lunes, 14 de septiembre de 2020

La casa de Aladro (ó palacio de Domecq), por "una jerezana" (Jerez, 1918)

"Una jerezana" escribió este interesante artículo, en El Guadalete de 5 de septiembre de 1918, sobre la historia de la casa de Aladro, es decir, del palacio que ahora llamamos de Domecq, en la Alameda Cristina, junto al convento de Santo Domingo, y que retrató perfectamente el historiador José Manuel Moreno Arana en su trabajo "El palacio de Domecq de Jerez de la Frontera y el arquitecto Juan Díaz de la Guerra" (Boletín de Arte, nº 35, 2014, pp. 207-226 (https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4860744.pdf)

No sabemos quién era esa "una jerezana"... ¿quizás la escritora jerezana Isabel García-Pérede Burgos Sánchez Romate que hizo la introducción al libro GONZALEZ FARIÑAS, Fr. F.: Noticias de la Fundación del Convento de la Merced Calzada de Jerez de la Frontera. De la aparición de la Milagrosísima Imagen de la Virgen Sansima de la Merced. Varones ilustres de dicho convento?. Posiblemente.

En El Guadalete de 18 de julio de 1918 vemos a esta misma "Una jerezana" pidiendo a gritos un cine en Jerez. Sobre la tertulia literaria de Isabel García-Pérez: https://www.diariodejerez.es/jerez/Tertulias-Antano_0_926007629.html.

Para conocer a Juan Pedro Aladro Kastriota, el personaje que no habitaba en el palacio cuando la autora del artículo describe minuciosamente el edificio y sus estancias interiores, véase: http://dbe.rah.es/biografias/5855/juan-pedro-aladro-kastriota

El logrado artículo de esta "una jerezana" evoca, a mi juicio, una ensoñación propia de las mil y una noches, ya que ofrece un texto envuelto en mil adjetivos que nos hablan de riquezas, ensueños, cuadros misteriosos, coloridas vidrieras, pinturas que te persiguen con la mirada de sus personajes te coloques donde te coloques, imágenes engalanadas con capacidad de vivificarse por las noches, bellas esculturas cuasi parlantes, penumbras, ricos objetos extraños...  Pareciera que en Jerez no pudiera existir una utopía así; claro que era la casa de uno de los propietarios de las bodegas Domecq... y aquí podía pasar de todo para solaz y recreo de esta joven, y seguro que muy rica, escritora asombrada cuyo peregrino artículo reproduzco aquí: