sábado, 18 de enero de 2020

Las anécdotas sobre Jerez del Diario de Trillo (IV)


Impresiona mucho el conjunto de estremecedores efectos que las atroces calamidades que asolaron Jerez a fines del XVIII y primeros del XIX causaron a la población. El hambre, las epidemias, las guerras y el desamparo general producido por una sociedad radicalmente desigual e injusta desde el punto de vista del reparto equitativo de las riquezas, fueron causas de miles de muertes; a lo que hay que añadir, obviamente, el entonces desconocimiento científico-médico para erradicar los contagios con eficacia. Trillo habla de un total de entre 18.000 a 20.000 muertes por efecto de la epidemia que asoló Jerez en el verano de 1800. Pero también menciona los estragos que el hambre, y la impiedad, causó en el año de 1793: “y murieron muchos pobres vergonzantes de necesidad”.

En este desolador paisaje humano, demasiado humano, la iglesia debió jugar un papel que llama la atención, ya que eran las órdenes religiosas grandes propietarias de tierras (trigo, ganados, etc.) en todo el término municipal y sin embargo no parece sino que se limitaran a rezar, sacar santos, subvencionar sucintamente algún hospital, protagonizar procesionales rogativas y dar sepultura a los muertos.

Elijamos algunas escalofriantes noticias más de este curioso Diario de Trillo.

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En los días lunes, martes, miércoles y jueves, 25, 26, 27 y 28 de Agosto del año 1789 fueron las fiestas de la jura de nuestro católico Monarca D. Carlos IV en esta ciudad de Xerez de la Frontera cuyas fiestas y lo particular de ellas, de todo hay un cuaderno impreso á expensas del número de nobleza que corre entre los curiosos patricios.

En viernes día 3 de abril de 1791 años degollaron á Antonia Cañete; se dice que fue Baltasar de Soto, vivía la dicha en la calle de Clavel junto á la de Valientes.

En sábado día 8 de diciembre de 1792 años tuvo principio la tercera misión en esta ciudad por el Rdo. Padre Fr. Diego José de Cádiz, y la concluyó el día 23 de dicho mes, dejando instituido el Jubileo Circular.

En lunes 21 de enero de 1793 años fue cuando los franceses asambleístas degollaron a su rey Luis 16 en la plaza de Luis 15, y llamada hoy día de la Libertad, y siendo cosa tan nunca oída ni en las historias antiguas ni modernas, se apunta por particular…

En lunes 7 de abril de 1793, segundo día de Pascua de Resurrección, se publicó en esta ciudad con bando real la guerra contra los franceses.

En jueves 17 de octubre de 1793 años ahorcaron a Juan Mejía, llamado Popanda, por la muerte que dio alevosamente a Mauricio de Huertas, en la Rinconada de los Descalzos, junto a la cuadra de los caballos de la plaza de toros.

Este año de 1793 fue llamado de la esterilidad por no haber llovido casi nada, de donde se siguió no haber hierba, valer la paja muchísimo y no haberla; haberse muerto los ganados de todas especies; no haber trigo y el que había que era piche, averiado y misturado con harina de Filadelfia, con el cual se hacía el pan, el que legó a valer una hogaza 4 reales y con mucho empeño, y no encontrándose todas veces, por lo que llegó a valer una fanega de trigo 120 reales y murieron muchos pobres vergonzantes de necesidad.

En viernes, segundo de Cuaresma, día 14 de marzo de 1794, a las diez y media de la mañana, comenzó el fuego en la plaza del Arenal, consumiendo las dos bandas de casillas de palo, que estaban para los vendedores de hortaliza, y de allí se prendió en los portales de la Alhóndiga; de allí pasó a los balcones, haciendo tal estrago cual jamás se ha visto ni oído haber sucedido en Jerez quema semejante; y no fue más porque un soldado del regimiento fijo de Jerez, con varonil denuedo, sacó la pólvora que conservaba el regimiento en depósito oculto en dicho cuartel.

En jueves 4 de junio de 1793 años, día del Corpus, se fueron de la cárcel 25 reos, todos de consideración, y entre ellos el zapatero, Rubio de Espera, su hermano, Núñez, Lobo y su cuadrilla; todos hombres de muchos delitos...

En Martes 1º de marzo de 1796, a las once y media de la mañana, entró en esta ciudad el católico monarca rey de España D. Carlos IV

En lunes 3 de julio de 1797 a las once de la noche empezaron la escuadra inglesa que estaba a la vista de Cádiz mandada por el Excmo. Sr. D. Josef Bermis, a bombear Cádiz… habiendo salido a la defensa las barcas cañoneras y os Excmos. Señores D. Federico Gravina y D. José Mazarredo. Fue mucha la tribulación que hubo en Cádiz…

En martes día 5 de marzo de 1799, a las cuatro de la tarde, arcabucearon en Egido junto a la descansadera del agua que está junto a la Alcora de Mejía, a Juan de Luque, soldado del Regimiento de Córdoba, por la muerte que dio en Córdoba a su tío, hermano de su padre, cuyo reo no permitió confesar en el tiempo que estuvo en capilla, ni en el camino, ni en el suplicio, no obstante de haber trabajado en su obstinación todos los hombres grandes de este pueblo, y en particular el difunto fray Buenaventura de Cádiz, religioso capuchino; pero se resolvió por junta de teólogos se le diera sepultura en sagrado por cuanto su obstinación dimanaba de estar fatuo.

En jueves día 27 de febrero de 1800, segundo día de Cuaresma, se estrenó la famosa Pescadería de esta ciudad, la que a la voz pública del forastero transeúnte, a la presente no tiene igual en toda España.

En lunes 25 de agosto de 1800 fue cuando el señor corregidor don Rafael Marín hizo en celebridad de ser día de la reina, la famosa función de fuegos artificiales en la plaza del Arenal, traídos de Sevilla; con una vistosa iluminación en dicha plaza, como en la Alameda donde estaba formada una primorosa galería para la música, quedando para honor de la verdad haber sido una de las funciones y primorosa iluminación que ha tenido esta ciudad mejor ideada en su clase.

En domingo 31 de agosto de 1800 se hizo la primera función de rogativas en la Trinidad a Nuestra Señora y Patrona la Virgen del Ben Suceso; por cuanto ya había noticia en esta ciudad de la epidemia que se padecía en la de Cádiz, y ya en Jerez había muerto José Cuesta, el montañés del almacén del Arenal; José Ballinas y don Juan de Mendoza Camacho, que fueron los primeros que murieron en esta ciudad… poniendo un tribunal en la Alcubilla, donde de día y noche residía un veinticuatro, un jurado, un escribano, un médico y un cirujano. Todo pasajero que venía a esta o transitaba para esta ciudad por cualquier lado que intentaba entrar se le impedía hasta que lo verificara por la Alcubilla donde se registrara su salud y se le examinara el pasaporte… en el mes de octubre fue tanta la mortandad que hubo día que murieron 335 personas… Era una confusión ver gemidos y llantos de viudas, viudos, huérfanos, hijos, padres, huyendo unos de otros, sin querer asistirse por no contagiarse… desde 26 de agosto hasta 21 de diciembre en cuyo tiempo según el cálculo más aproximado de 18 a 20.000 personas… Los venideros jamás querrán creer semejante destrozo.

En viernes 8 de julio de 1803 se presentó en esta ciudad, en la posada del Arroyo, un hombre de edad de 19 años, de estatura gigante, el cual fue aprisionado por los franceses en la guerra de Egipto, cuyo hombre se alimentaba de carne cruda, comiéndose todos los días hasta 40 libras, entre vaca, carnero, caballos, perros, gatos, ratas, gallinas, culebras, etc., le vimos comer varias veces gallinas con plumas, sirviéndose primero la sangre; y otras muchas cosas que parece increíble el decirlo, como el que dicho hombre lo deponía todo por la orina o por el sudor, no obrando más que cuatro veces al año, cosa que causa admiración, por lo cual lo anoto.

En miércoles 19 de febrero de 1807, siendo la falta de agua tan considerable, pues los sembrados se perdieron y los ganados se morían, se determinó hacer rogativas.. a la Santísima Virgen de Ntra. Sra. De Consolación. Mas no habiéndose podido lograr este beneficio, antes sí fueron tan crueles los vientos y calores que sobrevinieron, que suscitándose muchas enfermedades por la falta de agua, recurrieron hacer nueva rogativa al Stmo. Cristo de la Viga y a Nuestra Sra. de la Merced…


Cristóbal Orellana González (archivero municipal de Jerez)