En el Noticiero Gaditano
de 14 de mayo de 1931 encontramos una crónica periodística del asalto de
algunos jerezanos a los conventos de San Francisco, El Carmen, iglesia de los
jesuitas en la Plaza Compañía, etc. Estremece ver la calculada e inmediata militarización
de la ciudad cuando se describen las fuerzas, con secciones de ametralladoras,
apostadas en los numerosos puntos que se señalan. Y contrasta este hecho con la
prudencia y mesura -además de la denuncia de elementos extraños al movimiento
obrero operando en los desórdenes públicos para justificar la represión
militar- con que se expresan los líderes sindicales Antonio Natera y Sebastián
Oliva al firmar un documento de desconvocatoria de una huelga. Es una crónica,
interesante por los variados datos que ofrece, que merece la pena reproducir
aquí y leer con atención para comprender que Jerez pudo ser también Casas Viejas
en mayo de 1931:
“De los sucesos
desarrollados en Jerez. Los conventos asaltados. Fueron los conventos que
mayores daños sufrieron el de San Francisco, situado en la plaza Esteve,
entrando los revoltosos por una puerta falsa que cae al peladero de aves del
Mercado Central de Abastos y por la de la calle Corredera, por cuyos balcones
entraron, arrojando muebles y objetos, que quemaron. La fuerza pública disolvió
las turbas, que no consiguieron su intento de incendiar la iglesia.
Fue también asaltada la
residencia de Padres Carmelitas, violentando la puerta existente en la calle
Chapinería, entrando y sacando a la plaza gran cantidad de muebles, ropas y
otros efectos de la Comunidad, prendiéndoles fuego. Los altares todos del
templo fueron destrozados, derribando las imágenes, algunas de las cuales
fueron arrojadas a la calle. La parte destinada a imprenta fue igualmente
asaltada y destrozada la maquinaria, siendo los comodines y tiyos quemados.
Acudieron fuerzas de
caballería, que viéronse obligadas a dar varias cargas para dispensar a los
asaltantes, que huyeron. También llegó el servicio de bomberos, que evitó que
el fuego fuese propagado a fincas de aquellos lugares. Un piano fue quemado por
los grupos en la Plaza Limones.
En la residencia de
Jesuitas, tanto en el templo como en los dormitorios, fueron enormes los
destrozos. Todas las imágenes fueron arrancadas de los altares y arrojadas a la
calle, donde pretendieron quemarlas, no consiguiendo su intento por la pronta
intervención de la fuerza pública. Todos los objetos fueron, pocos después,
reintegrados a la iglesia. De la Compañía de Jesús se dirigieron los revoltosos
al Convento de Santo Domingo, situado en la Alameda Cristina, donde fuerzas del
Ejército y algunas parejas de civiles dieron varias cargas e hicieron disparos
al aire. Hubo las consiguientes carreras.
En la plaza de la
República, la sección de Villaviciosa disparó al aire y consiguió, sin tener
que acudir a otros medios, que se disolvieran los revoltosos, que por dicha
plaza y las calles adyacentes intentaban acercarse a una pareja de la
benemérita allí destacada. En las Reparadoras y en las Mínimas también
penetraron los revoltosos, causando grandes daños, no consiguiendo incendiarlos
por la pronta y enérgica intervención de la fuerza pública.
Resultaron los siguientes
lesionados: Antonio Garrido García, contusiones en la cara; Esteban Salguero
Barroso, herida en la mano izquierda; Antonio Lozano Jiménez, herida en la mano
derecha; Matías Aliaño Piñero, ataque nervioso; Manuel Gómez, herida en la
pierna derecha; Manuel López López, herida en la cabeza; Ramón Jiménez Soto,
herida en la región frontal; Candelaria Jesús, herida contusa en la cabeza;
Luis Expósito Sanz, contusión en la mano izquierda; Salvador Ruiz Romero, de 24
años, que habita en la plaza del Carmen 3, fuerte contusión con hematoma en el
brazo izquierdo, leve; José Marcos Orellana Sánchez, de 22 años, que vive en
Encaramada 13, herida por disparo de arma blanca en la región parietal derecha,
leve. Este último es soldado, dándose cuenta de su asistencia en la Casa de
Socorro al señor Gobernador militar. Los lesionados antes citados produjeron
partes para los respectivos Juzgados Municipales.
Huelga resuelta.
Lo ha sido la de albañiles y canteros. En representación de los albañiles y
Asociación General de Trabajadores Agrícolas ha sido repartido el siguiente
manifiesto:
<<Al pueblo
jerezano. Trabajadores, ciudadanos: Jamás podrán borrarse de nuestra memoria
las persecuciones que hemos sufrido; pero si bien no podemos olvidar las
ofensas recibidas, creemos que ningún hombre de bien y ninguna conciencia
honrada, debe dar cabida en su pecho a la detestable pasión del rencor, máxime
en ocasiones como esta; a la clase trabajadora, que haría las cosas con la
debida ponderación, se une una multitud heterogénea e indefinible, sin noción
de su responsabilidad, que es la más propicia a todos los excesos.
Las organizaciones de
obreros albañiles y agricultores de ésta, sin dejar de reconocer los graves
perjuicios sufridos por las congregaciones religiosas, por nosotros
inevitables, hacemos presente no nos hacemos solidarios de esos desmanes y
declinamos toda responsabilidad. Y puesto que el conflicto de albañiles,
pedreros y canteros, está resuelto con un señalado triunfo en favor de los
obreros, aconsejamos a todos calma, serenidad, que no se dejen influir por
elementos extraños a las clases obreras, que pueden introducirse entre ellas
con el propósito poco noble de sostener la alarma.
¡¡Trabajadores,
ciudadanos todos!! Cada cual seguir a su puesto, a reintegrarse a sus
cotidianas ocupaciones, en bien de la tranquilidad pública. Por la Asociación
de Albañiles, Antonio Natera. Por la Asociación General de Trabajadores
Agrícolas, Sebastián Oliva. Jerez de la Frontera, 13 de mayo de 1931>>.
La distribución de las
fuerzas. Siguiendo órdenes del gobernador militar de la plaza,
don Luis Rodríguez de Campomanes, las fuerzas del Ejército, que con los demás
agentes de la autoridad establecieron los servicios para el mantenimiento del
orden, se distribuyeron en la forma siguiente, comprendida en ellas una
compañía del batallón de Cazadores de Cataluña, que llegó del Puerto de Santa
María.
En la Plaza de la
Compañía, una sección de Recría y Doma, otra de Villaviciosa, media sección de
Las Navas y una sección de Cazadores de Cataluña. En Santo Domingo, una sección
de la Yeguada Militar, dos secciones de Las Navas, una de ametralladoras del mismo
batallón, una secdción de Cataluña y patrullando por los alrededores, dos
secciones de Villaviciosa. En el Carmen, una sección de Las Navas y una sección
del Depósito de Sementales. En San Francisco, una y media sección de Las Navas
y una ametralladora del mismo batallón. En el Gobierno Militar, una sección de
ametralladoras de Villaviciosa, con dos máquinas, y una sección de la Yeguada
Militar.
Patrullaban por
cercanías, dos secciones de Villaviciosa. Mandaba la línea el comandante de Las
Navas don Rafael Cerdeño. La tranquilidad, cuando cerramos estas cuartillas, es
absoluta en toda la población, haciéndose la vida normal, y estando abiertos
todos los comercios.
El corresponsal, 14-5-31”