(del FaceBook del Archivo Municipal de Jerez)
LA INTENCIÓN
DE LA CRIADA DE ÁLVARO OBERTOS, FUNDADOR DE LA CARTUJA (JEREZ, 1482).-
En la reseña biográfica del fundador de la Cartuja de Jerez, el historiador José Ignacio Parada y Barreto (véase: https://ia802608.us.archive.org/.../hombresilustresd00par...) nos cuenta esta breve y curiosa anécdota de Álvaro Obertos y su criada Elvira Rodríguez:
“Algunos días antes de su muerte llamó al
P. D. Fernando de Llerena, y cuéntase que estando reconciliándose con él, su
criada Elvira Rodríguez los dejó encerrados y entretanto sacó de la casa varias
alhajas y baúles, que fueron valuados en 30.000 castellanos. Después de su
muerte esta mujer dirigida por un canónigo y un escribano, puso pleito á los
monjes presentando un testamento en que Alvaro Obertos le dejaba grandes
legados. No llegó á sentenciarse el pleito, pero él canónigo fué penitenciado y
el escribano sin crédito privado de su oficio. Muy luego presentóse también un
mancebo alegando ser hijo de Obertos y de la misma Elvira; pero esta negó el
tal parentesco y el hecho quedó desmentido. Las averiguaciones á que dieron
lugar estos sucesos sirvieron de testimonio justificativo para hacer patente la
vida ejemplar del fundador”.
Una especialista en historia del arte
señala también: “Las obras se llevan a buen ritmo hasta que, al morir D. Alvaro
el 11 de marzo de 1482, y disponerse los frailes a tomar posesión de sus
bienes, la criada de Obertos, Elvira Rodríguez de Villasandino, presenta un
testamento en el que figuraba como heredera, iniciándose entre las partes un
larguísimo y costoso pleito, a causa del cual se paralizaron las obras por un
período aproximado de 25 años” (Julia López Campuzano en “La portada de
entrecoros de la Cartuja de Jerez de la Frontera”).
Y por un apunte, relativo al año 1520, de
Emilio Martín en su libro “La organización del paisaje rural durante la Baja
Edad Media”, deducimos que a la criada del fundador de la Cartuja no le fue
mal: “Aunque no se ha conservado ningún contrato que trate específicamente
sobre la recolección de la aceituna, algunos arrendamientos sí mencionan esta
labor. Así, por ejemplo, en septiembre de 1520 Elvira Rodríguez de Villasandino
contrataba a Antón Hernández, cestero y vecino de Jerez, para que trabajase en
todos sus olivares, esta montanera presente hasta la acabar de coger”
Pedro Gutiérrez de Quijano señaló en su
libro sobre la Cartuja de Jerez: (1924): “Se cuenta que la tal Elvira, arrepentida
en sus últimos años de su inicuo proceder, devolvió a la Comunidad muchas de
las cosas que había robado a su amo, y olvidando los religiosos lo pasado,
protegiéronla hasta sus últimos momentos, cuidaron de sus funerales y aun se
dice que le dieron sepultura dentro del monasterio, entre la segunda puerta
lateral derecha de la iglesia y el claustro pequeño, señalando la tradición
como lugar de su reposo, la losa sobre la que caían las cuerdas de las
campanas, delante de la puerta de la torre”.
Síntesis de la
vida de Álvaro Obertos de Valeto: https://dbe.rah.es/biografias/7136/alvaro-obertos-de-valeto