viernes, 10 de mayo de 2019

El inteligente molinero de Jerez que engañó al corregidor (año 1821)

el romance cantado (archivo de audio):
Otra versión cantada (con escenario en Arcos):

Los amores entre una molinera y un corregidor es un tema archiconocido del romancero español de más hondas raíces. Puede rastrearse lo que señalo por ejemplo en la introducción (página 30 y siguientes) de esta obra de Alejandro Casona "La molinera de Arcos": http://rodin.uca.es/xmlui/bitstream/handle/10498/15823/lib%20LA%20MOLINERA%20DE%20ARCOS%20LIBRO.pdf. Pero el caso es que la Inquisición, aproximadamente sobre el año 1810, prohibió este libro: "Chistoso pasaje que ha acontecido este presente año en Jerez de la Frontera, sucedido entre un molinero y un corregidor". De todo esto ya Manuel Ruiz Lagos, en su libro "Miscelánea literaria. Ensayo de historia de Jerez", publicado por el CEHJ en 1961, nos dio amplias noticias (véanse pp. 11 y ss.)

"A la censura moral existente en siglos precedentes, aunque escasa, ha venido a sumarse la de los ilustrados (celosos vigilantes de la cultura popular) y la de los poetas cultos, que consideran ya al género como un potencial (yo diría que seguro) enemigo. Frente a esta visión global siempre aparecen los casos particulares o poco claros en los que ni moral ni buen gusto tienen explicación como causa primera de la prohibición. Uno no se explica, por ejemplo, por qué se incluye en un Apéndice del Indice Inquisitorial de 1817 el pliego titulado "Chistoso pasaje que ha acontecido este presente año en Jerez de la Frontera, sucedido entre un molinero y un corregidor". Se alega estar comprendido en la regla séptima del Indice expurgatorio, pero por esa misma razón también podría haberse retirado de la circulación el romance de Pedro Marín ya conocido en el siglo XVIII que dio origen a éste que comentamos. Más probable parece que sentaran mal estas coplas porque burlaban veladamente de las relaciones entre el Corregidor de la capital de España y Antonia Molino, famosísima intérprete de baile español, como bien acierta a suponer Emilio Cotarelo y Mori en su Historia de la Zarzuela: "Por entonces (habla de los años 1809 a 1813) fueron muy sonados los amores de esta bailarina con el Corregidor de Madrid y los ciegos resucitaron y pregonaban por las calles las antiguas Coplas del Corregidor y la molinera". El mismo Pedro Antonio de Alarcón, sin pretenderlo, legitima que consideremos injustificada aquella prohibición cuando en el prólogo de El sombrero de tres picos pone en boca del pastor que le cantó el romance las siguientes palabras: ¿Qué se saca en claro de la historia del Corregidor y la molinera, que los casados duermen juntos y que a ningún marido le acomoda que otro duerma con su mujer? Me parece que la noticia..."

(Blog de la Fundación Joaquín Díaz)

Es, también, el argumento del sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón:

"El tío Lucas, molinero, y Frasquita, su mujer, forman un matrimonio próspero y feliz, aunque no tienen hijos. Él, feo, simpático, discreto, ingenioso. Ella, guapa, alegre, donosa y hacendosa. Ambos presiden la tertulia en su molino, donde acuden personajes importantes. El matrimonio confía ciegamente el uno en el otro, a pesar de la admiración que suscita Frasquita entre los contertulios.

En realidad, uno de los personajes, el corregidor, siente más que admiración y desea conquistarla, con ayuda de su alguacil, Garduña. Una noche, ambos idean alejar al tío Lucas, mandándolo al pueblo próximo con un pretexto. El corregidor aprovecha la ocasión para asaltar la casa, no sin antes caerse al agua. A sus gritos, Frasquita le abre la puerta, pero al darse cuenta de sus intenciones, huye en una burra en busca de su marido. Él, todo mojado, se quita la ropa y se mete en la cama.

El tío Lucas, percatado del engaño, se vuelve a casa, cruzándose por el camino con su mujer, pero sin reconocerla, al ser de noche. En cambio, sus dos burros sí lo hacen y rebuznan en señal de reconocimiento. Al llegar al molino, encuentra en el suelo las ropas del corregidor, y lo atisba por el ojo de la cerradura en su cama. Creyendo haber sido deshonrado, piensa en matar a los adúlteros, pero luego planea una venganza mejor. Cambia sus ropas por las del corregidor y se dirige a casa de este para devolverle la afrenta.

Al día siguiente, el corregidor, Garduña y Frasquita se presentan en la casa del primero. Él va vestido con las ropas del molinero y la corregidora finge no reconocerlo. Es más, les dice que el corregidor está en casa, durmiendo. Todos estallan de indignación, pidiéndose explicaciones mutuamente y acusándose de infidelidad.

Frasquita demuestra su inocencia ante el tío Lucas, apelando al testimonio de sus dos burras. La corregidora explica su artimaña para reconducir la venganza del tío Lucas y afea la conducta a su marido".

https://es.wikipedia.org/wiki/El_sombrero_de_tres_picos_(novela)

Otras referencias de interés:

véase:
https://revistas.ucm.es/index.php/THEL/article/viewFile/THEL9595230101A/34127

otra versión que no cita a Jerez:
https://cudl.lib.cam.ac.uk/view/PR-12330-L-00022-V6-00159/1

Véase la tesis Historia de la investigación del romancero en la tradición moderna en Andalucía (C. de la Vega de la Muela): https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/43435

-La canción (de 1821) que reproduce Manuel Ruiz Lagos en su trabajo Miscelánea literaria...