(Cristóbal Orellana González, del Grupo de Investigadores de Jerez colaboradores con el proyecto “Todos los Nombres”)
En Jerez nadie sabía que iban a tener lugar las jornadas por la memoria histórica (http://www.aipaz.org/content/index.php/agenda/item/465-jornadas-memoria-s-para-la-convivencia-y-la-construccón-del-futuro") que ahora, en 23 y 24 de noviembre, en el Alcázar, se celebran en nuestra ciudad organizadas por AIPAZ y la Junta de Andalucía. Nos hemos enterado a última hora de esa magnífica convocatoria institucional. Finalmente, por suerte, se ha incluido, a modo de moderador de una de las mesas de trabajo, a una persona de la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez. Pero tendremos ocasión, en febrero de 2017, de organizar en Jerez otro encuentro más centrado tanto en la mortífera represión que tuvo lugar aquí entre 1936 y 1939 como en las medidas concretas que pueden tomarse hoy para hacer realidad el desarrollo de la memoria histórica en nuestra ciudad y término municipal.
La posición de la Plataforma en materia de memoria democrática es de todos conocida. Según interpreto y soy capaz de resumirla, dicha posición vendría a condensarse en los siguientes cinco puntos principales. Primero, señalar que la misma ha trabajado mucho estos meses para que el Ayuntamiento se decida a crear ya una Oficina Municipal de la Memoria Histórica. Segundo, insistir en la solicitud de que el Ayuntamiento, al igual que ya lo hizo la Junta de Andalucía o la Diputación de Cádiz, se adhiera a la llamada querella argentina. Tercero, mostrar preocupación por la existencia, todavía, de alguna simbología franquista en las calles de Jerez, como, por poner un ejemplo importante, la presencia de algunos generales golpistas y altos mandos del ejército franquista en el pedestal del monumento al general Primo de Rivera en la plaza del Arenal.
En cuarto lugar, señalar que no es posible, como señala el título de las jornadas organizadas por AIPAZ y la Junta de Andalucía, construir juntos una memoria sana y digna con visos de futuro, es decir, para la convivencia democrática, si no se levanta aquí en Jerez, en un sitio céntrico de la ciudad, un monumento a las 400 víctimas del franquismo. Porque el pequeño monolito -sucio y arrinconado- a los pies del Alcázar, junto al acceso a la mezquita, no aporta dignidad a la memoria histórica.
Y, en quinto lugar, a modo de conclusión, sugerir que la “memoria(s) para la convivencia y la construcción del futuro” debería erigirse sobre hechos muy concretos (como, por citar un ejemplo, la inscripción en el Registro Civil de los asesinados que no constan en dicho registro), y que en este sentido queda mucho por hacer en Jerez, una ciudad donde aún figuras del franquismo como José María Pemán tienen algún respaldo en parte de la población y de algunos partidos políticos y donde algunos colegios y calles aún se rotulan con el nombre del poeta del régimen.
Pienso que deberíamos organizar también un museo, o casa de la memoria, en Jerez. Un lugar adecuado quizás podría ser la casita desocupada, la cual se conserva sin modificaciones seguramente desde 1936, que se encuentra a la mitad de la c/ Pintor Muñoz Cebrián, en la Bda. España. Para montar un espacio museográfico de la guerra civil en Jerez esta pequeña pero simbólica casita es más adecuada que la casa, más grande pero mucho más abandonada y costosa de restaurar, que Jerez le regaló al verdugo Salvador Arizón Mejías en la c/ Taxdirt (que también ha de ser recuperada por el municipio y declarada 'lugar de la memoria'). Como es sabido, toda la barriada España se la expropió el régimen franquista a la UGT, un sindicato que ya había organizado para esos terrenos una cooperativa de viviendas.
Todavía la barriada está llena de nombres que aluden directamente a la guerra civil desde el lado de los golpistas, a sus personajes y episodios. Además, está muy cerca de la plaza de toros de Jerez, donde se fusilaba a los rojos. La casita aún conserva esta muy significativa placa: “Se edificó esta casa, en octubre del año 1936, en pleno período del movimiento militar salvador de las esencias nacionales, siendo alcalde el Ilmo. Sr. D. Bernabe Ricó Cortés”. La pequeña casa de la Bda. España, debidamente restaurada y habilitada como recurso pedagógico para alumnos y alumnas de secundaria, bachillerato y universitarios, podría ser una herramienta muy útil para poder acercar a los estudiantes al conocimiento de la guerra civil en Jerez.
En esa barriada aún se conservan muchos rótulos de calles del franquismo: c/ 29 de octubre, en conmemoración de la fecha de la fundación de la Falange por José Antonio Primo de Rivera en 1933; c/ General Moscardó, en homenaje al general que encabezó el golpe militar en Toledo y “resistió” en el Alcázar; c/ Nuestra Señora de la Cabeza, en recuerdo de la resistencia de algunos guardias civiles ante el asedio republicano al santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, en Andújar, entre diciembre de 1936 y mayo de 1937. Usemos todo eso como recurso pedagógico a favor de la memoria democrática en Jerez, dejando que los alumnos y alumnas se pregunten cómo ha sido posible que esos rótulos hayan pervivido hasta hoy.
Quiero concluir diciendo dos cosas: 1ª) que muchas personas no hemos olvidado ni a las víctimas del franquismo ni la losa de silencio que se impuso a la memoria histórica entre 1975 y 2007 (fecha de la vigente Ley de la Memoria Histórica), y 2ª) que seguimos buscando justicia, verdad y reparación porque resuenan fuerte en nuestros corazones cartas como esta:
[Carta del joven anarquista José Alvarado Márquez desde la cárcel del partido de Jerez a su familia poco antes de que lo asesinasen, a los 26 años de edad, en noviembre de 1936]
“A mis queridos padres, hermanos, primos, tíos, abuela y a todos mis amigos. Salud y un abrazo muy fuerte acompañado de muchos besos para todos. Escribo esta carta hoy con la certeza de que han de matarme aunque yo no he cometido otro delito que el de estar afiliado al Ateneo Cultural “Estudios” y haberme acusado un individuo de que yo tengo ideas contrarias, pero esto se ve aquí que es lo suficiente para llevar a cabo este acto, ya que con otros asin (sic) lo han hecho.
Estoy pasando el dolor más grande de mi vida, yo creo que esto es lo último de la vida de una persona, por eso deseo cuanto antes la muerte que espero tan tranquilo. No le tengo odio ni rencor a los que van a hacer este acto conmigo porque considero que no tienen un conocimiento exacto de la responsabilidad que contraen, que tarde o temprano creo reconocerán sus errores.
Mamá, a V. le pido que saque dos retratos grandes de los míos, que estoy retratado de cuerpo entero, para recuerdo de mí en toda su vida, la de mi padre, hermanos, toda la familia y amigos, y a todos les digo que no tengan pena por mí ya que todos tenemos que morir, aunque esta muerte sea mucho más dolorosa.
Y sin más, muchos besos y abrazos para ustedes, mis hermanos, primos, abuela, tíos y demás familia; recuerdos para todos mis amigos de este joven que muere en la flor de su vida.
Firmado: José Alvarado.
Niña y mamá, te recuerda de mi firma
Cárcel de Jerez a 20 de Noviembre de 1936.
Padres: al retrato le ponéis [ilegible] día que nací y cuando me dieron muerte; que guarde esta carta siempre sin enseñársela a nadie por no se vayáis a comprometer (sic)”