domingo, 8 de junio de 2014

Historia, Educación y Anarquismo.

Reseña (publicada en: http://fal.cnt.es/sites/all/documentos/bicel/Bicel15/7.htmde la obra:

Anarquismo y educación.

Cuevas Noa, Francisco J.: Anarquismo y educación. La propuesta sociopolítica de la pedagogía libertaria, Madrid, Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 2003 (Cuadernos Libertarios, 11), 169 págs. Precio: 7 euros


La enseñanza pública en el estado español es un caos. La escasa calidad del sistema educativo produce ya una flagrante alarma social y, en la medida en que se nos educa con descaro hacia la producción sumisa, la competitividad y el egoísmo, los fundamentos y las prácticas pedagógicas alternativas suponen un campo de estudio obligado y vital para buscar soluciones, soluciones sociopolíticas, al neoliberalismo triunfante.



Paco Cuevas es un militante de base y licenciado en Pedagogía que ha trabajado durante años en el campo del antimilitarismo propagando el pacifismo y la insumisión, y que continua en su barrio (La Granja, Jerez) luchando por la auténtica participación social y por una cultura comunitaria que, en un futuro cercano, sean capaces de ser alternativa a una democracia absolutamente formalista y falsa. Paco Cuevas es miembro fundador del Colectivo de Educación Social y Noviolencia Buenaespina (entidad coeditora del libro), una asociación creada en Jerez en 1999 y dedicada, políticamente hablando, a provocar un debate en el sistema educativo público sobre las causas de los problemas que aquejan a dicho sistema en el ámbito andaluz.


En Anarquismo y educación. La propuesta sociopolítica de la pedagogía libertaria, Paco nos ofrece un trabajo de índole recopilatoria donde nos conduce, a través de un documentado recorrido de teorías y prácticas libertarias, a lo que se ha hecho básicamente en el campo de la educación libertaria... El libro está dividido en cuatro capítulos: dos primeros que resumen, de forma escueta y precisa, los fundamentos teóricos y la práctica revolucionaria del anarquismo en la época contemporánea; un tercero que se adentra en las teorías anarquistas de la educación, y un cuarto que se ocupa de las experiencias concretas de pedagogía libertaria y antiautoritaria.


Este libro, por la estructura de sus capítulos y epígrafes, sirve como un pequeño manual sobre teoría y práctica del anarquismo educativo. Tiene un carácter básico e introductorio sobre la cuestión que trata, pero su brevedad no quita valor a una síntesis de conjunto bien hecha y que conduce, sin forzar nada, a una tesis clara, a saber, que la pedagogía libertaria tiene en los mismos movimientos sociales su protagonista principal y su destinatario primero, compartiendo plenamente con Carlos Díaz que «la escuela, no el aula, es el barrio, las asambleas de trabajadores, los centros culturales y recreativos; todas las obras de la vida comunal son escuelas. Toda la comunidad tiene el derecho y el deber de participar cada vez más en el proceso educativo comunitario, hasta hacer que la escuela llegue a ser superflua» (Carlos Díaz, prólogo a La escuela de Yasnaia Polaina, Editorial Júcar, 1978).


Cuevas denuncia en su obra engaños desde el sistema educativo, como la manipulación vía legislativa de la «educación en valores» y los «enfoques transversales» que no tienen otro objeto que manipular los brazos y las mentes de los alumnos/as en la dirección del servicio obediente y aceptación del Capitalismo. Como alternativa sociopolítica apuesta, siguiendo a Silvio Gallo, por una «educación del riesgo», es decir, una educación donde el objetivo primero y último del proceso de aprendizaje sea perder el miedo a tomar decisiones autónomas, sin ampararse en falsas seguridades ni delegar en autoridad alguna... excepto en la autoridad natural que pueda representar la comunidad, dice Paco. Éste –la dicotomía clásica entre autonomía personal e intereses comunitarios– es, por citar un ejemplo, uno de los lugares temáticos donde el trabajo de Paco queda afectado por su brevedad.


Hay un punto flaco del libro y es, a mi juicio, que el lector puede quedar confundido al encontrar mezclados en su interior experiencias pedagógicas antiautoritarias (por ejemplo, la escuela de Summerhill) con experiencias pedagógicas libertarias (por ejemplo, las iniciativas de Ferrer i Guardia). Para evitar confusiones entre cosas similares –pero no iguales– habría bastado, me parece, un par de páginas para analizar estos dos conceptos de cara a una más nítida comprensión del hecho educativo que el autor pretende historiar. Por eso, si el tercer capítulo se titula literalmente «Las teorías anarquistas de la educación», entonces el siguiente y último debería titularse «Experiencias de pedagogía anarquista» y no, como se lee, «Experiencias de pedagogía libertaria y antiautoritaria». Esta, digamos, amplitud de miras –no explicitada– afecta también al capítulo dos: «El marco histórico del anarquismo: la práctica», un capítulo muy ambicioso donde se dibuja, a pinceladas demasiado gruesas, todo o casi todo lo que ha habido de práctica anarquista en la Revolución francesa, en el socialismo utópico, en la Revolución rusa, y en, prácticamente, todos y cada uno de los acontecimientos habidos en la historia contemporánea de Europa.


Y a pesar de esa amplitud de miras, por un lado, y de la brevedad en la redacción de lo historiado, por el otro, el libro de Paco merece ser no solo leído, sino reflexionado a fondo por un motivo, a saber, que nos recuerda la radical importancia de la pedagogía libertaria como potencial revolucionario concreto para la transformación de esta sociedad. Este es el objetivo básico de su trabajo y es lo que, de forma clara, se extrae como conclusión de su lectura. Es por eso por lo que Anarquismo y educación se convierte en una lectura importante para todos aquellos y aquellas que quieran regresar, por un momento, al núcleo más fuerte del pensamiento y la acción anarquistas a lo largo de la historia: la creación de una cultura antiautoritaria, creativa y comunitarista. Creo que con esta publicación también Cuevas se obliga públicamente a sucesivas entregas donde habría de adentrarse, con más detenimiento, en (por citar dos ejemplos): 1.º problemas conceptuales como semejanzas y diferencias entre la acción directa, acción social, etc., del pensamiento anarquista digamos clásico, y su propuesta de pedagogía sociopolítica, y 2.º experiencias históricas más concretas como el papel real que el movimiento anarquista español del primer tercio del siglo xx concedió a la pedagogía, a la escuela, a la acción cultural en sentido amplio.


Los lectores y lectoras atentos agradecerán este libro a su autor y le pedirán por activa y por pasiva (su correo personal es cuevasno@arrakis.es) que continúe en su investigación. Seguro.


Cristóbal Orellana González