en el facebook del Archivo Mpal. de Jerez:
EL MOVIMIENTO OBRERO DE JEREZ EN 1873.
La profesora de Historia Contemporánea de la UCA Lola Lozano nos dice en su trabajo “Jerez, paradigma latifundista, burgués y obrero. Relato de un siglo XIX clave” (UCA, 2015): “En efecto, hubo un punto de inflexión indudable en el discurrir ideológico de la burguesía vinatera jerezana. Fue el Sexenio Revolucionario un proceso político en el que destacados burgueses e incluso miembros de la vieja nobleza jerezana se volcaron. Pero el conjunto de sucesos y etapas que se desencadenaron, con picos de confrontación social muy potentes, con la ruptura frontal no ya entre los liberales sino entre el liberalismo progresista y el republicanismo, y con la implicación entusiasta y radical de las clases populares desde el primer momento hasta el último, tuvieron sin duda un impacto determinante. Las clases adineradas (que huyeron en masa de la ciudad el verano de 1873) tomaron conciencia de que el pueblo jerezano no estaba precisamente contento en ese emporio de riqueza que habían creado…”
Quizás en ese contexto habría que comprender estos dos importantes documentos (AMJF, AHR. C. 22, Nº 5, Memoranda nº 5, fº 28-29) que conservamos en el Archivo Municipal (ver: https://www.jerez.es/.../Indices_Memorandas_Archivo...) y que hoy ofrecemos aquí. Se trata de dos “bases de trabajo” en las que los operarios atahoneros de Jerez y los trabajadores del gremio de carreteros establecen por cuenta propia cuáles son las reglas (horarios, salarios, horas extras, responsabilidades o salarios específicos de los trabajadores según categorías, etc.) que han de regir sus faenas. Estas dos “bases de trabajo” no fueron acordadas con “los propietarios”, es decir, con los patronos, sino que fueron hechas públicas, sin más, por los dos gremios citados. La Primera República había sido declarada en 11 de febrero de 1873 y los trabajadores de Jerez se sentían respaldados por un nuevo régimen en el que creyeron y se sintieron fortalecidos.