La propaganda belicista nacionalcatólica, fundada en la idea de Santa Cruzada, carecía de límites para aventar el ardor guerrero contra la II República. Por ello nos podemos encontrar con estos artículos, que hablan de los momentos en que el comandante marqués de Arizón andaba en la zona de la sierra de Algar, y en donde se nos presenta ejemplarmente como una especie de ángel de muerte y disciplina militar golpista al niño jerezano, de 13 años, ya en el frente a las órdenes de su padre, junto a otros niños pertenecientes a la élite de Jerez de entre 13 y 16 años, Diego Zuleta y Carvajal, XIII duque de Abrantes, título al que el ayuntamiento de Jerez dedicó una calle (hoy avenida) en 10 de octubre de 1966 (y que ahí sigue como si nada...)
El segundo artículo sobre el niño Diego fusil al hombro, lo escribe un jesuita con las mismas intenciones que el primero que también presentamos aquí. Es decir, presenta al chaval como una especie de prueba de Dios, porque los niños son inocentes y su espíritu siempre es puro, de que la causa nacional golpista frente a las hordas rojas marxistas está justificada y es bien vista por los ojos del Todopoderoso... Diego, aquí, como en el caso del requeté Antonio Molle Lazo, es presentado como ejemplo de lo que hay que hacer y hasta dónde hay que llegar por la Santa Cruzada...
recorte de 11-11-1936