Qué duda cabe que la religión es, entre otras cosas, un hecho social y político. Es decir, la religión no consiste solamente en dar cobertura espiritual a los fieles, sino que también da orientación social y política. Esto es una obviedad muy grande, pero hoy, por un falso pudor de imparcialidad aparente y supuesta (yo diría inexistente) aconfesionalidad, se quiere olvidar o pasar de puntillas... Pero el debate, por poner un ejemplo, sobre la presencia del jefe del estado tanto en el acto civil de duelo por las víctimas de la COVID como en el acto religioso en recuerdo de dichas víctimas, deja claro que sobre todo la cúpula de los clérigos rectores de la iglesia católica hace política, como ha hecho política la iglesia católica -a veces encendiendo hogueras en las plazas- desde siempre, esto es, desde el emperador Constantino hasta aquí. Bien, el caso es que también en el ámbito local todo esto tiene una traducción... Y aquí nos encontramos un artículo (Jerez, 17-04-1909) del presbítero José Mª Rodríguez Sánchez que nos habla sobre la necesidad de enfervorizar el culto a la patrona de Jerez para alcanzar mejores glorias políticas para la nación.
Para este clérigo volver a convertir la virgen de la Merced en centro devocional de la ciudad de Jerez sería, en el contexto de la crisis del 98, la antesala para la recuperación de la gloria de España. Él -dolido de que hayan pasado los viejos tiempos imperiales y teocráticos- lo dice exactamente con estas palabras: "...y no le llama a Vds. la atención que al pasar a la historia aquellas beaterías de nuestros padres, se llevaran consigo, y tal vez para no volver más, nuestra grandeza y poderío como nación y como pueblo, nuestro prestigio político, económico y social, nuestras colonias hermosísimas y ricas, etc., etc.? De desear es, al menos así lo entiendo, que vuelvan a España aquellos fervores y entusiasmos, a ver si con ellos vuelven también aquellas otras pequeñeces, cuya posesión constituía antaño la base de nuestra grandeza, y cuya pérdida es hogaño la de nuestra ignominia". Para este clérigo, se ve que la relación entre religión, patria, honor y grandeza, es una relación estrecha, como una amalgama político-religiosa que, al deshacerse, dio como consecuencia la pérdida definitiva de las colonias en 1898... un castigo divino por la desacralización general y pérdida de fe en la virgen de la Merced. Destino político y convicciones religiosas son para él cara y cruz de la misma cosa.
El jerezano José Mª Rodríguez Sánchez (1869-1942), como cura beneficiado, formaba parte del cabildo de la iglesia Colegial de Jerez. El sacerdote católico Repetto Betes dice en su historia de la Colegial: "Don Alonso regaló a nuestra Iglesia la imagen de la Purísima Concepción, llamada «del voto», sobre la que hubo una cierta polémica en 1917, pues pretendía el canónigo Don José Mª Rodríguez Sánchez que había presidido la función del voto, negándolo rotundamente el franciscano Fr. Angel Ortega". Rodríguez Sánchez escribió, por ejemplo, El Centenario Concepcionista jerezano, artículos en El Guadalete, año 1917. Su biografía se encuentra en dicha historia de la Colegial a las páginas 382-383. Repetto finaliza: "Había sido capellán de la casa de los Condes de Puerto Hermoso, en cuyo panteón se enterró. Fue muy devoto del Smo. Cristo de la Viga". Recordemos quiénes eran los condes de Puerto Hermoso a quienes servía: "Fernando de Soto y González de Aguilar y Ponce de León (1876-1941), IV conde de Puerto Hermoso, VIII marqués de Arienzo, XI marqués de Santaella, Gentilhombre Grande de España con ejercicio y servidumbre del Rey Alfonso XIII, casó con María del Carmen Domecq y Núñez de Villavicencio, Dama de la Reina Victoria Eugenia de España".