La mezcla del humor con el drama es, en la vida, queramos o no, un acontecimiento desconcertante pero frecuente; y de ahí el dicho, seguramente, "no sé si ponerme a reir o a llorar". El humor como signo de vida y el drama como anuncio de la muerte cotidiana forman, al unísono, parte de la circense urdimbre de la naturaleza humana. Y sin duda esta comedia que vamos a comentar, de finales del XVII o principios del XVIII y trufada de magia, titulada El asombro de Jerez. Juana la Rabicortona, muestra esos dos elementos de la existencia del género humano, pues Juana la Rabicortona divierte, entretiene y hace reir, pero también deja entrever la amargura y asfixia en que a veces cuajan las intrincadas relaciones sociales y personales, ese marasmo sin rumbo en el que diariamente nos desenvolvemos para, más o menos, sobrevivir.
En las págs. 39-50 del trabajo Controversias en torno a la licitud de las comedias en la ciudad de Jerez de la Frontera (años 1550-1825), de Manuel Ruiz Lagos, se encuentra una reseña de Juana la Rabicortona donde dicho investigador señala que probablemente el Sancho de Herrera que aparece en la comedia sea el verdadero corregidor de Jerez, de principios del siglo XVIII, D. Diego de Herrera Dávila: <<La vigilancia extrema que se ejercía sobre los espectáculos competía con el mejor régimen policíaco... Un curioso caso ocurrió hacia el año 1715. La propia autoridad de la ciudad es burlada por unas 'volatineros', que con el pretexto de hacer títeres, representaban comedias de tapadillo. Inmediatamente el hecho es denunciado por el alcalde mayor D. Alonso Vegines, quien pone en conocimiento del corregidor D. Diego de Herrera Dávila la noticia, aprestándose éste a subsanarla rápidamente. Por una razón del azar, probablemente, este D. Diego de Herrera (LVII), sea el mismo que con el nombre de D. Sancho de Herrera, Corregidor, aparezca en la comedia 'Juana la Rabicortona ó el Asombro de Jerez', pieza teatral de la que hablaremos más adelante, y más extensamente>>
Manuel Ruiz Lagos atribuyó esta obra (ver pp. 44-45 de su estudio) a Juan Bautista Diamante y la data sobre el año 1676 (p.43), aunque recientemente Jesús Cañas Murillo [véase "Humor y drama en El asombro de Jerez, Juana la Rabicortona, de José Cañizares" (http://www.biblioteca.org.ar/libros/154890.pdf) data la primera representación de la obrita en 1741 y la atribuye a José Cañizares:
y resumen bien el argumento central de la pieza:
En las cuatro primeras páginas de esta enrevesada comedia tiene lugar el planteamiento de la cuestión: Enrique -hijo de Juana- está enamorado de la hija del Corregidor, pero este le advierte de que ella ya está comprometida con un sobrino suyo, Luis; además, el Corregidor quiere prender a Enrique por cargos que proceden de ciertas cuitas del joven en Italia... y en ese momento los dos, Enrique y su madre, Juana la Rabicortona -que así la llamaban por el llamativo traje que vestía-, desaparecen, ella hundiéndose en el suelo y él atravesando fantasmalmente una reja, casi en el mismo aire de la estancia ¡¡¡. Y así, sin agotarse en ningún momento ni el rápido ritmo de la obra, ni sus divertidas fantasías, ni sus agudas observaciones sobre la naturaleza humana, ni su gracia y absoluto desparpajo, etc., se desarrolla esta comedia que recomiendo disfrutar a todos.
Esta "comedia de espectáculo popular", de mediados del siglo XVIII, puede leerse completa en: http://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/10651/2816/1/1086747.pdf, así como en: