domingo, 5 de junio de 2016

Jerez en la revista "Gente conocida", de Eduardo de Ory, en 31 de marzo de 1938


El franquismo no desaprovechó ni un milímetro de tiempo y de espacio para ensalzar la ‘santa cruzada’ contra la IIª República. Justificar un golpe de estado militar, que iba a quedar fundado no solamente sobre una guerra sino también por una masacre de dimensiones sobrehumanas, requería apisonar la mente del pueblo con consignas claras, caudillescas, castrenses, mesiánicas. Franco, caudillo de España por la gracia de Dios, iba a convertirse en el alfa y omega de este país a base de mucha propaganda… como la que, en Jerez, derramó la revista “Gente conocida” por ejemplo un 31 de marzo de 1938:

Una buena y completa reseña de la gaditana revista Gente conocida se encuentra en la web:

Es interesante el nº de 31 de marzo de 1938 dedicado a Jerez: 


En este número encontramos sendos piropos a las nuevas autoridades franquistas en Jerez, como a Juan José del Junco y Reyes, alcalde, y a destacadas personalidades del régimen a dos años vista del golpe militar: Tomás García Figueras, alto oficial en Marruecos, Pedro Gutiérrez de Quijano, ex-presidente del Gremio de Cosecheros de Vinos, etc.:


En la revistita se ensalza también al general Primo de Rivera, así como a la Feria de Jerez, el escudo de la ciudad, algunos monumentos religiosos, etc.


Las bodegas, el negocio del vino, también son mencionadas en este número de "Gente conocida":


Una calle en Jerez dedicada al general Francisco Franco, la que desde el siglo XVI fue siempre c/ Corredera:


Y, cómo no, una arenga directa, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y Jerez se puso del lado de los RR.CC. en su día, a favor de la cruzada contra "los designios moscovitas" del momento:


Lo más interesante de este número de Gente conocida dedicado a Jerez es quizás la epopéyica descripción que de Jerez se hace sobre todo en los aspectos educativos, social, benéfico y sanitario... dejando entrever un estado de cosas muy duro en el que la Falange, el Ayuntamiento, la iglesia católica y la burguesía de las damas caritativas intentarían, quizás, paliar en alguna medida los peores efectos de la devastación que el golpe militar provocó.

El ejemplar completo en: