Me pareció excelente el detenido estudio -basado en el conocimiento exhaustivo que el autor tiene de los contenidos del Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Jerez- sobre la riqueza patrimonial del comendador Pedro Benavente Cabeza de Vaca, hijo de catalanes afincado en Jerez, publicado por el historiador José Antonio Mingorance en el tomo 100 de la reconocida revista sevillana "Archivo Hispalense" (https://wearchivo.dipusevilla.es/archivo/publicaciones/revista_archivo_hispalense.html). La sinopsis que el autor mismo presenta de su trabajo es: “Las fuentes de la riqueza de la aristocracia medieval eran variadas, pero con una base común y definitoria de la pertenencia a una clase privilegiada: la posesión de la tierra. Ello proporcionaba un prestigio en que asentar una posición social y política relevante y, por tanto, el acceso a los puestos dirigentes de los regimientos locales. En el caso del comendador Pedro Benavente Cabeza de Vaca se unía la posesión de importantes predios en el alfoz jerezano con la herencia de tierras, aguas y un ingenio de azúcar en la isla de La Palma, lo que le generaría pingües beneficios que el naciente capitalismo habría que multiplicar en su favor”.
Llama la atención un
curioso detalle biográfico -destacado por el propio Mingorance- de la vida de
Pedro Benavente Cabeza de Vaca: “No conocemos con exactitud la fecha de su
fallecimiento, pero sí que posemos el dato de su testamento, el cual nos
permite asegurar que debió tener lugar el óbito a finales de 1556, ya que
otorga sus últimas voluntades el 14 de noviembre de dicho año… que no lleven
luto por él pues manda <<que lleven mi cuerpo seys vezinos de mi
collaçion… lo más pobres que ovieren vergonçantes. Y mando por que ruefuen a
Dios por mi ánima que le sean dados sus capuses y sayos y calças y gorras, con
que no sean de luto, porque es mi voluntad que nadie lo trayga por mí>>.
Debía frisar -dice el profesor Mingorance-, por tanto, los sesenta años, quizá
menos, en el momento de su muerte. En cambio Beatriz fue mucho más longeva,
pues no testó hasta 1576, es decir, le sobrevivió en torno a veinte años”.
El capítulo de
conclusiones resume sucintamente la importante capacidad económica del poco
amigo del luto y las habladurías sociales el caballero 24º jerezano Pedro
Benavente: “Hemos podido observar a lo largo de las páginas anteriores, la
enormidad y amplia diversidad de las fuentes de ingresos del comendador Pedro
Benavente, que se inician, sin duda, en la herencia que recibe de su padre el
mercader catalán Pedro Benavente. No en vano, la sola posesión de doce mil
ducados que declara poseer en el momento de su boda con Beatriz Bernalte ya
supone una cantidad realmente elevada: cuatro millones y medio de maravedís.
Pues es que, además, se incluía en dichos bienes heredados de su padre, la
propiedad de Los Sauces: las tres cuartas partes del ingenio, así como tierras,
esclavos, etc.”
Me llama la atención
particularmente (p. 120 del artículo) la comparación que hace Mingorance entre
los réditos anuales del ingenio de azúcar en las islas Canarias (600.000 mrs.),
del que era poseedor Pedro Benavente, y los réditos anuales que se obtenían en
las alcabalas del trigo (620.000 mrs.) y del vino en Jerez (550.000 mrs.) sobre
el año 1528.
Del artículo de
Mingorance no se obtiene una valoración económica (cuánto vale un bien y cuánto
produce anualmente) del conjunto de propiedades de Pedro Benavente, pero sí un
riguroso inventario de las mismas (más otras interesantes notas sobre dotes,
etc.). Pero esto es mucho si se tiene en cuenta que antes de este
escrupulosamente bien documentado estudio solo contábamos con muy pocas
aportaciones sobre patrimonios personales del XVI (sobre Martín Dávila y Pedro
Camacho de Villavicencio) de Emilio Martín y Enrique Ruiz.
Martín Ferrador, en un
artículo suyo dedicado al historiador jerezano Gonzalo de Padilla, dice que el
mayorazgo de Pedro Benavente Cabeza de Vaca pasó ante Jerónimo García Copín en
19 de agosto de 1545. Y efectivamente, no es difícil hallar este documento
(constitución de mayorazgo) en el Archivo Notarial de Jerez obrante en el
Archivo Municipal:
También Hipólito Sancho,
el gran historiador portuense que dedicó muchísimas páginas a la historia de
Jerez, citó, sin olvidar mencionar al historiador Parada y Barreto, en
numerosas ocasiones la importancia económica y política del comendador Pedro
Benavente: “…acaso la figura de más relieve desde los puntos de vista
económico, administrativo y militar con que la corporación [jerezana] contaba
en su seno. En nota: Sobre la personalidad de Pedro de Benavente uno de los
conquistadores de Tenerife, asentado
luego en Jerez, donde edificó la casa señorial en la plaza que aún lleva su
nombre y bien digna de estudio por los socorros que prestó a Cádiz amenazada
por la piratería turca, cfr. A falta de otra cosa lo que dice Parada y Barreto
en Hombres Ilustres de Jerez de la Frontera. Su correspondencia sobre este
asunto ha sido publicada en Archivos del Instituto de Estudios Africanos, nº 26”.
Un hombre rico
económicamente y poderoso políticamente que quiso dejar a Jerez un recuerdo de
su existencia construyendo un palacio que aún sigue en pie.