide y ansí lo proveyó e mandó e firmó.- Licenciado Ramo de Castilla.- Luis Utrera de Arenas escribano de cabildo.
En su virtud con fecha 3 de diciembre de 1627 se reunieron dichos sres y acordaron lo que en el expresado día aparece.
(Día 15) En esta fecha, año de 1684 consta que se nombraba calle de las Vacas la que después se llamó de las Verzas y hoy de la Pescadería.
(Día 15) Y 1781. Procesión general de Ntra. Señora de la Merced, con asistencia de los cabildos, por falta de agua.
(Día 16) El Dr. Don Alonso Caballero de los Olivos, vicario visitador general de este arzobispado y canónigo magistral de la Colegial, ante Francisco Arias Gallegos en 16 de noviembre de 1652 fundó 6 capellanías de coro con salario de 25 ducados cada una, que era el mismo que a los tres pagaba la fábrica, de que dejó por patrono y administrador al cabildo eclesiástico, y que fuesen amovibles (sic) a su voluntad.
(Día 16) En este día y año 1727 fue la general procesión pura la colocación de la nueva iglesia de Ntra. Sra. del Carmen y hubo octava de las religiones y los cabildos.
(Día 17) En este día, y año 1593, acordó la ciudad dar poder de convenio con el señor provisor de Sevilla para la entrega del hospital de San Sebastián al hermano Juan Pecador.
(Día 17) Con esta fecha, año de 1570, acordó la ciudad que se suplicase al rey don Felipe II, que de los moriscos que se sacaban del reino de Granada, se enviasen algunos a Jerez, que se hallaba falta de vecindario a causa del hambre y la peste.
(Día 18) En este día, año de 1494 hubo facultad del sr. arzobispo de Sevilla la traslación de la iglesia y casa de las Recogidas.
(Día 19) Por muerte del Rey Don Fernando VII acaecida a las 3 de la tarde del 29 de septiembre de 1833, se proclamó en esta ciudad en los días 19, 20 y 21 de noviembre de dicho año, a su hija doña Isabel II, en cuyo nombre entró a gobernar, su madre doña María Cristina de Borbón. Hubo funciones muy suntuosas, hermoseándolas las clases acomodadas del pueblo, con los rasgos sublimes de la más útil de todas las virtudes sociales, cual es la beneficencia.
(Día 19) En este día y año de 1494 (sic), se hizo la escritura para entregar los 300 ducado del hospital de la misericordia a el hermano Juan Pecador ante Felipe Zarzana.
(Día 20) Por este tiempo del año 1406, tenía Jerez su escuadra propia de navíos y galeras con su surgidero, donde hoy es la villa de Puerto Real, e infestando los corsarios de la ciudad de Tetuán estos mares, se incorporaron las galeras del Rey con las de Jerez y tomaron la Plaza de Tetuán, que era de las más fuertes del África, y la demolieron, como lo estuvo hasta que la volvieron a levantar los moros de España expulsos del Reino de Granada.
(Día 20) El cabildo eclesiástico de esta ciudad, participa al ayuntamiento la adquisición de la Biblioteca y Museo de la Colegial, año 1797.
(Día 21) La reina doña Isabel la Católica, después de padecer una enfermedad 4 meses entregó su alma a Dios a la edad de 53 años, el día 20 de noviembre de 1504, luego que espiró hizo don Fernando levantar pendones en Medina de Campo por su hija Doña Juana, sin atender a los consejos de algunos que querían persuadirle a que se ciñera la Corona, pero el generoso aragonés no solía tomar dos determinaciones y así no hubo que replicar contentándose don Fernando con el título de Gobernador del Reino durante la ausencia de Don Felipe, esposo de Doña Juana. La noticia de este desgraciado suceso llegó a Jerez el día 7 de diciembre con orden del Rey. Viendo para que se levantasen pendones por doña Juana y que las exequias por la reina difunta se hiciesen muy llanamente, cumpliendo así la última voluntad de doña Isabel.
(Día 21) En 2 de noviembre de 1712 el capuchino Fr. Isidro Sevilla pide 4 varas de sitio en la rinconada de la Torre del Reloj, Plaza de Plateros; para ampliar la capilla de la Pastora en la iglesia de San Dionisio.
(Día 22) Hambre y peste padecían nuestros jerezanos por estos días en el año de 1570, pero no por eso dejaron de festejar juegos de cañas el casamiento del Rey don Felipe II, con la hija del emperador Maximiliano. Espínola dice que en esta ocasión la ciudad dio librea de sus colores azul y blanco a todos los caballeros que entraron en la plaza; pero las fiestas no fueron muy animadas, porque al mismo tiempo llegó a Jerez el licenciado Velázquez de comisión del Comendador mayor de Castilla, con propósito de sacar de la ciudad 10.000 fanegas de trigo, y las sacó y quedó la población tan afligida que no bastaban dineros para comer si no iban acompañados de alguna violencia.
(Día 22) En este año servía en Flandes el jerezano Domingo de Carrizosa, se valió Don Rodrigo de Toledo para recuperar el Castillo de Lovastain pequeño fuerte en la punta de una isla que hace el Mosa: cumpliendo nuestro jerezano lo que de él se esperaba y asegurando la posesión del castillo con 50 hombres que le siguieron.
(Día 22) La ciudad en este día, año de 1662, hace cesión a los beneficiados de San Dionisio de la calleja llamada Angostillo de San Dionisio, que su tránsito es de la Plaza de Escribanos a la calle de la Misericordia.
(Día 23) Para reparar el antiguo templo de la Colegial se vendió toda la plata que tenía y consta que en 15 de octubre de 1606 dio la ciudad 500 ducados y prestó Don Pedro de Villavicencio 200 reales y en 23 de noviembre de 1622, se hicieron para sostener la capilla mayor, cuatro pilares, para lo que dió la ciudad 200 ducados: pero con los temblores de tierra del año 1680, se desplomó la nave dal sagrario por lo que en 8 de junio de dicho año ofreció la ciudad 12000 ducados, que extendió hasta 24000 en 4 de marzo de 1685.
(Día 23) En este día, año de 1823 fueron fusilados en el sitio de la Alcubilla a las cuatro y media de la tarde 3 reos los cuales dos días antes fueron presos en el Puerto, mediante la declaración dada por un capitán famoso de ladrones que aquella misma tarde fue aprehendido en Jerez, el cual por libertarse la vida dijo el paradero de los reos fusilados; eran naturales de Barrameda y todos tres se llamaban Manueles, Acuña, Campos y Hurtado.
(Día 24) Con fecha 24 de noviembre de 1859 el ayuntamiento autoriza al Banco para usar el escudo de Jerez.
(Día 24) El Rey don Felipe III nombró en noviembre de 1511, a su sobrino el Príncipe Filiberto de Austria, Capitán General de la mar, y así lo avisó a nuestra ciudad, avisándole que venía el príncipe a servir su cargo en Andalucía. El conde de Castrillo, mayordomo [del] príncipe, escribió también a la ciudad, para que le tuviese preparado su hospedaje, pues era la intención de su señor venir a Jerez y enterarse con despacio de los recursos con que contaba para la noviembre (sic) que su Alteza había llegado a Sevilla y al momento despachó nuestra ciudad dos veinticuatros que fueron a esperar al príncipe en Utrera. Entró en Jerez don Manuel Filiberto de Austria por el llano de San Sebastián, Puerta de Santiago, atravesando calle de Francos hasta llegar a la Puerta del Real y plaza del Arenal, donde estaba formada la milicia. Aposéntase en la Casa del Corregidor, de cuyos balcones vio la escaramuza con que le obsequiaron las compañías, cuyos ejercicios le agradaron en estremo, aplaudiendo con frecuencia a voces y haciendo cortesías. Retiróse luego a descansar, y por la noche dijo al corregidor que ya sabía lo que valían los jerezanos a caballo y que se daría por muy obsequiado si jugasen cañas en su presencia. Cundióse (sic) la voz y antes de que el corregidor llamase a los diputados de fiestas, ya estaban en cabildo los caballeros armados y dispuestos para entrar en lid al día siguiente. Todo esto se hizo de noche, de modo que al amanecer cuando sonaron los clarines, la plaza del Arenal se ofrecía a la vista del príncipe como un anfiteatro cubierto de banderines, de ricas telas en los balcones, tapicería y hermosas damas bien prendidas que con impaciencia aguardaban la señal. Fuera de la plaza estaban los ginetes montando nobles caballos que relinchaban de pura impaciencia, que es animal muy agradecido a las galas con que le adorna su dueño. A la entrada tenía la ciudad prevenido un soberbio alazán de Don Juan de Mirabal, con silla de brida terciopelo carmesí tan cuajada de oro que se adivinaba, más que se veía, su color; pero el príncipe no quiso montar porque no traía bota calzada aunque admitió el caballo como regalo y lo mandó llevar a su caballeriza. La ciudad pagó a don Juan de Mirabal 500 ducados por el alazán y 100 por los aderezos, que fue muy poco dinero, porque no había en Andalucía otro caballo igual.
(Día 25) En esta fecha y año 1549, hubo recelos de levantamiento de moriscos en nuestras fronteras de Andalucía, como consta por una carta que el príncipe don Felipe, gobernador de España a la sazón, por ausencia del césar Don Carlos V, su padre, escribió a Jerez, avisándola que estuviese apercibida y a punto de guerra, para cuando ordenase el conde de Tendilla, capitán general del reino de Granada, a cuyo cargo quedaba reprimir a los moriscos con toda severidad. Otra carta en términos casi idénticos recibió el cabildo de nuestra ciudad en el año 1551, del mismo príncipe don Felipe, y atendiendo a las dificultades que por este tiempo suscitaban al césar sus enemigos y especialmente Enrique, rey de Francia, que había heredado con el trono el odio al emperador, se supone que estas turbulencias tan anunciadas de parte de los moriscos, eran como alfilerazos de la política, a fin de inquietar y aburrir al gran monarca llamando su atención por muchos puntos a la vez. El césar que andaba retirado, dio pronto cuenta de sí saliendo de su retiro con un numeroso ejército y a vuelta de cien victorias asentó una paz muy a su gusto, coronándola con el casamiento del príncipe Don Felipe con María Tudor, reina de Inglaterra. Espínola dice que don Felipe se embarcó en la Coruña para ir a reunirse a su esposa y que le acompañaron varios jerezanos, aunque no dice los nombres de estos.
(Día 25) El día 25 de noviembre 1885 a las 8'45 de la mañana falleció el augusto monarca Don Alfonso XII, cuya tristísima noticia fue comunicada telegráficamente a las diez de la noche del mismo día. Como única manifestación ostensible que el pueblo de Jerez pudo hacer en el momento con suceso tan sentido universalmente, se izaron a media hasta banderas con crespones negros y la campana del reloj de las casas Consistorio anunció con su tétrico sonido un doble continuado para cuyo efecto se colocó el badajo que se encerraba desde su construcción en 1862.
El día siguiente al fallecimiento de la real persona, la tropa acantonada en esta ciudad recorrió las calles de la misma al mando de un comandante declarando en estado excepcional a la población en unión de todo el distrito de Andalucía fijándose al efecto el oportuno bando del Capitán General Sr. Polavieja en la plaza que lleva por nombre el del malogrado monarca.
(Día 26) En este día, año de 1611, se publicó edicto prescribiendo el orden de la procesión para asistir a las exequias de la reina Doña Margarita.
(Día 26) El ayuntamiento de esta ciudad asistió el día 26 de noviembre de 1831 a la nueva bendición de la iglesia del convento de Mercenarios Descalzos y colocación de Ntra. Señora de Belén en el famoso retablo que al efecto se construyó. En el día este convento se ha convertido en cárcel después de una costosísima obra que para ello se hizo.
(Día 27) En este día año 1660, se ganó sentencia de vista contra los compradores de tierras valdías del término de Jerez en confirmación de la sentencia dada por el juez de comisión en 10 de abril de 1659.
(Día 27) En 27 de noviembre de 1730 se concede sitio en el Ejido espalda de la Capilla de las Angustias para los trabajaderos a Diego López, herrador y Pedro de Mesa Carpintero.
(Día 27) El excelentísimo ayuntamiento aprueba en esta fecha y año 1876, el reglamento para una casa de socorro que se había dispuesto establecer, a imitación de las que ya asistían en Sevilla y otras poblaciones de importancia. El objeto de dichas casas es auxiliar por primera vez a los que en la calle o en sus casas son acometidos de alguna lesión o herida.
(Día 28) En este día, año 1495, real cédula para que los vecinos de Jerez que vivieran en Puerto Real contribuyesen en esta ciudad como si viviesen en ella.
(Día 28) Por la gran seca que se experimentaba en esta ciudad se llevó en procesión general desde el Convento de Sto. Domingo a la Colegial, la imagen de Ntra. Señora de Consolación, donde por ocho días se le hicieron solemnes fiestas y llovió mucho, por lo que en 28 de noviembre de 1607 en acción de gracias se le votó una fiesta.
(Día 28) En este día, año 1757, la ciudad acuerda se construyan casillas en la calle de las berzas para que las ocupen los verduleros.
(Día 29) Concédese en esta fecha año de 1837, la calleja de San Ildefonso a D. Pedro Domecq.
(Día 29) 1783. Ahorcaron a Domingo Marbido, por haber dado muerte al montañés de los palos en el Arroyo.
(Día 29) En este tiempo año de 1621, reinando en España el rey don Fernando IV, una armada holandesa amenazaba los puertos de Andalucía, que no contaban otra defensa por mar que la que podían hacer doce navíos, al mando de don Fadrique, única fuerza naval dispuesta para resistir al enemigo, y sin embargo maniobró con tanto acierto y buena fortuna que derrotó a los anemigos en el Estrecho de Gibraltar, echándoles a pique varios navíos dispensando a los demás muy maltratados. En esta facción se hallaron varios jerezanos y entre ellos don Pedro Martínez Santiago, que murió herido en uno de los abordajes de un tiro de pistola en una pierna, pero tuvo la buena fortuna de vendar la herida con un gallardete del buque enemigo, que ya estaba abordado y ardía por todas partes, por lo cual se echó a nado y le recibieron en uno de los nuestros. Cuando volvió a Jerez trajo el gallardete y le colgó en la iglesia de San Juan sobre el sepulcro de sus mayores del apellido de Hinojosa.
(Día 30) El suceso de nuestra Armada que salió de Mesina a principios de octubre de 1571, fue felicísimo en la célebre batalla de Lepanto, como cuentan todas las historias: en la Capitana de Malta murieron los dos hermanos Villavicencio Don Juan y Don Bartolomé, con don Alonso de Galdames y Payo Patiño, hermanos, hijos de don Francisco Román de Trujillo, caballeros de la orden de San Juan, todos ciudadanos de Jerez, estos últimos que iban en la Capitana de su religión, donde se hallaron muerto más de 300 turcos: que tantas y aun más vidas costaron las que perdieron los defensores de la galera, que fueron todas menos la del Capitán Moncada y cuatro soldados que se hallaron vivos debajo de la cubierta. La carta siguiente que escribió Don Juan de Austria a un hermano de los dos Villavicencio en Jerez, dice todo lo que interesa saber sobre este asunto.
"Magnífico Señor. Los muchos y buenos servicios que los capitanes don Juan y don Bartolomé Villavicencio vuestros hermanos hicieron al rey nuestro Señor eu Flandes y en esta última jornada me tienen tan cuidadoso de su satisfacción, que desearé pagarles aventajándolos como merecían tan excelentes caballeros y valerosos soldados.
Dios cuya voluntad fue llevárselos en la batalla pasada, donde pelearon en defensa de su capitán hasta que la muerte trajo por la mano a la victoria no ha permitido que fuesen satisfechos con premios temporales, pagándoles el con (sic) el eterno el valor y el celo que en esta ocasión gloriosa demostraron. Pero porque no quede sin lugar el agradecimiento del rey mi señor me ha parecido bien suplicarle remunere en vos los servicios de vuestros hermanos, por que deseo os venga por ellos acrecentamiento, y porque los merecéis; y así escribo al secretario Antonio Pérez rogándole lo suplique y pida a S.M. de mi parte con todo empeño, como lo hará. Acudiréis a él: solicitaréis que esto es lo que me ha parecido hacer y lo que os cumple. Dios nuestro señor guarde vuestra magnífica persona. De Mesina a 3 de noviembre de 1571. D. Juan de Austria.
(Esta carta estaba en poder del marqués de Alcántara).
DICIEMBRE
(Día 1) La ciudad en hacimiento de gracias de los beneficios recibidos del Santo Cristo de la Viga, cuya efigie está en la Sta. Iglesia Colegial, ofreció dar cada año 8 ducados para lo que en primero de diciembre de 1670, cedió seis ducados sobre un corral detrás de Santiago.
(Día 1) En este día del año de 1785, se bautizó una leva de niños vagamundos y los llevaron a los conventos donde fueron bárbaramente azotados.
(Día 1) En igual día y año 1770 arcabucearon a un soldado balón al fin de la calle Lealas en la encrucijada de los dos caminos.
(Día 2) Con fecha 2 de diciembre de 1791 se suprime la capilla del Santo Cristo de los Desagravios que existía en la calle de Vicario y cede su suelo al Hospital de Incurables.
(Día 2) En este día, año de 1675, se excomulga a todos los que habían sustraído documentos del Archivo Municipal.
(Día 2) Inquietaba el rey de Granada nuestras fronteras por las alianzas que había hecho con el rey de Navarra, con cuyo motivo el de Castilla podía gente y caballos sin cesar a la Andalucía; en 1446, siendo alcalde de nuestra ciudad Juan de Mejía, recibió una carta real que trajo Juan de Agora concebida en estos términos:
-El rey: Juan de Mejía, yo mando a Alonso de Agora que hable con vos algunas cosas que el dirá de mi parte, y vos mande que le dedes fée y creencia y que ello sea puesto en obra. De Tordesilla a 2 de diciembre de 1446. Muy leales y entendidos debían ser los mensajeros, cuando para asuntos del servicio público se les dejaba árbitros de explicar la voluntad real. No extraño esto, tratándose de un embajador formal pero Juan de Agora era un pobre soldado menos rudo que otros, para no tan culto como las circunstancins lo exigían y por aquí se explica la poca diferencia con que solían escucharse los mandatos reales: En Cabildo dijo Agora que el rey quería se doblase la vigilancia en el castillo de Tempul y que se le librasen los maravedíes de la quitación de dicho castillo, pues estaba falto de dineros y necesitaba ayudas para tener a raya al Navarro que ya había invadido sus reinos: pero después recibió Mejía otra carta más explícita en que decía don Juan II.- Sabed que cuanto la mi caballeriza está muy menguada de buenos caballos, yo vos mando que si servicio de pláceme deseades facer, fagades catar y buscar en nuestra ciudad un caballo de la Geriza que sea muy bueno, y me lo enviedes con el portador de la presente, que es la mi voluntad de servirme del dicho caballo de esa ciudad e non de alguna otra.- Nótese la fama que tenían los caballos jerezanos y lo conocida que era la buena casta en este tiempo, puesto que Don Juan II no quería servirse de otros caballos que no fuesen de la Geriza, que es nombre derivado de Jerez; corrupción de ferez, y hoy diríamos la Jerezana.
(Día 2) En este día, año 1882, fueron presos por la noche unos 60 individuos que decían que eran socialistas.
(Día 2) En este día, ano 1823 entró su majestad y familia real en Jerez a las 8 de la noche acompañados de más de los capitulares que salieron a caballo en cuerpo de ciudad se hospedaron en el Alcázar con muchos vivas al rey absoluto y viva a la Religión y el día 3 fueron a la Colegial con toda la grandeza y el ayuntamiento. Acabada la función volvieron a el Alcázar, y sobre tarde, mientras estuvo en Jerez el rey se presentaba por una de las ventanas del jardín del Alcázar, acompañado de su esposa y hermanos para que todo el concurso lo vieran contento y risueño, gustándole que le cantasen las canciones satíricas contra Riego y todos los liberales.
El día 4 hubo besamanos en celebridad de ser día de San Francisco de Asís en cuyo nombre día y de San Francisco de Asís nació la princesa mujer del infante Don Carlos hermano del rey: el día 5 fue a ver a nuestra señora del Rosario a Santo Domingo, salió aquella tarde en procesión. Y quiso el rey que la llevaran al Alcázar.
Dia 6 lunes salió el rey y demás familia a las 6 de la mañana para la villa de Lebrija con el mismo acompañamiento y ceremonias que cuando vino fueron acompañados hasta el Cortijo del Pino.
(Día 3) En la ciudad de Jerez de la Frontera en 3 días del mes de diciembre de 1627 años, estando en las casas del Cabildo esta ciudad el sr. licenciado Don Juan Ramón de Castilla, alcalde mayor de ella y don Juan Alonso de Vargas Pérez y Don Álvaro López de Padilla, veinticuatros diputados del archivo, en presencia de mí Luis Utrera de Arenas, escribano del dicho Cabildo y guerra, y en cumplimiento del auto de atrás (véase el 15 de noviembre) se abrió el archivo de esta ciudad, que está en el dicho Cabildo con las llaves dél, y se sacó un libro viejo, encuadernado, de letra antigua y en papel de algodón, húmedo, que parece ser del repartimiento de las casas de esta ciudad, que se hizo, cuando se ganó de los moros en tiempo del sr. rey Don Alfonso en la era de mil y trescientos y cuatro años y al fin dél parece está firmado de Francisco Fortín Franco, [escribano] de Cabildo de esta ciudad, que lo numeró y firmó en presencia del licenciado Santarén, alcalde mayor que fué de esta ciudad y un privilegio escrito en pergamino sellado con unas armas reales en cera, que parece ser del sr. rey don Sancho en que confirma el repartimiento fecho de las casas y heredades a los conquistadores que ganaron esta ciudad, su data en Guete a 27 de agosto era de mil trescientos y 28 años y otro privilegio rodado escrito en pergamino con un sello de plomo de las armas reales de Castilla y León pendiente del que parece ser dado por el sr. rey Don Alonso del repartimiento de las tierras que heredades, y otras cosas a los 40 caballeros del feudo, su data en 29 días del mes de octubre era de 1306 años: los cuales dichos papeles y privilegios sus mercedes los dichos sres. diputados me lo entregaron a mí el presente escribano, para que los haga trasladar e imprimir y se vuelvan al archivo y ansí lo mandó y firmó juntamente con los dichos caballeros diputados. Licenciado Don Juan Ramos de Castilla.- Don Álvaro López de Padilla.- Don Juan Alonso de Vargas.- Ante mí Luis Utrera de Arenas, escribano del Cabildo.
Provisiones del repartimiento a los 40 Caballeros del feudo. Sepan cuantos este privilegio vieren y oyeren como nos Don Alfonso por la gracia de Dios rey de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, del Algarve, en uno con la Reina Doña Iolante mi mujer y con nuestros hijos el infante Don Fernando primero heredero y don Sancho y don Pedro y don Juan y don Jaime por gran favor que habemos que la ciudad de Jerez, que Dios nos quiso dar para su servicio, sea mejor poblada y más honrada, tuvimos por bien de heredar en ella 40 caballeros hijosdalgo y mandamos dar a cada uno de ellos casas y 6 aranzadas de viña y 2 aranzadas de huertas y 15 aranzadas de olivar y 6 aranzadas de tierra para majuelos y 6 yugadas de heredad año y vez para pan y por facerles más de bien y nuestro porque todavía puedan estar mejor guisados para hacernos servicio tenemos por bien que cada uno dellos tenga de nos de más de esto cada año 200 maravedíes y de todo esto sobre dicho les damos por feudo en tal manera que sean siempre nuestros vasallos y de nuestros herederos ellos y todos aquellos que estos heredamientos heredaren por razón dellos y que non hayan otro señor y que tengan cada uno dellos, para siempre la mayor casa poblada con la mujer e los hijos y con la otra compaña que hovieren: a todos estos 40 caballeros han de estar todavía guisados los cuerpos y los caballos armados, y mandamos que cuando muriere alguno destos caballeros si hubiere hijos, que uno dellos, que el más quisiere a quien dejare señaladamente este heredamiento que nos le damos que ese lo herede por él, y sino hoviere fijo, que lo haya uno de sus parientes que él quisiere, que sea hidalgo y tal home que pueda mantener el heredamiento y facernos servicio por él, así como era tenudo de lo hacer aquel de quien lo heredó: y si por venir acaeciere que alguno dellos no dejare a su muerte hijo ni otro pariente que heredase su heredamiento que finque a nos o a nuestros herederos, para facer dello lo que tuviéremos por bien a cualquier dellos que muriese y dejase hijos, o otro pariente que lo heredase por el si acaeciese que no fuese de edad mandamos que sea tenudo de dar otro home en su lugar que esté guisado para facernos este servicio fasta que él sea de tiempo que lo pueda cumplir por sí. E aun por facerles más de bien y de nuestro mandamos que si acaeciere que alguno de ellos cativase en nuestro servicio o le viniese otro grande embargo semejante por que le sea mucho menester de vender al heredamiento, que lo faga saber a nos, o al que reinare en nuestro lugar, y con nuestro otorgamiento que lo pueda vender a otro fidalgo que sea tenudo de facer aquel mismo servicio que él era tenudo de facer e quel mismo servicio que él era tenudo de complir. E mandamos y defendemos que ninguno non sea osado de ir contra este privilegio para quebrantallo ni para menguarlo en ninguna cosa e cualquier que lo feciese habrá nuestra ira y pecharnos ha en coto 10.000 maravedises, y a los que el tuento (sic) recibieren todo el daño doblado. E porque esto sea firme y estable, mandamos sellar este previlegio con nuestro sello de plomo. Fecho el previlegio en Jerez por nuestro mandado lunes 29 dias andados del mes de octubre en era de mil y trescientos y seis años. E nos el sobre dicho rey Don Alfonso, reinante en uno con la reina Doña Iolante mi mujer, y con nuestros hijos el infante Don Fernando primer heredero y con Don Sancho y Don Pedro y don Juan y Don Jaime, en Castilla, en Toledo, en León, en Galicia, en Sevilla, en Córdoba, en Murcia, en Jaén ,en Baeza, en [Badajoz] , en el Algarve, otorgamos este previlegio y confirmámoslo.-Don Sancho arzobispo de Toledo y chanciller del rey, confirma don Remón arzobispo de Sevilla, confirma Don Juan, arzobispo de Burgos, confirma Don Alfonso obispo de Palencia, confirma don Fernando obispo de Segovia, la Iglesia de Sigüenza vaga (sic), confirma don Agustín, obispo de Osuna, confirma don Pedro obispo de Cuenca, confirma don Francisco Domingo obispo de Calahorra, confirma don Fernando obispo de Córdova, confirma don Pedro electo de Palencia, confirma don Pascual obispo de Jaén, confirma don Frey Pedro obispo de Cartagena, confirma don Frei Juan obispo de Cádiz, confirma don Juan González, Maestre de la Orden de Calatrava, confirma don Alfonso de Molina, don Felipe, confirma, confirma don Luis, confirma don Nuño González, confirma Don Juan Alfonso, confirma don Fernán Rois do Castro , confirma don Juan García, confirma D. Díaz Sánchez, confirma don Gil García, confirma don Pedro Camiel, confirma don Gómez Ruiz, confirma don Pedro Badajoz, confirma don Enrique Pérez, confirma don Íñigo Duque de Borgoña vasallo del rey, confirma don Enrique Duque de Loregne, vasallo del Rey, confirma don Alfonso hijo del rey Juan Dacret, emperador de Constantinopla y de la emperatriz doña Berenguela, conde, vasallo del rey, confirma don Luis hijo del emperador e de la emperatriz sobre dichos, conde de Belmonte, vasallo del rey, confirma don Juan hijo del emperador y de la emperatriz sobre dichos, conde de Monfort, vasallo del rey; confirma don Agastón, vizconde de Becerte, vasallo del Rey, la Iglesia de Santísimo vaga, confirma don Martín, obispo de León, confirma don Pedro, obispo de Oviedo, confirma don Suero, obispo de Zamora, la Iglesia de Salamanca vaga; confirma don Erman, obispo de Astorga, confirma don Domingo, obispo de Ciudad Rodrigo, confirma don Miguel, obispo de Lugo, confirma don Nuño, obispo de Mondoñedo, confirma don Fernando, obispo de Coria, confirma don Fr. Bartolomé, obispo de Silve, confirma don Fr. Lorenzo, obispo de Badajoz, confirma don Pelayo Pérez, Maestre de la Orden de Santiago, confirma don García Fernández, Maestre de la orden de Alcántara, confirma don Juan Yáñez, Maestre de la Orden del Temple, confirma don Gubier Suárez, Adelantado Mayor de León, confirma don Esteban Fernández, Adelantado Mayor de Galicia, confirma Maestre Juan Alfonso Notario del rey en León y Arcediano de Santº, confirma Alfonso Fernández hijo del rey, confirma Rodrigo Alfonso, confirma don Martín Alfonso, confirma don Rodrigo Ibáñez Pertiguera de Santº, confirma don Juan Pérez, confirma don Gil Martínez, confirma don Martín Gil, confirma don Juan Fernández, confirma don Ramón Díaz, confirma don Álvar Díaz, confirma don Alfonso García, adelantado mayor de tierra de Murcia y Andalucía.- Juan Pérez de ciudad lo fizo por mandado de Millán Pérez de Aillón en el año diez e seteno que el rey Don Alfonso reinó.
Sepan cuantos esta carta vieren como nos don Alfonso por la gracia de Dios, rey de Castilla, de Toledo, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Baeza, de Badajoz, del Algarvc, reinando en uno con Doña Iolante mi mujer e con los infantes nuestros hijos don Fernando, don Pedro, Don Sancho, Don Jaime, porque la nuestra voluntad es que no escaescan (sic) nuestros fechos, antes vayan de suso en crecimientos más por que bien tenemos sabido que vos la encomendamos Alvar Yáñez, alcaide de la nuestra ciudad de Jerez de la Frontera que Dios nos quiso dar para su servicio, la tenedes en la guisa y cuidado que vos la encomendamos por nuestro mandadero Pedro Melgar sois cada día maltratado y angustiado con las muchas salidas y correrías que los moros vos facen, prende para más la asegurar y más guardada y acorrida sea y desocupada de los moros nuestros enemigos, tenemos por bien y ordenamos de enviar esta nuestra carta para que por ella entendáis los caballeros fijosdalgo de los nuestros reinos vos enviamos para que con vos y ellos esté en cuidado esa ciudad bien guardada, estos los que de yuso se nombraren, a los cuales encargamos e facemos fianza dellos que vos ayudarán e será a su cargo guardar las 4 puertas della, en esta guisa, haciendo 4 partes, 10 en cada una para guardar cada una puerta, en que la puerta que dicen de las cruces que es la salida que dicen de la carrera de Sevilla, asista Fernán Yáñez Palomino por alcaide y capitán dellas y de 1as cuadrillas que allí están y de los otros más caballeros hijosdalgo del número de los 40 que aquí se hace mención. Puerta de Sevilla.- Alcaide Fernán Yáñez Palomino, García Fernández Quevedo, Juan Pañol, Peribáñez, Fernán Yáñez, Enrique de Figueroa, Blas Martínez de Vigaellos, Don Beltrán Benito, Martín Estevanes, Fernán Martínez.- Puerta del Real. E por la misma orden e repartimiento tendrán cuidado de encargar a Nuño de Cañas la Puerta que dicen del Marmo1ejo que es a la haz del Real y esté por alcaide e capitán de ella y de las cuadrillas que tiene de guarda Nuño de Cañas y en su compañía otros 9 caballeros de los 40 que son los siguientes: alcaide Nuño de Cañas, Álvar Fernández, Vicente Amaya, Garci Díaz, Domingo Fernández, Bonifacio Martín Ramírez, Martín Ruiz de Trigueros, Juan Márquez, Pedro Fernández de Villalao, Pedro Páez de Santarén.- Puerta de Rota. -En la puerta que dicen del Aceituno que es a la salida de los Cabezos de la carrera de Sanlúcar, está por capitán y alcaide dellas con las cuadrillas que allí están, e le acompañan otros 9 caballeros a Diego Pabón de los 40: alcaide Diego Pabón, Simón Gutiérrez Cortesía, Alfonso García, Gonzalo Yáñez, Ruiz Pérez de la Copa, Morán Suárez, Esteban Lorenzo, Gonzalo Mateos, Alfonso Muñoz, Juan Alfonso.- Puerta de Santiago.-E ansí mismo a la puerta que llaman de siete puertas que es en la frente de la Ermita de Santiago estará con las cuadrillas que allí están Don Gutierre Ruiz de Orbaneja por alcaide y capitán della y estará con él otros 9 caballeros de los 40 que son los siguientes: alcaide D. Gutierre Ruiz de Orbaneja, Arias Díaz de Fuente Encalada, Blasco Muñoz de Gandén (¿), Garci Pérez Carmona, Íñigo Gil de las Aras, Rodrigo Alfonso, Gil Muñoz de Lara.- A todos los cuales y a los demás caballeros del número de 40 facemos fianza encargamos la guarda y tenencia de 1as dichas 4 puertas por la fianza y lealtad que de ellos tenemos para que no las dejen, defiendan y estén siempre preguisados (¿) los cuerpos y caballos con el demás menester, e no fallescan de lo facer, porque les prometemos la muestra merced y de los heredar e mejorar en la dicha ciudad e les dar nuestro privilegio él no se puedan mudar ni trocar las instancias que ansí les damos sin la nuestra voluntad e por el dicho aprieto que vos ponga nuestro alcaide, no desamparéis nuestro castillo y homenaje, ni por otro acaecimiento que a los unos y a los otros haremos nuestra amiganza, e faciéndolo al contrario caeredes en la ira de Dios y en pena de perder la nuestra amistad. Dada en Villa Real 6 días del mes de noviembre era de mil y trescientos y cinco años. Gil Martínez de Sigüenza por mandado del rey Don Alfonso la escribí, por Millán Pérez de Aillón su Secretario.- Don Alfonso.- Millán Pérez de Aillón.
Aprobación de nuestro rey Don Sancho del repartimiento de casas y heredades hecho a los vecinos de Jerez: Sepan cuantos esta carta vieren como yo Don Sancho por la gracia de Dios Rey de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Algeciras. Por hacer bien y merced al concejo de Jerez otorgo, que les fizo Diego Alfonso nuestro alcalde por mandado del rey nuestro padre en Jerez, tanto de casas como de los otros heredamientos que los hayan libres y horros por juro de heredad para siempre jamás ansí como ge lo entregó, y que sean para ellos y para sus hijos y para sus nietos y para cuantos dellos viniesen que lo suyo hubieran de heredar e que esto sea firme y no tenga ende dubda mandéles dar esta mi carta abierta y sellada con mío sello colgado. Dada. en Guete 17 días de agosto, era del mil y 300 y 28 años. Don Martín obispo de Astorga y Notario Mayor de los reinos de Castilla y de León y del Andalucía, la mandó facer por mandado del Rey yo Gonzalo Fernández de la Cámara la fice escribir. Episcopus Astorga. Cayo Gonzalo Fernández.
(Día 3) En este día, año 1692 se suplica al Provincial de la orden tercera de San Francisco, para que restituya a este convento de la Vera-Cruz al Padre Fr. Miguel de Porras, hombre hábil para curar los endemoniados.
(Día 4) En esta fecha, año de 1675, se da cuenta a la ciudad de estar concluida la ermita de la Alcubilla.
(Día 4) En el día 4 de diciembre de 1824 tomó posesión del corregimiento de esta ciudad Don Manuel Monti y Díaz, el cual lo desempeñó hasta el 29 de enero de 1833, en que cesó por real orden de dicha fecha: su mando en esta ciudad duró ocho años, un mes y cinco días.
(Día 4) El 4 de diciembre de 1489 fue la toma de Baza por el rey don Fernando el Católico: Aben Hacen encargado de negociar las mejores condiciones posibles, obtuvo la libertad de la guarnición y no sé si también de las haciendas, porque en esto no es muy explícita la Historia. Pero lo que conviene notar es que el pendón de Jerez con su alférez mayor Pedro Suárez de Toledo y más de 300 jerezanos, quedaron guardando la fortaleza, lo cual fue un homenaje rendido a nuestras armas, que fueron siempre las primeras en la lid mientras hubo moros en España.
(Día 4) En este día y año 1882 (en esta noche de este día) en el ventorrillo del camino de Trebujena en el pago de el hambre y como a un cuarto de legua de Jerez, fueron asesinados el dueño del ventorrillo que se llamaba Juan Núñez Chacón de 35 años y su infeliz mujer María Labrador, y el otro es Manuel Román Ortiz de 23 años: este fue muerto por el ventero según dicen: de resulta de todo esto se le quitó la vida a Galán en garrote vil.
El 11 de abril y estando preso un año, dos meses y 24 días estuvo en capilla 24 horas y minutos: cuando salió de la cárcel llevaba puestos los grillos y en la mano un crucifijo. Salió en una silla hasta la puerta y fue andando hasta dos varas que estaba el carro: de allí al Mercado no tardó nada subiendo Galán los escalones del patíbulo a saltos hasta llegar al banquillo. Murió a las 8 y 25 y esta ha sido la ejecución más pronta que se ha hecho en Jerez Dios lo haya perdonado.
(Día 4) En este día, año 1824, sábado 4, se recibió de corregidor a Don Manuel Monti coronel de Guardias Españolas.
(Día 5) Siendo Guardián del convento de San Francisco de esta ciudad Fray José Jiménez, el 23 de mayo de 1771, como a las ocho de la mañana, flaquearon los entivos del arco toral de la iglesia, y rendida su gran mole, cayó trayéndose consigo una gran parte de la bóveda y otra no pequeña de la techumbre y paredes de las capillas de San Pedro y el Santo Cristo. Este funesto acontecimiento fue menos sensible con el feliz resultado de no haber dañado a persona alguna.
El guardián supo aprovecharse de las generosas disposiciones del pueblo y emprendió su obra con ánimo declarado de que excediese en mucho a la arruinada. La Iglesia provisional durante la obra fue un ángulo del claustro, la capilla de las llagas y la de los señores Villavicencio, en que colocados algunos retablos y cerrados los arcos, celebraban los divinos oficios, aun no sin incomodidad. Apenas se abrió la suscripción para las limosnas, se presentaron los jerezanos con la mayor generosidad. Con tales auxilios el prelado determinó poner y puso la primera piedra con las solemnidades de rúbrica el 6 de diciembre, encerrando en una caja de plomo monedas de plata y oro y un pergamino escrito con el año, nombre del prelado. Dirigió los trabajos el arquitecto don Juan Díaz y aunque al principio no se pensó en demoler lo restante del templo, pareció preciso hacerlo y levantar toda la iglesia de nuevo, cuyos planos dio el expresado arquitecto.
(Día 5) En 5 de diciembre de 1612, se hizo por el ayuntamiento la recepción del príncipe Filiberto Manuel de Saboya.
(Día 5) En 5 de diciembre de 1692 la orden de carmelitas descalzos pide permiso para fundar convento en el boquete del Valle.
(Día 6) En este día 6 de diciembre de 1789, prendió el corregidor una casa de mala fama de la cual mandó sacar los colchones y quemarlo junto al Alcázar: las mujeres eran dos mozas y una era vieja y las afeitaron la cabeza y las cejas, y a la vieja la azotaron llevándola en procesión hasta la cárcel.
(Día 7) Estando en la Colegial en los maitines, víspera de la Concepción del año 1694, se desplomaron varios cantos, y al día siguiente se declaró no poderse usar del templo y se condenó su uso, formando altar en la sacristía. Lo que visto por la ciudad, nombró sus diputados para que con diputados y con los del cabildo hiciesen formar planta y comprar los sitios necesarios para su ejecución. Hízose la del solo templo que se apreció en 400.000 pesos.
(Día 7) En 9 de mayo de 1696, dicha la misa del Espíritu Santo, expuesto el sacramento, con asistencia de ambos cabildos, con genera1 repique y alegría, se puso la primera piedra y comenzaron a abrir los cimientos: quedando menos de la mitad de ellos, y como de tres varas de alto hasta el año 1705 en que con lo fatal de las guerras dentro del reino paró dicha obra; habíanse gastado 19.350 pesos y dos reales: los 9.166 pesos 10 reales, dados por la ciudad, y los 10.183 pesos siete reales limosnas del Sr. Palafor arzobispo de Sevilla: Cabildo y particulares; estando parada la obra hasta 14 de octubre de 1715: a sus solas expensas la continuó el sr. cardenal arzobispo de Sevilla Don Manuel Arias en vida y en muerte; dejando a dicho templo por su heredero, hasta dos de junio de 1722 que extinguidos los fondos de su herencia, paró la obra de dicho templo, que siendo de 71 varas de largo y 54 de ancho, de cinco naves inclusas las dos de sus capillas quedó como de doce varas de alto, y bovedadas sus capillas en que se gastaron en vida y muerte del caudal de dicho señor 92.389 pesos, 7 reales 20 maravedíes.
(Día 7) En 7 de diciembre de 1804 se concede sitio en la calle de la Merced a don Juan Díaz de la Guerra.
(Día 7) Edicto con fecha 7 de diciembre de 1643 por el cual mandó el arzobispo de Sevilla se guardase en Jerez como festivo el día de San Dionisio.
(Día 7) En este día, año de 1825, a las dos y media de la tarde, cayó un rayo en la casa de don Pedro Ruiz de la Rabia, derribando una torre que tenía la casa en la azotea hundiéndose el techo y cayendo sobre unas botas, rompiendo unas 50, que contenía unas soleras de vino viejo. Las pérdidas ascendieron a más de cuatro mil duros.
(Día 8) Lunes 8 de diciembre de 1823 sucedió aquel acto religioso y devoto que viniendo el Excmo. Ayuntamiento de la iglesia de la Concepción del convento de San Francisco, según tradición antigua, y viniendo todo los señores en forma vieron a su Majestad sacramentada que venía de la parroquia de San Miguel para administrar a una enferma y volviendo atrás de la puerta del Real fue acompañando en toda forma y ceremonia a Dios nuestro señor hasta la casa de la enferma y después hasta la referida parroquia, por lo cual se grangeó muchos vivas a Dios, viva la religión, viva una ciudad católicamente de Dios y de su rey, a pesar de tantos enemigos liberales herejes y francmasones.
(Día 8) En este día y año de 1617 hizo la ciudad de Jerez el voto de defender la concepción en gracia de la reina de los cielos María Santísima en la real casa grande de San Francisco en cuya memoria se puso el lienzo triunfal que se venera en la mesa de la escalera principal de dicho convento, y que el primer voto que se hizo en España.
(Día 9) En este día 9 diciembre de 1496 hubo real provisión para que el pleito sobre término con Ronda se le adjudicasen dos partes a Jerez y una a Ronda.
(Día 9) En este día 1508, se dio principio al dilatado pleito sobre término entre el duque de Arcos y Jerez.
(Día 10) En este día, año 1504, envió Jerez a Cádiz las instrucciones que le pidieron para la jura de la reina doña Juana, y honras de la reina doña Isabel su madre.
(Día 11) En este día y año 1494 fue la general función para conducir al Señor Sacramentado de la Iglesia de San Juan de Letrán al convento de San Juan de Dios, hospital de San Sebastián y a nuestra Señora de Candelaria, que lo había fabricado el venerable siervo de Dios Fray Juan Pecador, con la reunión de las rentas de todos los hospitales de Jerez.
(Día 11) En este año 1600, fue el primer juego de cañas, siendo los partidos de Villavicencio y Dávila, después de la ejecutoria del Doctor Pérez Manuel, juez que entendió en esta comisión por real orden.
(Día 12) En este día, año 1528, era juez de residencia y corregidor el licenciado Juan de Herreras.
(Día 13) En este día, año de 1661, respondió la ciudad de Jerez a la carta del señor rey Don Felipe IV dando la enhorabuena del nacimiento del señor D. Carlos II; y votó las fiestas reales que se hicieron con este motivo.
(Día 14) Este año 1652 hubo real provisión para la asistencia de la ciudad a la fiesta á Nuestra Señora de Consolación.
(Día 14) Este día, 1632, tuvo lugar la aprobación del rey y consejo de Castilla para el número de capitulares que debe concurrir para librar, aprobar y ver reales despachos y dar posesiones.
(Día 15) Este día y año de 1409, Alonso Fernández Valdespino y Abad García Venades, alcaldes mayores de Jerez, publicaron por bando fuesen todos por las vísperas a la iglesia mayor para tratar después el modo de los repartimientos.
(Día 15) En 1525 se confirmaron los nuevos que hizo el cabildo de los señores canónigos de esta Real Colegial.
(Día 16) En este día año 1678, fue nombrado corregidor don José Sanvíctores de la Portilla, del orden de Santo Cristo, Gentil hombre de Boca de su Majestad de su Consejo de Hacienda y alcalde mayor perpetuo de Burgos.
(Día 17) En este día, año de 1590, se dio la primera carta de pago del asiento hecho con su majestad real para anular las tierras baldías que se habían vendido del término de Jerez.
(Día 17) En este día, año 1505, ofició esta ciudad a Dionisio Adorno, caballero jerezano que había ido con otros muchos de esta tierra á la conquista de Orán, noticiando todo lo obrado hasta entonces.
(Día 18) Este día, año 1566, era corregidor y juez de residencia el doctor don Pedro Ramírez de Figueroa.
(Día 19) En este día, año 1708, confirmó el rey D. Felipe V (que Dios haya) los privilegios de la real Colegial, parte de diezmos y todos los demás correspondientes y tercias reales.
(Día 20) En el día 20 de diciembre de 1426, fue la memorable acción del Rancho, que dio la gente de Jerez con su caudillo don Francisco López de Grajales, su alférez mayor, contra los moros de la Serranía, capitaneados por Abdalá Granateji, gallardo moro y valiente soldado, alcaide de Ronda, el que quedó prisionero y un sobrino suyo llamado Andala con todos los más del ejército que traían, los que eran tantos que entraban los cautivos por el Arenalejo de Santiago y aun no habían salido de los olivares de la torrecilla del Tinte: el capitán de los moros venía en una mula delante de ellos . Los primeros y más arrojados en esta memorable jornada fueron Don Pedro Aquilocho y García de Vique.
(Día 20) En este día, año 1652, la ciudad da licencia al convento de los Descalzos para plantar una alameda en el Egido.
(Día 21) En la aldea de Patria, a ocho leguas de Jerez y una de Vejer, había cien caballeros moros muy valientes, que en caballos blancos con alquizeles de grana, corrían el término de Jerez y hacían muchos robos; por lo que determinaron en esta ciudad, salir otros cien caballeros con caballos y alquiceles del mismo color, y sabiendo haber salido los de Patria a sus correrías, llevando algunos ganados por delante llegaron a la villa, cuyos moros creyendo ser sus caballeros, les abrieron las puertas, entraron los jerezanos y les tomaron la villa, mataron a cuantos hallaron y cerraron sus puertas, a las que llegando al amanecer los 100 moros, las abrieron y mataron sin quedar uno, pusieron la cuesta del Justar, y cargados de despojos se volvieron a Jerez.
(Día 21) Empezó el jubileo circular, en esta ciudad el día 21 de diciembre de 1782, el cual fue concedido por la bula de1 papa Pío VI, dada en Roma en 30 de Julio de 1782, el que continúa en el día.
(Día 21) El domingo 21 de diciembre del año de 1800 se cantó el Te-Deum laudamos, para dar gracias á Dios misericordioso por haberse dignado suspender el horrendo castigo.
(Día 21) En este día, año de 1792, día de Santo Tomás, tuvo principio el Jubileo circular comenzando en la Colegial y siguiendo a Belén, habiendo tres noches de repique general y luminarias, señalándose varias casas y particularmente la casa de Campo Real.
(Día 22) Al agregarse al Hospital de la Caridad de esta ciudad el de convalescientes de Ntra. Sra. de la Concepción y San Francisco Javier, tomaron posesión de dos casas en la calle de las Cruces, de las que las unas, por mandas que a las recogidas de esta ciudad dejaron los fundadores, las cedió el hospital de la Caridad ante Bartolomé Palmero en 22 de diciembre de 1748 a las recogidas del Beaterio de Jesús Nazareno, quedando libres las otras a dicho hospital de la Caridad.
(Día 22) En 22 de diciembre de 1773 se da cuenta de haberse concluido la cúpula de la iglesia Colegial.
(Día 22) En sesión celebrada en 22 de diciembre de 1679 se da cuenta del incendio ocurrido en la iglesia del Colegio de la Compañía de Jesús en el día anterior.
(Día 23) En 23 de diciembre de 1649 la ciudad concede a Dionisia Benítez parte de una calleja entre las calles de Marimanta y Mariñíguez, por ocho rea1es de censo.
(Día 23) En 23 de diciembre de 1733 se concede sitio a los curas de San Miguel para construir el nuevo Sagrario.
(Día 23) El rey Don Felipe II, por cédula de diciembre de 1572 usando de la bula de Clemente VII, concedida a su padre el emperador Carlos V, año 1529, desmembró de la encomienda del Almendralejo, del orden de Santiago, los cortijos del donadío de Casarejos, que tenia 1150 fanegas de tierra de sembradura, y la haza de Vicos que tenía 330, y 18292 maravedis de censo, que a dicha encomienda se pagaban sobre casas, viñas y tierras, en el término de esta ciudad, en que hasta hoy permanece el nombre de tierra de la orden.
(Día 23) Cabildo del miércoles veinte y tres de diciembre de mil seiscientos treinta y siete.
Los beneficiados y curas de la Iglesia de San Dionisio de esta ciudad de Jerez de la Frontera decimos: Que el domingo pasado que se contaron veinte dei este mes de diciembre trajeron un toro para el regocijo de esta dicha ciudad y a la hora de vísperas entró suelto en la dicha iglesia de San Dionisio y hizo pedazos la pila del bautismo y derramó el agua y óleo que estaba en ella, de suerte que no se puede servir de ella y la fábrica de la dicha iglesia es pobre y no tiene para hacer otra. Suplicamos a Vueseñoría mande por limosna y aguinaldo de la Pascua dar otra pila o la cantidad necesaria para ella para bautizar las criaturas de la dicha collación, que de ello se servirá vuestro Señor, Francisco Cornejo, Hernando Ponce.
Acuerdo: Leída la dicha petición la Ciudad dijo que remitía y remitió a los señores de Martín de Torres Gaitán y Don Juan López de Padilla veinticuatros y fieles ejecutores este mes para que por cuenta de esta ciudad y de sus propios hagan traer una pila para el agua del bautismo de dicha iglesia la cual compren en la ciudad de Sevilla o donde la hallaren y la pongan en la dicha capilla de dicha iglesia o ascienden y concierten con los dichos beneficiados y curas la cantidad que puede valer y la costa que le tendrá de traer que todo lo que para ello fuera menester esta ciudad lo libra en sus propios y en hacimientos de carnicería y a su certificación se den las libranzas que convengan para que se lo den y paguen a los dichos beneficiados y curas o las personas con quien lo concertaren que para todo ello y lo anexo y dependiente se le da poder cumplido e comisión en forma.
(Día 23) Consta también en el archivo capitular que otra vez entró un toro en la iglesia de Santiago, a la hora de vísperas corrió toda la iglesia y no quería salir por más que lo obligaban, siendo preciso garrochearlo dentro del templo para que saliera.
(Día 24) En este día año 1495 real carta de los reyes católicos, fechada en la villa de San Mateo, para que los Corregidores de Jerez no tuviesen de salario por la ciudad más que 200 maravedís al día, porque si el marqués de Cádiz y Juan de Robles, ya difunto, tuvieron 500 maravedís al día, había sido por lo mucho que trabajaron en la guerra. Así lo pidió esta ciudad de Jerez y así se concedió.
(Día 24) En este mismo día, mes y año otra carta de los sres. reyes para que en la barra que había puesto Charles de Valera en el río Guadalete con licencia de Jerez para pasar todas las moliendas que fuesen al molino (que también consiguió licencia de labrarlo en dicho sitio) y en vista de la súplica que hizo de pasar gente se viesen las escrituras de obligación que habían hecho los del Puerto a Jerez y se guardasen en todo. Este Charles era alcaide del Puerto y Caballero de Jerez.
(Día 25) En este día era corregidor de Jerez Juan Rodríguez de Sevilla. Fue el séptimo Juez y Justicia Mayor de esta ciudad.
(Día 26) En este día, año de 1496, el corregidor mandó por la ciudad en fuerza de sus privilegios, a Fernando de Chinchilla, hijo de García López de Chinchilla que había muerto en esta ciudad el día 14 de noviembre de este mismo año.
(Día 27) En tal día 27 diciembre (1480) se estableció en España por cédula de los sres. reyes católicos el tribunal de la inquisición, nombrándose por Jerez a Fray Pedro de Quina, de la orden de Predicadores, hijo del convento de esta ciudad, que después fue confesor de la reina doña Isabel de Portugal, hija de estos señores Reyes: en este convento de Sto. Domingo y en lo que fue casa de novicios, estaba la cárcel de la Inquisición con sus armas y prisiones.
(Día 29) En este día año 1465, escribió el duque de Sanlúcar de Barrameda pidiendo a Jerez 24 caballeros con quien tratar sobre la aclamación de don Alfonso, hermano del rey don Enrique IV, individuándolos por sus nombres, pero la ciudad solo mandó a Gutiérrez de Padilla y a Juan Bernalte Dávila para contradecirlo.
(Día 29) En este día 29, año 1426, fue la memorable batalla llamada del Rancho, en que los jerezanos, con su caudillo don Francisco López de Grajales se cubrieron de gloria, Abdalá Granatixi, gallardo moro y valiente soldado, alcaide de Ronda, ganoso de gloria, entró por estas tierras a talar los campos de Jerez, en donde fueron derrotados.
(Día 30) En este día y año 1332 de Cristo, dio el rey don Alonso onceno el privilegio del amojonamiento de Tempul, y confirmando todos los de sus antecesores padre y abuelos y bisabuelos todos sus usos y franquicia, hasta la libertad de los medios de su población.
(Día 31) En este día y año de 1494 dieron los reyes católicos e1 privilegio de exención de pedidos y contribuciones a la casa de los Astorgas y exención para alojamientos aun a los de la casa Real.
EL PENDÓN DE JEREZ
Próxima la festividad del patrón de Jerez, San Dionisio Areopagita, y siendo este día en el que sale a relucir el histórico pendón de Jerez, publicamos el siguiente relato histórico, que nos remite D. Andrés Hidalgo, relato tomado de "Las guerras en la provincia" y que empieza después de la hazaña del ilustre hijo de Jerez Diego Herrera. Dice así:
Llegó a noticia de Abul Hassan la muerte desdichada de su hijo. Hondo terror se apodera de su ánimo, cual si en los ojos del hijo hubiera visto cerrar los suyos, cual si él propio esperara el golpe de la muerte. Mas pronto cobra fuerzas en su dolor, y al dolor sucede la ira, y la ira hiere su corazón con una sed insaciable de venganza. Aquel emir que se hacía servir de rodillas, y que imaginaba que si quería extender su poder por el mundo, en el mundo apenas cabría, sacude el ocio de su gente, y aviva los ánimos de sus pueblos dormidos para la guerra. Siempre había sido venturoso: solo en la muerte de su hijo desdichado, pero imaginaba que solo lo había sido para tornar a ser más dichoso en su venganza.
Abul Hassan dilata unas veces su pecho con la ira: otras lo encoje con la misma impaciencia que lo consume. Prepara numerosas fuerzas para lanzarlas contra España y emprender su conquista, creyendo que la fortuna sería con él adonde quiera que dirigiese sus pasos. Multitud de bajeles pueblan los puertos del estrecho para trasladar a sus guerreros. Si más pudiera abarcar en su saña y su ira, mas abarcara y más hiciera. El mismo rey, apoyándose sobre la guarnición del alfange, junto a los muros de Ceuta veía embarcar poco a poco su ejército, que había fortalecido, con nuevas armas.
En tanto el rey don Alfonso, sabedor de los preparativos de su cruel enemigo, ordenó a su almirante Tenorio que saliese de Sevilla para defender el paso del estrecho. Comienzan los soldados a embarcarse en la flota: reverberan en las aguas del Betis los colores de sus vestidos, las bellísimas plumas que adornan sus yelmos, las armas heridas por los rayos del sol. Salen los barquillos engalanados con ricos tapetes y cojines de carmesí donde van el almirante y los caballeros de gran cuenta. Acompáñanlos los parientes. Abrazan las madres y las esposas a sus hijos y maridos: los padres ancianos bendicen a los hijos que están para partir: dan prisa los capitanes, los marineros gritan aquí y allá, unos entran en los barcos, saltan otros, y al vogar de los esclavos los pequeños bateles hienden las aguas en dirección de las grandes galeras surtas en medio del río. El almirante se ve ya encima de la capitana: suenan trompetas y clarines dando la señal de la partida: corónanse de gallardetes y banderas las naves todas. Se oye el silbo del cómitre, desamárranse los bajeles pequeños, lévanse las áncoras de los de la flota, vuélvense las proas, levantan los forzados los remos y baten con ellos en un solo golpe las sosegadas ondas como para significar que están a punto: el río se llena de espuma, vogan los esclavos, danse las velas al viento que sopla levemente y parten de Sevilla, dejando en las riberas con lágrimas en los ojos a los que los habían acompañado. Piérdense de vista los que se van y los que se quedan pero no pierden el deseo y la esperanza de volver a estrecharse entre los brazos.
Llegó la flota a tiempo en que aún no había Abul Hassan enviado los últimos bajeles con todos los soldados para la empresa temeraria cuya ejecución había resuelto. El mismo Alfonso XI, receloso de un siniestro accidente y conociendo que no era grande el número de naves que tenía a sus órdenes Tenorio; se embarcó en Sevilla y pasando al Puerto de Santª María, mandó armar ocho galeras que allí estaban y las envió al almirante con el fin de fortalecer más y más su flota.
Mas todas estas precauciones fueron inútiles. No bien tornó el rey a Sevilla, supo que Abul Hassan había pasado el estrecho con toda felicidad sin ser combatido, pues le prestaron todo favor las sombras de una oscurísima noche.
Atribuyóse a descuido o temor del almirante el cual no pudiendo tolerar por más tiempo tal herida en lo más vivo de su pundonor, precipitado por las calumnias que contra él se, extendían de este modo en el palacio de su rey, determinó acometer la armada del emir, no obstante que para cada galerada de las suyas había cuatro enemigas. Combatió desesperada cuanto infelizmente, hasta que toda la flota cayó deshecha en las aguas del mar o en poder de los moros. D. Alonso Tenorio murió como un héroe. Presa su galera que había defendido hasta el último extremo, ya sin gente, sin sangre, sin voz y aun sin aliento, en el castillo de popa se abrazó con el estandarte, de que los moros se hicieron señores, después de haberle cortado los brazos con que lo oprimía contra su pecho como la postrer defensa que ya podía hacer de aquella hasta entonces victoriosa insignia. La muerte secó sus heridas, y su cadáver fue llevado como muestra del triunfo al soberbio Abul Hassan que ya pronosticaba el más dichoso fin a sus empresas. En este primer encuentro su ventura había vencido a su ambición: la prosperidad de sus armas había pasado adelante de sus deseos. Los dolores de los cristianos cautivos eran la risa de su pueblo: sus heridas, sus sollozos y sus muertos regocijos generales. Cinco galeras solamente se salvaron del combate al amparo de los muros de Tarifa.
Alfonso XI, apenas entendió la
adversidad de sus armas marítimas, creyó oportuno guarnecer con la más y más
perita gente de guerra la fortaleza de Tarifa como la primera
que había de experimentar los rigores del enemigo. Su alcaide Alonso Fernández Coronel partio a disponer todo lo necesario a la defensa, en la cual poco estuvo, pues Juan Alonso de Benavides le sustituyó en el cargo.
En tanto Abul Assan no para, no sosiega hasta morir o vengarse. Todo caminaba al paso de sus deseos. Sale de Algeciras con gran hueste y se dirige a Tarifa. Sus intentos son mortales, encarnizados sus pensamientos, funestos sus designios. Al frente de su ejército se le ve revolver los ojos ya a una parte ya a otra con prestísima mirada, consumido por la impacienca: muérdese los labios con la tardanza en llegar ante la fortaleza, oprime con sus fuerzas al caballo metiéndole casi hasta las entrañas el acicate, como si todo su campo se hubiese de mover con la ligereza misma. Ya piensa que combate a la fortaleza, que desmantela el muro, que rompe las puertas, que soldados entran furiosos como leones desatados por las calles y casas, llevando por doquier los estragos del hierro y del fuego, matando, quemando, saqueando y asolándolo todo sin reparo ni misericordia. Ya se figura ver a los niños en Tarifa quitando los ojos del resplandor de los alfanges y acogiéndose con temor mortal a los brazos de sus madres, inútilmente, pues todos serán sacrificados en venganza del hijo que ha perdido. Ya contempla a las madres que no pueden respirar ni dar un paso, porque el espanto les ata los pies, y mueren heridas de temor antes que el cuchillo hiera a los pedazos de sus entrañas. Ya se juzga, en fin, vencedor mandando herir a los caballeros más principales que defienden a Tarifa, encarcelar a este, arrastrar a aquel, y dar con el otro en las mazmorras más oscuras.
Llega al fin delante de sus muros, donde por el momento se detienen sus esperanzas. Pone cerco a Tarifa ardiendo en inquietud: se apodera de todos los pasos que a la villa conducen, privándola así de recibir bastimentos corta los caños de agua, ciega las fuentes, piensa rendirla por hambre y sed sin riesgo suyo; más este intento pronto desaparece de su imaginación, pues su impaciencia no le permite dilatar por más tiempo al apoderarse de Tarifa. Combátela por una parte y otra. Con máquinas militares comienza á aportillarla y atormentar sus muros y sus torres. En vano confía en que los de dentro se acobarden, en que abran sus puertas, en que suelten la trompeta de paz, en que vengan a ofrecerle las llaves de Tarifa. El valeroso orgullo de los cristianos no se templa con los rigores del asedio, ni rinde las armas, entregando sin más combates la fortaleza. Rechazan los asaltos constante y aguerridamente, y aguardan con toda fe el socorro de su príncipe.
Don Alonso XI tomó a sueldo galeras genovesas, pidió otras al rey de Portugal, y otras al de Aragón; más en tanto que todas acudían a socorrer al monarca castellano, este envió doce al estrecho, mandadas por Frey Alonso Ortiz Calderón, con objeto de que molestasen a los enemigos, interceptándole los víveres, y al propio tiempo que estuvieran inmediatas a las aguas de Tarifa para prestar auxilios a los cercados.
Desgraciadamente de poco alivio fue la presencia de estas naves para los defensores de Tarifa. Unos nublados espesos, lóbregos, oscuros, se levantan: el cielo se cierra, el sol queda oculto, esfuérzase el viento con sordo mugido, inquiétase el mar, huyen a guarecerse en la profundidad los peces; las aves marinas con sus gritos desgarradores se regocijan al presentir la horrenda tempestad, embravécense las aguas, las ondas cada vez se levantan más y más y más espumosas: braman azotando los bajeles del rey de Castilla con espantosa furia, no bastan las áncoras y las cadenas a las naves: las arrastra el ímpetu de las ondas a pesar de su resistencia: quebrántanse los cables, gritan los pilotos con contrarias voces según la necesidad instantánea: piérdense las velas, llevándose también el viento la esperanza: crece la confusión en los marineros, y crecen lo relámpagos, los truenos, los silbos de aire, el hervir de las aguas, el choque de las olas, la oscuridad, el miedo, el quebranto y las sombras de la muerte que aterrorizan a los más esforzados: dan unas con otras aquellas naves con ímpetu horrible: las otras se despedazan miserablemente contra las peñas. Tablas, palos y hombres todos son juguetes de las olas. La voz de la tempestad y el bramido de las aguas sepultan los lamentos de los tristes náufragos, en tanto que Abul Hassan, cabalgando en un alazán, contempla desde la orilla el estrago de las naves de su enemigo, con sonrisa feroz, creyendo que en su socorro acudían hasta los vientos y las aguas para el exterminio de sus contrarios. Allí cobraba más alientos para restaurar el poder de la media luna en España, empresa que había comenzado su deseo de venganza, que proseguía su fe ciega en la fortaleza que le prestaba aliento y que esperaba terminar felizmente su osadía. Alfonso XI juntó su ejército en Sevilla. El rey de Portugal llegó con otro a socorrerlo por ser de entrambos reinos el peligro. Muchos prelados acudieron igualmente por la Cruzada que el papa había concedido a los que se hallasen en estas guerras. El arzobispo de Toledo D. Gil de Albornoz era el legado á latere en esta jornada.
Salió al fin de Sevilla el ejército, compuesto de veinte y cinco mil infantes y catorce mil caballos, campamento donde juntó a los tostados rostros de los guerreros se veían mitras, sayales y cabezas cubiertas de cenizas en señal de penitencia.
Envió el rey una embajada a su enemigo anunciándole que iba a pelear con él, y pidiéndole que lo esperase. El moro le devolvió el mensaje diciéndole que había pasado el estrecho y que había cercado el primer lugar de cristianos que había en las inmediaciones: que si otro hubiera que a otro hubiera puesto antes el asedio: que fuese a descercar su vida de Tarifa: que allí lo esperaba; y que si no venía, luego que la villa fuese tomada, pasaría adelante y se apoderaría de otras y otras.
Despidió D. Alfonso a los mensajeros del rey moro respondiéndole que agradecía mucho que lo esperase, pero que no lo creía hasta que lo viese.
No bien supo Abul Hassan que don Alfonso XI se aproximaba, levantó el cerco de Tarifa, poniendo fuego las máquinas bélicas con que combatía sus muros, y mudó sus reales. El de Abul Hassan se colocó en un cerro apartado de la villa: el del rey de Granada que había venido a auxiliarle en la empresa, más lejano todavía.
Llegó don Alfonso a vista de su enemigo y se preparó para 1a batalla: ordenó que el prior de San Juan que estaba en las aguas de Tarifa con la flota de Aragón y algunas naves castellanas, echase al siguiente día algunos soldados en tierra, para que unidos con los de la villa saliesen a acometer por otra parte el campo enemigo.
Sospechó Abul Hassan que del lado de Tarifa estaba el mayor daño que su gente podía recibir y así mandó a su hijo Aben Omar que con escogidas tropas ocupasen la pasada del río Salado que corre al poniente de Tarifa y dividía ambos ejércitos. Don Alfonso XI la noche misma de su llegada mandó que varios caballeros con gente escogida pasaran el río y entrasen en Tarifa, para fortalecer a los que en ella estaban y todos unidos asaltar por otra parte el real del emir de Fez. Con pequeño combate vencieron estos la resistencia que Aben Omar opuso, y lograron el intento penetrando en la villa. Concertaron los dos reyes cristianos la manera de comenzar la batalla al siguiente día: el de Portugal se obligó a acometer el campo del de Granada y el de Castilla el de Abul Hassan.
Al amanecer oyeron misa, que dijo el arzobispo de Toledo, y comulgaron ambos príncipes. Luego D. Alfonso armó caballeros a muchos concediéndoles la orden de la Banda. Pusiéronse en orden uno y otro ejército: Abul Hassan se vio acometido por dos partes: el río Salado bien presto se vadeó por algunos guerreros quedando seguro el paso para las tropas cristianas.
Abul Hassan pide con gran fuerza sus armas, sube en un alazán, embraza el escudo, y con el manto al hombro ya está al frente de un cuerpo de caballos briosos y velocísimos que son un pensamiento en la carrera.
El alazán en que cabalga lleva un rico jaez, un freno argentado, la silla con cubiertas bordadas, las estriveras de oro, antes de acometer se muestra airado, está como violento; no tiene paciencia, acostumbrado a la guerra, para esperar el son de las trompetas que tanto desea oír, que tanto le agrada, que tanto le enciende y anima, mostrando más y más su osadía, rodeada de las armas.
La gallardía y el ardor de su caballo parece como que acrecentaban los bríos a Abul Hassan: la sangre ardía en sus venas, el vigor en sus sentidos, la fuerza en su cuerpo, la destreza y la agilidad en sus miembros. A todas partes vuelve la vista: nada le impide que vea todo. Echa mano al alfanje, levanta el brazo con un extraño denuedo que hace estremecer a cuantos lo miran, y dice: "Esos son 1os descendientes de los conquistados, esos y no otros los nietos de aquellos tan pusilánimes, tan cobardes y que tan presto huyeron asombrados al empuje irresistible de las huestes de Tariq y Musa. Sus espadas están enmohecidas, sus partesanas sin filos, quebrados por la flaqueza los brazos con que han de esgrimirlas contra nosotros. Corred con las armas, cercar todos los términos de su campamento con redes de muerte: el estruendo de nuestros bélicos instrumentos y vuestros alaridos los ensordezcan y turben. Pregonad a sangre y fuego su muerte, no la batalla , pues mal puede haberla cuando somos veinte para cada uno de ellos. No hay que usar mañas, ardides y engaños para vencerlos, ni apellidar falsamente la victoria. No creáis que son bronces en la fortaleza, sino miserable polvo que será esparcido, no bien acometáis cual bravos y deshechos vientos que ni árboles, ni piedras, ni aún los mismos montes pueden resistirlos".
Dijo y al punto ya los ejércitos se muestran frente a frente: pónense todos a punto de combatir, suenan los bélicos instrumentos, descójense los estandartes, tiéndense al aire las banderas, alborótanse los caballos, triscan, relinchan y bufan, apenas puede contenerlos el freno: mézclanse los dos ejércitos, el uno contra el otro. Ya embisten unos, ya se retiran, ya se vuelven a acercar, ya tornan a apartarse. Muere a los ojos de este el amigo más amigo en la más florida edad: a la vista del otro muere el compañero en lo más lozano de su juventud ardiente. Vuelan heridos de incansables golpes las plumas de los yelmos, los clavos de los brazaletes, la malla de las armas. El empuje de los caballos hace a los más poderosos y valientes vacilar y caer. Las plantas se marchitan, las flores se desmayan y amortecen, holladas por hombres y caballos. Unos y otros combatientes dánse sendos encuentros, vuelan las lanzas en pedazos, crujen las mallas, saltan centellas de los escudos y de las armaduras.
En tanto Alfonso XI en la vanguardia de su ejército a todos habla, de todos los heridos cerca de sí se apiada, a todos responde, a todos presta consuelos, a ninguno desdeña.
Más su enemigo era fuerte hasta casi ser inexpugnable; la multitud y grandeza de su ejército asombraban. El pensamiento de la muerte empieza a apoderarse de una gran parte de los cristianos, y es tan poderoso que arrebata todo el vigor del corazón y no da lugar a que se advierta el peligro de todos y la ignominia para nuestras armas. Una parte cede: no puede resistir al enemigo: rómpase y desordénase el campo: uno arroja el escudo, desarma otro la diestra, y empieza a ponerse en huida. Una saeta enemiga se daba en el mismo arzón de la silla del rey Alfonso el cual casi desesperado iba a entrarse por las picas enemigas, resuelto a morir como héroe antes que ver el desastre de su ejército y de su reino todo; más el arzobispo de Toledo con audacia leal le coge las riendas del caballo, lo detiene y le obliga a no aventurarse de aquel modo, cuando debía tener puesta en Dios toda la esperanza de la victoria, pues Dios estaba en aquella batalla.
Sosiégase el rostro del rey, se anima en medio de la confusión y anima a los suyos, perdona a este, reprende al otro y repara el orden del combate. Cada cual se anima igualmente a sí propio, creyendo que si el que tiene junto muere, no es por el vigor enemigo, sino por que pudo menos. Entran en las filas contrarias, hieren a porfía, destrozan y matan: llénase de cadáveres el campo, ruedan las cabezas por el suelo, las banderas que iban a ser enarboladas en los más altos homenajes de nuestras fortalezas, sirven de tapetes en el suelo a los pies de los caballos: de piernas, manos y huesos se forman montones. La polvareda y gritería espantan y aterrorizan a las aves que volando pasan: corren ríos de sangre. Cuando más ciego en su cólera, cuando más empeñado estaba Abul Hassan en su pretensión, cuando de los ojos parecía que le saltaban centellas, una saeta que hiere su caballo lo derriba, no tanto del caballo cuanto de su loco pensamiento: conoce al propio tiempo la flaqueza en el resistir de los suyos, y no quiere ser despojo de un soberbio contrario. Monta en otro caballo y huye en dirección de Algeciras: el monarca granadino retirase también del lugar del combate: sólo quedan sustentándolo los caudillos inferiores.
El hijo de Abul Assan por otra parte huyendo de los vencedores corre con toda lijereza por las inmediatas arboledas; y por escaparse de los que le siguen, con su fuerza y brío y con el brío y la fuerza de su caballo quebranta los arbolillos tiernos que delante se le ponen para estorbarle el paso, y saltando por las peñas de las sierras inmediatas casi cree hollar sus empinadas cumbres; más le falta el aliento, le falta las fuerzas todas y solas las voces y la alta gritería de los perseguidores, el silbo de las saetas y el resplandor de las alabardas puestas en el paso por donde ha de ir, lo amilanan y amedrentan de manera que viene a dar de ojos ciego en las manos de sus mismos enemigos, y cuando quiere volverse atrás no hace otra cosa que contener el furor del caballo, obligándole a estampar las carbas en la tierra.
La huida es general por todo el campo moro. Allí cae un sobrino de Abul Hassan que al romper el día se vistió arrogantemente las armas creyéndose vencedor, armas que jamás dejó, pues con ellas fue cadáver y sepultado entre sus mismos esclavos. Allí otro caudillo apenas quiere escapar cuando ya está sobre él el enemigo que le destroza el pecho de una lanzada. Piensa el hijo que va a guarnecer en los brazos de su padre y hállase en los del contrario cuando más lejos estaba del combate. Los amigos son de sus amigos propios atropellados en la huida y entre los pies ahogados, muertos y perdidos.
Los vencedores no se detienen en el alcance ni se paran a refrescar las fuerzas: Todo es andar y andar, tras los enemigos: todo correr y más correr hasta las orillas del Guadalmesí: término del combate.
Los cadáveres horrendamente mutilados causaban piedad hasta a sus enemigos.
Otros guerreros penetraban en las tiendas del campamento de Abul Hassan. Refieren los historiadores que era inestimable el tesoro que en ellas había: barras de oro por labrar, grandes cantidades de doblas, cadenas, anillos, perlas y piedras preciosas, espadas guarnecidas de plata y alfójar con cintas anchas, tejidas de oro y seda, arneses, sillas, frenos, cabezadas y bozales, brocados: telas y vestidos, colchas de oro y seda: todo aparato digno del fausto y la soberbia de un rey que pregonaba su intento de conquistar a España y poner en ella su corte.
La sultana Fátima con sus dos pequeños hijos estaba en la tienda de Abul Hassan: allí también las concubinas de Aben Omar con sus pequeñuelos. El furor de los soldados hablaban los corazones y encontrándose los ojos del uno con los del otro, se anunciaban mutuamente la victoria.
Salva a los fugitivos la rica presa que a los perseguidores ofrecen ambos campamentos: sálvanlos también la noche y el cansancio. Tiembla Abul Hassan al considerar que los contrarios pueden aprovecharse del terror de los suyos y entrar sin resistencia en Algeciras y Gibraltar: teme también que un hijo, a quien dejó encomendado el gobierno durante su ausencia, levante la bandera de la sedición despojándolo de la corona; pues un desdichado tiene razón para recelar todo de todos.
Aquella misma noche pasó desde
Gibraltar en una galera el estrecho y huyó a esconder momentáneamente su
ignominia en los arenales africanos. El rey granadino por su parte se dirigió a
sus estados encaminándose a Marbella.
Don Alfonso XI, en tanto componía las diferencias que se habían levantado entre las gentes de Jerez y Lorca que juntas habían combatido, según el concierto que habían hecho de auxiliarse en la pelea. Habían acometido unas y otras el fuerte escuadrón que custodiaba el pendón de Abul Hassan que era de tela de oro morada con tornasoles, muy
preciosa y rica. Derribada la insignia, un caballero de Jerez y otro de Lorca acudieron a levantarla, queriendo cada uno de ellos llevarla a su ciudad para trofeo de la victoria. Poco duró esta discordia, pues en el acto se avinieron a remitir la querella a la decisión del rey y prosiguieron matando y derribando moros, según refieren las historias, sin dar lugar a que esta ambición gloriosa los hiciese de vencedores vencidos. Aunque hay quien dice que los de Jerez derribaron el pendón y que los de Lorca acudieron a tomarlo, el rey sentenció que el asta se llevase por trofeo a la segunda de estas ciudades y que el pendón se diese a la primera.
Ofreció el monarca de Castilla al de Portugal todos los tesoros cogidos para que tomase cuanto quisiese como compañero en los trabajos y en la victoria; pero este generoso príncipe que sabía que Don Alfonso se había visto obligado a vender todas sus joyas para pagar y mantener su ejército, y que se hallaba en tal conflicto que si hubiera tardado en dar la batalla dos o más días estaba expuesto a que se hubiera deshecho por la falta de recursos, solo aceptó algunas armas y otros despojos de poco valor, más como memoria de la pelea que como partición de las riquezas del enemigo. La falta de víveres puso a entrambos monarcas en el caso de abandonar la empresa de reducir a Algeciras; y así después de disponer Don Alfonso VI la restauración de los muros de Tarifa y de armar a caballeros da la orden de la Banda a muchos que se habían señalado en el combate uno y otro ejército tomaron al siguiente día el camino de Jerez y de allí pasaron a Sevilla. Don Alfonso XI envió al papa con don Juan Martínez de Leyva el pendón que llevó en la batalla, y el caballo que montó en aquel día, encobertado con las armas reales, cien caballos ensillados y enfrenados y con ricas espadas y dagas pendientes en los arzones y cien moros de los más principales que los conducían del diestro.
La tienda del rey don Alfonso XI estuvo en el sitio llamado la peña del cuervo: y el campo moro entre los ríos Salado y el Guadalmesí.
El número de los moros que perecieron en la refriega fue grandísimo: unos dicen que doscientos mil hombres: otros que cuatrocientos mil. Muchos debieron asistir a la batalla; pues según los historiadores árabes seis meses tardaron en ser trasladados a España en sesenta galeras, y los que tornaron a África, lo hicieron en quince días sirviéndose de doce galeras solamente. ”Es fama, dice uno de aquellos, que esta ha sido la mayor derrota que han padecido los armas musulmanas."
Los historiadores españoles dicen que la batalla aconteció el día 28 de Octubre de 1340; pero en esto hay notoriamente engaño. El arcipreste de León Diego Gómez Salido, autor contemporáneo, en el libro que escribió de los sucesos de la ciudad de Jerez afirma que el combate fue el día 30 de octubre. La iglesia de Cádiz por una constante tradición conmemora el hecho el día 31 del mismo mes. Quizá se celebre en él el aniversario de la festividad religiosa en acción de gracias que se hizo al día siguiente de la batalla.
Regocíjase España, y con España la cristiandad entera, con las nuevas de esta gran victoria. Don Alfonso XI es aclamado el salvador del pueblo recibiendo a su paso por todas partes las bendiciones de la gratitud, el aplauso de la admiración de sus hazañas.
FIN.