Cuando nadie hablaba de memoria histórica y democrática, en 26/02/1980,
al punto 9º del orden del día, encontramos una interesante noticia en las actas
del pleno del Ayuntamiento de Jerez relativa a la reincorporación del
trabajador municipal, depurado por el franquismo, D. Pedro Gómez Junquera. Esa
noticia dice: “Reincorporación del
trabajador Pedro Gómez Junquera cesado el 18 de agosto de 1936 reconociendo su
antigüedad a todos los efectos”. Sabemos de él que pertenecía, al parecer, a
Izquierda Republicana y que era funcionario y oficial de las oficinas
municipales. Fue detenido en 1936 según sabemos, entre otros documentos por AMJF, Sección Archivo Hco. Reservado, c.
19, nº 6: Documentos relativos al Movimiento Patriótico Nacional, 1936.
Por
el Protocolo Municipal nº 606, fº 615 y por el expediente nº 2562 del legº 1280
del Archivo Mpal. sabemos que tenía unos 40 años (aunque este dato no es
preciso) en el momento de los acontecimientos, que era trabajador municipal
desde 1927 y que estaba afiliado al partido Izquierda Republicana, siendo
apartado del servicio en 18 de agosto de 1936. En definitiva, fue personal del
Ayuntamiento de Jerez declarado cesante en virtud de las facultades conferidas
a la Alcaldía por la circular del Gobierno Civil de la Provincia nº 2475 de
07‐08‐1936 (ver también: AMJF, Legajo de Personal nº 14, expe. 38 (1936);
Registro Salida Correspondencia t.218). Todos estos datos los conocemos desde
que J. Cabral, A. Fuego, J. Cabrera y yo hicimos, en 2008, una relación de la
represión en Jerez que incluía las depuraciones de funcionarios municipales.
Los
investigadores Gómez Palomeque y Ramírez López relacionan algunos de los
trabajadores municipales depurados o asesinados: “1 de agosto: Antonio Chacón Ferral, Jefe de la
Guardia Municipal; 7 de agosto, Salvador
Rasero López, practicante del Hospital, quien fue mandado asesinar por el
comandante Arizón por hacer pública su opinión contraria al golpe; 9 de agosto,
José Díaz-Borrego Dianez, médico de
Beneficencia; 9 de agosto, Edmundo
Masero García, practicante de la domiciliaria.; 9 de agosto, Luis Paz Varela, jefe sección del laboratorio
Mpal.; 10 de agosto, José León
Rodríguez, guarda del cementerio; 11 de agosto, José Arboleda Parra, mozo del Hospital, que fue cesado acusado de
haber sustraído dos paquetes de tabaco a un Askari de Regulares hospitalizado
en el Hospital; 14 de agosto, José
Aguilar Lozano, oficial de la imprenta Mpal; 18 de agosto, Fernando Barrera Saborido, oficial oficinas municipales; 18 de
agosto, Manuel Tamayo Zaldívar, Id.;
18 de agosto, Pedro Gómez Junquera, Id.;18
de agosto, José Carrión Sánchez ,
Id.; 27 de agosto, José Vázquez Villagrán,
jefe oficina Colocación Obrera; 27 de agosto, Luis Jarana Cárdenas, Guardia del Parque González Hontoria, que fue
cesado al ser detenido acusado de ayudar a huir a Juan Cordero, directivo de la
Sociedad de Viticultores que era perseguido por los facciosos. 2 de sept. Antonio Sepúlveda Rivas, chófer
laboratorio Mpal.; 2 de septi., Fernando
González Fabre, relojero Mpal.; 3 de septi., Blas Frontán Nieves, auxiliar Admón. Hospital.; 16 de septi., José Varela Gago, bombero Mpal.; 26 de
septi., Gumersindo Moure Vázquez,
sepulturero Cementerio; 26 de septi., José
Longueira Carballeda, mozo del Hospital; 26 de septi. Antonio Carrasco Clavijo, mozo del Hospital”
En la lápida que
se puso, en 14 de abril de 2018, en el acceso al salón de plenos del Ayuntamiento de Jerez en honor de los
concejales y trabajadores municipales asesinados (aunque la placa pone,
erróneamente, “represaliados”) figuran los siguientes nombres: “Antonio Oliver Villanueva, Diego Gómez Serrano, Rafael Apolo Pérez, Juan Taboada Jiménez, Vicente Castilla Flores, Eduardo Díaz Martínez, Francisco Retamero Martínez, Manuel López Bellido, Carlos Cuevas González, Francisco Contreras Gómez, Manuel García Paradas, Rafael Orge Mejías, Agustín Pérez Cabello, Sebastián Romero Salguero, Miguel Pedregal Roldán, Francisco Infante Gallardo, Juan Durán Orellana, Francisco Acosta Gaitero, José Carrión Sánchez, Antonio Chacón Ferral, Fernando Couto García, José Díaz-Borego Dianez, Ramón Fernández García Robles, José Gómez Cantillón, Edmundo Masero García, Salvador Rasero López, José Varela Gago, Juan Manuel Bozanes del Río, Juan
Antonio Pérez Jarillo”.
Merece mucho la
pena rescatar el texto original -en un momento en que no se hablaba de memoria
histórica y regía políticamente la ley del olvido derivada de la Ley de
Amnistía- de la discusión en el pleno de la época antes de admitir, cosa que se
hizo, a d. Pedro Gómez Junquera como administrativo municipal: “Usa de la palabra el concejal sr. León
Moreno, expresando la congratulación de su partido el PSA por la
reincorporación de este funcionario tras más de cuarenta años de vejatoria
separación de su puesto de trabajo por razones meramente políticas, y sin la
mayor garantía jurídica de defensa de sus legítimos derechos. Por su parte, el
sr. Gutiérrez Blasco, dice que su partido el PCA se adhiere a las
manifestaciones y criterios del PSA, rogando se envíe telegrama al Ministerio
de Administración Territorial en protesta por la promulgación de esta
legislación que si bien es justa en cuanto a su exposición de motivos de
conseguir una plena reconciliación de todos los españoles, en esta etapa de
plena normalidad democrática, en donde se debe ultimar el proceso de olvido de
todo legado discriminatorio del pasado en la plena convivencia fraterna de los
españoles, mediante una amnistía de todas las responsabilidades derivadas de
acontecimientos de intencionalidad política o de opinión por hechos anteriores
al 1º de abril de 1939, sin embargo no es justo que las consecuencias
económicas de esta amnistía graviten sobre las Corporaciones Locales que, en su
día, y como ha quedado demostrado con la lectura de los documentos del
expediente hecha por el Sr. Alcalde, se limitaron a cumplir órdenes tajantes y
fulminantes de los Gobernadores Civiles como Delegados y representantes del
poder Central. Si ha sido el gobierno quien ordenó el cese definitivo de estos
funcionarios para depurar responsabilidades de orden político, y ha sido el
Estado el que al cabo de cuarenta años ha impuesto a las Corporaciones Locales
una legislación de amnistía política, no es justo, ni creo que sea legal
obligar a los Ayuntamiento a que carguen con las consecuencias económicas de
estos reingresos de funcionarios depurados, en edad de próxima e inmediata
jubilación, y cuyas futuras pensiones no correrán a cargo de la Mutualidad
Nacional, sino a cargo de los Presupuestos y de la Hacienda local.- Interviene
a continuación el sr. González Ríos, diciendo que por su parte el PSOE se
adhiere también a esta iniciativa, añadiendo que lo único que se pretende es
asustarnos con ese nombre de “Frente Popular”. El Sr. Corchado Moreno, como
portavoz del grupo UCD, manifiesta que damos la bienvenida a este funcionario,
y solo podemos decir a estas alturas que todos los españoles esperamos que
estos métodos y las circunstancias nacionales que los originaron no vuelvan a
repetirse en la Historia de España”.
Investigando
sobre los libros de entrada y salida de correspondencia del Ayuntamiento de la
época, el profesor José García Cabrera,
en un trabajo suyo bajo el título “Notas
sobre depuración y cese de empleados y funcionarios municipales en Jerez de la
Frontera como consecuencia de la represión política puesta en marcha tras el
golpe de estado de 1936” (Jerez, 2004) da cuenta también del caso, entre
otros 79, de Pedro Gómez Junquera, oficial de las oficinas municipales, con
calidad de funcionario, quizás el único trabajador municipal depurado que con
el tiempo tuvo el necesario y democrático reconocimiento por parte del
Ayuntamiento de Jerez, haciéndole justicia y asumiendo el coste económico, que
ciertamente debió asumir el estado español, de dicho reingreso y jubilación.
Este importante y
temprano posicionamiento del Ayuntamiento de Jerez en materia de memoria
democrática tuvo luego un bonito correlato, al año siguiente de dicho reconocimiento
a Pedro Gómez Junquera, cuando en 19-12-1981, también en el pleno, se decide
trasladar “condolencia de la corporación por fallecimiento de D. Francisco Germá
Alsina, alcalde que fue de esta ciudad” entre 1931 y 1933. Gestos valientes, tempranos,
de un Ayuntamiento de Jerez que luego con el paso del tiempo fue olvidando lo
que debería haberse convertido en el centro del pensamiento y la acción
democráticos de este país y esta ciudad: la resistencia antifranquista.