Veamos una síntesis biográfica-ensayística del sacerdote Muñoz Espinosa que firma el artículo sobre el asilo nocturno de San Nicolás: "MUÑOZ ESPINOSA, Miguel. Jerez? - Carmona, 1924. Publicó trabajos religiosos e históricos. Ejerció como coadjutor de la Iglesia de San Miguel desde donde fue destinado a Carmona como arcipreste. Dirigió la Revista Religiosa publicada en Jerez entre 1884 y 1892. En la BMJ, SM número 63, se encuentra un breve escrito de este autor que se titula Copiado del libro del Repartimiento: y con el número 42 de la misma sección, otro titulado Seis días en Roma. Recuerdos de la peregrinación obrera española de 1894. Impresiones de un sacerdote que oculta su nombre, que se le atribuye a él" (R. Mata, 2000)
(al margen: el papa León XIII)
Luego se encuentran noticias de este Asilo de San Nicolás en la prensa local al menos hasta el año 1908, dándose cuenta de que su gestión estaba en ese año en manos del ayuntamiento de Jerez. Se ve que las limosnas de los particulares adinerados y de algunos curas párrocos no daba de sí (la deuda era de 3.000 pts. cuando se escribe el artículo) y que esta "casa de misericordia" pasó a ser sostenida con la contribución de todos y gestionada por el ayuntamiento.
Antes y después de la fecha de publicación de este artículo (abajo reproducido) del padre Muñoz Espinosa, nos encontramos con otros apuntes diseminados sobre el Asilo Nocturno en el periódico El Guadalete, los cuales merecen la pena rescatar para terminar de perfilar mínimamente la desconocida historia de dicha institución de control social: “Se nos comunica que los vagabundos y mendigos que por orden de la autoridad son admitidos diariamente en el Asilo nocturno, ingresan en este benéfico establecimiento a hora desusada, a consecuencia de concedérseles el permiso en el último despacho de la alcaldía” (El Guadalete, 10-02-1894); “El alcalde expone a la consideración de los señores concejales que no debe admitirse a ningún asilado en el Asilo Nocturno hasta tanto no tenga su reglamento con el fin de evitar los abusos posibles” (El Guadalete, 04-01-1904); “La virtuosa madre Sor Ángela, Superiora del Asilo Nocturno, pasó el día de ayer en Cádiz, a donde fue por asuntos de su profesión” (El Guadalete, 12-03-1908); “Demente. Anteanoche fue curada en la Casa de Socorro una pobre mujer que padecía de un síncope y por carecer de alojamiento se la albergó en el Asilo Nocturno, desde cuyo establecimiento hubo necesidad de trasladarla a las dos de la madrugada de ayer al hospital, por dar señales de enagenación mental” (El Guadalete, 20-05-1908); “Ebrio. Anoche presentóse en la Inspección de Vigilancia a solicitar el correspondiente volante para poder pernoctar en el Asilo Nocturno, un individuo transeúnte en completo estado de embriaguez, en atención a lo cual, el celoso jefe de policía lo detuvo encerrándolo en el arresto” (El Guadalete, 28-12-1908)