sábado, 12 de junio de 2021

Jerez pudo ser Casas Viejas en mayo de 1931.


En el Noticiero Gaditano de 14 de mayo de 1931 encontramos una crónica periodística del asalto de algunos jerezanos a los conventos de San Francisco, El Carmen, iglesia de los jesuitas en la Plaza Compañía, etc. Estremece ver la calculada e inmediata militarización de la ciudad cuando se describen las fuerzas, con secciones de ametralladoras, apostadas en los numerosos puntos que se señalan. Y contrasta este hecho con la prudencia y mesura -además de la denuncia de elementos extraños al movimiento obrero operando en los desórdenes públicos para justificar la represión militar- con que se expresan los líderes sindicales Antonio Natera y Sebastián Oliva al firmar un documento de desconvocatoria de una huelga. Es una crónica, interesante por los variados datos que ofrece, que merece la pena reproducir aquí y leer con atención para comprender que Jerez pudo ser también Casas Viejas en mayo de 1931:

De los sucesos desarrollados en Jerez. Los conventos asaltados. Fueron los conventos que mayores daños sufrieron el de San Francisco, situado en la plaza Esteve, entrando los revoltosos por una puerta falsa que cae al peladero de aves del Mercado Central de Abastos y por la de la calle Corredera, por cuyos balcones entraron, arrojando muebles y objetos, que quemaron. La fuerza pública disolvió las turbas, que no consiguieron su intento de incendiar la iglesia.

Fue también asaltada la residencia de Padres Carmelitas, violentando la puerta existente en la calle Chapinería, entrando y sacando a la plaza gran cantidad de muebles, ropas y otros efectos de la Comunidad, prendiéndoles fuego. Los altares todos del templo fueron destrozados, derribando las imágenes, algunas de las cuales fueron arrojadas a la calle. La parte destinada a imprenta fue igualmente asaltada y destrozada la maquinaria, siendo los comodines y tiyos quemados.

Acudieron fuerzas de caballería, que viéronse obligadas a dar varias cargas para dispensar a los asaltantes, que huyeron. También llegó el servicio de bomberos, que evitó que el fuego fuese propagado a fincas de aquellos lugares. Un piano fue quemado por los grupos en la Plaza Limones.

En la residencia de Jesuitas, tanto en el templo como en los dormitorios, fueron enormes los destrozos. Todas las imágenes fueron arrancadas de los altares y arrojadas a la calle, donde pretendieron quemarlas, no consiguiendo su intento por la pronta intervención de la fuerza pública. Todos los objetos fueron, pocos después, reintegrados a la iglesia. De la Compañía de Jesús se dirigieron los revoltosos al Convento de Santo Domingo, situado en la Alameda Cristina, donde fuerzas del Ejército y algunas parejas de civiles dieron varias cargas e hicieron disparos al aire. Hubo las consiguientes carreras.



En la plaza de la República, la sección de Villaviciosa disparó al aire y consiguió, sin tener que acudir a otros medios, que se disolvieran los revoltosos, que por dicha plaza y las calles adyacentes intentaban acercarse a una pareja de la benemérita allí destacada. En las Reparadoras y en las Mínimas también penetraron los revoltosos, causando grandes daños, no consiguiendo incendiarlos por la pronta y enérgica intervención de la fuerza pública.

Resultaron los siguientes lesionados: Antonio Garrido García, contusiones en la cara; Esteban Salguero Barroso, herida en la mano izquierda; Antonio Lozano Jiménez, herida en la mano derecha; Matías Aliaño Piñero, ataque nervioso; Manuel Gómez, herida en la pierna derecha; Manuel López López, herida en la cabeza; Ramón Jiménez Soto, herida en la región frontal; Candelaria Jesús, herida contusa en la cabeza; Luis Expósito Sanz, contusión en la mano izquierda; Salvador Ruiz Romero, de 24 años, que habita en la plaza del Carmen 3, fuerte contusión con hematoma en el brazo izquierdo, leve; José Marcos Orellana Sánchez, de 22 años, que vive en Encaramada 13, herida por disparo de arma blanca en la región parietal derecha, leve. Este último es soldado, dándose cuenta de su asistencia en la Casa de Socorro al señor Gobernador militar. Los lesionados antes citados produjeron partes para los respectivos Juzgados Municipales.

Huelga resuelta. Lo ha sido la de albañiles y canteros. En representación de los albañiles y Asociación General de Trabajadores Agrícolas ha sido repartido el siguiente manifiesto:

<<Al pueblo jerezano. Trabajadores, ciudadanos: Jamás podrán borrarse de nuestra memoria las persecuciones que hemos sufrido; pero si bien no podemos olvidar las ofensas recibidas, creemos que ningún hombre de bien y ninguna conciencia honrada, debe dar cabida en su pecho a la detestable pasión del rencor, máxime en ocasiones como esta; a la clase trabajadora, que haría las cosas con la debida ponderación, se une una multitud heterogénea e indefinible, sin noción de su responsabilidad, que es la más propicia a todos los excesos.

Las organizaciones de obreros albañiles y agricultores de ésta, sin dejar de reconocer los graves perjuicios sufridos por las congregaciones religiosas, por nosotros inevitables, hacemos presente no nos hacemos solidarios de esos desmanes y declinamos toda responsabilidad. Y puesto que el conflicto de albañiles, pedreros y canteros, está resuelto con un señalado triunfo en favor de los obreros, aconsejamos a todos calma, serenidad, que no se dejen influir por elementos extraños a las clases obreras, que pueden introducirse entre ellas con el propósito poco noble de sostener la alarma.

¡¡Trabajadores, ciudadanos todos!! Cada cual seguir a su puesto, a reintegrarse a sus cotidianas ocupaciones, en bien de la tranquilidad pública. Por la Asociación de Albañiles, Antonio Natera. Por la Asociación General de Trabajadores Agrícolas, Sebastián Oliva. Jerez de la Frontera, 13 de mayo de 1931>>.

La distribución de las fuerzas. Siguiendo órdenes del gobernador militar de la plaza, don Luis Rodríguez de Campomanes, las fuerzas del Ejército, que con los demás agentes de la autoridad establecieron los servicios para el mantenimiento del orden, se distribuyeron en la forma siguiente, comprendida en ellas una compañía del batallón de Cazadores de Cataluña, que llegó del Puerto de Santa María.

En la Plaza de la Compañía, una sección de Recría y Doma, otra de Villaviciosa, media sección de Las Navas y una sección de Cazadores de Cataluña. En Santo Domingo, una sección de la Yeguada Militar, dos secciones de Las Navas, una de ametralladoras del mismo batallón, una secdción de Cataluña y patrullando por los alrededores, dos secciones de Villaviciosa. En el Carmen, una sección de Las Navas y una sección del Depósito de Sementales. En San Francisco, una y media sección de Las Navas y una ametralladora del mismo batallón. En el Gobierno Militar, una sección de ametralladoras de Villaviciosa, con dos máquinas, y una sección de la Yeguada Militar.

Patrullaban por cercanías, dos secciones de Villaviciosa. Mandaba la línea el comandante de Las Navas don Rafael Cerdeño. La tranquilidad, cuando cerramos estas cuartillas, es absoluta en toda la población, haciéndose la vida normal, y estando abiertos todos los comercios.

El corresponsal, 14-5-31