jueves, 12 de marzo de 2020

Sacerdotes jerezanos de la guerra civil.

(una placa homenaje al párroco Corona Humanes que puso en Santiago el alcalde Tomás García Figueras en marzo de 1960)
Me ha parecido sobrecogedora la lectura del dossier que sobre las delaciones de sacerdotes respecto de maestros y maestras republicanos se ha publicado en el blog del Grupo de Memorialistas de Jerez:


En el pdf que se ha insertado en dicha entrada de dicho blog se pueden leer informes como los siguientes (firmado por el párroco de Santiago):


lunes, 9 de marzo de 2020

José Cádiz Salvatierra, un educado falangista vecino de Jerez.


Es curioso que en ninguna de las reseñas biográficas acerca del profesor José Cádiz Salvatierra (1905, Huelva-1967, Jerez) se mencione su historial de compromiso consciente y duradero con las ideas rectoras del franquismo (por ejemplo: https://www.diariodejerez.es/jerez/Don-Jose-Cadiz-Salvatierra_0_1016298957.html). Incluso, lo que sorprende más, en estudios más detenidos sobre la historia de la cultura local se habla de él como si hubiera sido una víctima del franquismo (lo cual es completamente incierto): “…en los peores años de la dictadura, la enorme figura de D. José Cádiz Salvatierra, llegado a Jerez a consecuencia de las lamentables depuraciones realizadas por el Régimen. D. José Cádiz supo desde el primer momento asumir el compromiso que el Instituto jerezano tenía con el pueblo de Jerez y supo también asumir con la misma dignidad de aquella época dorada toda su herencia cultural. El Instituto Padre Luis Coloma, bajo su dirección, su sabio magisterio y apoyado en un claustro de profesores que también supo mantener el espíritu del centro, siguió siendo a pesar de los malos tiempos que corrían el referente cultural de Jerez, referente que proyectó, como sus antecesores en el Ateneo, en la Real Academia de Ciencias, Artes y Letras de San Dionisio, de la que fue miembro fundador” (pp. 377-378 de R. Clavijo, J. López, etc.: “Historia general del libro y la cultura en Jerez de la Frontera”). El error ha llegado hasta tratar de alejar la significación ideológica de su figura pública precisamente del contexto político que dio sentido a su actividad pedagógica: “… o el que algunos de sus mejores amigos fueran personas como Cádiz Salvatierra, Higinio Capote o Roma Rubi, no sospechosos precisamente de simpatías hacia el régimen anterior” (Ramón Clavijo en su libro sobre el bibliotecario Manuel Esteve, p.41).

Pero estos errores, o ausencia de referencias a la vida política de José Cádiz Salvatierra, impiden, en realidad, comprender correctamente, digamos con fundamento historiográfico cierto, la obra educativa y cultural de este profesor de Geografía e historia que se especializó en historia del arte y que, al parecer, tanto llamó la atención de sus coetáneos. Veamos, por tanto, otro enfoque de este intelectual del régimen en nuestra ciudad.

Pero antes debo señalar que me parece muy penoso, hasta el punto de que provoca cierta indignación a cualquier persona de sensibilidad honestamente democrática, que el falangista José Cádiz Salvatierra, concejal del Ayuntamiento de Jerez entre 1948 y 1955, sea el que dé nombre a la calle que cruza el antiguo cementerio de Santo Domingo, donde quizás estén aún los restos, en fosas todavía desconocidas y por explorar, de los cientos de personas que los golpistas fusilaron en Jerez entre 1936 y aproximadamente 1942.

Por su cercanía con el Instituto Padre Luis Coloma, que por nombramiento ministerial regentó durante muchos años, se le puso su nombre a la calle que va de la de Santo Domingo a la rotonda de Juan Holgado para premiar la tarea educativa y cultural que Cádiz Salvatierra desarrolló en Jerez entre los años 42 al 67, aproximadamente, pero sin tener en cuenta que ese era el lugar, por la razón expuesta, más inapropiado posible, pues sus ideas políticas eran abiertamente antidemocráticas.

Como algunos saben en Jerez, Cádiz Salvatierra, sin ser un político importante, ni un falangista de primera línea, sí representó en todo momento el papel de un intelectual de la dictadura en el ámbito comarcal en que le tocó vivir, el marco de Jerez. Junto a personas como Tomás García Figueras, Manuel Esteve Guerrero, etc., sostuvo con su dedicación cultural, pedagógica y política (porque tomó parte en el Ayuntamiento de Jerez, como concejal, durante unos  ocho años) el régimen franquista. No fue un profesor cualquiera, discretamente circunscrito a su tarea educativa, sino un activo baluarte local del sistema político que el golpe militar impuso en España durante 40 años. Un investigador como Manuel Toribio dice de él: “…destinado en el instituto de Jaén coincidiendo con los años de la guerra civil, como militante falangista encubierto al que el gobierno de la República le encargó la defensa del patrimonio histórico provincial. Posteriormente desempeñaría puestos de responsabilidad en el nuevo régimen, en el mundo de la educación y del adoctrinamiento ideológico” (véase: Manuel Toribio García: “José Cádiz Salvatierra (1902-1967). Testimonio de un historiador del arte en Jaén durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra”, en Elucidario, nº 8, sept. 2009, pp. 57-61).

Otros párrafos del estudio de este investigador Manuel Toribio, que reproducimos aquí, dan cuenta de las convicciones fuertemente conservadoras de José Cádiz Salvatierra:

El 7 de abril de 1934 contrae matrimonio con Doña Blanca de Aragón Gómez y con ella viaja de luna de miel a Alemania, un país en ebullición con los primeros años del nazismo hitleriano. Probablemente, -esto es sólo una conjetura-, Cádiz Salvatierra ya está cercano a estas ideologías totalitarias, si bien, él no confesará hasta mucho más tarde su adscripción falangista”.

Falangista militante y convencido, tendrá que guardar en secreto su simpatía política e incluso colaborará con el gobierno republicano, así sabemos que el 22 de diciembre de 1937 la Dirección General de Bellas Artes lo nombra vocal de la Junta Delegada de protección del tesoro artístico de Jaén y su provincia. Su labor fundamental se iba a centrar en la protección de la Catedral…”

Y en cuanto a su labor docente, Cádiz [Salvatierra] nos confiesa <<Sumergido en las tareas de las clases –aparentemente- vi desfilar el cortejo inacabable de los días del período rojo. Y subrepticiamente, ocupado en otras tareas de marcado carácter falangista>> (CÁDIZ, 1972, pág. 20). El instituto, según nos confiesa, debía ser un reducto de enemigos del régimen republicano, pues tanto en el profesorado como en el alumnado, estaba muy extendida la militancia falangista o de otras opciones derechistas

Además de las clases, desarrolla una amplia labor propagandística del nuevo régimen político a través de los micrófonos de Radio Jaén y además, se hizo cargo del cursillo de orientación y perfeccionamiento del Magisterio Provincial. Los títulos de los temas que desarrolla nos muestran claramente sus parámetros ideológicos: <<Imperialismo pictórico español>>, <<Visita simbólica a la catedral de Jaén>>, <<La unidad, símbolo del imperio>>, etc…. su actividad de adoctrinamiento como director de la obra cultura de la Organización Juvenil Española o su cargo de asesor provincial de Cultura

Antes de marcharse a Osuna, se encargó de organizar el Instituto Jiennense dentro de los presupuestos educativos del nacionalcatolicismo, por ejemplo, desdoblamiento [su ‘Plan Anticoeducacionista’ -sic-] en los institutos, uno femenino y otro masculino… Además, no tiene obstáculo ya para dar rienda suelta a su forma de concebir la historia en las clases: <<Explicando en los siglos XVI y XVII, siglos hispanos de imperial granazón… Expansión de la Hispanidad convertida en fuerza universal>>… y aún más en las clases que imparte en magisterio, donde se ocupa del Curso de Capacitación para que los Alféreces provisionales pasasen a desempeñar el cargo de maestro y con los que va a desarrollar un cursillo monográfico sobre ‘Historia del Movimiento Nacional; Génesis del mismo; La guerra de liberación, sus principales hechos vistos desde zona roja’, y además se ocupa de actividades para el Frente de Juventudes, en las que se desarrollaban temas de nacional sindicalismo

El mencionado historiador Manuel Toribio señala que parece ser que con apuntes que dictó en la Escuela Elemental de Trabajo de Jaén “esbozó un posible libro titulado <<Eje del imperio>>, que no llegó a publicar”.

El Ayuntamiento de Jerez alabó y premió la figura de José Cádiz Salvatierra sin descanso. En 1960 le tributó un homenaje; en 1967 lo nombró hijo adoptivo de Jerez; luego apoyó la colocación de un monolito en el mismo instituto Padre Luis Coloma; y sobre 1973 le dedicó una calle que es la ya comentada que cruza el antiguo solar del cementerio municipal de Santo Domingo.

No puede extrañar, en definitiva, que en 1952 José Cádiz Salvatierra promoviera el cambio de nombre de "Instituto Provincial" a "Instituto Padre Luis Coloma", ya que este moralizante jesuita jerezano (1851-1914), defensor del catolicismo tradicionalista "de nuevo cuño", destacó por ofrecer una concepción de las relaciones sociales basada, por un lado, en la conocida actitud teocrática rectora  de la iglesia católica y, por otro, en un marco estamental jerárquico donde el pueblo y las clases dirigentes (con mediación de la Iglesia) habían de conformar un dulce binomio al margen de las teorías socialistas de la lucha de clases. El conservador mensaje central del Padre Coloma era, en realidad, el motor ideológico de José Cádiz Salvatierra: "Aunque con la misma función que el Padre Atanasio (adoctrinar a Juan Miseria y llevarlo a la fe de Dios) pero con mayor peso en los acontecimientos, se presenta fray Juan en la obra de Coloma. Es fray Juan quien consuela a través de su mensaje de amor cristiano al condenado a muerte, el que le pide a la condesa de Bardira que interceda por él ante las autoridades y consiga el indulto, y el que finalmente descubre los criminales propósitos de Lopillo y su tía la Salamanca..." (José López Romero en "Política y sociedad. Crítica e ideología en tres novelistas jerezanos del siglo XIX: Luis Coloma, Juan Gallardo y Manuel Bellido")

José Cádiz Salvatierra, un educado falangista avecindado en Jerez, recibió numerosos homenajes que el régimen franquista quiso concederle. Bien, pero hoy, en democracia, quizás deberíamos revisar ese reconocimiento público que recibió y sustituirlo por otras ideas y otros nombres de personas que representen mejor el ideal de convivencia y respeto mutuo por el que todos hemos de apostar. Obviamente que la historia no puede cambiarse, pero sí los símbolos que elegimos para asentar la convivencia y la democracia, aquellos que permitan avanzar mejor en el desarrollo de las libertades públicas.


Su concepción medievalista y ultracatolicista de la familia estaba en perfecta sintonía con la ortodoxia franquista, en la cual, para él, tiene sentido hasta descalificar -en este texto suyo de 1945- el Renacimiento "como regresión a un sentido individualista del mundo":


viernes, 6 de marzo de 2020

El libro de Carlos Algora sobre la Mano Negra de Jerez.

Estupenda novela histórica esta de Carlos Algora sobre la Mano Negra jerezana. En el momento que escribo esta nota solo he leído las 200 primeras páginas de la misma, pero pinta más que bien. Es amena, de fácil lectura y con mucho fundamento histórico serio, fruto de un amplío conocimiento de la documentación original. Excelente trabajo del autor.

Por poner una pega (no literaria, sino historiográfica) a esta recreación de los hechos, no creo que la fusión, perfecta desde el punto de vista narrativo, del mundo del bandolerismo con el mundo de los campesinos y jornaleros andaluces ayude a comprender la esencia del conflicto social entre poseedores y desposeídos; aunque al autor no se le escapa ni asuntos como la privatización de los comunales, ni la irresponsabilidad de la prensa sensacionalista, ni la impía actuación de las fuerzas armadas en complicidad absoluta  con el caciquismo (liberal y conservador) de la época.

¿Cuándo el Ayuntamiento de Jerez hará un sentido homenaje a las víctimas de la Mano Negra, como recuerdo a todos aquellos, decenas de miles de campesinos, que pasaron hambre por causa de la actitud despiadada del caciquismo andaluz al sur de Sevilla?.

Primer capítulo e índice de la novela:
https://www.cga.es/catalogos/capitulos_promocion/AG00222101_9999965831.pdf

Síntesis de la novela "El maestro de la Mano Negra":
https://www.escritores.org/libros/index.php/item/el-maestro-de-la-mano-negra

Pequeña síntesis biográfica de Carlos Algora:
https://www.escritores.org/libros/index.php/item/carlos-algora-alba



Breve reseña de "Sueños de libertad":
https://www.diariodesevilla.es/sevilla/Amar-sobrevivir-tiempos-Isabel-II_0_321867866.html

Reseña del libro "El rey de las almadrabas":
https://www.hislibris.com/el-rey-de-las-almadrabas-carlos-algora/

Portadas de obras del autor:



miércoles, 4 de marzo de 2020

El debate jerezano sobre la supresión del busto de Franco (1980)

Ya publicamos en este blog un resumen de este debate sobre el busto de Franco en:

Sin embargo, será bueno, para aquellos que tengan más interés en esta cuestión, conocer las actas municipales del pleno celebrado en 29 de abril de 1980 donde los grupos políticos debatieron esta cuestión. El documento -quizás el primero en democracia en el que la corporación municipal aborda la cuestión de los símbolos franquistas-  tiene mucho interés porque deja claras las posiciones de PSA, PSOE y PCA (la más digna y decidida) de quitar el busto; y la posición pro busto de la UCD.

Desde 1980 hasta aquí han pasado 40 años... y seguimos en Jerez con varios conocidos emblemas franquistas que no se han suprimido de la vía pública, como la Ley señala y obliga. Esta es una situación más que lamentable y que refleja la muy preocupante endeblez de cultura democrática en la que vivimos.



Qué cerca de Jerez vivió el lúgubre general Luis Soláns (1936).


En las páginas 24 y 25 de este excelente informe del Ayuntamiento de Cádiz (https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/delimitacion_exhumacion_represaliados_antiguo_cementerio_San_Jose.pdf) leemos cómo el entonces coronel Luis Soláns estuvo en la plaza militar de Cádiz, nada menos que como gobernador militar de la provincia, sustituyendo a López Pinto, ya a fines de 1936, para hacerse cargo entre otras cosas de "la justicia al revés", es decir, para el fusilamiento de los defensores de la legalidad democrática republicana.

Este oscuro Luis Solán Labedán (véase una síntesis en: https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Soláns_Labedán; y la imaginable hagiografía militar de ABC: https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-sevilla-19510907-11.html) firmó, cuando tenía el cargo de General Jefe del II Cuerpo del Ejército, una tétrica arenga a los soldados en la misma "cartera militar de campaña" que se imprimió bajo su mando.

Destacan en este brevísimo texto, por supuesto, su recurso teológico a la santa cruzada y el paranoico manejo del concepto de "España imperial" para referirse al supuesto proyecto histórico de restaurar antiguas glorias del idealizado pasado español de los RRCC, Carlos V y Felipe II. De la denigración de los "traidores" rojos y la incitación a matarlos sin piedad, para qué hablar si ya las cunetas de este país dan cuenta de lo que estos breves y violentos textos de los golpistas fueron capaces de engendrar:



Cinco bellas postales del Jerez antiguo.

   Estas cinco postales, muy conocidas, reflejan un mundo, en buena medida ya inexistente, que a los jerezanos y jerezanas nos evocan, lógicamente, múltiples recuerdos, en distintas medidas. Los más mayores recordarán más, vivirán más, al compás de estas imágenes, las anécdotas que en sus trayectorias personales moverán sus sentimientos de infancia al volver a verlas.

   Pero estas imágenes tienen cierto truco. Parecen mostrar, claro, un mundo idílico, de bellos jardines, vidas solaces, magníficos monumentos, espléndidas calles y alamedas, nuevos servicios públicos, animado vecindario, automóviles signos del progreso... Porque estas postales eran una especie de modesta carta de presentación de Jerez, pues las postales viajaban, escritas al dorso, por Correos hacia mil localidades de dentro y de fuera del país.

   Sin embargo, esa lógica intencioanalidad positivista, edulcorante, no quita que merezca la pena recrearse en la visión de las mismas, tratando de descubrir los detalles de las vestimentas de la época, las fechas de las instantáneas, los edificios que fueron suprimidos, reformados o los nuevamente construidos, los carruajes de la alameda Cristina... Aquel mundo, hoy recuerdos del Jerez ya extinto, deben ayudarnos hoy a rememorar, sin nostalgias anquilosantes, algunos de los momentos por los que atravesó la ciudad.

   Particularmente, me gusta mirar la postal de la Biblioteca Municipal, o cabildo viejo, donde, cuando yo era muy joven, y como tantos otros jerezanos, me embelesaba en observar la estética decimonónica, solemne, de las librerías numeradas con cifras romanas. Un lugar de donde, para bien y para mal, todavía no he salido.







martes, 3 de marzo de 2020