miércoles, 21 de abril de 2021

Libros y biblioteca municipal de Jerez en 1918. Los bibliotecarios de la Herrán.




En este año 2021 la espléndida Biblioteca Municipal de Jerez celebra sus 148 años de existencia. Por nuestra parte, hemos pensado celebrarlo, en la conmemoración del Día del Libro, en 23 de abril, aportando algunas notas hemerográficas y comentando sucintamente un expediente que se encuentra en la sección de Inventarios de Bienes Municipales del Archivo Municipal de Jerez, en el año 1918. Ofrecemos unos recortes de prensa que sintetizan la historia de la biblioteca municipal entre 1885 y 1918, período en que la misma estuvo a cargo, sin remuneración alguna, primero del abogado José Luis de la Herrán y Lacoste (fallecido en 1908) y luego de su hijo José Luis de la Herrán (autor del inventario de enseres de la Bca. Mpal. en 1918 ya mencionado).

Al comienzo del inventario leemos: “El Director de este centro al presentar al Excmo. Ayuntamiento este Inventario, cuya obligación no le ha sido exigida desde el año 1906 en que fue presentado el último por el Ilmo. Sr. D. José de la Herrán [y Lacoste], su amadísimo padre, se ajusta en absoluto ahora al sistema seguido por sus antecesores, enumerando con la mayor exactitud…”

Entonces, en 1918, fecha de dicho inventario, el director de la Biblioteca Municipal era José L. de la Herrán hijo:









En la descripción del despacho de dirección encontramos un sinfin de enseres y utensilios diversos, algunos muy curiosos: atril, azucarero, blusa para el director, cerillera, cuadro lienzo "Término de Jerez", escupidor de barro, fechador, higrómetro, espejo para leer impresiones microscópicas, "libro de actas de fundación de esta Biblioteca", manta escocesa, medalla de bronce premio Nobel Santiago Ramón y Cajal, moneda pequeña de plata romana, moneda pequeña de plata árabe, pesa-cartas, pirámide de cristal pisa papeles, termómetro, ventilador, cabeza de estudio de Rodríguez Losada...


En la descripción del piso del conserje y habitación baja encontramos, entre otras cosas, las siguientes: cántaros lebrijanos, ratera de alambre, trozos de molduras divisionarias de la estantería nueva...

En la descripción del pórtico y zaguán del edificio del Cabildo viejo, donde estaba la biblioteca publica municipal, los siguientes enseres: balas de piedra romanas, columna miliaria, escudos de Jerez en piedra, estatuas togadas, lápida sepulcral del s. I,




púlpito de planta hexagonal, torso de Hércules, etc.

En la descripción del salón 1º de lectura: alzapies, archivadores de cartas, barómetro inglés de cubeta de mercurio, busto de santa del s. XVI, cuadro sinóptico de los reyes y jefes de estado españoles, diagrama astronómico por Reynolds, escupidores de hierro, grabado sobre lienzo con moldura negra y dorada "filoxera vastatrix", hacha de piedra resto arqueológico, máquina de escribir sistema Remington, monetario sin clasificar, monedas de cobre árabes, palmatorias, paragüeros, perchero, plano parcelario de Jerez, prensa de hierro, reloj grande circular, tijeras, tintero, esportón almaciguero...

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En la descripción del salón 2º o interior encontramos: atril de caoba giratorio, blusas para director y conserje, esfera de cartón piedra y pie de madera (deteriorada), estante portátil para libros sometidos a limpieza, gradilla con cuatro escalones con pasamanos, plumeros, ratonera de alambre, tinteros de cristal, etc.

El autor del inventario, el resignado director de la biblioteca en 1918, dice: "Desde el fallecimiento del Ilmo. Sr. D. José de la Herrán y Lacoste (q.s.g.h.) ocurrida en febrero de 1908, en cuya fecha tomó posesión de su cargo el que suscribe, no ha variado absolutamente nada, ni aún la colocación del mobiliario que venía utilizando su amadísimo antecesor".

Creemos que estos siguientes recortes de prensa arrojan alguna luz sobre la cruda intrahistoria de la Biblioteca Municipal de Jerez, la que en aquella época recibía, a pesar de su enorme valía, una muy escasísima atención del ayuntamiento, propietario titular de la misma. Tan poca que ni los bibliotecarios cobraban. Padre e hijo de la Herrán bien merecen, por ello, un homenaje de reconocimiento, dado que resistieron contra viento y marea aquel descuidado proceder municipal; incuria que no surtió efecto gracias a ellos, a quienes, en buena medida, debemos pues que en el s. XXI disfrutemos de una biblioteca pública municipal muy rica, muy interesante, una brillante joya de Jerez.

años 1885, 1888...



años 1892, 1894...

año 1892...





años 1900, 1902...


año 1905, 1906...


años 1906, 1908...