jueves, 8 de julio de 2021

Historia de una carta de la reina Isabel al corregidor de Toledo (1481).

 

En el Archivo Municipal de Jerez de la Frontera (AMJF) conservamos (en el cajón 15, documento nº 20), una curiosísima pieza magistralmente copiada de un original que al parecerse se conserva en Toledo. Se trata de una "Carta de la reina a Gómez Manrique, corregidor de la ciudad de Toledo, sobre el estado de salud de su esposa". La carta (nos referimos a la original) está datada en Valladolid, en 1481, y consiste (la copiada) en una sola hoja de papel verjurado de 28,5 X 20 cms. Sabemos que no es un documento original porque debajo del sello, que por efecto del tiempo quedó desprendido del papel soporte de la carta, se lee "Palomarius f. Toleti 1755”, que significa que la hizo Palomares en Toledo en 1755.


No se trata de lo que los archiveros conocemos como un "falso” porque, si lo fuera, el autor no habría firmado, con letra impresa como lo hizo, bajo el sello de papel. Por otra parte, es evidente que el papel usado por Palomarius para demostrar su impresionante habilidad calígrafa muestra al trasluz una finura de puntizones y corondeles que no es propia de 1481 sino de muchos años después, cuando se esmeran las técnicas de fabricación de papel ... aunque no hemos podido identificar de qué molino papelero salió la marca de agua o filigrana que aparece en el centro de la hoja: un rombo flanqueado por dos medios rombos a los lados. Ese "Palomarius", está claro, quiso demostrar su pericia pero no mentir. Pero ¿quién era este copista esmerado?, ¿quién era este excepcional calígrafo?

Pues se trata de Francisco Javier de Santiago Palomares. Según podemos leer en la Encidopedia Universal Multimedia (Micronet, SA, 1998), el maestro calígrafo Fco. Javier de Santiago fue un "distinguido paleógrafo y diplomático español. Nació en 1718 y murió en Madrid en 1796. La habilidad que manifestó desde muy joven para imitar los caracteres antiguos, le hizo ayudar al padre Burriel en el reconocimiento del archivo de la catedral de Toledo y otros. Entre las mejores obras de este género que ejecutó debe citarse la copia que hizo en vitela de la liturgia mozárabe, imitando con la mayor perfección el carácter y la música gótica. Ayudó a Bayer en la formación del índice de los manuscritos antiguos, griegos, hebreos, latinos y castellanos que existen en la biblioteca de El Escorial. Sacó una copia de un códice gótico escrito el año 962 por disposición del obispo Sisebuto en el monasterio de San Millán de la Cogolla, que contiene algunos concilios generales y toledanos, y varios opúsculos. Trabajó con el arzobispo de Silimbria, inquisidor general en la formación de una diplomacia española, y llegó en sus estudios hasta el siglo XI. Fue nombrado miembro de la Academia de la Historia, ejecutó otros muchos trabajos caligráficos y escribió las siguientes obras: Diplomacia española; Paleografía completa; España dividida en provincias; Diccionario de todos los pueblos del reino”.

Por cierto, existe una primera edición (año 1776) del famosísimo Arte nuevo de escribir, de Pedro Díaz Morante, e ilustrada por de Santiago Palomares, en la Biblioteca Municipal de Jerez con el nº 8923.



Pero aunque ya sepamos quién es y que no quiso engañar a nadie, nos preguntamos qué hace esta carta copiada por de Santiago en el Archivo Municipal de Jerez, así como cuándo y porqué llegó hasta aquí. Del original y del falso hay una reseña en el conocido Manual de Paleografía y Diplomática de la UNED (lámina 19/3). En esta reseña se dice, efectivamente, que Santiago copió la carta, pero no se dice que una copia de mediados del siglo XVIII esté en Jerez. Quien lo dice somos nosotros porque conocemos esa curiosísima copia desde hace tiempo, habiéndole dado asiento en su momento en el índice del Archivo Histórico Reservado (AMJF), donde consta para quien desee comprobarlo. La reproducción que aparece en el citado manual de la UNED es la copia de Fco. Javier de Santiago, no la carta auténtica, que debe conservarse en el Archivo Municipal de Toledo, como hemos dicho. En la reseña de la UNED se indica, por otra parte, que la copia de Palomares fue reproducida también en la Paleografía Española, publicada en 1755, de Esteban de Terreros Pando (1707-1782) ... ¿Fue Terreros Pando quien le encargó la copia a Palomares?.

No lo sabemos, aunque podría ser, dado que la redacción de la copia y la publicación de la obra de Terreros coinciden en el tiempo. La valoración del Manual de la UNED dice que la copia de Palomares es bastante fiel con el original pero que la primera parte es defectuosa en conjunto, ya que la cortesana no es tan angulosa como la ofrece, ni existen en ella algunos nexos que introduce Palomares.

La parte manuscrita por la reina Isabel I es la segunda mitad de la carta, donde los renglones aparecen más sueltos, rápidos e irregulares. Aunque la letra no es del todo cursiva, lo que al parecer era frecuente en los usos de la nobleza de la época, se observa una evidente dificultad de lectura por, dice el manual de la UNED, la falta de regularización de sus trazos. La parte superior del documento, escrita en letra cortesana angulosa, fue redactada por el secretario Alfonso de Ávila, tal como se indica en la zona de firmas que aparece bajo "yo la Reyna'. La transcripción del texto que "de mi mano" escribe la reina Isabel es esta: "Gómez Manrique, en todo caso / venyd luego que donna Juana/ a estado muy mal y estava me-/ jor y a tornado a rrecaer de que / le dixeron  que no venyades. De / mi mano, Yo la  rreyna".



Hay que destacar el tono de estrecha amistad que la reina muestra al corregidor de Toledo Gómez Manrique cuando le dice que su esposa, doña Juana, ha empeorado de su enfermedad desde que se enteró que no podía visitarla. Diego Gómez Manrique era sobrino del famoso Marqués de Santillana y hermano del maestre Rodrigo Manrique (el protagonista de las famosas Coplas a la muerte de su padre, de su sobrino Jorge Manrique).

Fiel seguidor de la causa de Isabel, medió en los desposorios entre Isabel y Fernando y fue el encargado de traer a Fernando por tierras castellanas para contraer matrimonio con la entonces infanta. Su esposa Juana Mendoza era amiga personal de la reina Isabel, siendo también su Camarera Mayor. Diego Gómez Manrique, corregidor de Toledo entre 1477 y 1491 e insigne humanista, escribió una Consolatoria hordenada por Gómez Manrique para la muy noble señora doña Juana de Mendoza camarera mayor se la muy excelente señora infante doña Isabel, su muy amada muger.

Pero también la carta (Valladolid, 19 de enero de 1481) refleja, en la parte que no escribe (pero sí dicta) la reina, las circunstancias de inestabilidad política en que vive la ciudad de Toledo. Isabel le da a Gómez Manrique un permiso explícito de 27 días para que pueda ver a su esposa, 15 días para estar con ella y 12 para el viaje de  Toledo a Valladolid, ida y vuelta. Le dice, además, que se ocupará de escribir a la ciudad de Toledo, se entiende a los del concejo de Toledo, "para que esten a la orden que vos les dixeredes de mi parte”. Añade que "dexeys allá el mejor rrecabdo que pudiéredes", y le hace saber que "tengos en mucho serviçio el detenymiento que allá fesistes a cabsa de las fiestas".

En definitiva, contamos con una curiosísima copia de un notable documento que nos habla, bajo la óptica de la reina Isabel, sobre la vida política a fines del siglo XV en Castilla. Lo copió hábilmente Fco. Javier de Santiago Palomares en 1755 y lo conservamos en el Archivo Municipal de Jerez de la Frontera en el cajón 15, documento nº 20.