Lo que voy a
expresar aquí son ideas estrictamente personales, no consideraciones oficiales
fruto de mi trabajo como empleado del Archivo Municipal, donde, por cierto, ya
he cumplido 32 años de servicio, un largo período en el que he podido ver,
vivir, sufrir, admirar, aprender… un poco de todo. Años de muy dura faena pero
no solamente de los que no me quejo, sino de los que reconozco haber aprendido
bastante.
Bien, escribo
este artículo para señalar, repito que en mi particular opinión, la idoneidad
del edificio de Correos como un edificio que podría albergar el Archivo
Municipal. Los motivos son cinco: 1º) es un edificio céntrico, conocido e
icónico, 2º) está muy cerca del Ayuntamiento de Jerez, 3º) está muy cerca de la
Biblioteca Municipal, 4º) es espacioso y sólido, y 5º) es un edificio que ya el
Ayuntamiento anunció públicamente –en varias ocasiones y desde aproximadamente
el año 2000– que existían conversaciones para que Correos lo permutase por
otros locales municipales, etc. Aunque quizás podría haber otros edificios para
el Archivo Municipal, como, por citar solo dos ejemplos, el convento del
Espíritu Santo o el palacio del Arroyo donde ahora está la Policía Nacional.
El Archivo
General de Indias, al que de algún modo se parece, salvando las distancias, el
edificio de Correos de Jerez, también está junto al Ayuntamiento y en el centro
de Sevilla. El Archivo General de Indias es, en sí mismo, historia de Sevilla e
historia de España. Un lugar totalmente cargado de simbolismo que viene a
significar para todos la enorme importancia que tienen los documentos
históricos que hablan de nuestro intenso pasado como país con presencia en
medio mundo. También el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, sito en la
llamada casa de las cadenas, y el
Archivo de la Casa Medina Sidonia, ubicado en un notable y antiguo inmueble de
Sanlúcar de Barrameda, son ejemplos claros de cómo las ciudades eligen sitios
muy emblemáticos para albergar, conservar y disfrutar de su patrimonio
histórico documental. En Jerez, ese sitio emblemático, espacioso y céntrico
para sus miles de legajos históricos podría ser el edificio de Correos.
He visto, en mis
32 años de servicio, pasar por la alcaldía de Jerez a distintas personas. He
visto también cómo el Museo, la Biblioteca y el Alcázar, obtenían mejoras muy
sustanciales, dignas y más que merecidas por esta ciudad. He visto cómo otras
muchas actividades culturales, festivas, deportivas, etc., han salido adelante.
Pero no he tenido la suerte de ver aún que el Archivo Municipal recibe también
el mismo buen trato que, con toda lógica, han recibido, igualmente, los
Claustros de Santo Domingo, la Escuela de Arte Ecuestre, la reforma de
Villapanés, la gran inversión sobre flamenco en la plaza Belén (que no prosperó),
etc.
Esta situación
de postergación permanente que vive el Archivo Municipal no se comprende si
reparamos en cinco cosas bien claras: a) se trata de un archivo
extraordinariamente rico y que incluye, en realidad, varios archivos históricos
de enorme importancia, b) Jerez es una ciudad que ama y cuida su identidad
histórica, c) muchas personas, por ejemplo historiadores venidos de distintas
ciudades, han señalado la excepcionalidad del archivo municipal de Jerez, d) existe
un movimiento ciudadano, además de varios centros culturales, preocupado por el
patrimonio de la ciudad, y e) han tenido
lugar varios intentos de solucionar esta situación. Que nadie -con capacidad política suficiente- haya querido
arreglar este problema en que se ha convertido el Archivo Municipal es, en
verdad, una incógnita.
El caso es que
solventar esta situación es un objetivo que todos deberíamos apoyar y promover.
Dejar pasar más tiempo sin abordar el asunto no sería comprensible. Yo no me
pronuncio sobre las cosas que sé que está haciendo ahora el Ayuntamiento -y a
las que me debo profesionalmente- sobre este asunto. No sería propio que lo
hiciera. Pero no necesito hacerlo para decir lo que, de modo genérico, estoy
señalando, a saber, simplemente que el Archivo merece un esfuerzo por parte de
todos para sacarlo de la situación en que se encuentra y que, en este sentido,
un edificio como el de Correos quizás podría ser una buena solución, en mi
opinión estrictamente particular
La Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía (Boja de 19/12/2007) dice con sencillez y claridad: “El Patrimonio Histórico constituye la expresión relevante de la identidad del pueblo andaluz, testimonio de la trayectoria histórica de Andalucía y manifestación de la riqueza y diversidad cultural que nos caracteriza en el presente. El sentimiento de aprecio hacia este Patrimonio ha de constituir uno de los pilares básicos para el fortalecimiento de esta identidad colectiva, impulsando el desarrollo de un espíritu de ciudadanía respetuoso con un entorno cultural garante de una mejor calidad de vida”. Ahí, para quien sepa leer, se encontrarán razones sobradas para cargarse de fundamentos en defensa de un proyecto colectivo como habrá de ser el reflotamiento del Archivo Municipal de Jerez.
Recordemos que nuestro Archivo Municipal guarda documentos de la historia de esta ciudad y término municipal desde el año 1268 hasta nuestros días. Recordemos que en esos documentos está todo lo que somos desde hace más de siete siglos. Recordemos también esas palabras de esa misma ley que se refieren al “afianzamiento de la conciencia de identidad y de la cultura andaluza a través del conocimiento, investigación y difusión del patrimonio histórico como uno de los objetivos básicos de la Comunidad Autónoma”. Y recordemos por último que otros muchos pueblos y ciudades de nuestro entorno más cercano ya tienen su archivo ubicado en espacios dignos y suficientes.
Estoy de acuerdo con el refrán popular que dice “es de bien nacidos ser agradecidos”, y yo expreso mi agradecimiento al Archivo Municipal, aparte de mi obligada dedicación profesional, exponiendo públicamente esta opinión mía particular: que ya un edificio nuevo para el mismo, como quizás lo podría ser el edificio de Correos, no puede retrasarse mucho.
Y no voy a terminar este artículo sin mencionar, porque el pesimismo y el afán negativo no son defectos míos, lo mucho que hemos avanzado entre aquel momento en que vi un enorme nido de termitas en la bodega de la calle Rosario donde estaba depositado el Archivo Municipal hace unos 35 años atrás, en cajas de cartón sobre palés de madera y algunas directamente en el albero, y el momento actual. Y como he visto con mis ojos ese cambio positivo y sé que es posible, aparte de necesario, dar un paso más adelante es por lo que tengo el convencimiento de que ya Jerez no olvidará más su tesoro más preciado.
Cristóbal Orellana González (Archivero)