sábado, 17 de julio de 2021

Breve historia de Jerez (Exposición de Ganados y Feria 1921)

[Damos a conocer este folleto al que puede accederse en: https://www.jerez.es/fileadmin/Documentos/Archivo_Municipal/Folletos/297.pdf)



Dos palabras.

Sentimientos de un profundo cariño a esta bella ciudad de Jerez, nos ha impulsado a ofrecer al público este modestísimo folleto, en el que desfilan muchas de las industrias que hay establecidas, cuyos propietarios han querido, al cedemos sus anuncios, cooperar a que nuestro pensamiento tenga fácil realidad.

Bien quisiéramos haber hecho una obra perfecta, como merecen los respetables lectores y el fin para que se ha editado, pero lamentables desidias de algunos, egoísmos de otros y escasez de medios informativos para los que suscriben, hacen que presentemos este folleto algo incompleto, aunque para ediciones sucesivas ofrezcamos servir lo que nuestro pensamiento primitivo se propusiera.

Tomándolo de diversos datos escritos sobre la materia, reproducimos la mayor parte de la Historia de Jerez, y hemos cuidado para ello, recopilar los de ilustres historiadores, que al escribir sus obras se basaron en los documentos oficiales que se conservan en nuestro importante Archivo Municipal, a cuyo frente se halla un funcionario tan entusiasta de su profesión, como nuestro querido amigo D. Adolfo Rodríguez del Rivero.

El programa de los festejos que con motivo de la Feria de Ganados organizó el Excmo. Ayuntamiento, también lo insertamos, aunque casi siempre ocurre que este se amplía, debido a las iniciativas particulares o de empresas.

En él figura la Exposición de Ganados, uno de los concursos más renombrados que en España se celebran, y en el que puede apreciarse la importancia ganadera de esta población, especialmente en la raza caballar.

Las corridas de toros que con motivo de la Feria aquí se celebran, son de las de primera categoría, figurando en los carteles los diestros de más éxitos y las ganaderías más bravas.

Y por último, reproducimos variados fotograbados con vistas de Jerez y de su Feria, cedidos galantemente por el importante establecimiento tipo-litográfico "Litografía Jerezana", cuya casa ha impreso este folleto.

A cuantos nos han ayudado para llevar a cabo nuestro propósito, que no es otro que propagar la importancia y belleza de esta ciudad y de su Feria ganadera, quedan muy reconocidos,

Los Editores.

La M. N. y M. L. Ciudad de JEREZ DE LA FRONTERA

La provincia de Cádiz puede vanagloriarse con razón, por contar en su término una ciudad de las más importantes de la Península, y que compite con cualquiera de las capitales, por su antigüedad, por su nobleza, por su -extensión, por la belleza de sus calles, plazas y edificios y por la producción de su suelo.

Si dispusiésemos de espacio y condiciones para ello, consignar quisiéramos aquí, aunque

sucintamente, la historia de este pueblo; pero en la imposibilidad de hacerlo, no nos privaremos de citar, siquiera a grandes rasgos, algunos apuntes históricos.

Su vasto término es de 46 1/2 leguas, o sea una extensión de 314.000 aranzadas, que equivalen a 140.462 hectáreas.



Su término linda con el de los pueblos siguientes: Puerto de Santa María, Puerto Real, Medina Sidonia, Paterna, Alcalá de los Gazules, Cortes, Ubrique, Algar, Arcos, Lebrija, Trebujena del Campo y Sanlúcar de Barrameda, dato este rarísimo, tratándose de un solo pueblo, y muy digno de ser conocido. El territorio, pues, de Jerez, comprende casi el de una provincia; la menor de España es Guipúzcoa, con la extensión de 52 leguas, y ésta tiene con la de Jerez la diferencia de 5 1/2 más, solamente.

Su situación a los 36° 41' y 45" latitud y 2º 2 ' 20" de longitud, contados por el meridiano

de Madrid, y por tanto al N. E. de la capital de la provincia, la hace disfrutar de un clima sanísimo y muy templado en las estaciones extremas.

La fundación de este pueblo se contrae a tan lejana época, que no es posible discernir con certeza sobre ello. Siguiendo al padre Rallón, repútanla muchos como la heredera de Hasta Regia, colonia griega fundada unos XIV siglos antes de J.C., de que hacen grandes elogios, por su importancia, Estrabón y Plinio, y cuyas ruinas se conservan hoy soterradas en nuestro término, a dos leguas de Ja ciudad y sitio de la Mesa de Hasta. Pero la opinión más probable y fundada, según el parecer de eruditos investigadores y arqueólogos y anticuarios, es que sea la antigua Ceret, población romana que existió en la Bética Turdetana, y de la que se han encontrado muchas monedas en la plaza del Mercado y otros sitios de esta ciudad. Algunos, sin embargo, entre ellos el ilustrado escritor D. Manuel de Bertemati, se inclinan a juzgarla como la sucesora de Xera, ciudad cercana al estrecho de Hércules, citada por los historiadores Theopompo Estéfano de Bizancio, pero sus ruinas se asientan donde hoy se halla Torre-Cera, predio rústico de este término, como sostienen otros escritores que tratan de este complejo asunto.

En tiempo de los Godos, llevó dicho nombre de Ceret o Ceritium: en las crónicas de fines del período gótico, aparece citada con dichos nombres al hablarse de la memorable batalla llamada del Guadalete, en que sucumbió el Rey Rodrigo con la dominación goda, el año 711 de nuestra Era (que otros dicen fue el 714). Hoy se discute mucho este caso, siendo muy común la opinión entre serios historiadores, de que la batalla se dio junto a la laguna de la Janda y cerca del río Barbate, término de Vejer de la Frontera. En sellos antiguos del siglo XVI, que se conservan en el Archivo Capitular, se lee el nombre de Xiericii, derivado, como se ve, del Ceritium o Xeritium, de los godos.

Conquistada por los árabes en dicha fecha, fue de ellos muy estimada, citándose en las crónicas arábigas que corresponden a nuestro año de 744, como habitada por las tribus palestinas, que al territorio de Medina destinó el Emir Ebn-Dirar.

Los musulmanes poseyeron a Jerez 553 años; en ese lapso de tiempo imprimieron a la ciudad su carácter propio, la renovaron, establecieron en ella varias industrias de telares, de ebanistería, de destilación de alcohol y perfumes, de moliendas y de cultivo de cereales y de la vid; fomentaron y enriquecieron la ganadería, hicieron cuevas para los vinos, silos para los granos, fuentes, plazas, mercados, dos soberbias mezquitas (San Dionisio y la que sirvió para la Colegiata) y cuatro secundarias (donde se erigieron los templos de San Mateo, San Lucas, San Juan y San Marcos), dos cementerios, dos alcázares, varias torres y una hermosa muralla de metro y medio de anchura y ocho metros de elevación.

Entre los gobernadores árabes de Jerez, se mencionan como personas ilustres a Mohamed,

conocido por Ebn Mocasir, profesor de Retórica y Derecho en Valencia, su patria, el cual murió en Jerez el año 603 de la hegira; a Abul-Camar, de la alcurnia de los Aben·Gamias; a Abul·Hamri, prefecto también de Arcos, y a otros alcaides y walíes de notoria fama, tales como Aben-Ubeit. su postrer reyezuelo.


Fue conquistada por Fernando III el Santo en 1251, quedando como tributaria suya. Perdida de nuevo, reconquistóla en 1255 su hijo D. Alonso el Sabio, dejándola también como tributaria, con la guarnición de 100 caballos al mando del célebre Garci Gómez Carrillo, progenitor de los Condes de Priego. Pero sublevados los moros en 1261, tuvo lugar en el alcázar jerezano la memorable defensa de dicho Garci Gómez y de su alférez Fortún de Torres. Este sucumbió mutilado horriblemente, más sosteniendo en sus labios los últimos girones de la bandera que llevaba: aquél, cogido prisionero de los moros, por medio de garfios, curado fue por ellos, llenos de admiración; y devuelto al rey castellano, fué luego premiado con insignes honras, entre ellas la de casar con la Infanta D. ª Urraca, prima de D. Alonso el Sabio, y ser nombrado en 1270 Alcaide de los Fijosdalgos de Castilla, según consta de la historia de los Marqueses de Trocifal, sus descendientes. No murió, pues, en 1261, como consignan algunas crónicas locales y ciertas historias generales, que desconocen dicha genealogía.

Volvió a recuperar la ciudad en 1264 (el 9 de octubre), D. Alonso el Sabio, y entonces dejó en ella 300 hidalgos, al mando de Alvar Fáñez, que quedó nombrado Frontero y Alcaide del Alcázar, con el gobierno militar. Para lo civil nombró don Alonso dos alcaides y seis jurados, con un justicia o alguacil: los jurados correspondían a las seis parroquias, en que se convirtieron las seis mezquitas mayores, elevando la más principal a la categoría de Colegiata, con un abad para su régimen y dirección.

El pendón que Jerez guarda en la Iglesia Colegial y que se ostenta en la fiesta pública del 9 de octubre, fue ganado por los naturales de esta ciudad y los de Lorca en la batalla del Salado (20 de octubre de 1340) dada a los africanos, que pretendían invadir de nuevo la península; el asta propia de esa bandera se conserva en Lorca, por decreto del Rey D. Alfonso XI.

Concedióle D. Alonso multitud de privilegios y franquicias, que constan de las historias de la ciudad. En 1268 celebró Cortes en Jerez, dándole en ellas voto, que luego le quitó Carlos I.

Agradecidos los jerezanos a tantas mercedes, defendieron siempre heroicamente la ciudad, demostrando eran dignos del simbólico escudo que el Rey les otorgara, consistente en las olas del mar, orladas de castillos y leones, para significarles que fueran bravos como leones, fuertes como castillos y estuvieran en perpetua guerra contra los infieles, como las ondas del mar la tienen en la playa.

Ocupan tantas páginas los hechos jerezanos, que es imposible relatarlos en estos ligeros apuntes. Entre los más notables guerreros de la Reconquista, se citan a Beltrán Riquelme, Mateo de Ávila, Ferrant de Mendoza, Gonzalo Mateos el de los Buenos Fijuelos, y Fernán Núñez de Ávila, ganador del pendón de Tempul, que luego puso en su escudo.

En 1285 distinguiéronse por su heroicidad Domingo Mateos de Amaya y Gonzalo Núñez de Villavicencio, que se rompieron las venas para escribir a Sancho el Bravo el estrechísimo cerco de Aben-Jusuf y la horrible y desesperada situación de la ciudad.

En 1291 brilló, como valeroso guerrero, en los campos de Tarifa, Garci Pérez de Burgos, progenitor de los Rendones de Jerez, a quien premió Sancho IV con uno de los privilegios más honrosos de España.

Muy celebrados, también, fueron los hijos de Jerez en las batalles de Majaceite, donde fue hecho prisionero el Rey de Algeciras, año de 1314; la de Matanza y Matanzuela, llamada de los Cueros, que tuvo lugar en 1325, y desde cuya fecha data la hermandad de Jerez y Córdoba; la de los Llanos de Aina, acaecida en 1339 y que inmortaliza la acción de Diego Fernández de Herrera, y en otros acontecimientos militares, de que obtuvieron inolvidables triunfos para el brillo de su nombre y grandes premios de Alfonso Xl, especialmente en la batalla del Salado (20 octubre de 1340) en que ganó el Pendón morisco Aparicio Gaitán, caballero de ,Jerez, en unión de Juan Guevara, que lo era de Lorca.

En 1350 murió de peste en el cerco de Gibraltar el insigne monarca Alfonso XI predilecto de los jerezanos, y sus intestinos se enterraron en el Alcázar de Jerez, al pasar su cadáver con dirección a Sevilla, siendo embalsamado en esta ciudad.

El hecho más notable en tiempos de D. Pedro I, es el fallecimiento de D.ª Blanca de Borbón, su esposa, envenenada de su orden por Juan Pérez de Rebolledo, ballestero del Rey, de la guarnición de Jerez. Dícese por unos, que murió en el castillo de Sidueña; otros afirman que en el Alcázar de Jerez, y varios aseguran sucumbió en Medina-Sidonia; habiendo inscripciones alusivas al caso primero y último, contradictorias entre sí. Las pruebas se inclinan en favor de Jerez, pues de un privilegio de la Reina Católica en favor de Alonso Pérez de Vargas (Jerez 10 agosto 1483), consta que donó al mismo el enterramiento de dicha infeliz princesa, existente en el convento de San Francisco de Jerez, con todas las menciones y facultades que el convento y frailes dieron a la dicha Reina D.ª Blanca que Dios haya. Dicho privilegio, inédito hasta ahora poco, lo traen Bartolomé Gutiérrez Mesa Xinete, y existe original en el archivo de los Sres. Marqueses de Campo Real, descendientes de los Pérez de Vargas. Es evidente, por tanto, que Dª Blanca murió estando presa en Jerez, pues no puede suponerse que estándolo en Medina, manden contestar con los frailes de Jerez las menciones y facultades para su sepelio.

Durante los reinados de D. Pedro y D. Enrique su hermano, se dieron en términos de Jerez las batallas del Sotillo (1367), donde luego se fundó el Monasterio de la Cartuja en 1476, y las de Gigonza y Valhermoso; ésta perpetuada en un título nobiliario, que todavía subsiste.



En 12 de junio de 1379 juróse en Jerez al Rey D. Juan I; en su reinado, creciendo la importancia de Jerez, diósele el cognomen de Frontera por Real Cédula, fechada en Sevilla a 22 de abril de 1380, si bien ya se lo dio D. Alonso el Sabio en cartas por él expedidas.

En 1394 vino a Jerez el primer Corregidor, llamado D. Martín Fernández de Portocarrero, célebre por sus crueldades. Este cargo lo creó el monarca D Enrique III, hijo de D. Juan I.

Es también hecho notable en los jericienses anales, la batalla de Redira, dada junto a la mesa de Benalú en 1389, por el gran botín y número de cautivos que lograron los jerezanos.

Igualmente son famosos, de los tiempos de D. Juan II (que empezó a reinar en 1407), las valerosas proezas del Alcaide de Zahara (1408), el caudillo jerezano Alonso Fernández de Melgarejo y la hazaña de los cuatro Juanes, llamados Juan García Picazo, Juan Fernández de Herrera, Juan Fernández Catalán y Juan Sánchez de Cuenca, que en el camino de Zahara vencieron a 27 moros, junto al arroyo de Comaras; la batalla del Rancho (1425), en que fueron sinnúmero los cautivos, y la destrucción de la villa de Patria, cercana a Vejer, la toma de Jimena, asaltada heroicamente por los jerezanos en 1438, en la que luchó

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quista de Melilla y la adquisición de la Gran Canaria, por los valerosos capitanes jerezanos Pedro de Estupiñán y Pedro de Vera, muy favorecidos de los Reyes Católicos y del Duque de Medina Sidonia.

En la reconquista del Reino de Granada brillaron también por su heroísmo las armas jerezanas, acompañando al Marqués de Cádiz en las tomas de Alhama y de Zahara, Cardela, Garciago y Montefrío. Jerez, para la toma de la capital de dicho reino y para la fundación de Santa Fe, facilitó 1200 hombres en esta forma: 200 caballos, 500 lanzas, 270 ballesteros y 100 espingarderos; 60 cavadores, 19 tapiadores, 10 carpinteros, 21 paleros, 10 albañiles y 10 picapedreros.

En premio de este contingente y tantos otros, suministrados por Jerez, sin negar jamás sus recursos de gentes y dinero a la Corona, los Reyes escribieron a la ciudad honrosísima carta, llamando a toda su nobleza, para que, como partícipes del trabajo, fuesen también a gozar los honores del triunfo: acrecentándole sus términos en la extensión que hoy disfruta, tanto por este heroico comportamiento, como por su eficaz ayuda para la conquista de Ronda en 1485 y la de Málaga en 1487.

Tantas glorias y singulares servicios nada valieron a Jerez en el reinado de los monarcas austríacos. Jerez, que se distinguió por su lealtad, y concurrió con su gente al cerco de Toledo, al frente de su valeroso Corregidor D. Pedro Manrique de Lara, para sofocar la rebelión de los Comuneros de Castilla, vio mermados sus privilegios, perdiendo entre ellos el de tener voto en Cortes, que sin consideración a sus méritos suprimió D. Carlos I.

En estos tiempos edificose por los jerezanos el castillo de Matagorda para defensa de la costa de Cádiz (lo destruyeron los franceses en la guerra de la Independencia); el emperador D. Carlos I dió gracias a .Jerez por ello, en carta de 1º de noviembre de 1534.

Asistió también Jerez con sus refuerzos a la gloriosísima batalla de Lepanto, citándose, como héroes dignos de inmortal memoria, por su valor en ella, los hermanos D. Juan y D. Bartolomé de Villavicencio, según consta de carta del mismo D. Juan de Austria, jefe de la expedición, a un hermano de los dichos capitanes, fechada en Mesina a 30 de noviembre de 1571.

Antes de tener lugar la batalla de Lepanto, en 1569, vino a Jerez D. Juan de Austria, por lo cual hubo en la ciudad muchos festejos de toros, manejos, cañas, etc., quedando D. Juan muy complacido de la nobleza de Jerez.

Distinguióse también nuestra ciudad en 1596, con motivo del cerco y saqueo de Cádiz por los ingleses al frente de numerosa armada; Jerez llevó para su defensa cinco compañías de infantería y 300 hombres de caballería. Señaláronse por su valor el Corregidor de Jerez D. Leonardo de Cos y los caballeros jerezanos D. Diego de Villavicencio y D. Esteban de Finojosa; éstos murieron en la refriega; aquél se escapó disfrazado. Sucumbieron también, víctimas de su celo por la Religión y la Patria, los ilustres jerezanos D. Pedro y D. Juan García de Cuenca, en cuyo honor se hizo información testifical en 1653, mandada pedir a esta ciudad, como pueblo de su naturaleza, por el Rey D. Felipe IV.



La primera casa de comedias, edificose en Jerez en 1621, siendo Corregidor don Fernando de Quesada; según noticias, estuvo en la calle de la Cárcel (hoy José Luis Díez), esquina a la de Limones: en ésta se conserva un resto del pórtico de dicho edificio.

En 1636, al crearse la Milicia de a caballo, Jerez organizó también su compañía, nombrando por su capitán a D. Agustín de Mexía y Villavicencio, que se había hecho famoso por sus proezas en Flandes y en Italia.

En 1648 solicitó la ciudad del Rey D. Felipe IV la restitución del voto en Cortes y de otros privilegios, pero ningún resultado dieron sus gestiones, antes bien, hubo propósito en años posteriores de quitarle los títulos de Muy Noble y Muy Leal, porque venidos de tránsito a esta ciudad en 1664, procedentes del Puerto de Santa María 2.400 soldados alemanes, al mando del Conde de Porcia, hubo una seria colisión entre ellos y los vecinos,

muriendo 400 soldados tudescos, y con ellos su jefe, que fue enterrado en San Agustín, cuya iglesia se está demoliendo actualmente. El Rey mandó un delegado para averiguación de los hechos y severo castigo de los culpables.

Con motivo de la guerra de Sucesión, y para ayudar en ella al Rey D. Felipe V, que fue jurado en Jerez en 7 de diciembre de 1700, la ciudad dio tantos tributos, empréstitos y donativos, que quedó completamente empobrecida; por ello solicitó de S.M. que le aliviase en el pago de contribuciones, y el monarca, en vista de los señalados servicios de la ciudad y de lo justísimo de su petición, así lo concedió, confirmando todos sus privilegios y mercedes en 1701.

El 3 de octubre de 1759 celebráronse en Jerez solemnes honras fúnebres por el alma de D. Fernando VI, fallecido en dicho año el 14 de agosto, llamando la atención dicha función religiosa por su gran pompa y riqueza, y numerosa asistencia de fieles, lo cual prueba el aprecio y veneración para con tan excelente monarca.

En 1767 tuvo lugar en esta ciudad la expulsión de los jesuitas, según lo ordenado por Carlos III. Jerez fue designado como depósito general para albergar los procedentes de esta provincia y los de la de Sevilla.

En 1787 tomó posesión del cargo de Corregidor D. José de Eguiluz, célebre por sus reformas en la policía urbana de la ciudad; a él se debe la obra de la Alameda Vieja, hoy Fortún de Torres.

En 1796 visitaron a Jerez Carlos IV y su corte, permaneciendo aquí algunos días en el Alcázar.

José Bonaparte, rey intruso de España, vino a Jerez, en 10 de febrero de 1810, y se hospedó en la calle Francos, casa hoy número 30 del señor Marqués de los Álamos. Los franceses entraron en Jerez el 4 de dicho mes, y se fueron el 26 de agosto de 1812, dejando la ciudad tan exhausta y saqueada, que admira el número de contribuciones y suministros que exigieron a la ciudad los ejércitos imperiales.

Fernando VII visitó también esta ciudad en octubre de 1820.

El año de 1842 se elevó a Instituto, su Colegio de San Juan Bautista, fundado en 1838 por don Juan Sánchez. Desde 1857, goza las prerrogativas de Instituto Provincial.

En 1852 se comenzó la línea férrea de Jerez al Trocadero, una de las primeras de España (la tercera), abriéndose a la explotación en junio de 1854, con gran regocijo de la población y ciudades comarcanas, como consta en la Gaceta de Madrid.

En 1860 se expidió en favor de Jerez un honroso decreto, concediendo a su Ilustrísima Corporación Municipal el tratamiento de Excelencia. El de Señoría lo gozaba desde tiempos de Felipe III.

En 1862 vino a Jerez D.ª Isabel II.

En 1868 se inauguró la feria de Caulina, siendo Corregidor el Sr. D. Manuel Vivanco.

También es memorable el año 1869, por la inauguración de las aguas de Tempul, obra hidráulica, de alto mérito, que realizó el afamado y probo ingeniero D. Ángel Mayo, muerto prematuramente a causa de un descarrilamiento, en la provincia de León. Los festejos y regocijos populares habidos con motivo de esta bendición y acto oficial, constan en un precioso álbum de artículos y poesías, debidos a escritores jerezanos en su mayor parte.

El manantial dista nueve leguas de la ciudad. La longitud del acueducto es de 46.500 metros; la cantidad máxima que han dado de agua los manantiales en veinticuatro horas, ha sido de 75.000 metros cúbicos, y la capacidad de los depósitos es de 21.000.

En 23 de Abril de 1873, se puso la primera piedra del Mercado Central de Abastos que hoy existe, terminando en Abril de 1885.

El aspecto general de la población es hermoso; tiene calles anchas. frondosas alamedas y jardines, entre ellos Las Angustias, Fortún de Torres, Eguilaz, Avenida Reina Victoria, Avenida de América y el Parque González Hontoria.

Ha sido patria Jerez de muchos hombres ilustres, tanto en los antiguos como en los modernos tiempos, y que han descollado en todos los órdenes. Pero en la imposibilidad de dar una larga lista de ellos, citaremos siquiera a los guerreros Fernant de Mendoza, Fernant Núñez de Avila, Beltrán Riquelme, Gonzalo Mateos, Gonzalo Núñez de Villavicencio, Domingo Mateos de Anaya, Diego Fernández de Herrera, Lorenzo Fernández de Villavicencio, el guerrillero Zaldívar y tantos otros; el insigne patricio D. Rafael de Rivero, Fray Juan Infante (que dijo la primera misa celebrada en América), el marino e historiador Salas, el gran actor Vico, D. Juan Pedro Aladro (pretendiente al trono de Albania), y el Eminentísimo Cardenal Herrero.

Por los datos expuestos vese que siempre Jerez ha ocupado un lugar muy distinguido en la provincia y en la nación, por su riqueza e importancia, por el fecundo impulso que constantemente ha dado a toda empresa útil, patriótica y noble; por el valor y virtud de sus habitantes, y por la pléyade de ilustres hombres en ella nacidos, que honran las Armas y las Letras, y las Ciencias profanas y eclesiásticas.



JEREZ MONUMENTAL

Nos concretaremos a hacer de estas notas, más bien que un trabajo minucioso y de investigación, un índice que permita formar idea del Jerez monumental.

CABILDO VIEJO.- Es el único edificio de la época del Renacimiento que se conserva en toda su integridad.

La fachada es obra de exquisito gusto y notable solidez y está formada de un solo cuerpo de orden corintio, datando su construcción del año 1575.

En la actualidad está destinado dicho edificio a Biblioteca Pública Municipal.

MONASTERIO DE LA CARTUJA.- Sobre la margen derecha del río Guadalete y a unos cinco kilómetros de la ciudad, se encuentran las ruinas de dicho Monasterio, fundado en el año 1477 y declarado Monumento nacional.

La portada es de arquitectura grecorromana de orden dórico; la imafronte de la iglesia pertenece al orden corintio, y la sola nave de que se compone, es de estilo gótico decadente.

Contaba el Monasterio con muchas preciosidades artísticas y con pinturas muy notables de Zurbarán, Lucas Jordán, Valdés, Cano, Constanci y otros, pero todo ello ha desaparecido, quedando sólo restos de su indiscutible riqueza.

Se colocó la primera piedra el 17 de diciembre, debiendo su erección al ínclito jerezano Álvar Martínez de Morla y Obertos de Valeto, Jurado de la ciudad por la collación de San Juan. Falleció en 12 de marzo de 1482 y fue sepultado en dicho convento, delante del altar mayor de su iglesia.

La inscripción dice así:

Aquí jacet el Noble Cavallero

Alvaro Obertos de Valeto,

vezino que fué desta ciudad de

Xerez de la Frontera,

fundador y dotador deste monasterio,

de Cartuxa.

Falleció año de Mil CCCCLXXXII

 

R. e I. I. COLEGIAL.- La construcción de esta iglesia, la mayor por sus vastas proporciones de cuantas existen en Jerez, empezó en 1695 y terminó después de mediado el siglo XVII.

Situada en terreno desigual, las rampas y escalinatas que dan acceso a la puerta principal y forman parte del reducto que la circunda, quitan vista a su fachada que, nada notable por ser una imitación mal ejecutada del orden corintio, atenúa con su aspecto de grandeza la falta de bellezas arquitectónicas.

Posee la Colegiata un rico Museo compuesto de 1.284 monedas de bronce griegas y latinas, 698 de plata, 95 de oro, 90 de colonias y municipios, varias piedras y otras preciosidades, y pertenece también a este templo una librería que consta de 2.438 volúmenes, con los que se formó en 1873 la Biblioteca Pública Municipal y que por disposiciones posteriores fueron devueltos a la iglesia, donde nadie los utiliza.

SAN MIGUEL.- Esta iglesia pertenece al último período de la arquitectura ojival, o sea al estilo gótico florido, y tiene bellezas de construcción de un mérito indiscutible.

Según algunos historiadores, dieron comienzo las obras en 1430 y terminaron en 1512.

La fachada principal es de orden plateresco; se compone de un magnífico arco que sirve de entrada y sobre él se eleva la torre de tres cuerpos, adornados con columnas, follajes y otras labores. Las dos portadas laterales, así como el interior de la iglesia, pertenecen al género gótico.

Causa la admiración de propios y de extraños, el magnífico retablo mayor, compuesto de tres cuerpos del orden corintio y cuya parte central está hecha toda de mano de Juan Martínez Montañés y José de Arce. Hay otro de Roldán en una capilla y algunas buenas imágenes.

Últimamente se ha llevado a cabo una grandiosa mejora, con la construcción del suntuoso y artístico cancel que proyectado y dirigido por el Arquitecto D José Esteve y López, cierra la puerta principal, constituyendo un título de gloria para dicho señor, que ha hecho en este trabajo una preciosidad del arte gótico.



La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, tiene declarado el edificio del templo de San Miguel, Monumento nacional.

SANTIAGO.- La fundación y titulación de este templo, data de la época de la Reconquista de Jerez y su arquitectura pertenece al estilo ojival del período de transición.

Existe un hermoso baldaquino, costeado por D. Guillermo Garvey (q.e.p.d.) que a juicio de los inteligentes, es una filigrana del gótico florido. Fue construido en Roma.

SAN DIONISIO.- Es el único templo de Jerez que presenta rasgos mudéjares. Tiene tres puertas: la principal estuvo circuida de un reducto del que nada existe; tres claraboyas dan luz al templo, de las cuales la del centro es muy antigua, pues las laterales se abrieron después al cerrarse los ajimeces de la bóveda posterior.

Circuye el templo ancho tejaroz de buen trabajo mudéjar, medianamente conservado. De las otras puertas, sólo una conserva su antiguo carácter. La esbelta torre del reloj, es de construcción antiquísima: tiene cuatro caras con ajimeces angrelados y está coronada de almenas.

SAN MATEO.- Supónese que es esta la iglesia parroquial más antigua de Jerez, y pertenece al estilo ojival terciario.

Tiene de notable, la anchura de su nave gótica que mide 40 metros de largo por 14 de ancho. La bóveda de su tercio inferior no se siguió a la altura de las dos partes restantes, y esto quita que descuelle entre cuantas obras del mismo género existen en ésta.

Además de la cornisa de la capilla mayor, que aun cuando abandonada y cubierta de una espesa capa de cal, revela bellísimas labores, y de alguna que otra escultura, no tiene este templo más detalles dignos de mención, que un retablo de Roldán.

SAN MARCOS - Está formado por una sola nave ojival como San Mateo, aunque de más reducidas proporciones que el cuerpo general del edificio, cuyo estilo es del Renacimiento.

En esta iglesia está enterrado Diego Fernández de Herrera, que en 1339 dio muerte a Abul Malik, que tenía cercada la ciudad.

SAN LUCAS.-Las sucesivas reformas de que ha sido objeto este templo, han hecho desaparecer casi por completo los rasgos de su construcción primitiva, quedando sólo como restos de su antigua fábrica, la puerta principal y la del Evangelio, ambas en archivolta y de no escasa belleza la última.

La iglesia está circundada por un reducto y su estilo es gótico terciario.

El retablo es de gusto churrigueresco, venerándose en él la imagen de Nuestra Señora de

Guadalupe que llevaba Alfonso XI en su oratorio de campaña, quien hizo donación de ella a su vuelta de la batalla del Salado.

Todavía se conserva en esta iglesia la tribuna en que asistían las personas reales a los Divinos Oficios.

SAN JUAN.- Se tituló en su fundación de, San Juan Evangelista, y hoy se llama generalmente San Juan de los Caballeros.

Existe allí una capilla mudéjar, en la que, según tradición, se reunieron en 1285 los caballeros de Jerez, para escribir con sangre un memorial al Rey D. Sancho, pidiéndole auxilio contra los moros.

La escalera de caracol que conduce a la torre, es notable por lo rara de su construcción y en la bóveda de la Sacristía se ven aún las cruces de las órdenes militares que hicieron esculpir los caballeros de Jerez.

* * *

Existen además detalles dignos de fijar la atención, en el Convento de monjas del Espíritu

Santo, cuya portada, de notable belleza, cerrada de bóveda por su parte interior, forma una concha que tiene en sus estrías figuras de santos en bajo relieve.

La iglesia de la Victoria, tiene una graciosa portada decorada con dos columnas dóricas. La portada de la casa del Marqués de Campo Real, en la calle Benavente, ostenta dos columnas de estilo jónico. Las dos ventanas gemelas que hay en Ja plaza de Ponce de León son muy dignas de admirar, como así mismo lo es la artística portada de la casa llamada de Riquelme, situada en la plaza del Mercado, cuya construcción, anterior a la del Cabildo Viejo, consta de dos cuerpos, teniendo en el segundo dos figuras que al parecer representan a Hércules en actitud de dar a un león con una maza que tiene en las manos.

En la antigua calle Algarve, hoy Antonio Vico, en el núm 1 nació este eminente actor. Existe una lápida conmemorativa, en la parte de fachada que da a la calle Duque de Almodóvar.

Haciendo esquina a la calle de Arcos con su portada a la de D. Juan, está la antigua Ermita de los Desamparados. Dice Mesa Xinete que la fundó D. Nuño Núñez de Villavicencio, quien luego por escritura ante Blas Dorantes, fecha 10 de septiembre de 1680, hizo donación de ella a la Hermandad de la Misericordia.

Según informes, está bajo el Patronato de la noble familia de los Villacreces. En ella se conserva un cuadro al óleo que, a pesar de su descuido y suciedad, revela ser de buena escuela. Representa a San Antonio de Padua.

En la plaza Domecq 19, se conserva la casa de Las Cañas, que su construcción es anterior

al año 1523 Aún conserva su típica fachada, sus pesadas ventanas de la época y su techo de artesón, que corona a la misma.

En la casa núm. 7 de la Lancería nació el ilustrísimo Obispo de Segorbe Fray Domingo Canubio, según conmemora una lápida puesta sobre el portal de dicha finca, en 1891.

El Convento de Los Descalzos, que existe al final de la calle Fermín Aranda, lo costeó en

en 1603 el 24º Pedro Fernández de Leyguardia, natural de Asturias, intendente de unos hornos para bizcochos de la Real Armada, sitos junto al Guadalete en el camino de la Granja, donde todavía se conserva una cañada llamada de los Hornos de los bizcochos, y un vado de los Hornos.

Dicho Convento estuvo antes junto a los hornos, y se trasladó a la ciudad en 1597.

La cruz sobre un pedestal que se halla en el cementerio delante de la Capilla, estaba instalada en la plaza de la Yerba, como signo recordatorio de un milagro. Se trasladó al Camposanto en febrero de 1741, por acuerdo del Excmo. Ayuntamiento. En acta de 17 de junio de 1648, consta que dicha cruz fue puesta y costeada hacía pocos años, por el jurado Bartolomé García de Trujillo.

Exposición de Ganados.

Fama universal ha adquirido este grandioso certamen que anualmente se celebra en nuestra Feria de Abril.

A él concurren ejemplares magníficos de nuestra tierrn y de otras provincias de Andalucía. Contribuye a ello el ser nuestra Exposición de carácter regional y gozar de gran respeto los fallos que el Jurado ha otorgado en todas las ya celebradas.

La organización de la misma se debe a la Junta Provincial de Ganaderos de Cádiz y con la cooperación del Excmo. Ayuntamiento.

Tan hermoso Concurso se celebrará este año los días 24, 25 y 26 de Abril, y no en las fechas de otros anteriores, por haberse adelantado la Feria, en un día.

Del programa y reglamento que se ha publicado, copiamos los siguientes interesantes párrafos:

La Junta provincial de Ganaderos de Cádiz, en nombre y representación de la Asociación General de Ganaderos del Reino, deseosa de contribuir por cuantos medios estén a su alcance al mayor desarrollo y fomento de la riqueza agrícola y pecuaria, de tan excepcional importancia en esta región, y entendiendo cumplir con ello uno de sus deberes, ha acordado celebrar una Exposición de Ganados, con carácter de Regional Andaluza, en esta ciudad de Jerez de la Frontera, en los días 24, 25 y 26 del actual la que tendrá lugar en los terrenos y amplias edificaciones construidas al objeto en el Parque González Hontoria, donde se han celebrado las anteriores Exposiciones.

Acogida con entusiasmo esta iniciativa por el Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, generosamente se ha prestado a coadyuvar a la mayor brillantez del Certamen, cediendo los mencionados terrenos e instalaciones y su muy valiosa cooperación y concurso; dando con ello una vez más expresiva muestra del gran interés con que mira cuanto tiende al incremento y mejora de los intereses generales de esta población.

Como de costumbre, se conceden valiosísimos premios, figurando entre ellos uno de S. M. el Rey, para el mejor caballo semental de raza española, de tipo oriental y perfil recto, de 4 a 12 años de edad, y otro de S. A. R. la Infanta Dª Isabel de Borbón, para el mejor caballo semental hispano-árabe, hispano-inglés o hispano-anglo-árabe, de 4 a 12 años de edad.

Hay 15 premios, de objetos de Arte, 30 de cantidades y 41 Diplomas de Honor.

La Comisión Organizadora de esta Exposición, designada por el Excmo. Ayuntamiento, la componen los siguientes señores: Comandante militar de la plaza, D. Zacarías González Chamber; Presidente de la Cámara Agrícola, D. Bartolomé Bohórquez; Presidente de la Comisión de Fiestae, D. Luis de la Calle Corrales; Presidente de la Comisión de Policía Rural, D. Federico Rivas; D. Manuel García Pérez, marqueses de Negrón y Tamarón, Ingeniero Inspector Jefe del servicio agronómico de la provincia y D. Francisco Timermans.

PROGRAMA OFIGIAL DE FERIA

En los días 24, 25 y 26 del actual se celebrará en su recinto del Parque González Hontoria, una magnífica EXPOSICIÓN DE GANADOS consignándose valiosos premios concedidos por la Familia Real, Asociación General de Ganaderos del Reino y diferentes Sociedades y personalidades.

Día 27 de abril Velada en las calles Duque de Almodóvar, Lanrería y plaza Alfonso XII. Vistosa función de fuegos artificiales.

Día 28 de abril, primero de Feria, GRAN CORRIDA DE TOROS del afamado ganadero jerezano ILMO. SR. D. JOSÉ DOMECQ y NUÑEZ DE VILLAVICENCIO, lidiados por

JUAN BELMONTE, CHICUELO Y GRANERO.

Los días 29 de Abril y l.º de mayo, tendrán lugar dos magníficas corridas de novillos-toros.

El día 30 de abril, tercero de Feria, se celebrará en el Parque González Hontoria, una animadísima Batalla de flores para la cual hay donados valiosos premios de diferentes Sociedades y personalidades.

Distintas fiestas populares en el Parque durante las noches de Feria. Conciertos musicales.

Vistas de fuegos artificiales y otros festejos. Iluminación extraordinaria en las calles Duque de Almodóvar, Lancería, Plaza Alfonso XII y en el Real de la Feria Concierto por la Capilla Sixtina. Exposición de Arte Antiguo, patrocinada por el Ateneo Jerezano. Circo Ecuestre, Cinematógrafos y otros espectáculos. En el Teatro Eslava actuará la compañía

dramática de Margarita Xirgú.