La
guerra civil no ha terminado porque no se han recogido todos los cadáveres del
campo de batalla. Todavía miles y miles de ellos yacen en las cunetas de la cruenta
retaguardia que el fascismo organizó en buena parte de España, anunciando de
algún modo lo ocurrido pocos años después en Mathausen, Dachau, Treblinka... El
PP no es que tenga mucho interés –al brutal arrinconamiento de la ley de
memoria histórica del 2003 me refiero– en el asunto, y el PSOE tipo Susana Díaz
recela como gato panza arriba del movimiento memorialista que le recuerda
continuamente lo mucho, demasiado, que queda por hacer al respecto.
Es
decir, algunos como Rafael Hernando se dedican a decir brutalidades sobre la
memoria histórica y otros, como el PSOE, tratan de monopolizar e
institucionalizar la cuestión, dulcificándola y descafeinándola sin pudor, para
que este asunto no se convierta nunca en motor de una III república, o de
cambios constitucionales, o de un debate de identidad profundo que genere
(como, por otros motivos, ya se ha generado en Cataluña) un clima de
refundación social más allá de la manida Transición. El PP trata de
desactivarla a las bravas y el PSOE a la chita callando; el caso es desposeer a
la memoria histórica de su capacidad de refundar esta democracia acudiendo a
sus orígenes, a saber, el pensamiento libertario, el comunismo, el obrerismo,
el socialismo, el feminismo, el afán de instrucción pública, el cooperativismo,
la reforma agraria, etc., y en los que la II República hundió sus históricas y
esperanzadas raíces.
La
gran revuelta social que fue y sigue siendo el 15M, más el movimiento
anticorrupción y de protesta por el paro y los recortes, más la oposición
catalana, más la galopante crisis institucional… son razones que hacen al PP y
al PSOE o intentar sepultar o intentar desactivar la memoria histórica de su
sentido político de largo alcance. Porque la memoria histórica sigue siendo un
peligro político en este país de pandereta. Y lo sigue siendo porque durante
estos 40 años de después de la muerte de Franco, ha sido acallada sin piedad,
es decir, ha habido una corrupción política esencial, identitaria, sistemática,
que ha consistido en criminalizar como antidemócratas y guerracivilistas a
quienes han querido no solamente recordar y recuperar los huesos de miles y
miles de fusilados por Franco, sino también recordar que el verdadero origen de
esta democracia no son la Ley de Amnistía y los Pactos de la Moncloa, sino
aquellos que yacen en las cunetas por defender los ideales democráticos.
Más
claramente dicho: la última voluntad de Franco no podía ser puesta en
entredicho por nadie. Y así ha sido. Su mausoleo en el Valle de los Caídos ha
dado, finalmente, el tono a una Transición y postransición poco o nada agradecidas
con quienes, de verdad, sí defendieron la democracia y las libertades con sus
vidas. Pero la memoria histórica sigue siendo una verdad muy viva; ha resistido
no solamente los 40 años de Franco, sino también los cuarenta de pacata
Transición.
Y
ahora, a estas alturas, habla la nueva ley de memoria democrática de Andalucía
-ciertamente más avanzada que la estatal- de la “demanda de la ciudadanía andaluza de
verdad, justicia y reparación, sobre los hechos derivados del golpe de estado
militar, la Guerra Civil y la Dictadura franquista”. Me pregunto quiénes son los que no permiten, ni han
permitido durante estos cuarenta últimos años, que termine la guerra civil.
Aquí en Andalucía el primer 14 de junio (Día Andaluz de la
Memoria Histórica, aprobado en la reciente ley de memoria histórica de
Andalucía) ha pasado sin pena ni gloria. El grupo “Recuperando la Memoria de la
Historia Social de Andalucía” (RMHSA de CGT-A) señala críticamente y con razón:
“La fecha 14 de Junio tiene como origen
que ese día, de 2003, se realizó el primer intento de exhumación pública de una
fosa común del franquismo en Andalucía, concretamente en la localidad granadina
de Lecrín y por iniciativa de esta entidad, tras pedirnos Agustín Góngora del
Torviscón (Granada) colaboración para buscar los restos de su hermano fusilado
por los golpistas del 18 de Julio durante un encuentro celebrado en Motril
varios meses antes, algo que lamentablemente, no se consiguió, después de remover
mucha tierra, al tener conocimiento que dichos restos se encontraban bajo la
autovía de Granada a Motril con la autorización del Ayuntamiento. Agustín
falleció, años después, sin poder tocar los huesos de su hermano. La
importancia de este hecho radica, fundamentalmente, en que fue la primera vez
que este tipo de actuación se realizaba públicamente, y como mejor “notario”
del hecho las cámaras de Tv, en este caso del programa Los Reporteros de Canal
Sur TV, imágenes que se emitieron el 19 septiembre del 2003. Curiosamente ni
los proponentes de la Ley (gobierno y grupos parlamentarios), ni la propia Ley,
hacen mención en ningún momento a este hecho que justifica la elección de dicha
fecha”.
En Jerez, el caso ha sido aún peor, porque la Plataforma por
la República organizó una mesa redonda en el centro social Blas Infante (bajo
el título “Los guernicas de la guerra civil, terror y barbarie“) a la que sí
fue bastante público pero ni un medio de comunicación, y porque la Plataforma
por la Memoria Democrática de Jerez lanzó esta nota de prensa que tampoco fue
recogida por ningún medio de comunicación:
“Con motivo del Día de
recuerdo y homenaje a las víctimas del golpe militar y la dictadura (14 de
junio) que establece el artículo 17.1 de la Ley de Memoria Histórica y
Democrática de Andalucía, la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez
hace público:
1º.-Que acudiremos
a los tribunales si no se cumple el acuerdo de pleno de 30/07/2015 por el cual
se han de derogar varios honores y distinciones que se hicieron a prebostes del
franquismo en Jerez.
2º.-Que por
nuestra parte seguimos trabajando en la Asesoría de Apoyo a las Víctimas del
Franquismo en Jerez, en colaboración con la Asociación de Víctimas del
Franquismo, si bien estamos esperando -tras muchos retrasos injustificados por
parte del PSOE de Jerez- que se aperture ya la Oficina Municipal de Memoria
Democrática.
3º.-Que también
seguimos esperando respuesta con respecto a la solicitud formal que le hemos
hecho a la alcaldesa de que se quiten determinados símbolos franquistas de la
vía pública, como generales golpistas al pie de la estatua del general Primo de
Rivera en Plaza Arenal, o rótulos de calles con nombres franquistas en Bda.
España, o emblemas franquistas en centros educativos como Escuela de Arte y Colegio
Isabel la Católica.
4º.-Que invitamos
a la ciudadanía a participar en la mesa redonda que en este día 14 de junio ha
organizado la “Plataforma por la República” bajo el título “Los guernicas de la
guerra civil. Terror y barbarie” (19,00h. en Centro Cívico Blas Infante).
5º.-Que esperamos
que el Ayuntamiento de Jerez cumpla con su palabra -dada en julio del año
pasado- de colocar en el Ayuntamiento una placa homenaje a los concejales,
trabajadores municipales y alcalde asesinados en julio de 1936.
y 6º.-Que
rechazamos frontalmente la petición del Partido Popular de homenajear, desde la
institución municipal, al recientemente fallecido Sixto de la Calle Jiménez,
dado sus posiciones políticas radicalmente antidemocráticas desde su
participación en la guerra civil hasta la fecha de su fallecimiento. Si el
actual equipo de gobierno diera su visto bueno a semejante homenaje acudiríamos
inmediatamente a los tribunales por vulneración flagrante de la Ley de Memoria
Democrática de Andalucía”.