(Cristóbal Orellana González, Archivero Municipal)
El
Archivo Municipal se ha prestado gustosamente, en el contexto de la celebración
en nuestra ciudad de las jornadas del 500 aniversario de la reforma
protestante, al requerimiento del pastor evangélico Manuel Guerrero Corpas, coordinador
de dicha conmemoración, para aportar alguna documentación de referencia sobre
la historia del protestantismo en Jerez. En la exposición que se inaugurará “Viaje
al pasado del protestantismo jerezano” (Palacio de Villavicencio, del 17 al 30
de octubre 2016) se encontrarán reproducidos algunos documentos del Archivo
Municipal, los cuales hemos tenido el gusto de escanear para tal fin.
La
iglesia católica decimonónica, muy lejos del ecumenismo del papa Francisco de
hoy, luchaba doctrinariamente contra “los secuaces de Lutero”. El cura párroco de San Miguel, D. Francisco Palomino Domínguez, ya en la
primera mitad del siglo XIX, clamaba contra el protestantismo. Muchos de sus
libros se encuentran en nuestra Biblioteca Municipal: “Demostración en que se manifiesta que la fe y
religión de los protestantes no es la de la Biblia… además veinte y tres
razones de un metodista, y respuesta á ellas del autor” (Cádiz : Imprenta de la Viuda e Hijo de Bosch, 1841); “Refutación de la obra titulada El cristianismo
restaurado por el Rev. G.H. Rule” (Jerez: Imp. de D.J. Mallén, 1845), etc. En 1863 se publicaba en Jerez, por
Roberto Mallen, un folleto titulado “Carta
dirigida por un protestante al P. Mariano Acebedo de la Compañía de Jesús”,
prohibiéndose su lectura –Boletín Oficial del Obispado de Cádiz y Ceuta de
5-8-1863–. La periodista Carolina de Soto y Corro, en la revista Asta Regia
(1880, nº 42) escribía sin contemplaciones: “Jerez… asediada por los propagandistas de las falsas doctrinas de
Lutero, vio dar en su seno el desagradable espectáculo de la instalación de las
escuelas públicas protestantes, que bien pronto comenzaron a ejercer la más
triste influencia entre los ignorantes…”. La revista El vigía católico
(Ciudadela, febrero de 1891) decía: “El
celosísimo Sr. Obispo de Jerez denuncia igual escándalo en su diócesis y
encarga a los párrocos prevengan a sus feligreses contra la propaganda
protestante y procuren recoger los opúsculos sectarios que a aquellos se
distribuyen con títulos hipócritamente estudiados como por ejemplo el titulado
Breve Catecismo de Doctrina cristiana. En la provincia de Cádiz y pueblos
limítrofes a Gibraltar, así como en las colonias mineras de Huelva y Linares,
la propaganda es activísima e infatigable”.
(AMJF, Leg. nº 248 , expe. nº 7538)
En el expediente
39686 encontramos una información de 1861 muy valiosa sobre las dificultades y
trabas que padecía el culto protestante en Jerez: “Denuncia sobre la casa de la c/ Santa María en la cual se dice se
celebran actos religiosos en sentido protestante”. En el escueto expediente
se encuentra una copia de una carta de Carlos H. Furlong, en un momento en que
en Jerez el vicecónsul británico era Carlos P. Gordon, donde se dan datos como
los dos sacerdotes que celebraban culto en esa casa particular, a saber, los
reverendos H. Mathuen y Guillermo Cooke.
Hallamos todo lo
relativo a la construcción del cementerio protestante de Jerez, parece ser que
en 1866, en el expediente nº 9490: “construcción
de un enterramiento para los que fallezcan fuera de la religión católica”.
En el año 1875 Jorge G. Sutter, Ricardo Davies y M. Cooke solicitan una reforma
de la puerta del cementerio y agua, traída del cementerio católico, para regar
los árboles y plantas de adorno.
En el expe. 7538
se encuentra, como es conocido por algunos investigadores, la documentación y
los planos relativos a la construcción de la iglesia protestante y escuelas
para niños y niñas de la c/ Argüelles, promovida por el pastor Joseph Vilisied.
La solicitud de permiso para obrar la presenta el arquitecto Manuel García
Álamo en 5 de mayo de 1872. Curiosamente, ya en 1875, en el expediente 7152,
nos encontramos con documentos que hablan de la “ruina parcial de la Iglesia Evangélica en el nuevo barrio de
Vallesequillo”. El arquitecto municipal había inspeccionado la obra y
advertido que “las dos fachadas laterales
están fuera de la línea de a plomo”… ¿una argucia para cerrar el templo?.
El expediente 7538, el de la construcción de la iglesia y escuela, se titula
exactamente: “Sobre varias edificaciones
que se están llevando a efecto sin ninguna autorización en Vallesequillo”,
lo que deja ver el disgusto, fundado o no, del Ayuntamiento respecto a la religión de Lutero y su despegue en
la ciudad.
En el año 1876
encontramos (expe. nº 10388) informaciones sobre “las escuelas evangélicas que se dice funcionan en el nuevo barrio de
Vallesequillo”, y entre ellas una denuncia del párroco de San Marcos
diciendo que el pastor evangélico que ejerce de maestro carece de título y que
“con doctrinas y máximas heterodoxas
pervierte [la niñez inocente]”. El Ayuntamiento escribe al Gobierno Civil
preguntando qué hacer y este contesta que el susodicho profesor enseñe su
título de maestro de instrucción primaria. Pero el pastor Viliesid declaró que él
no enseñaba en las escuelas, sino que estaban a cargo de “un director y una directora con sus respectivos ayudantes, todos
españoles”. Los profesores Juan Gómez Hidalgo y Eloísa Chamorro Torres tampoco
tenían título, alegando no tener obligación de ello por ser escuelas privadas.
(AMJF, Leg. nº 316 , expe. nº 9490)
Es
llamativo el expediente 14185: “Aclaración
de los hechos ocurridos el 29 de agosto de 1911 con motivo del enterramiento en
el cementerio protestante del cadáver de D. Juan Marks”. En este expediente
aparece una carta de Pedro Nolasco González de Soto dirigida a su primo el
alcalde de Jerez Julio González Hontoria en la que se queja de que el conserje
del cementerio había cavado la fosa destinada a su amigo Juan Marks en
presencia de la familia de este, la cual tuvo que esperar in situ más de dos
horas a que terminara la faena: “Se
necesita la apacibilidad de los sres. Marks, que supera toda la calma de los
mejores ingleses, para soportar aquella situación de la manera tranquila y
decente que la soportaron”.
La
mortal represión de los evangélicos en Andalucía y en Jerez a manos de los
golpistas se dejó notar mucho. El ABC de Madrid de 29 de noviembre de 1936
recogía lo que decía L’Office central d’entr’aide des Eglises: “Los instructores F. Lobo, de Puerto Real, y
Manuel Moreno Escoznar fueron fusilados. No se tienen noticias de los pastores
Simón Vicente, de Calahorra… del vendedor ambulante Trujillo, de Jerez. La
iglesia de Jerez fue destruida el 18 de julio, y el portero y otras tres
mujeres fueron fusilados”. Unos datos que no parecen del todo ciertos a la
luz del expe. 14953. Por su parte, Juan Bautista Vilar, en su trabajo Los
protestantes españoles ante la guerra civil recoge: “… Una quinta víctima de que se tiene noticia fue cierta joven de Jerez
de la Frontera, también ejecutada, porque - además de ser maestra- y por tanto
roja por definición, era protestante”. Esta sí era Carmen Hombre Ponzoa, “maestra socialista, de religión protestante,
militante de la U.G.T., y que fue asesinada en estado de gestación”; su
marido Máximo Salazar también sería fusilado.
En
1937, en el expediente 14953 relativo a “estadística
de centros privados de enseñanza”, encontramos una minuciosa relación de
los alumnos matriculados en el “Colegio Evangélico del Salvador”, en c/
Argüelles, 11, siendo profesor de su escuela unitaria de párvulos D. Samuel
Tomás Guilloto, así como relación de la
escuela unitaria de niñas regentada por la profesora Carmen Guilloto.
Hay
más documentos en el Archivo Municipal sobre la historia de los protestantes en
Jerez, pero lo dejamos aquí por ahora y aguardamos mejor ocasión para
exponerlos.
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