Dentro de las XXIV Jornadas de Historia de Jerez, dedicadas a la Transición democrática en España, tuvo lugar una conferencia, el día 31 de mayo a las 19,30h. en el Consejo Regulador del Vino de Jerez, titulada "Jerez, Transición y transformación urbana. Del urbanismo expansivo al nacimiento de la conciencia patrimonial". Con permiso del autor, reproduzco aquí el cuidado resumen que él mismo hizo de esta brillante exposición que tuve el gusto de poder presentar:
"JEREZ, TRANSICIÓN Y TRANSFORMACIÓN URBANA (“Del
urbanismo expansivo al nacimiento de la conciencia patrimonial”) / José Manuel Aladro Prieto, doctor
arquitecto (Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad de Sevilla
A escala urbana, la Transición, 1975-82, es un periodo
excesivamente corto para poder reconocer en él procesos de transformación
relevantes. Para la ciudad de Jerez, sin embargo, estos escasos años
constituyen un claro punto de inflexión en las políticas urbanísticas y en el
proyecto urbano que había guiado la expansión de la ciudad durante las dos
décadas precedentes. Tras los primeros ensayos del Plan de Ensanche de 1940 y del
Plan General de Ordenación 1955, el desarrrollo definitivo de la ciudad había
sido definido por los Planes General de 1959 y 1969, ambos surgidos de la Ley
del suelo de 1956.
A la finalización del Régimen franquista, la ciudad contaba con
un Plan General que contemplaba para 1985 una población de 231.000 habitantes en
el casco urbano y que reservaba una superficie industrial bodeguera de 80 has. capacitada
para asumir las previsibles 400.000 botas en que habría de incrementarse la
producción en esa fecha. Optimistas previsiones que la situación económica internacional
de los años 70 y los prolegómenos de la crisis industrial que caracterizará al
Marco del jerez en las próximas décadas se habían encargado de desmentir. Sobre
estos dos parámetros, sobredimensionados, había pivotado la ordenación del
crecimiento urbano: resolver la acuciante necesidad de suelo residencial para la
creciente población y atender los requerimientos de suelo industrial exigidos
por el pujante sector bodeguero. En paralelo, la ciudad histórica había sido la
gran damnificada, acelerandose los procesos de despoblación y terciariación,
así como la destrucción por sustituciones de su valor cutural.
La estructura residencial de la ciudad había quedado a
grandes rasgos definida por el Plan General de 1959, a partir del cual, en 1969,
se habían establecido desaforados crecimientos sobre las carreteras de Arcos y
El Puerto. Tras el insuficiente desarrollo alcanzado por el primer plan, la
política residencial, impulsada por la Corporación municipal, se había acelerado
en la segunda mitad de los sesenta, extendiéndose sus resultados hasta los primero
años ochenta. Grandes paquetes residenciales, organizados por Polígonos, que ubicarán
las viviendas sociales en la periferia del suelo urbano. La democracia se
instalará sobre una ciudad sobredimensionada, socialmente segregada, con
grandes lagunas interiores y desequilibrada.
En relación a la industria local, por primera vez el PGOU de
1969 había destinado una amplia superficie de suelo en exclusiva para la
industria bodeguera, una ancha franja urbana ubicado sobre la totalidad del
trazado de la circunvalación oeste, la N-IV. Un “Polígono bodeguero” que
absorbería la mayor parte de la renovación arquitectónica e industrial del
jerez. A mediados de los setenta ya se habían instalado en él la casi totalidad
de los complejos que habrian de ocuparlo. Durante los años de la Transición no
llegará ningún nuevo proyecto y algunos de los aprobados se quedarán en el
papel. Tendrán que pasar veinte años para que lleguen nuevas bodegas. Constatada
la crisis del sector el Polígono bodeguero quedaría drásticamente reducido en
el Plan General de 1984.
En 1979, la primera corporación democrática aprueba iniciar los
estudios para la Realización de un Plan Especial de Reforma Interior del Casco
Antiguo. En 1982 se aprueba la declaración del Conjunto Histórico, aprobándose
dos años más tarde la revisión del Plan General. El nuevo documento reconduciría
las políticas urbanísticas iniciadas a mediados de los años 50, introduciendo
por primera vez planteamientos patrimoniales para la ciudad histórica". (José Manuel Aladro)