martes, 26 de noviembre de 2019

La ganadería jerezana entre el siglo XVIII y el XIX, por el historiador Jiménez Blanco.


El historiador José Ignacio Jiménez Blanco (véase: http://memoriahistoricadejerez.blogspot.com/2019/09/el-negocio-del-vino-en-jerez-1840-1877.html) nos ofrece un nuevo trabajo titulado "Ganadería, uso del suelo y cambio institucional en Jerez de la Frontera, 1754-1865", publicado en la colección "Documentos de Trabajo de la Sociedad Española de Historia Agraria" (acceso al artículo: https://ideas.repec.org/p/seh/wpaper/1904.html)

El resumen elaborado por el propio autor expone con precisión el objeto de estudio, las fuentes y las conclusiones de su nueva aportación a la historia de Jerez:


Aludiendo a la riqueza informativa del Archivo Municipal, Jiménez Blanco justifica la elección del ámbito de Jerez como su zona de estudio: "El elegido es un municipio que, no obstante podría considerarse una comarca. Se trata de Jerez de la Frontera, en la provincia de Cádiz. Un caso relevante, a mi juicio, por tres motivos. Primero por tener un amplísimo alfoz, donde pueden desenvolverse todas las facetas de la producción agraria (agricultura, ganadería y floresta). Segundo, por tratarse de un caso ilustrativo de lo que podía dar de sí la reforma agraria liberal en lugares donde el poder político y económico estaba de entrada en manos de una minoría social. Tercera, por tratarse de un territorio representativo agronómicamente de la campiña del bajo Guadalquivir, con unas precipitaciones medias aceptables, pero irregulares, y sin regadío. La elección, en fin, también se explica por la disponibilidad de la rica documentación conservada en el archivo municipal de dicha ciudad". Respecto a los documentos del AMJF que Jiménez Blanco usa, va desgranando sus signaturas a pie de página: "Toda la información sobre el Avance ganadero de 1859 procede de AMJF, leg. 267, exp. 8.178", "Todo lo que se dice a continuación referente a Jerez procede de AMJF, Archivo Histórico Reservado, cajón 1, nº 108 y leg. 268, exp. 8.194".

La crítica de las fuentes documentales pecuarias utilizadas es cuidadosa y constante por parte del catedrático Jiménez Blanco, que no ignora las dificultades censales relativas a la veracidad de los recuentos ganaderos de la época: "En Jerez de la Frontera nos encontramos con dos series de cifras de cabezas de ganado (cuadro 1.1). Una la recogida en los Mapas Generales del Reino de Sevilla (columna A) y, la otra, la del resumen conservado en el archivo municipal (columna B). Ambas son idénticas o muy similares en todas las especies, salvo en el cabrío y, sobre todo, el porcino, en los que las segundas son claramente superiores. En ambos casos he supuesto que las cifras del recuento fueron rectificadas a la baja tras descontar las cabezas destinadas al autoconsumo para reducir la eventual carga fiscal, y he optado por utilizar las de la segunda fuente, las más elevadas".

Jiménez Blanco hace observaciones importantes como: "En este cuadro también se comprueba que, si ponderamos el peso en vivo por la superficie sobre la que se sustentaba, el crecimiento de la cabaña ganadera jerezana entre mediados del siglo XVIII y 1865 estuvo muy cerca del extremeño; es decir fue uno de los mayores de España". "...el resultado confirma que Jerez era uno de los territorios con mayor densidad ganadera de España, pues sus 24,7 unidades por km² sólo eran superados por la región astur-leonesa (28,3)... el aumento de la importancia de las especies aportadoras de energía, las dedicadas a la labor, mientras mermaban las no implicadas en la producción agrícola".
En cuanto al uso de tierras: "La dirección fundamental está muy clara. Hubo un amplio proceso roturador de las dehesas y montes –con la consiguiente regresión de esta partida–, que permitió ampliar, sobre todo, la superficie dedicada a cereales y leguminosas y, en menor medida – aunque, en términos relativos, casi se dobló– el área del viñedo. El olivar, por el contrario, retrocedió. El regadío se mantuvo en la marginalidad... el creciente dominio del sistema cereal dentro de la superficie cultivada Si a esto se añade la vastedad de las dehesas de pasto y montes, quedan pocas dudas de que es aquí donde deben buscarse las claves explicativas de los cambios habidos en la ganadería jerezana en el lapso analizado". 
(cuadro elaborado por el autor en p. 17)

José Ignacio Jiménez Blanco termina su artículo con una muy importante y clara consideración acerca de los efectos sociales de esta dinámica agraria en Jerez: "Para muchos pequeños agricultores esto resultaba una misión imposible, que provocó tensiones sociales, proletarización, emigración y cambios en la propiedad. Sin embargo, para los grandes propietarios de los cortijos del valle del Guadalquivir, que eran los que marcaban el paso de la producción, estas novedades les forzaron a una mayor capitalización, pero como disponían de liquidez y solvencia, pudieron seguir su camino sin mayores problemas; un camino que llevaba a un cultivo cada vez menos orgánico, pero que partía del tipo de explotación gestada en las primeras décadas del siglo XIX" (p. 27)

Imágenes seleccionadas de:

Documento de las respuestas generales del Catastro de Ensenada relativo, pregunta nº 20, a la ganadería en Jerez: