En enero de1876 se vendían en Jerez, como en todas partes, gran cantidad de jarabes, cápsulas, mejunges, semillas, harinas, píldoras, cafés, ungüentos, vinos medicinales... para curar o paliar los efectos de las enfermedades más comunes. La droguería de Ildefonso Vargas en c/ Larga o la de Juan Rebuelto en Plaza Plateros eran las que, parece ser, daban más salida a este tipo de productos.