El título completo de tan llamativa obrita es "Curiosa relación en que se declara y da cuenta de lo que le sucedió a un caballero natural de Jerez, a quien informaron falsamente de que su esposa le era infiel, y cómo por la intercesión de San Antonio de Padua se vieron ambos esposos protegidos del cielo y desvanecida tan infame calumnia". El romance, de un fuerte fervor moralista donde triunfan el ideal del matrimonio hasta la muerte, la religiosidad de los esposos y el valor intercesor de la Iglesia, está firmado al final del mismo así: "Y aquí da fin a la historia / el poeta Pedro Sáez, / suplicando le perdonen / las faltas de este romance" (en la versión de 1843), y "Y aquí da fin al suceso / el escritor Pedro Sáez, / suplicando le perdonen / todas las faltas que hallaren" [c. 1850]
Logra conmover, a pesar del uso de recursos literarios nada refinados que el romance pone en juego, la situación de pobreza en que queda una mujer (María Javiera), sola y con tres hijos, cuando su marido (Agustín de Guevara) se va sin decir nada a Indias. Pedro Sáez escribe de ambos que eran de familias bien situadas, pero en un momento cronológico que el romance no permite adivinar. El motivo: que una conocida de Agustín le dice a este que su mujer le engaña con otro. Impactado, Agustín, sin decirle nada a su mujer, decide abandonarla, embarca desde Cádiz a Indias y la deja -con varios hijos- en una situación de pobreza extrema. Luego (un texto habla de pasados 3 años y otra edición habla de pasados 9 años) Agustín reflexiona, habla con un fraile franciscano y le hace llegar a su mujer tres sacos de trigo y "un doblón de a ochenta" [una moneda de oro equivalente a ochenta reales]... doblón que aparece en el vestido del San Antonio de Padua que está en la iglesia de San Francisco el Real (Jerez) después de que la mujer rezara fervorosamente al santo... Aunque no se comprende muy bien el milagro porque en el romance mismo se dice que el marido le había dado, en Indias, encargo a un fraile franciscano que iba a Jerez con vituallas varias y una carta para que las trajese a la esposa. Bueno, o quizás el milagro fue que el santo tenía una carta en su misma mano en cierto momento del relato y que la abre solo cuando se acerca María Javiera; y, además, que tras recibir esta, en su casa, la bolsa con dinero que el marido le había enviado aún hallan el doblón en el vestido de San Antonio. El marido promete aparecer "cuanto antes".
Uno al leer este romance se pregunta qué le dijo aquel fraile a Antonio Guevara respecto al supuesto adulterio de María Javiera con otro hombre. ¿Cómo deshizo el fraile la mentira, al parecer, urdida por la conocida de Antonio que le delató el supuesto pecado de su esposa María Javiera?. No lo sabemos, el romance no lo dice.
El historiador Diego Ignacio Parada y Barreto recoge en su obra Hombres ilustres de Jerez de la Frontera (1878) a un Juan Vélez de Guevara como corregidor de Jerez en 1653, pero ignoro si este personaje o alguno de sus descendientes pudo tener, si es que el romance tiene algún fundamento histórico cierto, alguna relación con el Antonio Guevara que protagoniza el pliego de cordel que abajo reproduzco.
De alguna manera, la tradición milagrosa de San Antonio de Padua, relacionada con la extrema pobreza que muchas personas padecen aún en esta ciudad por causa de la poca atención que reciben de las autoridades, continúa en Jerez:
en The british library:
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Notas:
-Otra edición (1843), con notables variantes, de este pliego de cordel que aquí hemos reproducido puede leerse también en:
http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/7605/1/el-milagro-de-san-antonio-del-doblon-curiosa-relacion-en-que-se-declara-y-da-cuenta-de-lo-que-le-sucedio-un-caballero-natural-de-jerez-quien-el-demonio-impuso-un-falso-testimonio/
El milagro de San Antonio del Doblón : curiosa relación, en que se declara y da cuenta de lo que le sucedió á un caballero natural de Jerez, a quien el demonio impuso un falso testimonio ... Madrid : [s.n.], 1843 (Imprenta de D.. Marés) |