En
ABC de 15 de octubre de 1938 vemos dos ilustrativas fotografías (http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1938/10/15/024.html)
donde aparecen el general Queipo de Llano, el general Millán Astray y el
comandante Salvador Arizón Mejías, en las bodegas González Byas, con los sres.
González Gordon, entregando un Tío
Pepe de oro al general de las
fuerzas italianas que embarcaría con 10.000 hombres por el puerto de Cádiz de
regreso a su país. Efectivamente, justo en medio del eje Sevilla-Cádiz, donde
había ricas empresas vinateras que financiarían generosamente el golpe militar, había
también, desde el primer momento del alzamiento,
un hombre decidido a todo: el comandante Salvador Arizón Mejías (La Habana, 1888-Jerez, 1963), hijo del teniente general y director de la Guardia Civil en
1917 Salvador Arizón Sánchez-Fano. Veamos algunas pinceladas de su actividad en
Jerez entre 1936, momento en que encabeza la sangrienta rebelión militar en nuestra
ciudad, y 1963, fecha de su muerte.
El 7 de agosto de 1937 aparecía una sustanciosa
crónica en ABC de Sevilla titulada “Homenaje al salvador de Jerez” acerca del
reconocimiento, a iniciativa de las bodegas Domecq, que Jerez tributó al
comandante golpista con motivo de su onomástica. Se nos cuenta en esa florida
narración que más de mil trabajadores atravesaron el barrio de Santiago hacia
el cuartel Fernando Primo de Rivera para hacer entrega al comandante de un
pergamino, obra del artista jerezano José Luis Torres. La entrega del pergamino
(“eran portadores del hermoso trabajo don Agustín García Mier, D. Alejo
Pica, don Manuel Morales y D. Antonio Bellido”) la hizo el propio Marqués
de Domecq y le respondió el comandante con elogios hacia la labor
cristianizadora y de justicia social, según él, de dicha casa bodeguera. Las
autoridades fueron luego a la bodega El Molino, donde Arizón firmó una bota. La
crónica termina así: “Confundidos todos, socios, empleados y obreros, en un
solo hombre, el marqués de Casa Arizón departió con todos, y dirigiéndose a los
trabajadores les habló de la necesidad de sostener esa labor de justicia social
y cristiana, para que tuviesen ahorros, para llevar juguetitos a sus niños en
días señalados, como lo hacen los ricos. El entusiasmo se desbordó entre los
reunidos. Los obreros aclamaron al bravo militar, que fue despedido con todos
los honores”. En 29 de abril de 1939 veremos de nuevo a Arizón, junto al
general Queipo de Llano y al alcalde de Jerez Juan José del Junco y Reyes, en
el acto de apertura del economato obrero inaugurado por la casa Domecq con el
fin, según las crónicas, de “secundar la obra social iniciada por el
Generalísimo Franco de protección a la clase obrera”.
Sobre el 20 de enero de 1937 le vemos protagonizando
parte de los actos propagandísticos de la venida y triunfal recepción del
Tercio de Requetés, procedente del frente de Córdoba y comandados por el
capitán de caballería duque de Abrantes; así como en esa fecha aparece su
nombre como único invitado a un banquete en la finca El Cuco, propiedad de los
Marques de Torre Soto de Briviesca, para agasajar a los príncipes Alfonso de
Orleáns y de Borbón y Beatriz Coburgo y Ghota. En 27 de enero de 1938 preside,
junto al abad Teodoro Molina Escribano y al alcalde de Jerez, etc. unos
solemnes funerales con motivo de “los descansos eternos de las almas de los
sacerdotes de la archidiócesis hispalense asesinados por las hordas marxistas”,
particularmente por el alma del canónigo de la colegial de Jerez Juan Ruiz
Candil, asesinado en Grazalema a finales de agosto de 1936.
Sigue apareciendo frecuentemente el comandante en
actos diversos. En 18 de mayo de 1938 viene a Jerez, vistiendo uniforme de
capitán del ejército español, el príncipe Muley Mohamed, hermano de S.A.I. el Jalifa
de Marruecos. Arizón y el alcalde ocupan la presidencia del acto. Rinde honores
a la autoridad marroquí, que no dejó de visitar el hospital de San José donde
se encontraban numerosos heridos marroquíes, el Alférez Manuel Domecq y
González, de la Escuela de Pilotos de Aviación. En junio de 1941 Arizón, junto
al alcalde y otras personalidades del Jerez franquista, firma una escritura de
cesión a la Orden Cartujana del monasterio junto al Guadalete.
En 7 de julio de 1938 aparece una pequeña crónica de
ABC donde vemos en una comida a Queipo de Llano y a Arizón acompañando a José
García Riquelme en un acto de prohijación de Carmen Chueco Márquez, a quien ya
venían atendiendo desde hacía 15 años. En 28 de enero de 1939 Manuel Fernández
de Bobadilla, jefe de la Falange, organiza en Jerez una manifestación jubilosa
por la toma de Barcelona: “se echaron a vuelo las campanas de todas las
iglesias de la ciudad, se colgaron los balcones y ondearon las banderas de
España y del Movimiento en los edificios públicos y muchos particulares”.
Arizón pronunciará dos vivos discursos ese día, uno en el propio cuartel y más
tarde otro en las casas consistoriales.
En 5 de febrero de 1939 nos encontramos: “Esta
ciudad ha vibrado nuevamente con delirante entusiasmo patriótico al recibirse
la noticia de la conquista de Gerona por las invictas tropas del Caudillo”.
En Jerez muchas personas azuzadas por los falangistas recorren las calles y se
dirigen al ayuntamiento a oír sendos discursos. Con ellos, el comandante Arizón
y el comandante del batallón de voluntarios de Cádiz Arturo Paz Varela… “el
entusiasmo delirante de la población ante esta nueva conquista de los valientes
soldados de Franco ha durado hasta altas horas de la noche”. En 24 de abril
de 1939 se celebra en Jerez, en la Escuela de Comercio, la Fiesta del Libro,
presidida por el ubicuo Salvador Arizón Mejías, quien en su discurso “exhortó
a los pequeños al estudio, para así cumplir las consignas del Caudillo”.
En un artículo (DJ, 03/01/2012)
del investigador Juan de la Plata se nos informa: “Esta familia residiría
en Jerez, desde 1931, y aun años después de estar retirado el militar, con el
grado de general, en el chalet que le regaló el Ayuntamiento, en nombre del
pueblo de Jerez, en la calle de la Sangre (Taxdirt), número 28, donde aparece
empadronada la familia al completo, en 1945, y años más tarde; viviendo con
ellos, únicamente, el hijo llamado Salvador, quien una vez fallecidos sus
padres, continuaría en la misma casa, donde aparece aún a finales de los años
setenta. El título de marqués lo conserva hoy día, por real carta de sucesión,
de 4 de julio de 1997, el hijo de éste, y noveno marqués de casa Arizón,
Salvador de Arizón Sancho”. [en realidad, Arizón se retiró con el grado de coronel, no de general]
En 7 de marzo de 1961 el alcalde
Tomás García Figueras concede a Salvador Arizón Mejías, el verdugo de Jerez, la
medalla de oro de la ciudad, siendo instructor de ese expediente Ramón
García-Pelayo y de Trevilla. En el sobrecogedor discurso del militar destacan
estas duras palabras: “..las difíciles horas de los primeros días y
efectivamente así lo fueron, porque había que actuar con la mayor rapidez y
proceder con la máxima energía, para evitar que los contrarios pudieran
levantar cabeza. Lo que ya se proponían hacer, con alborotadas alegrías por las
buenas noticias y órdenes revolucionarias de entrega de armas y huelgas, que
para ellos con su habitual maldad, comunicaba a toda España el ministro Casares
Quiroga”, y se citaba a sí mismo repitiendo el final de su famoso bando donde
hablaba de: “…decidido a que las fieras marxistas no ya levanten cabeza, pero
ni siquiera muevan la zarpa. Y que, si fuera preciso, mis manos se conviertan
en manos de hierro que exterminen sean cuantos sean y quienes sean, a todos los
enemigos de España”. En ese discurso ferozmente anticomunista, escrito en el
contexto ya de la Guerra Fría, y donde lo más destacable es el hecho de la
colaboración de los “elementos de orden” en Jerez para apoyar la iniciativa
militar desde el primer momento, Arizón llamó “turba”, “Mano Negra”,
borrachos, asesinos, “miles de afiliados a extrema izquierda mezclados con la
chusma”, “marinería roja, ya convertida en idiotas criminales satélites de
Moscú”, etc., etc., a la resistencia política al golpe militar.
En 28 de marzo de 1963 aparece la crónica mortuoria
del comandante: “Ha muerto el Marqués de Casa Arizón. El ilustre soldado
participó brillantemente en el Alzamiento Nacional”. Murió a los 73 años
con grado de coronel de caballería. En dicha nota necrológica se dice
claramente que Salvador Arizón no solo se adhirió desde el primer minuto a
Franco, sino que desde Jerez ordenó “las operaciones de recuperación de
pueblos de la provincia y de otros de la región”. Jerez le dedicó en vida
la rotulación, con el nombre de Marqués
de Casa Arizón, de la calle calle Porvera, le nombró hijo predilecto y le
otorgó la medalla de oro. “Su última aparición en público en nuestra ciudad
fue el pasado año [1962] con motivo del homenaje ofrecido al Tercio de Requetés
de Nuestra Señora de la Merced, en el que el comandante Arizón pronunció un
vibrante discurso”. A su sepelio, en el cementerio de Ntra. Sra. de la
Merced, acudieron el gobernador militar de Cádiz, sr. Sánchez Gómez, y los
ayuntamientos de Jerez y Sanlúcar, bajo mazas.