sábado, 27 de octubre de 2018

La riqueza de Pedro Benavente Cabeza de Vaca (s. XVI), un estudio de José A. Mingorance.

Me ha parecido excelente el detenido estudio -basado en el conocimiento exhaustivo que el autor tiene de los contenidos del Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Jerez- sobre la riqueza patrimonial del comendador Pedro Benavente Cabeza de Vaca, hijo de catalanes afincado en Jerez, publicado por el historiador José Antonio Mingorance en el tomo 100 de la reconocida revista sevillana "Archivo Hispalense"(https://wearchivo.dipusevilla.es/archivo/publicaciones/revista_archivo_hispalense.html)


Llama la atención un curioso detalle biográfico -destacado por el propio Mingorance- de la vida de Pedro Benavente Cabeza de Vaca:


El capítulo de conclusiones resume sucintamente la importante capacidad económica del poco amigo del luto y las habladurías sociales el caballero 24º jerezano Pedro Benavente:


Me llama la atención particularmente (p. 120 del artículo) la comparación que hace Mingorance entre los réditos anuales del ingenio de azúcar en las islas Canarias (600.000 mrs.), del que era poseedor Pedro Benavente, y los réditos anuales que se obtenían en las alcabalas del trigo (620.000 mrs.) y del vino en Jerez (550.000 mrs.) sobre el año 1528.

Del artículo de Mingorance no se obtiene una valoración económica (cuánto vale un bien y cuánto produce anualmente) del conjunto de propiedades de Pedro Benavente, pero sí un riguroso inventario de las mismas (más otras interesantes notas sobre dotes, etc.). Pero esto es mucho si se tiene en cuenta que antes de este escrupulosamente bien documentado estudio solo contábamos con muy pocas aportaciones sobre patrimonios personales del XVI (sobre Martín Dávila y Pedro Camacho de Villavicencio) de Emilio Martín y Enrique Ruiz.

Martín Ferrador, en un artículo suyo dedicado al historiador jerezano Gonzalo de Padilla, dice que el mayorazgo de Pedro Benavente Cabeza de Vaca pasó ante Jerónimo García Copín en 19 de agosto de 1545. Y efectivamente:

También Hipólito Sancho, el gran historiador portuense que dedicó muchísimas páginas a la historia de Jerez, citó en numerosas ocasiones la importancia económica y política del comendador Pedro Benavente:

sábado, 13 de octubre de 2018

Los albañiles de Jerez que fusilaron en Rota en 1936.




En 4 de julio de 1936 Miguel Corrales, secretario de la Asociación Sindical de Albañiles, Peones y similares, comunica al alcalde de Jerez, Antonio Miguel Oliver Villanueva, que su sindicato, adherido a la CNT, va a reunirse en asamblea para tratar del paro obrero en la ciudad:
(Fuente: Archivo Municipal de Jerez, Protocolo Municipal, Asociaciones 1936)



Se han hecho merecidos actos de homenaje a aquellos albañiles de Jerez que mataron en Rota en 1936, pero no se ha hecho mucha insistencia acerca de quién, quizás, pudo inducir con vehemencia a que los mataran. El causante de aquella masacre pudo ser Joaquín Bernal, de profesión contratista de obras, destacado y más que agresivo falangista jerezano que, con bastante probabilidad, tendría que ver en el caso.

Recordemos que quien estaba aquí en Jerez, a la sombra de Bernal y mientras este se recuperaba de los tiros recibidos en 14 de abril de 1936, aniversario de la República, era el poderoso y temible José Mora Figueroa Gómez-Imaz, jefe provincial de Falange, quien escribe: "Esta carta [de José A. Primo de Rivera] me dio ánimo para continuar en el mando hasta fines de 1935, en que como digo anteriormente tuve que ir a vivir a Jerez, donde seguí en la Organización como simple afiliado, hasta el 14 de abril de 1936, fecha en que fue gravemente herido el Jefe Provincial, Joaquín Bernal, que me designó para sustituirle, lo que hice hasta fines de agosto, una vez dado de alta de sus heridas, Bernal". Luego Mora Figueroa, en su libro sobre la historia de la Falange gaditana, en las páginas 35-37, cita y describe pormenorizadamente la fuerte oposición del pueblo de Jerez a Bernal y sus falangistas armados, más los hechos ocurridos en Jerez en abril de 1936. Mora Figueroa, que posteriormente fue alcalde de Jerez entre 1939 y 1941 (véase esta elogiosa reseña biográfica de la Real Academia de la Historia: http://dbe.rah.es/biografias/70697/jose-de-mora-figueroa-y-gomez-imaz), dice también respecto a su querido Bernal:

"Le pusieron las esposas de dos en dos a Bernal y su hijo y a los dos falangistas. Y a pie y rodeados de las turbas los llevaron por el centro de Jerez. Cuando pasaban por la «Por Vera», hoy calle Marqués de Casa Arizón, un pistolero de la FAI, llamado Antonio Narbona, delante de los guardias impasibles, se acercó y apoyándole a Bernal la pistola en el vientre disparó dos veces. Inexplicablemente no cayó al suelo en el acto, siguiendo buen trecho hasta que sufrió un desvanecimiento. Le llevaron andando y esposado al Hospital Municipal de Santa Isabel, y allí quedó en cama, detenido e incomunicado. El pistolero quedó naturalmente en libertad, hasta dos o tres días después que, en un asalto al convento de las Reparadoras, fue herido de un balazo en una pierna por los nuestros".

Paul Preston, en la pág. 31 de su libro Dos siglos de imagen de Andalucía, resume bien la importancia de los Mora-Figueroa en el golpe militar de julio del 36 en la provincia de Cádiz:



Pero digamos ya, en resumidas cuentas, y como señalan Ramírez y Palomeque en la obra citada, que Bernal tenía encañonados, desde el minuto 1, a todos los albañiles de Jerez, sobre todo desde las huelgas de 1934:



Entones, cabe suponer, por estos motivos, que los albañiles sobre los que Joaquín Bernal se cebaría sangrientamente serían los de la calle Justicia, 26, adheridos a la CNT, si bien hay que señalar que en Jerez había otras sociedades obreras relacionadas con la albañilería:


En mis notas sobre Joaquín Bernal Vargas (véase: http://memoriahistoricadejerez.blogspot.com/2017/11/joaquin-bernal-vargas-el-temible.html) también dejé señalado: 


Recordemos cómo luego, en 1936, "desaparecieron" once albañiles jerezanos probablemente fusilados en la localidad de Rota: https://www.lavozdelsur.es/la-primera-fosa-de-jerezanos-asesinados-por-el-franquismo-en-rota. Tras la agresión armada de Joaquín Bernal y Falange a los albañiles de la CNT estos respondieron con una huelga de 24 horas:





Es sabido pues que en algún momento de finales de julio o de agosto de 1936 la junta directiva del sindicato de albañiles de Jerez (http://www.cnt.es/noticias/rota-la-cnt-recordará-los-once-albañiles-jerezanos-asesinados-en-1936), vivos o muertos, fue llevada en un camión hasta el cementerio viejo de Rota -distinto al parecer a la fosa que se encuentra en el hoy llamado Parque del Mayeto (véase: http://www.juntadeandalucia.es/presidenciaadministracionlocalymemoriademocratica/mapadefosas/busquedaTumbas.cgj?codigoTumba=1103001&codigoProvincia=2) donde fueron sepultados: "Se tiene constancia de al menos tres operaciones de “saca” en la localidad de Rota. En una de ellas fueron fusiladas en las tapias del Matadero Municipal siete personas oriundas de Arcos de la Frontera el 23 de septiembre de 1936. En la segunda saca fusilaron a trece personas procedentes de Puerto Real. La tercera saca se corresponde con once fusilamientos de la junta directiva sindical de la Sociedad de Albañiles de Jerez de la Frontera" (http://www.todoslosnombres.org/sites/default/files/mapas_fosas/fosas_cadiz.pdf)

En la relación original que el carpintero José Sánchez escribió sobre 1936 y 1937 [y que su hijo Juan Sánchez donó al Archivo Municipal hace pocos años] aparecen los siguientes albañiles asesinados por los golpistas en Jerez:
El investigador José García Cabrera y yo (remito a nuestro trabajo:
http://memoriahistoricadejerez.blogspot.com/2014/06/la-represion-franquista-en-jerez-censo.html; ahora señalando en amarillo los nombres de albañiles y similares: ALBAÑILES Y SIMILARES –GARCÍA Y ORELLANA–hicimos este conjunto de anotaciones  diversas que damos a conocer aquí porque se refieren también a albañiles represaliados y que pudieran, quizás, ayudar a aclarar en alguna medida quiénes son aquellos 11 que se dice mataron y enterraron en Rota:


Este texto (la ilustración es nuestra) narra los continuados encontronazos entre Joaquín Bernal, contratista de obras y líder de la Falange de Jerez, y el sindicato de albañiles de la CNT:

José Ignacio Gómez Palomeque y Manuel Ramírez López: 1936. Jerez en guerra. 1ª parte, ed. Tierra de Nadie, Jerez, 2015, pp. 200-201:

La fuerte movilización sindical-política cada día incidía más en las decisiones del gobierno municipal, llegándose incluso a la paralización de las obras que se efectuaban en el Cuartel Fernando Primo de Rivera, para el nuevo destino del Destacamento de Recría y Doma.

Estos trabajos los estaban realizando el polémico contratista y Jefe Provincial de Falange, Joaquín Bernal, «y por diferencias políticas, los obreros albañiles anunciaron abandonar el trabajo, si no se revocaba la orden de adjudicación de las mismas», lo que finalmente conseguirían.

De todos era conocido el pulso que mantenía el contratista Bernal y la cenetista Asociación de Albañiles desde que en 1931 , culpó en una misiva publicada en la prensa local, a estos, de los disturbios provocados por los ataques a los templos en mayo de ese año.

Dicha Asociación mantuvo una reunión en su sede de la calle Justicia, 26, bajo la presidencia de José Arantave Ortegón y con asistencia de unos 1.000 individuos en enero de 1932, aprobándose «con enmienda de la palabra donativo en vez de multa de 1.000 ptas. impuesta a los contratistas Bernal y Partida para solucionar su Boicot pendiente, como así el que tampoco cumplió lo prometido el Delegado Gubernativo de rectificar en el periódico de el Guadalete el articulo donde acusaba a este sindicato de la quema de Conventos, sopesándose sobre este último extremo «celebrar una asamblea extraordinaria el próximo domingo en el local de los trabajadores agrícolas para tratar solamente del citado boy-cot».

Efectivamente se reunieron en dicho local siro en la calle Pablo Iglesias, 8, bajo la presidencia del mismo Arantave con la asistencia de unos 600 afiliados, donde se explicó todo lo acontecido con los mencionados patronos de la construcción, insistiéndose en que para levantar «el citado boicot a los maestros Bernal y Partida se le exija lo siguiente: Que el maestro Bernal rectifique el artículo del Guadalete que les insultó. Que tanto Bernal como Partida todos sus obreros tienen que pertenecer al Sindicato y este reconozca sus libretas con los demás contratistas, que cada uno de los boycoteados indemnice al Sindicato con MIL PESETAS, que se emplearán por mitad entre los presos y propaganda».

Los boycoteados no accederían a las pretensiones de los trabajadores albañiles y la cosa se iría enconando aún más con el tiempo, llegando la sangre al río.

Bernal sufrió durante aquellos años varios atentados de importancia. El primero que sepamos, lo sufrió el 28 de mayo de 1934 cuando con otros falangistas fueron a pedir explicaciones del boicot impuesto al sindicato de Albañiles, entablándose un tiroteo del que resultó herido.

Podemos recordar el protagonizado por varios pistoleros, entre ellos el ya famoso Burriana en la calle Lealas, cuando un compañero del contratista de obras se acercó a preguntarles a unos individuos que por allí merodeaban, recibiendo varios disparos que casi le cuestan la vida.

Ante la negativa de Bernal, el Sindicato Confederal del gremio, el mismo día de la convocatoria de elecciones del 16 de febrero de 1936, se dirigió a varios proveedores de materiales de construcción, entre ellos Manuel Torreira, que regentaba su calería en la plaza de Peones, 4, advirtiéndoles que debían de mantener el boicot que ellos habían impuesto al falangista, «so pretexto de notar de cerca las consecuencias de este enconoso asunto». Noticiosa la Alcaldía de la forzada negativa de esta calería a suministrar materiales al maestro de obras Joaquín Bernal, ésta le recordó, «la obligación en que está de facilitar dichos materiales y de la responsabilidad en que incurre en caso contrario».


Nota: No conozco el contenido de la ponencia:
  • El sindicato de albañiles en Jerez durante la Segunda República, a cargo de Jesús Javier Martín Garrido.
(Véase:
http://memoriasierradecadiz.blogspot.com/2015/10/i-jornada-de-historia-contemporanea-en.html)



Fuente de la imagen:
http://www.todoslosnombres.org/sites/default/files/memoria_historia_unidad_didactica_r.pdf


Notas bibliográficas al respecto:

"La mayor parte de los enterramientos colectivos de los que informaron los ayuntamientos gaditanos eran panteones y mausoleos dentro de los cementerios municipales en los que estaban sepultados militares sublevados y milicianos fascistas: el de Falange de Cádiz, el de Requetés, Falange y Milicias Nacionales de Jerez de la Frontera, el de Rota y el de Puerto Real. Pero la circular del gobernador civil de Cádiz a los alcaldes comenzaba con un párrafo retórico alusivo a que el mausoleo franquista era para todos los españoles que cayeron en la cruzada “sin distinción del campo en el que combatieran” y algunos también dieron cuenta de las fosas de la represión fascista. El de Alcalá del Valle informó de una manera muy imprecisa que su término municipal había enterramientos colectivos “de caídos en el bando rojo, no en el frente de batalla sino por aplicación bando de guerra, […] colectivos haciéndose difícil ya hoy su localización”. En el informe de Villaluenga del Rosario consta la existencia en el cementerio de un enterramiento colectivo de “caídos durante la cruzada”, sin ninguna otra especificación, pero las víctimas de la represión republicana estaban en sepulturas individuales y aquel colectivo debía ser una fosa común de la represión fascista. El Ayuntamiento de Rota indicó [en un informe de 1958] que además del panteón de Falange existía un enterramiento colectivo “sin separación de especie alguna” de un grupo de fusilados de Jerez de la Frontera que al parecer eran la directiva de un sindicato de albañilería, “desconociéndose de los mismos, el número y datos de toda especie” (Fernando Romero: "Represión y muerte en la provincia de Cádiz", en: http://www.todoslosnombres.org/sites/default/files/investigacion97_1.pdf, pp. 23-24, lo mismo que se dice en su trabajo: https://www.researchgate.net/publication/258516493_TODOS_LOS_NOMBRES_TODAS_LAS_FOSAS)

Por su parte, en Memoria rota. República, guerra civil y represión en Rota, (Ayto. de Rota, 2009) encontramos (en la pág. 214) que los de Jerez no estarían enterrados en el Parque del Mayeto, sino en el cementerio viejo de Rota:

Se dice aquí que a los 11 de Jerez los enterraron "en el cementerio viejo"

fosas en Rota:


martes, 9 de octubre de 2018

El Presidente del Consejo Internacional de Archivos visitó el Archivo Mpal. de Jerez en octubre de 1963.

-Anuncios:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1963/10/27/064.html
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1963/10/25/026.html
-Inauguración:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1963/10/29/025.html
-Comienzo de los trabajos:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1963/10/29/050.html
-Conferencia del Dr. del Archivo Gral. de Indias:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1963/04/24/067.html
-Final de los actos:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1963/10/30/049.html

(Fuente: "Cronología histórica sobre los archivos españoles", de Pedro Luis Lorenzo Cadarso en Espacio, Tiempo y Forma, t. 21, 2008, pp. 209-265)


Fuente: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1963/10/29/005.html


El año 1963, con el I Congreso Nacional de Archivos, marca un antes y un después en el mundo de la archivística en España. Lo han dejado escrito así los especialistas en historia de la archivística:

"La solución al problema de los archivos administrativos no iba por supuesto por ese camino. El I Congreso Nacional de Archivos que se celebra en Sevilla en 1963, tiene como tema monográfico “Archivos modernos”. En este I congreso de archivos se reclama ya la participación del archivero en la normalización de los documentos, y se sientan principios para la clasificación y ordenación de los documentos. Se estudia el expurgo, y se demanda la construcción de un Archivo General de la Administración. Es en este momento cuando empieza a percibirse una queja en la formación archivística clásica, que había inculcado en los archivos una técnica de organización y servicio de los archivos llenos de buenas cualidades, pero de ejecución lenta que no iba para nada con el ritmo de nuevos tiempos. Como conclusión única al Congreso se acuerda poner remedio a la situación actual de los archivos administrativos con una política general y coherente de archivos y con la promulgación de una Ley que resolviera todos los problemas que afectan al ciclo vital de los documentos". (Fuente: "Revisión histórica el papel jugado por los archivos centrales en España durante los siglos XIX y XX", por José Luis La Torre Merino)

"La Guerra Civil no propició, como es evidente, la teorización sobre los archivos; obligó más bien a tomar medidas para su conservación y protección; y vió numerosas destrucciones, robos y requisas de documentos que no es el caso de reseñar, tarea que ya perfiló Jaramillo. La producción bibliográfica del Cuerpo se rompe también con la Guerra Civil, y la depuración, el exilio y la pérdida de numerosos profesionales, entre ellos Agustín Millares Carlo, que continuará en América docencia y trabajos. Después hubo casi un vacío de unos 40 años, prácticamente durante todo el franquismo, y ningún manual de Archivística importante se publica en España; Sánchez Belda, en su Bibliografía de los archivos españoles y archivística. (Madrid: Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1963), nos señala sólo seis obras de teoría, y no todas de facultativos, antes de la aparición de la Cartilla de Organización de Archivos" (Madrid: Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1960) de Matilla Tascón, que fue Inspector General de Archivos, obra breve y un tanto confusa en cuanto a terminología". (Fuente: "Algunas aportaciones del cuerpo facultativo. El desarrollo técnico de la profesión: archivística", de Pedro López Gómez)


Pues bien, Jerez acogió en octubre de 1963, siendo alcalde Tomás García Figueras y director del Archivo el sr. Manuel Esteve Guerrero, a los participantes del I Congreso Nacional de Archivos, según se ve en el recorte del Ayer que reproducimos abajo. Los congresistas, a eso de las seis y media de la tarde del día 28 de octubre de 1963, visitaron la Biblioteca Municipal y el Archivo Municipal, que estaban en el edificio del viejo Consistorio. El Archivo preparó una exposición, al parecer, de actas capitulares y de protocolos notariales. Y aunque en el recorte de prensa se dice "1407", la primera acta que hoy se conserva es de 1409. Antes, los participantes en el I Congreso Nacional de Archivos, con Monsieur Sabber (Presidente del Consejo Internacional de Archivos) a la cabeza, habían visitado también las bodegas Domecq "saliendo gratamente impresionados de cuantos departamentos le fueron mostrados".


Periódico "Ayer", 29/10/1963:

"El interés por la normalización no es, sin embargo, algo reciente. Ya Felipe II, en su Instrucción para el Gobierno del Archivo de Simancas de 1588, al hablar de la realización del libro de los inventarios, afirmaba que “las personas que adelante succedieren en el dicho cargo de archivero an de tener particular cuydado de hacer lo mismo cada uno en su tiempo”. En época más reciente, en la inauguración del primer Congreso Nacional de Archivos, celebrado en Sevilla en 1963, Antonio Matilla Tascón destacaba la conveniencia de normalizar en los archivos al aseverar que “los archiveros no pueden ser la excepción en la actividad de la vida presente, que exige, en todas las funciones, aparte de una mutua coordinación, la racionalización de los procesos y la normalización de las formas. Con ello se simplifican los métodos, se ahorra trabajo y tiempo en la ejecución y se obtienen mayores garantías en los resultados” (Bonal Zazo, 2000)." (Fuente: Carlos Oliva: "Fundamentos de las normas de descripción archivística")

La población y término rural de Jerez.

(Fuente de este primer texto: Ricarda López)

En esta otra página se nos ofrece un interesante estudio geográfico, urbanístico, poblacional, etc., de Jerez en los últimos años en que ya hemos superado los 210.000 habitantes:















sábado, 6 de octubre de 2018

El 'pazo de Meirás' que aún existe en Jerez.


Cada día que pasa la indignidad aumenta porque los símbolos franquistas no son eliminados de la vía pública. Cada día que pasa la democracia se debilita y los repuntes reaccionarios, franquistas, se consolidan. El problema no es Cataluña, el problema es que la Transición nos trajo una democracia falsa que, a fuerza de momificarla, de inutilizarla en favor de los que se han enriquecido fríamente durante estos años, nos ha colocado ahora, efectivamente, ante problemas graves de corrupción a manta, territorialidad explosiva, pobreza de la mayoría social, identidad diluida, instituciones inútiles y costosas, Justicia que no es tan justa, racismos y xenofobias varias, etc. De ‘modélica Transición’, por tanto, nada de nada lo que se dice nada. Una Constitución rígida, pétrea, de hormigón antipopular, que con el paso del tiempo, a fuer de inamovible, ha hecho estallar al país, a su gente varada en el desempleo. Bonito callejón sin salida que ahora el PP quiere coronar con estados de excepción.

El Ayuntamiento de Jerez regaló al comandante Arizón, allá sobre 1938 aproximadamente, un chalet, que sigue en pie, hoy con un cartel de “se vende”, en la c/ Taxdirt, nº 28, frente al antiguo cuartel, ahora demolido, de Tempul. Ya en el padrón de habitantes de 1940 aparece empadronado allí. Le hizo ese regalo porque Salvador Arizón Mejía, junto a la Guardia Civil, más el apoyo de toda la derecha local y la aquiescencia de la Iglesia, secundó en Jerez el golpe militar de 18 de julio de 1936 y segó la vida de cientos de jerezanos inocentes cuyo delito no había sido más que apoyar la legalidad democrática surgida en abril de 1931.

Arizón, en Jerez y comarca, actuó sin piedad ninguna a las órdenes directas del general golpista Queipo de Llano. Recordemos sus amenazadoras palabras en un bando de 19 de julio de 1936: “Espero de todo el elemento de orden de Jerez, sin distinción de clases, la cooperación para el mantenimiento del orden, advirtiendo que en caso de alterarse este no empleen la táctica aconsejada por los directores del movimiento, de llevar al frente las mujeres y niños, pues se hará fuego sin reparar el que viene en primera línea”. En otro bando de 14 de agosto de aquel año añadió, más amenazante si cabe, que ya le había quitado la vida al practicante Salvador Rasero López y al empedrador de calles Rafael Fernández Romero por atreverse a oponerse públicamente al golpe; dos personas a las que habría que dedicar, con un monumento, un reconocimiento público en un sitio céntrico de la ciudad, pero que de momento no han sido considerados como merecedores más que del olvido.


Arizón actuó en carnicerías como el bombardeo y toma de La Sauceda. Según los historiadores: “Los rebeldes planearon la toma de La Sauceda como una operación de envergadura, con la actuación combinada de cuatro columnas de del ejército de tierra procedentes de cuatro puntos distintos. Una llegó desde Jerez, al mando del comandante Salvador Arizón Mejías, marqués de Casa Arizón, comandante militar de Jerez; una segunda desde Ubrique, al mando del alférez José Robles Ales, comandante militar de esta plaza; la tercera venía desde Jimena, al mando del comandante de infantería Fermín Hidalgo Ambrosy; y una cuarta desde Alcalá de los Gazules, al mando del capitán Antonio Fernández Salas”.

Salvador Arizón fue el máximo responsable militar del llamado Depósito de Recría y Doma de Jerez, una instalación de caballería de la que dependían directamente el cortijo de Vicos y el cortijo de Garrapilos, emplazamiento, el de Vicos, como ahora sabemos, de un importante campo de concentración, bajo la tutela de un “capitán de campo”, a las órdenes de Arizón. La conexión del campo de concentración, en estas instalaciones de caballería, con Salvador Arizón se comprueban en su misma hoja de servicios, conservada en el Archivo Militar de Segovia. Un campo de concentración que funcionó desde agosto de 1936 hasta, al menos, el año 1941.

La metálica mano de Arizón se dejó sentir en otras poblaciones de la comarca: “En Trebujena los sublevados se afanaban en descubrir quiénes fueron los trabajadores que intervinieron el 20 de julio en el tiroteo de la carretera de Sanlúcar. Esa fue una de las misiones que se encomendó al sargento Juan Gutiérrez Rojas cuando se hizo cargo del mando del puesto de la Guardia Civil. En el atestado que remitió el 9 de agosto a Salvador Arizón Mejías, comandante militar de Jerez de la Frontera y responsable de la represión que causó más de trescientas víctimas mortales en la ciudad, consta que al menos trece trebujeneros habían sido ya detenidos” (José García Cabrera y Fernando Romero Romero).

El Ayuntamiento de Jerez, que Arizón tuteló durante mucho tiempo, le rindió honores innumerables por su “heroica gesta” de “limpiar de hordas rojas” las calles de Jerez. Recordemos también las tétricas palabras del funesto comandante en un homenaje que le preparó el alcalde Tomás García Figueras, concediéndole la medalla de oro de la ciudad, en 1961: “…decidido a que las fieras marxistas no ya levanten cabeza, pero ni siquiera muevan la zarpa. Y que, si fuera preciso, mis manos se conviertan en manos de hierro que exterminen sean cuantos sean y quienes sean, a todos los enemigos de España”.

A Arizón, aunque ya afortunadamente el Ayuntamiento de Jerez le derogó la distinción de la medalla de oro de la ciudad, le queda aún el homenaje público, que inexplicablemente sigue recibiendo, en el cementerio municipal de Jerez con una lápida conmemorativa de su actuación militar golpista en todo el sector norte, con epicentro en Jerez, de la provincia de Cádiz. Una lápida que dice exactamente: “El Excmo. Sr. D. Salvador de Arizón Mejía, Marqués de Casa Arizón, Coronel de Caballería, Comandante Militar de Jerez de la Frontera en el Alzamiento Nacional; Hijo Adoptivo y Predilecto de Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y Grazalema; Medalla Militar Individual y Medalla de Jerez. Falleció el 27 de marzo de 1963 a los 75 años…”.

El comandante Salvador Arizón Mejía (la Habana, 1888-Jerez, 1963), hijo del teniente general y director de la Guardia Civil en 1917 Salvador Arizón Sánchez-Fano, no se mereció nunca aquel “pazo de Meirás” que en la calle Taxdirt nº 28 le regaló el Ayuntamiento de Jerez, obligado por las circunstancias y en medio de un baño de sangre, con el dinero de todos los jerezanos. Un comandante que tampoco se merece el homenaje que aún figura en su lápida del cementerio municipal de Jerez. Un “pazo de Meirás” que debería ser reintegrado al erario municipal inmediatamente.

Ese chalet es el símbolo franquista más lacerante que sigue en pie en Jerez, aparte de otros como la placa homenaje a la actuación del régimen en una de las casitas de la barriada España que antes fue cooperativa de vivendas de la UGT, o partes de un escudo franquista que aún pueden verse en el acceso al edificio principal de Correos en Jerez, etc. Ese chalet, desde el punto de vista legal, no puede pertenecer hoy más que al Ayuntamiento de Jerez o la democracia ‘modélica’ que nos han vendido no sería más que un penoso trampantojo.