Decíamos que el libro de anécdotas jerezanas de finales del XVII y
principios del XVIII se titula “Cosas
notables ocurridas en Xerez de la Frontera desde 1647 a 1729”, que lo
escribió Sebastián Marocho, que lo publicó el Ayuntamiento de Jerez en 1939, y
que la transcripción y notas corrió a cargo del bibliófilo José Soto Molina.
Señalábamos que se trata de un diario personal, sui generis, de un testigo
directo, al parecer, de los hechos que se citan, con frecuencia muy crudos, de
la vida de la ciudad a caballo entre el siglo XVII y el XVIII. Pero sigamos con
la selección de anécdotas relacionadas con hechos notables extractados de los
que Marocho cuenta y que a nosotros nos han parecido más curiosos.
Años 1665, 1666, 1668 y 1669: “Se hicieron los cuarteles del Tinte, que
eran bodegas (1665). Se hicieron las honras de Felipe IV, y
estuvieron cuatro meses trabajando en el túmulo, que era magnífico. En este año
murió Don Juan de Padilla, el Jetón, último
poseedor del mayorazgo que hoy tienen los pobres de San Miguel, del cual son
los Curas administradores (1666). Este
año tituló el Marqués del Cuervo; le costó setenta mil pesos (1668). Este año fue el del jaramago y la paulilla;
se trilló con trillos, se cogió mucho trigo. Fue año de morriña de yeguas de
yeguas; no llovió hasta trece de enero; se sembró en polvo la sementera
(1669)”.
Años de 1671, 1672, 1673: “Fue el huracán de Cádiz (1671). Se hizo la Librería y Sillería de Santo
Domingo, por el padre Ojeda. Este año llovió tanto el día de Candelaria, que la
gente que estaba en la Iglesia no se pudo ir a su casa, y en Santo Domingo dio
el Prior de comer a cuantos estaban en la Iglesia (1672). Se echó por sí mismo al pozo de la Víbora
Don Juan de la Cueva (1673)”.
Año 1674: “…trajeron
a Jerez un marrano que pesó 430 libras; estuvo en las casas de Comedias. En
este año fue cuando la Monja de la Concepción se salió con el Fraile Francisco
y a los tres o cuatro días los cogieron en Utrera, y los desterraron. La Monja
quedó en Utrera, donde se enamoró de ella un caballero y le hizo la merced
entre puertas; parió, y el caballero, que era rico, probó que había profesado a
la fuerza, y el Papa levantó el voto, y la Monja se casó con su amante”.
Año 1676: “Entró
en el Gobierno del Reino, por haber cumplido los 14 años, Cario ll, y en las
fiestas que hubo rejonearon cuatro Juanes: Don Juan Silverio Villavicencio, Don
Juan Francisco de Mirabal, Don Juan de la Cerda Ponce de León, escudero de la
casa de Medina-Celi, y Don Juan Veinti. Todos salieron con lucimiento, aunque
al Don Juan Cerda Ponce de León lo sacó el toro del caballo y rodó; hizo su
empeño con mucho brío”.
Año 1678: “Entró
por Corregidor Don Gaspar de Barnuevo, Oidor de Sevilla. En este año se estrenó
la cárcel, y valía una fanega de trigo ciento y ochenta reales, y la libra de
pan diez Y ocho cuartos, y en medio de todo no moría mucha gente, porque había
mucho dinero y venía mucho trigo de la mar”.
Año 1680: “Habiendo
peste en Murcia y Cartagena, se cercó Jerez y se pusieron puertas para entrar y
salir. Este año tuvo lugar la Congregación de la Beatas, junto a San Marcos”.
Año 1681: “En
este año sucedió una cosa tan notable como verá el lector: Domingo Martín de
Alcántara, Alférez de las Milicias de esta ciudad, insultó a Lorenzo Benítez,
llamándole «Perro, Mulato». Querellóse el José Lorenzo Benítez y el Corregidor
quiso que se retractara. Negóse Martín, siguióse la querella, y la Chancillería
de Granada le condenó si no se retractaba (pues no probó lo que había dicho) a
doscientos azotes, diez años de Galeras y a cinco mil ducados, pero que si se
retractaba quedase libre. Notificáronle la sentencia y habiéndola oído, dijo
que trajeran el borrico pues no se retractaba, que eso era contra su crédito.
Se cumplió la sentencia, y en el primer pregón dijo al verdugo que de cada
azote le sacara un hueso para que tuvieran que roer Benítez y sus parientes.
Benítez se declaró por bueno, se dio a la estampa la ejecutoria de su nobleza y
limpieza, y Domingo Martín murió sin arrepentirse de cuanto había dicho”.
Año de 1682: “Entró
por Corregidor Don Pedro Legazo (27), que lo fue cerca de siete años. Hizo en su tiempo la Pescadería y
Carnicería, y el ventanaje de la Cuna. En su tiempo hubo Langosta en tal
abundancia que dio una orden para que los trabajadores de las viñas no fueran a
las viñas sino a coger langosta. Se pagaba la libra a cinco cuartos, aun cuando
no fuesen del término”.
Año 1684: “…siguieron las lluvias del año
anterior y no cesaron hasta el día 9 de Febrero, de modo que llovió sin parar ochenta días. Este año Don
Ambrosio de Espínola y Guzmán, Arzobispo de Sevilla, dio de limosna cien mil pesos que le prestó Don Juan de Austria, el cual los perdonó en su testamento,
pues decía que estaban muy bien gastados. Este año Don
Luis y Don Martín
Riquelme, hermanos, Don Álvaro, Don Diego y
Don Juan Dávila, mataron a
carabinazos al Guarda mayor y a Malillo, porque estos decomisaron una carga de ropa que era de Don Martín Riquelme”.
Año de 1685: “Este año, el 12 de Julio, hubo eclipse total de sol; duró
una hora poco más; se vieron todas las estrellas, y no se veía sino con luz.
Empezó a las dos de la tarde. Este año, ahorcaron en el Puerto a Gerónimo de
Mendoza, por haber matado al Corregidor del Puerto. Era Mendoza hidalgo muy
bien nacido de Jerez. Este año, un carretonero que estaba retraído en la
Veracruz, se descuidó y fue preso por el Guardia Mayor de Alcabalas y Millones
Don Felipe de Villegas. El padre Barco (que no era sino Lombay) los alcanzó en
la calle de Santa María, y los lió de tal modo, que carretonero y Guarda mayor
los metió de nuevo en el Convento. Quiso castigar a Villegas, y le hizo quitar
los calzones y lo azotaron donde los niños, y después lo raparon a panderetes”.
Año de 1689: “Salieron dos Compañías de infantería para el
Arache. Capitanes, Don Fernando el Santo y Don Jacinto Pacheco. Los cautivaron
los moros, y para rescatarlos, por cien hombres se le dieron mil moros; los dos
Capitanes murieron en África. Este año quemaron al Puto; yo lo vi y estaba toda la ciudad viendo este espectáculo”.
Año de 1691: “Se
llamó el año de la Fruta, por la gran abundancia. Valía una canasta de ciruelas
de las mejores seis cuartos. En este año vino un ciego a Jerez que predicaba de
repente, según los asuntos que le daban, con tanto acierto, que era la
admiración de los hombres más doctos. Le daban asuntos casi imposibles de
probar y seguir, pero él en nada halló dificultad. Lo que sé decir es que a la
Inquisición fue a parar, y después no se supo más de tal hombre”.
Año de 1694: “Entró de Corregidor Don Pedro de la Raeta y Colona, Oidor de Granada, que vino a los desórdenes que
había en Jerez de
pesar carne, y prendió
a los que la cortaban, y los caballeros huyeron y se metieron
en la Victoria, y sacó a los
mozos de los caballeros, y azotándolos los paseó por la
Victoria, porque sabía
que allí estaban sus
amos”.
Año de 1697: “Este
año sacó el corregidor del Carmen al Alférez Don Gaspar de Gel ves, y lo mandó
a Sevilla,
donde lo ahorcaron, por haber escalado un convento de monjas. Un hermano suyo ofreció mil pesos por el indulto y
no lo consiguió. En este año d. Martín de Mirabal mató al Escribano. En este
año se dedicó la Iglesia de Belén”.