[Véase tb. la entrada: Jerez (9 de junio): archivos para la memoria histórica
http://memoriahistoricadejerez.blogspot.com.es/2015/06/jerez-9-de-junio-archivos-para-la.html]
Índice de esta entrada:
I.-Introducción.
II.-Alma, verdad y archivo.
III.-Los arreglos del Archivo Municipal de Jerez en el siglo XVIII.
IV.-El espejo de la memoria, los archivos y la democracia del s.XXI
(Visita al Archivo General de Indias, organizada por el Archivo Municipal de Jerez en 05/06/2015)
I.-Introducción:
http://memoriahistoricadejerez.blogspot.com.es/2015/06/jerez-9-de-junio-archivos-para-la.html]
Índice de esta entrada:
I.-Introducción.
II.-Alma, verdad y archivo.
III.-Los arreglos del Archivo Municipal de Jerez en el siglo XVIII.
IV.-El espejo de la memoria, los archivos y la democracia del s.XXI
(Visita al Archivo General de Indias, organizada por el Archivo Municipal de Jerez en 05/06/2015)
I.-Introducción:
Para construir
la democracia más allá de las formalidades con las que un laberíntico entramado
legal y un farragoso modelo institucional, electoral y político, nos tienen
encorsetados, hay ciertas herramientas muy útiles que ya están produciendo
algunos resultados esperanzadores. Una de ellas, la más conocida, es el
novedoso impulso que la ciudadanía, frente a la corrupción de algunas señeras
instituciones y la omnipresencia de los poderes financieros en la vida política, ha tomado
autónomamente para exigir soluciones a los acuciantes problemas por los que
estamos atravesando. Que los bancos gobiernen y no los parlamentos lo dice todo
de la cuestión. Lo dice todo de un modelo de convivencia democrática que no
puede seguir haciendo aguas a favor de quienes programan el paro y la
desesperación para centenares de miles de personas.
A los que
exigimos cambios profundos y urgentes nos han llamado de todo: radicales, alborotadores antisistema, generadores de inestabilidad, etc. Además, nos han apaleado ya muchas veces con la llamada Ley Mordaza… sin
mencionar las privatizaciones, los decretazos, los desahucios, el desmantelamiento de los servicios públicos, el programa mental de
emprendedores y amantes del PIB que la Ley Wert pretende imponer en las
escuelas en detrimento de las humanidades, etc. El resultado de estos últimos cuatro años es lóbrego.
Como profesional
de los archivos no me dedico a la política, aunque no ignoro que existen
vínculos entre política y archivos, tanto en el plano de la
Cultura como en el de la Administración, los dos en los que se mueven los
archiveros. El Día Internacional de los Archivos, que se celebra cada 9 de
junio para conmemorar la creación del Consejo Internacional de los Archivos,
tiene, sin embargo, un sano matiz político: los archivos contienen
la información y “quien controla la información controla el poder”. Por lo que es la ciudadanía la llamada a controlar la información sobre la sociedad de la que ella es protagonista. La información y el conocimiento han de pasar de ser herramientas para controlar a la ciudadanía a herramientas de la ciudadanía para construir una democracia avanzada basada en la TRANSPARENCIA.
Llegado dicho Día Internacional de los Archivos, voy a publicar en los
medios locales tres breves artículos (los adjunto). Son reflexiones de índole personal, más un breve estudio, sobre la archivística y sobre
la historia del archivo municipal de Jerez, un archivo interesante donde los haya
y que no está catalogado como una de las siete maravillas del mundo, no, pero
que no deja indiferente a nadie que lo consulte o lo visite.
Alma, verdad y archivo.
Vanitas vanitatum, et omnia vanitas: vanidad de vanidades, y
todo vanidad. Esto es lo que se lee en una de las inscripciones del ventanal
esquinado de los Ponce de León de 1537. ¡¡Y cuánta razón tenía quien escribió
eso ya en el libro del Eclesiastés muchísimos siglos antes!!. Pero hay que leer
algunos versículos más de este libro de la Biblia para encontrar este remate,
negruzco, que habla de la contundencia de la muerte: No hay memoria de lo
que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que sucederán
después… generación va y generación viene, más la tierra siempre permanece.
Sabias palabras que nos recuerdan el no menos alegre: polvo eres y en polvo
te convertirás.
Por
tanto, la pregunta, al margen del vanidoso minuto de gloria del que todos
disfrutamos, es: ¿para qué recordar?, ¿para qué mantener los archivos y,
gracias a ellos, poder mirar al pasado y al futuro?. Mi respuesta es que
precisamente para poder superar la muerte y lo negativo que, en nuestro
corazón, muchas veces, nos conduce a lo peor. Me explico.
(El profesor Juan Antonio Moreno Arana, en la calle Cuatro Juanes, junto a la muralla, explicando, en un recorrido histórico por el centro de Jerez organizado por el Archivo Municipal, la historia de los centros educativos)
(El profesor Juan Antonio Moreno Arana, en la calle Cuatro Juanes, junto a la muralla, explicando, en un recorrido histórico por el centro de Jerez organizado por el Archivo Municipal, la historia de los centros educativos)
¿No
es en los archivos donde encontramos los testimonios de los errores y de los
aciertos de quienes nos precedieron?, ¿no es en ellos que podemos localizar las
claves que harán posible no volver a errar y ensayar nuevas vías para el
cumplimiento de los derechos humanos, y de la justicia, y de la libertad, y del
verdadero progreso colectivo?. Yo creo que sí.
Pero
además, lo mismo que en esa cajita de recuerdos que en cada familia conservan
los abuelos con fotos que nos retrotraen a añorados tiempos, el archivo posee
una faceta de calma, de serenidad, de asiento, que considero muy beneficioso
frente al instantaneismo de las noticias, de las realidades, de las vidas, en
que hoy nos movemos. La parafernalia cateta, el publicitarismo como norma
política, el reality show en tantos programas televisivos, lo efímero total con
que hoy se barniza la realidad social y personal, etc., puede tener un sano
oponente en los archivos, un lugar espejo de la memoria donde la visión se
vuelve amplia, profunda y más sosegada.
En
una sociedad globalizada como la de hoy no hay nada, probablemente, que
necesitemos más que un archivo. Lejos de la enfermiza desviación de mirar las
glorias pasadas para no tener que mirar a un presente difícil, actitud que no
suele conducir a nada bueno, los archivos pueden abrir nuestra alma individual
y colectiva a nuevas perspectivas vitales, pueden facilitar el hallazgo de las
verdades aún por florecer y pueden servir de apoyatura a quienes quieran no
contentarse con repetir una historia, al terrible siglo XX me refiero, que ha
dejado heridas a la humanidad no fáciles de borrar.
En
el Día Internacional de los Archivos, 9 de junio, podemos celebrar el
impresionante Archivo Municipal que tiene Jerez, ciertamente un gran tesoro en
muchos sentidos, como una oportunidad para la verdad, como un camino que ha de
recorrer nuestra alma individual y colectiva hacia el mejoramiento de la
sociedad que tanto necesitamos.
III.-Los arreglos del Archivo Municipal de Jerez en el siglo XVIII.
En el pasado, en
vez de emplear la palabra reorganización se usaba la voz arreglo. Este vocablo, más allá de su sentido de solución para una
concreta avería, venía a significar simplemente reparación o recomposición
conforme a una regla. De un modo parecido a lo que hoy ocurre, salvando las
distancias con la situación actual, no desastrosa pero sí muy sucinta, el
Archivo Municipal dio origen a diversas preocupaciones concejiles y requirió arreglos en 1737 y en 1778. También a la
seguridad en la custodia y orden en los documentos y en la memoria, pues de
esto se trataba en el siglo XVIII en Jerez, se refirió de alguna manera Cervantes,
mucho antes, cuando escribió, haciendo un curioso símil entre alma, verdad y
archivo, esto: “–Digo, señor don Quijote
–respondió don Diego–, que todo lo que vuesa merced ha dicho y hecho va
nivelado con el fiel de la misma razón, y que entiendo que si las ordenanzas y
leyes de la caballería andante se perdiesen, se hallarían en el pecho de vuesa
merced como en su mismo depósito y archivo”.
En el Archivo
Histórico Nacional se encuentra el expediente de un pleito, que no contiene
sentencia -según se indica en la ficha catalográfica que ofrece el Portal de
Archivos Españoles-, titulado La justicia
y regimiento de la ciudad de Jerez de la Frontera sobre aprobación de acuerdo
celebrado en 6 de diciembre de 1737 para la compra de una casa para custodiar los
papeles del archivo de la ciudad (Consejo de Castilla, 27322, exp. 26). Yo
aún no he visto ese pleito [he solicitado una copia y estoy a la espera de
recibirlo], pero he comprobado en las Actas Capitulares dos cosas: que en 6 de
diciembre de 1737 no existe tal acuerdo y que cuarenta años después de esa
fecha, como veremos, las cosas seguían poco más o menos igual.
Pero no todo fue
un fracaso documental en la frontera del primero y segundo tercios del siglo
XVIII. Respecto al Archivo Municipal, noticias de redacciones de inventarios
las encontramos en marzo de 1732, en julio de 1735 y en septiembre de 1749.
También fue importante para la organización del Archivo la ordenación
abecedaria de acuerdos capitulares reflejada en el índice que al folio 658 se encuentra
en las actas de cabildo de 1741. Hoy aún contamos con instrumentos descriptivos
de aquélla época como: Ynventario del
archivo de esta ciudad, copiado del original en el año de 1733, o Memoria de los papeles que faltan del
Archivo de esta ciudad según el reconocimiento que se ha practicado este año de
1744.
Más tarde, efectivamente, en cabildo de veintiuno de enero de 1778, volvemos a encontrar un acuerdo para que se tome un escritorio en una casa de la calle Letrados para archivo de la ciudad. En veinticuatro de marzo de 1784 otro acuerdo para que se hagan los estantes que solicitaban los tres escribanos del Ayuntamiento: memorial… por el que solicitan tres estantes para custodiar los libros de fechos de cabildo, que se coloquen en la antesala capitular. Y en seis de septiembre de 1787 se ve este escrito del escribano Felipe Rodríguez: hice presente a la ciudad el deplorable estado en que se halla el archivo que custodia sus privilegios y demás documentos dignos de conservación y que además de hallarse apolillados sus tableros por su antigüedad, no caben en sus cajones los papeles, que han sido muchos los introducidos, que estaban extraviados…
Toda esta
sincera preocupación por arreglar el
Archivo Municipal venía de principios del XVIII. Porque existen acuerdos del
Concejo de Jerez de 1715 y 1723 en que se piden actuaciones severas contra quien pareciere [haber sacado
papeles] según el libro de reconocimiento
de dicho Archivo (Cabildo 13/11/1715, fº 197) y que no se extrajesen los papeles de los oficios fuera de la plaza de
los escribanos, y que se restituyesen a ella los que indebidamente se habían
sacado (Cabildo 28/07/1723, fº 103). Y aún de mayor alcance punitivo fue la
petición de digno castigo contra los
ladrones de documentos, pues la ciudad entendía ya el problema de la falta de
ciertos papeles de los archivos municipal y notarial como un gran perjuicio universal para el futuro y demás consecuencias en el
presente, solicitándose se pueda
traer del sr. Nuncio letras de censuras, para que se publiquen en todas las
parroquias y conventos (Cabildo 14/01/1733, fº 302-3)
Sebastián
Marocho, en su obra Cosas notables
ocurridas en Xerez de la Frontera señala para el año 1737 hechos muy
curiosos: El 21 de diciembre de este año
hubo una aurora boreal. El 6 de julio se pronunció la sentencia contra el
fraile del Carmen que mató a su prior. Se estrenó el órgano de Santo Domingo.
Este año se vio a una mujer con un cuerno que le nacía en una sien, de tamaño y
naturaleza competente. Esperemos que nadie en el futuro haga una cronología
de la historia del Archivo Municipal de Jerez y escriba en ella, con el mismo
grado de curiosidad peregrina con que Marocho presentaba sus asientos, que no
fue posible en el siglo XXI, igual que no lo fue en el siglo XVIII, arreglar una
nueva casa, por fin suficiente y digna, para los valiosos documentos
municipales. Y que la anunciada adaptación del edificio de Correos para nueva
sede del Archivo Municipal sea el auténtico final feliz de esta historia,
convirtiéndose este Día Internacional de los Archivos, 9 de junio, en el punto
de partida del definitivo arreglo de
sus documentos que Jerez merece.
IV.-El espejo de la memoria, los archivos y la democracia del siglo XXI.
IV.-El espejo de la memoria, los archivos y la democracia del siglo XXI.
El anuncio de la
adaptación del edificio de Correos para nueva sede del Archivo Municipal nos ha
llenado a todos y todas de ilusión por sacar definitivamente de la situación de
postergación en que se encuentra esta institución centenaria, mucho más
centenaria que la Biblioteca o el Museo Municipal, los cuales, afortunadamente,
hace tiempo que encontraron dignas ubicaciones. No serán pocas las dificultades
que habrá que superar para sacar adelante este vital proyecto, porque es conocida la precaria situación en que se
encuentran las arcas municipales, pero solamente su existencia, me refiero a su
existencia como proyecto cultural coherente y factible, no hueco ni
publicitario, debe animarnos a todos a impulsar un fuerte cambio en este
sentido. No es que haga falta una nueva sede para el Archivo Municipal de
Jerez, es que la habilitación de esa nueva sede no puede aplazarse ya más
tiempo.
En los
municipios de Cádiz -un edificio de tres plantas solo para Archivo-, Sanlúcar
–parte de una iglesia-convento adaptada para depósitos documentales-, El Puerto
de Santa María -un casco de bodega hace poco adaptado para gran depósito-,
Puerto Real -nuevas instalaciones-, Algeciras -nuevo “Centro Documental José
Luis Cano”-, etc., se han producido cambios notables y avances concretos que
dignifican la labor de sus archivos. Otros muchos pueblos de Andalucía de mucho
menor peso que Jerez cuidan sus archivos como joyas en edificios singulares y
adecuadamente sostenidos. Jerez está declarada como gran ciudad o, según el vocablo legal, municipio de gran población, y por eso y por otras razones no puede
quedar atrás en lo que se refiere a la conservación, gestión, disfrute y
difusión cultural de su valioso patrimonio histórico documental. Un nuevo
edificio para el archivo municipal de Jerez es, más allá de la celebración del
750 aniversario de la conquista de la ciudad por Alfonso X, una improrrogable
necesidad cultural del presente y un deber hacia las generaciones futuras que
tienen derecho, igual que nosotros, a conocer su historia. Lo mismo que la
ausencia de un gran museo del vino, algo que no solamente afecta a la economía
turística y a las cuestiones productivas vinícolas, sino también a nuestra
cultura, la postergación que sufre el Archivo Histórico Municipal de Jerez es
una herida abierta en medio de nuestra memoria, un signo claro de lo que nos
cuesta, en realidad, mirar a nuestro
pasado con rigor y superar visiones históricas que sobrevaloran una supuesta
Edad de Oro nuestra.
(Conferencia de Jesús Parra sobre desarrollo, patrimonio rural y fuentes documentales, jueves 4/06/2015, en el Ateneo de Jerez)
Gonzalo Sánchez, Director del Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia, dijo en un encuentro titulado “Experiencias internacionales en la construcción de archivos de derechos humanos”: cuando se inició el movimiento por el derribamiento del Muro de Berlín y el hundimiento de la Cortina de Hierro, que separaba las dos alemanias, alguien señalaba que a lo primero que le apuntó la gente que se movilizaba, antes que a los grandes centros del gobierno propiamente dichos, fue al lugar donde estaban los archivos de la Stasi, el órgano de inteligencia del Estado; es decir al lugar donde estaba la información, porque era allí donde estaba el núcleo de toda la historia de la represión que había vivido la población. Salvando las distancias, es posible que en Jerez aún suframos, por motivos que yo ignoro, una profunda cortina de hierro que, por el momento, nos impide acercarnos, con rigor, a nuestra memoria histórica. Si no, ¿cómo se entiende el papel tan secundario en que tenemos al Archivo Municipal, al valiosísimo archivo histórico de protocolos notariales en él depositado, a los varios archivos históricos de bodegas, a archivos privados tan valiosos como el del Gremio de Vinatería, etc.?. Quizás algo serio -como la costumbre de no aventar las partes menos brillantes de nuestro pasado- ocurre en el espejo de nuestra memoria que hace que el hardware donde habitan los recuerdos colectivos, el Archivo Municipal, esté aún lleno de telarañas. Nuestra memoria colectiva no puede desarrollarse correctamente si el Archivo Municipal continúa así.
(Conferencia de Manuel Cañas, Director del Archivo Hco. Provincial de Cádiz, dada en 03/06/2015 en el Ateneo de Jerez, acerca de los documentos que sobre Jerez obran en el AHP-Cádiz)
El gigante de nuestra historiografía local y comarcal, Hipólito Sancho de Sopranis, el historiador a quien debemos la conservación y organización de un inmenso archivo gracias al cual se han podido realizar en época reciente notables trabajos de historia del arte, economía y política, mentalidades, etc., dijo con motivo de la inauguración, en 1961 y bajo patrocinio municipal ya entonces, del Archivo Histórico de Protocolos Notariales: “No es pues gastar dispendiosamente un dinero que es sagrado, por ser de todos, dedicar una parte de él a conservar y presentar dignamente la riqueza histórica local, y ese gran Jerez por el que se viene propugnando(...)no podía desentenderse de que la presentación de sus archivos y bibliotecas (...) fuese digna de su contenido..." (ABC, 16/10/1971).
Pero, y es muy importante
tener en cuenta esta segunda parte de la cuestión, el Archivo Municipal no es
solamente una importante herramienta para el ejercicio de la conciencia
histórica de una colectividad, sino también un lugar con funciones administrativas
de mucho calado. Porque la democracia que debemos fortalecer en el siglo XXI
tiene que ver mucho con los archivos si consideramos que el acceso a la
información pública garantiza la transparencia en la toma de decisiones. Esto
afecta muy centralmente al fundamento de la convivencia democrática, a saber,
al ejercicio concreto que los ciudadanos deben poder practicar para el control
del poder que, eventualmente, se concede a los representantes electos que
ocupan los cargos políticos. De ahí que la novedosa Ley 1/2014, de 24 de junio, de Transparencia Pública de Andalucía,
muy atenta al acceso público a la información y a los documentos generados por
las administraciones públicas, diga claramente: fomentar, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 10.1 [del Estatuto de Autonomía], la calidad de la
democracia facilitando la participación de todas las personas andaluzas en la
vida política; conseguir, como objetivo básico, en defensa del interés general,
la participación ciudadana en la elaboración, prestación y evaluación de las
políticas públicas, así como la participación individual y asociada en el
ámbito político, en aras de una democracia social avanzada y participativa.…
He suscrito el manifiesto (véase en: http://www.archiverosdeandalucia.org/noticias-archiveros/jornadas-archivos-en-tiempos-de-crisis-2/) de la Asociación Andaluza de Archiveros titulado "Por unos archivos públicos de calidad en Andalucía", un manifiesto que termina de este modo tan claro: "...exhortamos a la ciudadanía a demandar: la existencia de archivos, el ejercicio de la transparencia a través de los documentos, y el efectivo derecho de acceso a la información, a los documentos y a los archivos, como pilares básicos de una democracia real". Y he asistido hace una semana a las III Jornadas de Archivos Municipales de poblaciones menores de 50.000 habitantes: teoría y práctica de la conservación y restauración del patrimonio documental municipal, donde he comprobado el mimo que muchos ayuntamientos de Andalucía ponen en el cuidado de sus archivos. Jerez debe darse prisa también en adaptar el señero edificio de Correos, una perfecta ubicación para este proyecto, como sede del nuevo Archivo Municipal. Será una satisfacción para todos y una preciosa posibilidad de avanzar juntos en la construcción de nuestra memoria histórica y en el fortalecimiento de las nuevas exigencias democráticas que ya están transformando nuestra sociedad. Este 9 de junio, Día Internacional de los Archivos, por tanto, no se nos olvidará gracias a la esperanza que el edificio de Correos nos trae.